Partida Rol por web

Theo abandona la estancia y comienza a desandar sigilosamente el camino que les ha traído hasta la lavandería. En la sala de secado todo sigue exactamente cómo lo dejaron: encadenados en la pared siguen los restos del ghoul y de su pobre presa. Pero no hay ni rastro del tercer prisionero, el hombre al que le faltaban palabras.

Atraviesa la puerta que da a la sección hundida del pasillo. Todo sigue en silencio. Y un poco más allá, en la sala con los cadáveres sobre las mesas, donde encontraron a Constanza, tampoco hay rastro de actividad alguna. Parece que todo sigue tal y como lo dejaron… Al menos a grandes rasgos. ¿Estaba la cabeza del cuerpo de ese cambia-formas tan ladeada? Theo no sabría decirlo… pero estuviese ladeada o no, lo cierto es que no se mueve.

Justo después de intervenir, Theo se apresura y abandona la estancia acompañado de su inquietante criatura.

Aura chasqueó la lengua pero Theo ya se había ido.

¿Ahora ese semielfo es un héroe?

En ese sitio no había lugar para los héroes. Ni siquiera había lugar para el orden. Ese sanatorio tenía que ser arrasado hasta los cimientos antes de poder volver a la normalidad.

La sierva de Irori se apoyó contra la pared cruzada de brazos y decidió esperar en silencio a que su compañero volviera.

Ninguno de los objetos mágicos tenía interés para Richard mas allá de poder venderlos, pero su utilidad práctica era importante, por lo menos en la perla.

Se guardó la llave, algo que representaba una promesa y dijo -esperemos que no le pase nada, separarse nunca es buena idea.

El arqueólogo había estado demasiado absorto investigando los objetos para prestar atención a los demás y sólo ahora se daba cuenta de su ausencia.

- Coincido contigo, Richard... - Habló el guerrero. - Deberíamos haber seguido juntos. Es la manera en la que hemos sobrevivido hasta ahora. Al menos desde que Mequetrefe subió por aquella rampa a investigar el piso de arriba. Sufrí por él. Pensaba que le había pasado algo. Tardó demasiado en volver...

A Holloc no le gustaba esperar cruzado de brazos. Desde que acabaron con la doctora su intención era la de moverse. No quería quedarse quieto. No hasta estar seguro de estar a salvo y aunque habían acabado con la amenaza de la doppel, todavía se sentía totalmente a merced de ella.

- Esperemos que no tarde... - Dijo en alto. - No es que me guste el capitán bigotes, pero una vez tras su barricada, igual podemos descansar un poco.

Era un riesgo estúpido... pero si no miraba él por el hombre que estaba claramente dañado, ¿quién iba a hacerlo? ¿Constanza? ¿Aura? Lo dudaba horrores.

"..."

Nada por aallí. Todo estaba limpio: su cerebro no dejaba de hacerle cosas raras. Tenía que salir de allí rápido, encontrar a Sin Palabras y sacarlo de allí de vuelta con el grupo. Se escurrió todo lo sigiloso que estaba aprendiendo a ser a marchas forzadas, que para su sorpresa era no poco, y escudriñó con cuidado la zona.

Theo deja atrás la habitación donde el grupo se encontró con Constanza y se asoma por el pasillo. El corredor está terriblemente oscuro, pero los ojos del semielfo se acostumbran enseguida a la oscuridad.

Distingue entonces al fondo el contorno de la barricada, iluminada tenuemente por las teas de las antorchas. Todo parece igual que cuando lo dejaron… con una excepción.

A varios pies del parapeto improvisado, el mestizo distingue un cuerpo del que sobresalen varias saetas, yaciendo inerte en el suelo. Se trata del pobre prisionero que apenas podía encadenar más de tres palabras…

El tiempo transcurre lentamente desde la partida del semielfo. Pronto pasan los tres minutos y no hay ni rastro de Theo. 

—No me gusta el cariz que está tomando todo esto —dice la anciana negando con la cabeza, rompiendo el silencio cada vez más tenso que envuelve a la sala—. ¿En serio creéis que la gente de la barricada nos dejará pasar sin más? Esos brutos no van a dudar en acribillarnos por cualquier motivo. Propongo que nos hagamos fuertes en esta sala, nos recuperemos, y nos preparemos para lo que pueda pasar…

- Desde luego que es raro que Theo no haya vuelto ya... - Apareció el guerrero. - Espero que no le haya sucedido nada. Ya dije y si no lo dije lo pensé, que no era buena idea separarse. No hemos llegado vivos a donde estamos por librar nuestras batallas por separado. - Dijo con tono severo el humano. - Me parece muy bien tu opinión Constanza, pero no es algo que vaya a debatir ahora. No hasta que encontramos a nuestro compañero. - Desenfundó sus estoques. - ¿Quién viene conmigo? - Preguntó dispuesto a salir en busca del explorador.

¡NO!

-...

Viendo a aquel hombre, Theo se quedó mirando por un tiempo. Tuvo que luchar para apartar su vista del cuerpo y centrarse en el peligro que suponía estar ahí para volver con el resto. Lo habían tiroteado como un animal? ¡El hombre no ofrecía ningún peligro! Y querían que se sintiera seguro con aquella gente.

"Ni siquiera sabía su nombre. Sólo era Sin Palabras"

Una víctima más en todo aquello, pero ni siquiera una víctima de los caníbales o los monstruos. ¡Una de las pocas personas inofensivas que había en aquel sitio y lo habían tiroteado como un perro!
 

