Partida Rol por web

Ya veía que se separaban y que querían cargar todos con las chaquetas, así que aspiró hondo, porque sabía que se iba a cansar bastante.... Espegad un segundo, dejadme vuestgas chaquetas... vais a poneglo todo pegdido de agua y segía un gastgo fácil de seguig...

Acto seguido cojió una por una todas las chaquetas, les pasaba la mano por toda la superficie humeda, dejando tras de sí el tejido absolutamente seco, tambien paso sus manos por pantalones y botas, para cuando había acabado, unos cinco minutos despues, estaba bastante pálido y mareado. Torció el gesto en una sonrisa y los incitó a ponerse en camino.

Parece que no a todos les molesta el anorak y cada uno llevara el suyo, aunque yo no lo llevare puesto. Creo que controlare mas el ruido que hace si lo cargo en la mano.

Antes de separarnos Le Carp nos pide unos minutos para evitar que sigamos dibujando un rastro de agua a nuestras espaldas. Observo el uso que da a su habilidad y noto su cansancio y mareo. Le doy apoyo para avanzar hasta las escaleras, dejando que el suba delante por si necesita mas ayuda.

- Os mantendremos informados - susurro por el pinganillo sin saber muy bien a que volumen transmitiría mis palabras. 

Avanzo con Le Carp por las escaleras intentando mantener el máximo sigilo así como la mayor atención a cualquier ruido. Aunque creo que podremos percatarnos de la presencia de cualquier guardia sin problema, al menos por la luz de su linterna. 

Miré un poco asombrada a Le carp mostrar sus poderes. Nunca me acababa de acostumbrar.
Suerte, esperamos vuestras noticias...
dije a modo de despedida y con algo de congoja en el corazón.

Apolo, Fatboy, busquemos un sitio seguro y esperemos a que nos den luz verde ara avanzar al laboratorio

Los chicos se perdieron por el pasillo. Cuando estaban casi arriba en el pasillo, vieron como dos guardias salieron con la cara desencajada por la puerta.

Tomaban la dirección a la planta de abajo, iban de cabeza hasta nuestros amigos, en unos segundos los tendrían arriba, desde abajo, podía palparse la tensión.

Pero antes de que lleguen a descubrirlos, una voz desde la sala de cámaras los llama para que vuelvan,  y dan marcha a atrás hasta la puerta de la sala de seguridad.

Hay otro, ya son dos los que han entrado.

Mientras los hombres parecen observar algo en las pantallas, intrusos lo mas probable. Sin embargo, estais practicamente sobre ellos, y parece que no estan a punto de saltaros encima.

A Plectrum y Le Carp les da tiempo de colarse en una habitación cercana, para evitar miradas indiscretas, desde abajo, y en la tensión y el silencio, el resto de los componentes del grupo aguantan la respiración.

Joder, van camino de la oficina de la técnica. Deberiamos de ir a detenerlos.

Tras un silencio incomodo por parte de los otros dos, uno de los agentes de seguridad, se da la vuelta y sale, corriendo, y en menos de nada esta corriendo pasillo abajo.

Mientras uno de los agentes sale corriendo en dirección al pabellón de investigación, seguramente para salvar a una trabajadora, Apollo mira a Fatboy y a Lilith como si intentara decidir algo.

Otro de los agentes sale, este con un chaquetón, que se quita y deja tirado en la puerta de la sala de seguridad.

El otro viene hacia aquí, voy a ver quiénes son y que quieren, este parece menos peligroso.

Del mismo modo que el guardia anterior, este sale corriendo, pero hacia la parte de las oficinas.

Ahora mismo, ya sabéis donde están los guardias, pero no sabéis que está pasando. O si lo sabéis, hay alguien más allí además  de vosotros. Podría haber sido una buena noticia, aprovecharlo para hacer el trabajo, pero lo cierto, es que si hacían saltar la alarma, vuestra misión podría verse comprometida.

Mientras decidís que hacer los de abajo, Plectrum se cuela en la sala de cámaras de seguridad, allí queda un agente, pendiente de las cámaras, dos de ellas, las más grandes enfocan a dos hombres vestidos de negro, con ropa de calle, que se mueven despacio cada uno hacia un objetivo distinto.

Como estaba planeado, el músico coloca una cámara espía, que conecta con el monitor que tiene Le Carp en la otra habitación. Desde allí tenéis ya controlado lo que los de seguridad ven en las cámaras. Una vez más, y muy rápido, Plectrum se mueve de manera que en menos tiempo del posible, está de vuelta en su escondite.

