Nataliya hizo un gesto de hartazgo mientras miraba marcharse a la morena.
-Yo ir a comer algo. -anunció y se marchó en busca de la cocina.
Nataliya camina en dirección recta hasta los pies de la escalera. Una vez llega a una de las columnas laterales, dobla a la izquierda y puede reconocer el ruido de vajilla y algo de alboroto detrás de la puerta.
Entorna un poco la puerta y consigue ver que efectivamente detrás había una cocina con varias personas vestidas de blanco y sus gorros respectivos.
Sus expresiones eran de nerviosismo y tensión, corrían de un lado a otro llevando bandejas y ollas llenas de quién sabe qué tipos de cosas.
La habitación era la mitad de lo que era el recibidor, varias ventanas iluminaban el espacio pero ninguna puerta al exterior.
Hacia la izquierda se encontraban varias mesas metálicas en las que el cocinero y sus ayudantes se dedicaban a cortar verduras y carnes de todos los tipos.
En lo que a la estética respectaba, se parecía mucho a lo que se mostraba en las películas americanas de las cocinas de restaurantes, con la diferencia de que había una escalera caracolada hacia la izquierda, justo donde terminaban las mesas de cocina.
Nadie prestó demasiada atención a Nataliya, dado que tampoco estaba prohibido el acceso a ese sector de la casa.
Nataliya se acercó a uno de los chefs y se asomó por encima de su hombro para espiar su trabajo.
-¿Dónde servir toda esa comida? -le preguntó.
- Toda esta comida es para muchos lugares muchacha...El cocinero la miraba con una sonrisa en la cara. Por lo que podía verse era mucho más amable que el Dr. Haffling.
- No sólo se sirve la comida para esta mansión desde aquí, sino que se preparan pedidos para casi todo el barrio residencial... ya sabes, una pequeña empresa en este lugar para la tapadera de todo lo que se hace aquí dentro.
El cocinero dejó de mirar a Nataliya para poder prestar atención a lo que estaba chaciendo antes de que le fueran a interrumpir.
- Cuando quieras puedes venir a pedirme comida... aquí siempre hay algo preparado... LAS VEINTICUATRO HORAS DEL DÍA.
-¡Ah! Eso ser muy interesante. -dijo Nataliya, fingiendo admiración. Decidió que intentaría conseguir alguna información a través del cocinero-. ¿Y cuánta gente vivir en esta casa? ¿Ustedes vivir aquí? ¿Mucha gente vivir en este barrio? -preguntó, tratando de parecer casual-. Si no importarle darme algo, yo estar muriéndome de hambre. Ni siquiera desayunar hoy.
Te hice buscar un avatar de cocinero. Bueno, salgo al jardín y hablo con el jardinero. xD
El cocinero se ríe levemente por la inocencia de aquella extranjera extraña.
- Una pregunta a la vez que es lo que puedo responder.
Se voltea y mira a una de sus ayudantes.
- Traele algo de comer a esta muchacha que está famélica. Vuelve a mirarla a ella y le pregunta ¿Carne o verduras?
Al oír la palabra verdura se te retuerce el estómago como si fuera la peor porquería del mundo, lo más extraño de todo es que TE ENCANTAN LAS VERDURAS.
Nataliya dudó un instante. La sola mención de la verdura le había producido una extraña sensación de nausea que nunca había sentido hasta ese momento. De hecho, siempre había comido más vegetales que carne. Pensó que probablemente se debiera a un efecto secundario del agua. En ese caso no debía preocuparse demasiado. Su organismo debería eliminar esa substancia en algún momento.
-Antojar más la carne hoy -le respondió al cocinero, forzando una sonrisa-. Perdonar que yo hacer tantas preguntas, pero es que ser nueva. Venir hoy.
- Linda... prepara mejor un buen pedazo de carne para la pequeña que es nueva y al parecer muy carnívora. Dice sonriendole a la cocinera ayudante.
Cuando el cocinero dice esto, Nataliya presta atención por un segundo a la mujer, quien en ese momento estaba tomando un vaso de agua.
Al ver el agua y recordar "la sustancia que debía eliminar", no puede contener la necesidad de tomar ESE vaso, o cualquier otro... pero la tremenda necesidad de ingerir agua se hacía notar más que cualquier odio hacía su raptor o por no saber dónde se encontraba.
Su único pensamiento ahora se centraba en el agua y en la gran claridad que venía desde afuera.
