Partida Rol por web

El agente ruso hizo una pequeña mueca al escuchar las últimas palabras de Zeta, aún cuando entendía lo que comentaba, pero seguramente Sam no encontrara divertido saber lo que Jack estaba haciendo en ese momento. O quizás si.

No tardó en percibir el olor a humo, haciendo que se dibujara media sonrisa. -Sam, McTaker, sé donde está uno de nuetros compañeros. Al parecer está reunido con los niños, intenta convecerlos con cigarrillos y comida. Vamos.- Les indicó, comenzando a caminar hacia una dirección es específico.

 La noticia de que estaba cerca de volver a reunirse con su gente le cortó el aliento a Sam. Sus ojos se abrieron como dos platos, formando por primera vez una sonrisa de esperanza. Después de haber sido aprisionada por los piratas, era lo mejro que le podía pasar. Se dispuso automáticamente a seguir a Ivanov, que caminaba en dirección al olor a humo.

- ¡¿En serio?! ¿Están bien? ¡V-vamos, no perdamos tiempo!

 Ambos agentes, junto a Sam, pudieron dirigirse hacia el lugar del cual provenía aquel humo gracias al olfato de Ivanov y las indicaciones de Zaheera; viendo que había un cierto callejón que tenía un aroma muy fuerte a humo de cigarrillo. En aquel callejón, además, había una cierta puerta que estaba entreabierta y daba acceso al depósito de una fábrica, y al asomarse por aquella puerta...

 Pudieron ver claramente al agente Jack Jones; aquel compañero del que se habían alejado durante la mayoría de la misión. Allí estaba él, en el medio de aquel viejo edificio, hablando con dos pequeñas figuras, dos niños, que se mantenían alejados de él. Aparentemente, en actitud defensiva. Frente a ellos, un bolso lleno de paquetes de cigarrillos.

 Era quizá recordable el rostro de uno de los dos niños. Los agentes lo habían visto por algún lugar de la isla. Quizá uno más que el otro. Aquel niño se encontraba fumando tranquilamente detrás del otro chaval, que en cambio estaba más nervioso y miraba con ansiedad al agente canadiense. Sus puños estaban en alza y dispuesto a enfrentarse al agente, a pesar de que Jones fuera cinco veces más grande que él.

 Sam, apenas vio la escena, ya se quiso lanzar a abrazar y proteger a sus "hermanos". Sin embargo, la visión de aquel sujeto tosco y gigante, que además tenía visiblemente un arma en su cinturón, le hizo temblar las piernas la adolescente; pensando en lo que podría hacer aquel sujeto amenazante en caso de que le perturbaran.

- ¡Pip, Ollie! Dios, estáis bien... ¿A-a-acaso... ese es tu compañero? ¿No estabas ha-hablando con una c-chica? ¿Es seguro entrar?

"Por eso no te preocupes" le susurro "Si hace algo, tengo armas más fuertes que las de ese tio de naranja"

Desde luego, no quiero que Jack vaya diciendo "Hola Agentes!" ni cosas así. Lo cierto es que no me fio por completo de Sam: Hace un rato estaba dispuesta a todo por el heroico Roni ¿Y ahora quiere huir de él?
Se que la niña nos utiliza. Pero yo quiero salvarla, a ella y a todos los niños

Si en algun momento Jack mira en mi direccion, y los niños no me miran, le haré el gesto de silencio

Y una mirada rápida hacia la niña. Con un mensaje claro de "Frente a ella no digas nada"
"Como si fuera papa noel"

Jack seguía con las manos alzadas, pero cuando vio temblar de miedo a uno de los niños y al otro terriblemente tranquilo, se relajó bastante y bajó los brazos, aunque mostrando siempre sus manos.

Sé de vuestra amiga porque esos sucios piratas también secuestraron a un amigo mío, además de matar a otro conocido. - miró al suelo y lo pateó un poco. - Intenté colarme solo a salvar a todos los prisioneros... Pero eran demasiados piratas, así que tuve que retirarme.

Volvió la mirada a los niños, habló con determinación y fuerza, para que su compañera viera que la situación de momento parecía estar bajo control. - Si queremos salvar a mi amigo y a Sam, debemos colaborar. El régimen Sai ayudará contra los piratas una vez termine el problema del contrabando del tabaco.  - miró entonces de lado a lado, en busca de alguna persona más que no fueran Zeta ni los niños. - Así que decidme ¿quién os da los cigarrillos? Yo os pagaré la comida, aunque no tengo mucho dinero ahora mismo. - miró entonces con una sonrísa al niño que pidió una manzana. - Sobretodo para ti amigo, que pareces tener un gran apetito. - terminó con una gran risotada.