Deberíamos buscarlo, ese extraño ser le protege así que técnicamente no está solo... pero que me aspen si no preferiría a un buen humano a mi lado en este sitio. O semielfo. O aún mejor, humana Y semielfa - terminó con una sonrisa algo agria, como si él mismo tampoco estuviese muy convencido, de hecho añade -en fin, vamos ya. Cada segundo podría estar contando.

Arco en mano, flecha en la otra listo para encordarla si es necesario se dirigió en la misma dirección que Theo con cautela, correr tampoco les ayudaría si se metían en una trampa.

Mequetrefe había estado ensimismado y taciturno desde que Theo había abandonado la habitación. Sin embargo, con el paso del tiempo, su preocupación iba en aumento hasta llegar al punto de estar caminando de un lado a otro de la habitación acariciandose los verdes rizos del pelo nerviosamente. Cuando Holloc habló, Mequetrefe dio un salto de alegría.

- Por supuesto que voy contigo querido Holloc. Estoy muy preocupado por ese amable semielfo y su interesante amigo. Creo que estaría bien que fuesemos todos juntos, sí señor.

Esperemos no encontrarnos con nada extraño pero si Theo no ha vuelto no podemos descartar que se esté escondiendo o que algo se haya interpuesto en su camino y no pueda volver o que haya sido capturado o devorado vivo o, peor aún, asesinado.

Bueno perdón, creo que devorado vivo es peor que asesinado, aunque imagino que eso también dependerá que la forma en que te hayan asesinado, en todo caso no podríamos afirmar que fuera mejor así que... -el pequeño gnomo se quedo pensativo durante un instante antes de añadir- ¡Céntrate Mequetrefe! Vayamos a buscarlos, eso.

Aura decidió ignorar el implicitamente sexual comentario de Richard. Ni estaba para bromas ni le gustaban ese tipo de broma, pero no tenía ganas de discutir por una estupidez. Así que enfocó su frustración en Constanza.

—¿Hacernos fuerte para qué anciana?—le preguntó con ironía—¿Para esperar a que alguien venga a salvarnos? Ni siquiera tenemos víveres para aguantar un tiempo. La única salida pasa por pasar la barricada del capitán York. Y entre morir de hambre esperando o morir luchando, yo lo tengo claro. Si no te gusta quédate aquí y hazte fuerte. Está claro que a ti se te da bien sobrevivir en este sitio.

Después se dirigió hacia la puerta junto con Holloc.

—Voy a matar a ese semielfo como algo nos acabe matando. En fin, vámonos. Tenemos un compañero que buscar.

 - Muerte por aquí y muerte por allá... - Dijo Holloc al escuchar los comentarios de Aura. - Demasiada muerte hay en tu lengua, amiga mía... - Sonrió. - Espero que los dioses no hagan caso a tus presagios. - Abrió entonces la puerta. - Vamos...

La anciana frunce el ceño, dispuesta a replicar la ola de coraje que parece sacudir a todo el grupo. Pero de pronto sus ojos se vuelven hacia el umbral de la puerta y tuerce el gesto, optando entonces por guardar silencio. Theo entra en la sala, regresando sano y salvo de su breve expedición. 

- Ya temíamos por ti... - Afirmó Holloc. - Has tardado más de lo que habíamos imaginado. - Añadió. - Pero veo que estás bien y de una pieza. - Le dio unas palmadas en la espalda. - Bueno, dinos que has visto.

Holloc estaba expectante por saber si Theo había descubierto algo o si por lo contrario había sido una expedición del todo infructuosa. Lo cierto era que estaba ansioso por llevar al cadáver de la doctora doppelganger ante el capitán bigotes.

...

"Alguien no está contenta de que hayamos vuelto"

Incluso con todo en la cabeza, ¿aquello era lo primero de lo que se apercataba? ¿No la alegría de volver con todo el mundo o de estar a seguro de nuevo? ¿Le estaba pagando factura el sentirse encerrado con todas aquellas criaturas?

-...está muerto. Lo han asaeteado desde el otro lado de la barricada. Como a un animal.

Explicó, con la voz algo apagada. Había corrido un riesgo estúpido y su recompensa había sido ver a un hombre muerto por ninguna buena razón.
 

Mequetrefe suspiró aliviado al ver a Theo entrar por la puerta, y rápidamente se lanzó hacia el semielfo y le abrazó las piernas.

- Vaya susto me has dado -le dijo apretándose con fuerza contra sus pantorrillas- Ya te hacía muerto y devorado, gracias a Desna que no ha sido así. No vuelvas a separarte nunca más, hemos derrotado a la macabra doctora, pero no sabemos que otros peligros pueden acechar entre las sombras, no señor. 

Sin embargo su júbilo pronto se tornó en tristeza al saber el destino que había recibido aquel hombre desdichado.

- Pobre desgraciado. Ir a parar a la barricada... estaba claro que esa gente estaba deseando dispararle a alguien, sí señor. No es que me caigan muy bien, pero estoy con Holloc, deberíamos llevarle el cadáver de la doctora lo antes posible, así quizás nos dejen pasar y podamos escapar de este sitio de una vez, eso sería genial, sí señor.

No dijo nada cuando vio volver al semielfo. Sentía cierto alivio pero desde luego no era el momento ni el lugar para expresarlo. Además sus compañeros lo aseteaban a preguntas y charla, especialmente Mequetrefe, como no.

No obstante las palabras de Theo si parecían importantes y preguntó con curiosidad malsana y cierta preocupación -¿quien ha muerto? ¿y como?

Estaba claro que existían mas peligros, por lo que cualquier información podía ser de ayuda.