Apollo, fatboy, no podemos abortar esto ahora, pero nos han pillado. Tengo una idea... mi corazón latía a mil por hora.

Respiré hondo y expliqué, con el pinganillo abierto para que los otros dos chicos se enteren:

Saben que estamos, pero no saben lo que hemos conseguido. Dame la tarjeta magnética. Detendré el tiempo. Cambiaré la muestra por el placebo, volveré sin que nadie se entere y fingiremos una huida. Así no sospecharán que hemos robado la muestra porque no sospecharán que hemos llegado al labo. Nuestra misión será inútil si nos ven llegando al laboratorio, es la única esperanza...

Estaba pálida. Parecía sencillo explicarlo pero imposible de hacer.

Se habían escondido por los pelos y ahora ya estaban viendo las cámaras de seguridad, se estaba de verdad planteando si habían sido descubiertos ellos o si habían sido los de negro... aún así tenía sus dudas, además el tendría que ponerse en camino practicamente ya.

Entonces se sobresaltó al escuchar la voz directamente en su oido... Très bien, pego Lilith yo cgeo que no fuimos nosotgos quienes saltamos la alagma, supongo que son ellos, y algo me dice que etan detgás de ese suego tambien... Así que demonos pgisa...

Me encuentro en un estado alterado en constante cambio. Las situaciones complicadas consiguen que aumente, haciendo que mi corazón bombee mas rápido, que la adrenalina recorra mi cuerpo, que mi mente casi se nuble en busca de la supervivencia... El entrenamiento en la granja ha servido para poder controlar en parte estas situaciones, aunque los simulacros saben a poco al lado de una misión real. En contra de esto, los pocos minutos de tranquilidad sirven para que el cuerpo se relaje, aunque siempre alerta, y que la mente reordene todo, trazando los siguientes pasos a dar. Me encanta...

- Tranquila, no vienen a por nosotros... Aunque podemos tener problemas... - susurro a través del pinganillo - Nosotros estamos en posición, vosotros podéis ir a por la muestra.- Luego me giro hacia Le Carp - Encárgate de la vigilancia y avisa de los movimientos de los guardias. - Miro primero en las cámaras, para ver donde están los guardias, y luego abro la puerta de la habitación con cautela, confirmando que no haya nadie en los alrededores. Salgo y, sirviéndome del sigilo, voy en la misma dirección que el último guardia, hacia las oficinas. Quiero saber quienes se han autoinvitado a la fiesta y que intenciones tienen...

Al encontrarme solo en medio del pasillo, bastante vulnerable, la sensación de peligro vuelve a mi. La disfruto a cada paso pensando si jugar con ella...

Las cosas se precipitan, pero sin duda, los guardias no os buscan a vosotros, aunque eso no significa que no puedan encontraros.

El edificio es en sí, una gran H, y ahora, los dos guardias viajan por corredores distintos. Plectrum se marcha detrás del que va a las oficinas, y Apollo asiente y se mueve despacio siguiendo la carrera fulgurante del otro.

Lo cierto es que ahora, tenéis controlados a los guardias, pero queda resolver quienes son los otros invitados. Y si hay un técnico, donde está.

Vosotros tenéis que ser sombras, que moveros en silencio, pero ahora, realmente va a ser difícil, si tenéis que sortear la seguridad, y evitar toparse con los nuevos invitados.

Sea lo que sea lo que buscan, va a ser complicado que no entorpezca vuestros movimientos.

Seguiré al del laboratorio. Si alguien mas se ha colado puede que nos facilite nuestro trabajo de extracción de la muestra. El placebo en sus manos y caido bajo las armas de los guardias nos dará toda la cobertura y eliminará sospechas del robo de la muestra real si jugamos bien nuestras cartas.

¿fatboy?, ¿Apolo? explicadme algo, ¿quién mas puede estar interesado en esa muestra? ¿y por qué?

Avanzo tras el guardia controlando hasta la respiración, con el corazón latiendo con fuerza y mi cabeza concentrada en no hacer ningún ruido. Por suerte va con rumbo fijo y no parece tener mucha intención de comprobar lo que sucede a su espalda. Si fuera girando la cabeza para mirar a los lados, pudiendo girarla en cualquier momento hacia mi, caminaría mucho mas nervioso.

Intento prestar atención a las cámaras que puedan detectarme, aunque espero que el guardia que las controla este mas atento de los dos intrusos que ya han localizado. 