Vladimir se sintió más tranquilo al ver a Jack y a los niños, reconociendo a uno de ellos. Miró a Sam con una sonrisa, y un guiño rápido. -Es de los buenos.- Repitió, notando los nervios de ella y escuchando el susurro de McTaker.

Se adelantó unos pasos, intentando captar la atención tanto de Jack como de Pip. -¿En cuanto tienes los cigarrrillos, camarrada?- Dijo aumentando el acento natal, mirando luego hacia Pip. -¿Me rrecuerrdas, amiguito? He hecho una nueva amiga, segurro la conoces.- Le hizo entonces una seña a Sam para que se acercara con confianza.

 Henry no quería decir que desconfiaba del cardenal; se obligaba a si mismo a no hacerlo. Le debía demasiado a Roni como para romper el lazo de camaradas que tenían en aquel momento. En cambio, se limitó a negar la propuesta del agente de perseguir al los rebeldes, puesto que había una tarea que debía ser llevada a cabo.

- Por más feliz que me haría ir a buscar a esos hijos de puta contigo y cortarles la garganta por traición... vamos a tener que dejar este trabajo a los piratas que ya han ido en su búsqueda. Adquirir la radio especial tiene que ser nuestro objetivo principal, Stromboli. Y ahora que el equipo que tenía esa misión se ha rebelado... nos toca a nosotros hacerlo.

 Mirando por última vez a su tripulación que le miraba con confusión, el Capitán Dojo vuelve a caminar por el callejón en dirección a la calle, dispuesto a buscar al hombre de la radio. Sin embargo, mientras caminaba le indicó a uno de sus bucaneros que les siguiese a Roni y a él.

- Kyle, tu vienes con nosotros. Stromboli no ha sido otra cosa que útil para nuestro plan de dominación y leal a nuestro noble causa; y quiero que veas en primera persona que eso es verdad.

 El pirata desfigurado se encontraba ofuscado por la actitud compasiva del Capitán frente al cardenal, decepcionado de no ver siquiera algún castigo o reproche hacia el cardenal. Pero cuando Henry le invitó a acompañarle a él y a Roni a la misión de búsqueda, su expresión fue de pura sorpresa. Y hasta una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. Rápidamente comenzó a caminar detrás del Capitán Dojo, hasta dándose el lujo de darse vuelta y mirar a Roni con una cara burlona.

- Vamos, "lobo de mar"... muéstranos que no eres como los rebeldes.

 Las palabras de Kyle perturbaban al Capitán Dojo, pero este guardaba silencio. Quizá por que, en el fondo, sentía que la confianza en el cardenal pendía de un hilo por la acción tomada por el agente Ivanov.

 Ya era hora de terminar con el asunto de la radio. Pero antes de comenzar a seguir a los dos piratas que se alejaban por el callejón, el viejo borracho de Sake (que se encontraba arrodillado al lado del sub-capitán inconsciente, todavía intentando darle de beber alcohol por alguna razón) le llamó la atención a Roni. Le quería decir algo.

Stromboli, ten cuidado allí afuera. Kyle es un tipo bastante... irascible, como ya lo habrás notado en el campamento. Y su sed de sangre supera a la del Capitán. No lo digo porque me caigas bien, pero... prefiero con Dojo confíe en ti antes que en él.

 Las palabras del viejo parecían sinceras y francas, algo extraño para alguien con semejante problema de alcoholismo. A pesar de ser considerado un forastero de poca confianza por algunos piratas, otros veían en "Stromboli" a una mente más fría y estable.

 Antes de que los niños tuvieran tiempo para responder a lo que decía el agente Jones, pasó algo que cambiaría el orden de prioridades: un trío de personas se hizo presente por la misma puerta por la que había entrado Jack hace unos minutos. Y no eran ni más ni menos que sus compañeros de la misión, Ivanov y McTaker, acompañados de la adolescente Sam. Aquel trío que, hasta hace poco, había estado bajo el yugo de los piratas, ahora estaba libre y se reunía de vuelta con un viejo compañero agente.

- ¡PIP! ¡OLLIE! ¡AQUÍ ESTOY! ¡S-SAM ESTÁ AQUÍ! E-estoy aq-quí...

  El soviético iba a saludar al niño más pequeño, al que conocía de hace algunos días, pero Sam se adelantó con desesperación al hombre y corrió hasta los dos niños, los cuales al verla quedaron atónitos por un momento y luego corrieron hacia ella también; fundiéndose los tres en un tembloroso pero preciado abrazo, que traía calma y seguridad a los corazones de los huérfanos separados.