Lyanna sube las escaleras para encontrarse con varias puertas a ambos lados de un estrecho pasillo, el cual, por suerte, no le hacía recordar a los pasillos de la residencia en la que la habían tenido secuestrada anteriormente.
La habitación era sorprendentemente grande y espaciosa
La estructura era muy moderna y parecía también confortable, lo más extraño de todo era que tenía tan sólo una cama doble, por lo que podía imaginar que sería sólo para ella. Por lo menos hasta que tuviera que viajar a Argentina.
Todo parecía muy limpio y ordenado como si estuviera en un hotel de lujo.
Había una pequeña mesita muy delicada en la punta opuesta a la entrada de la habitación. Sobre aquella mesita había varios muñecos de madera, acero, plata, oro y otros materiales, todos del mismo tamaño (unos doce centímetros de altura por cinco de grosor). Las imágenes eran extrañas pero simples...
... y no parecían parte de la decoración ya que nada tenían que ver con el estilo del cuarto.
Me quedo boquiabierta con la habitación. Tengo que reconocer que es preciosa. Miro cada detalle, me siento en la cama y pego unos botes. Muy cómoda. Al menos nos tratan bien.. Piensa para verle el lado positivo.
En seguida me llama la atención los muñecos de madera. Me acerco para investigarlos más de cerca...
Notas que hay cinco de ellos:
*Uno de madera
*El segundo de acero
*El tercero de oro
*El cuarto de plata
*y por último el quinto de Diamante.
Las posiciones eran exactamente las mismas, las estatuillas abrazaban a un niño imaginario con las manos en alto, una pierna adelante y otra atrás.
Eran todos idénticamente iguales.
Las voy cogiendo una por una. ¿Qué significado tendrán? Realmente no pegan mucho con la decoración. Y son demasiado caras.. Me concentro para intentar buscarle algún sentido.
Nataliya no podía apartar la mirada del vaso de agua que la mujer se llevaba a los labios. Sus labios le temblaron y se relamió con anhelo. Trató de ignorar la apremiante sensación, pero supo que sería en vano. Malditos hijos de puta. Finalmente lo habían conseguido. Era adicta a lo que fuese que le habían puesto a esa agua. Pero lo que más le extrañaba era su capacidad para diferenciar esa agua en particular de cualquier otra agua. ¿Cómo era capaz de distinguir una de la otra? No importaba ahora. Todo lo que sabía es que necesitaba beberla. Necesitaba sentirla en su garganta.
-¿Podría beber un vaso de agua, por favor? -le preguntó al cocinero, intentando controlar el temblor de su voz.
- Claro que sí... ¡Linda...! un vaso de agua para la señorita. Vuelve la vista a la rubia que en ese momento reclamaba un vaso de agua al que no se había negado, naturalmente, y le pregunta cortésmente.
¿No prefieres una gaseosa, o un vaso de vino?
Mientras él hacía la pregunta, Linda ya estaba agarrando un vaso de los metalizados estantes que había sobre las cocinas y llenaba la copa con agua de la canilla.
- ¿No tiene ningún problema de que sea del grifo,No?
Nataliya miró a la mujer que abría el grifo y la mujer que bebía. Tragó en seco. Por un momento, no supo qué contestar.
-Mmm... mmmm... ¿Qué es lo que estár bebiendo la Señora de allá? -preguntó, señalando a la mujer del vaso.
- Agua pequeña, agua... Dice levantando el vaso y tomando otro trago mientras le extiende otro vaso lleno para que lo tome.
Pregunta: ¿La mujer que estaba tomando el agua era Linda? ¿Nataliya sabe que esa agua es el agua especial que bebió en la subasta o no tiene idea? ¿Le está dando el agua a Nataliya o a la otra mujer?
La mujer en cuestion es Linda, ella estaba tomando el agua y ella es quien le sirvió un vaso de agua del grifo a nataliya.
Los dos pjs involucrados en escena son el cocinero y Linda (la cocinera ayudante)
Lyanna no encuentra ningún sentido útil a las estatuillas que tenía en frente... eran tan aburridas y simétricas, monótonas... aunque...
Segundos después de que terminó de observar a las cinco estatuas por separado, repara nuevamente en la estatuilla de madera.
Lo extraño de ésta era que frente a la perfecta simetría de las otras: tenía el pie izquierdo por delante y no el derecho como en el resto.
El resto se podía decir que eran idénticas.