No puedo evitar crear teorías sobre a que han venido los invitados no deseados a nuestra fiesta, ninguna me hace gracia... pero creo que no tardaremos en saberlo. 

En el pasillo norte el guardia consigue llegar hasta él extraño invitado. Vestido con gabardina y botas militares, este se gira al escuchar el Alto.

Alto. Dese la vuelta y ponga las manos en la cabeza.

Sin pensárselo mucho, el tipo se gira, mostrando una cara llena de cicatrices. Luego levanta las manos mientras sonríe trémulamente al guardia.

Bien, quédese quieto y todo saldrá bien. Tiene que decirme quien es, y que se supone que hace aquí. Esto es una propiedad privada.

Sin quitar la sonrisa torcida, una mueca que daña a los ojos de quien la mira, este da un paso adelante. En su muñeca izquierda, se puede ver un tatuaje, un copo de nieve en tinta roja.

He dicho que se quede quieto. El agente de seguridad da un paso adelante apuntando al intruso con su arma.

Y el intruso tatuado, que mide cerca de dos metros se vuelve a quedar quieto en el sitio.

Oye Marcelo, tengo al tipo retenido, haz el favor de…

No termina la frase.

Desde la otra galería, la nieve que cae en el exterior disminuye dejando ver con cierta dificultad cual es la situación en el ala norte.

Allí el guardia de seguridad,  se frena en seco y mira a su compañero mientras oye por la emisora como llama al técnico de las cámaras.

Nuevamente no presta atención alguna a Plectrum, que viaja mucho más rápido que él y puede ocultarse detrás de una columna.

Sin embargo, lo que ven todos, el guardia del ala sur, Apollo y los demás, que siguen al otro guardia, y están al principio del corredor les quita el aliento.

Sin mediar palabra, sin emitir sonido alguno, el hombre tatuado y lleno de cicatrices da dos zancadas, llega hasta el guardia.

El tiempo parece detenerse, en los ojos del joven agente de seguridad hay terror, visceral y real. Mientras una mano enorme lo agarra por el cuello. Y lentamente, palmo a palmo, es levantado del suelo hasta estar casi tocando la cabeza con el techo del corredor.

Una fuerza monstruosa es la que muestra el hombre de los dos metros. Que sonríe con sadismo, para en un gesto seco y rápido, retorcer el cuello del agente y partirlo por la mitad.

El crack resuena por toda la instalación, quizás mostrando a los corazones de los allí presentes que con aquel hombre no hay posibilidad de escapar. Ni chance ninguno.

Ante tal atrocidad, en la sala de cámaras, el viejo y gordo Marcelo se pone en pie y estruja su gorra contra su pecho.

En el corredor del ala sur, Said grita de dolor. Un lamento sordo que igual que el crujido se instala en vuestros corazones.

La muerte ha llegado a Oxenford, y vosotros sois mudos testigos de ello.

Vuestro cabecilla se gira, se agacha y da una serie de instrucciones.

Bien chicos, el plan ha cambiado. Esto es mucho peor de lo que imagináis, y mucho más peligroso.

Esos son agentes de Invierno Rojo, un grupo de Terroristas y Mercenario Mutantes como nosotros, que viven y matan por dinero.

Le Carp, confirma la ubicación del otro agente de Invierno Rojo.

Plectrum. Ahora tu deber es sacar a los civiles y ponerlos  a salvo. Diles que eres parte de un grupo anti terrorista y que hemos venido a intervenir. Que veníamos siguiendo a estos sujetos, y que se nos han adelantado.

Eso es para todos. Ahora nuestra prioridad es salvar vidas.

Pareció meditar durante unos segundos.

Lilith, el tipo grande esta justo en el pasillo que nos impide el acceso a la zona de seguridad, aun así, vamos a cambiar las sustancias. Yo intentare distraerlo para que Fatboy  y tú entréis y salgáis.

Una vez estén dentro. Le Carp ira directo a preparar la salida. Nos llevaremos a los civiles con nosotros si hace falta.

Plectrum, no deje que el guardia se enfrente a ningún terrorista. Y para todos los demás, lo mismo. No os enfrentéis a ellos si a menos que no quede otra alternativa. Son muy peligrosos.

En un abrir y cerrar de ojos, y aun con el sonido y el sabor de la muerte muy presentes. Vuestra misión ha cambiado.

Ahora sois la última defensa de los tres humanos que quedan en aquel lugar. Y os enfrentáis por primera vez a la verdadera cara del miedo. Agentes mutantes sin escrúpulos y con ganas de matar.

Antes de que Plectrum pueda si quiera intentar actuar  y avisar al guardia de que esa allí para ayudarlo. Cosa que seguramente sería casi imposible, unas pisadas alertan al guardia y al él mismo de que alguien baja por la escales.
Por allí aparece otro hombre, que lleva a una mujer de los pelos. Arrastrándola escaleras abajo como si fuera un trapo. La cara de ella es de dolor, y la de él. Es simplemente malvada.

El agente de seguridad, se pone en pie aun con lágrimas en los ojos, y al ver a este nuevo secuestrado hace un amago de sacar su arma.

Sin embargo, no le da tiempo. El otro hombre, este nuevo enemigo, abre la boca, y hace: bu.

Tras aquella palabra, una onda de choque lanza al guardia contra la pared de cristal golpeándose fuertemente la cabeza. Sin duda se ha quedado K.O.

La chica se remueve en los brazos de su captor, y grita.

Suéltame engendro. Suéltame, ahhhh.

Este la controla con más dolor. Que llega directo al cerebro a través de las terminaciones nerviosas de su cabeza al tirar del pelo con fuerza el agresor.

La situación se complica. Sin duda, ellos han venido por el virus, y van a abrir la zona se seguridad con la acreditación de la técnico.

En una casa, con la tele puesta en las noticias del tiempo, una joven y atractiva mujer estas terminando de ponerse un vestido para irse a una fiesta y cena de gala.

Sin embargo, su móvil empieza a vibrar sobre la cama. Tarda aun un poco en acercarse a mirarlo, pues tiene el pelo mojado y esta secándose la cabeza mientras se mira al espejo.

Cuando ve una serie de cuatro números en la pantalla. No se lo puede creer.

Se suponía que eran sombras, no puede ser que haya saltado la alarma.

La mujer no se lo piensa, se sienta en la cama, y empieza a llamar a la caballería.

La situación se precipita en el caos absoluto y empiezo a verme desbordado por las emociones. Los invitados no tardan en demostrar a lo que están dispuestos matando a uno de los guardias y noqueando al segundo con un increíble poder antes de que me de tiempo a actuar en su defensa. Una parte de mi querría ver que es capaz de hacer ese hombre con la voz, pero al saber que la usara contra mí no me parece tan buena idea.

Desde mi vulnerable escondite busco la manera de llegar hasta la sala de seguridad eludiendo a los terroristas, allí tendré que convencer al guardia para que me acompañe... pero ya pensare en como cuando llegue... 

- Gu...- me dispuse a hablar por el intercomunicador, para informar al resto del grupo, pero preferí no comprometer mi situación. Yo no me veía con suficiente poder como para enfrentar a otro mutante y encima Apollo nos recomienda que no lo hagamos, por lo que intentare pasar desapercibido lo máximo posible. 

el corso estaba con los ojos como platos, ver como los autenticos salvajes se abrían paso a base de golpes y gritos lo estaba dejando totalmente aterrado, para su suerte el pinganillo de su oido retumbó con la familiar voz de Apollo y reaccionó como un resorte, tal y como pedía, dió la localización exacta de los terroristas al grupo y acto seguido recogió rápidamente el equipo y se presentó de un salto en la habitación contigua, su primera intención era calmar al guardia y que este no saliera en socorro de sus compañeros...

Estaba asustada. Y mis ojos así lo mostraban. Asentí ante las palabras de Apollo. Él sabía lo que había que hacer, o eso creia.
Estaré cerca. Te cubriré y miré hacia fat Boy buscando su conformidad.
Estaba hecha un manojo de nervios. tenía ganas de chillar y largarme de aquí pero mantuve la calma. Antes de que nos dieramos cuenta ya estaríamos fuera. Solo un poco mas...

El hombre megáfono andaba por el pasillo en dirección a ti. Y no tenias sitio donde esconderte. Realmente aquella pequeña columna no te iba a dejar mucha cobertura.

Sin embargo la suerte jugo un poco en tu favor, el tipo paso lentamente a tu lado sin verte, porque la chica que llevaba a rastras se tropezó y cayó al suelo justo a tu altura, pero al otro lado del pasillo, estaba a un metro escaso.

El delincuente no dudo en abofetearla para hacerla levantar, y sin percatarse de tu presencia te dio la espalda.

Ahora lo tenias a tu merced, pero era un rival complicado, y sabias que uno solo de sus gritos podría acabar contigo.

Tendrías el ingenio y la oportunidad de acabar con él. Podrías salvar a la chica.