 Ollie, que parecía el más rudo de los dos niños, se aferró fuertemente al abrazo; confirmando que estaba muy asustado por lo que le podría haber pasado en Sam durante el tiempo que estuvieron separados. Con el régimen dictatorial impuesto, el ataque pirata al puerto y el secuestro de Sam en un plazo de solo tres días, los nervios del huérfano le hicieron pensar que la situación solo iba a empeorar para los "chicos de calles" como ellos. Y ahora ahí estaba, abrazado a su familia, y rompiendo en llanto al reencontrarse con su "hermana mayor".

¡WAHHHH! ¡SAAAAAM, ESTÁS VIVA! ¡SAAAAM! ¡WAHHHH! ¡P-p-pensé... pensé que te había p-pasado algo! ¡N-no sabía qué h-hacer! ¡Hasta pedí un b-bolso de cigarrillos para v-vender yo! ¡Pero estás bien! Waa_aah^hhh...

 El otro chico, Pip, también se aferraba al abrazo de Sam, evitándole quemarle el pelo con su cigarrillo. Su expresión era neutral y no había lágrimas en sus ojos. Aquel niño era mucho más tranquilo en naturaleza que sus "hermanos". Sin embargo, unas escuetas palabras mostraban que él también había sufrido la desaparición de Sam.

- Te extrañe... mucho, Sam.

 Mientras disfrutaba el momento de reencuentro, miró al agente soviético y le dedicó un saludo con su manita.

- Hola, Sr. Alex... ¿Trajo comida?

La sonrisa de Vlad se hizo más amplia al ver el momento de encuentro entre los chicos. Negó con la cabeza al escuchar al más pequeño. -Me temo que esta vez no, Pip. Perro ya verremos como rresolverr.- Dejó que aquellos continuaran el reencuentro y se acercó a Jack, extendiendo una mano en su dirección para estrechársela. -Alexanderr Sokolov, un placerr. Crreo que tenemos a una amiga en común. ¿Le parrece si hablamos aparrte un momento? Mi amigo amerricano también está interresado en cigarrrillos.- Le hizo una seña a McTaker para que se acercara y se alejaron unos pasos.

Abandonó el acento ruso una vez estuvieron apartados de los niños. -Hey Jack. ¿Dónde está Zeta? ¿Qué ha pasado?-

 Mientras Zaheera espiaba las acciones de aquel hombre misterioso, podía ver lo que estaba sucediendo debajo en la planta baja de la fábrica. Y lo que sucedía era algo que la agente esperaba con ansias: la llegada de los agentes Ivanov y McTaker y la adolescente Sam; los cuales se habían encontrado bajo el yugo de los piratas hasta hace poco.

 Rápidamente la chica se dirige hacia los dos niños con los que el agente Jones estaba hablando y se funde en un abrazo con los mismos, ante la mirada de los tres agentes. Uno de ellos rompe en llanto al ver de nuevo a la chica, mientras el otro mantiene la calma pero también se aferra fuerte al abrazo.

 Toda aquella reunión emotiva, sin embargo, llamó la atención del hombre misterioso, el cual se mostró extrañado al escuchar  tanto jaleo y llanto. Por lo que comenzó a acercarse a la salida de la oficina para asomarse y ver qué era lo que estaba pasando abajo. Estando solo a unos pasos de toparse con la agente Zeta.

- ¿Qué es lo que están haciendo estos niños?

Seguía escondida en su pequeño escondite vigilando cada movimiento, cada respiración, cada ruido del interior de la habitación esperando el mejor momento para atacar como su fuera una gacela vigilando un cervatillo en el lago. Sin embargo esa concentración se vio rápidamente obnubilada por una visión por el rabillo de ojo que le hizo girar el rostro hacia  la planta baja. Son ellos.

No le gustaba separarse de su equipo aunque sabían que serían perfectamente capaces de lidiar con los problemas que lidiaran, pero teniendo en cuenta la última vez que coincidieron y el casi intento de asesinato, o al menos eso creía, de Vlad, verles hizo que aligerara esa presión en el pecho. Se mantuvo vigilándolos unos segundos, comprobando que no tuvieran ninguna herida física mientras la emotiva escena de los niños daba lugar.

Fue en ese momento cuando se percató que no sólo ella se había distraído, sino aquél hombre se asomaba para averiguar qué pasaba, teniéndolo tan cerca que posiblemente se podría haber fijado que ella estaba ahí.

Se había descuidado de su misión general y no podía tolerarlo, volviendo rápidamente a centrarse en el hombre antes de aprovechar la posición y la distracción de los niños para abalanzarse contra él con la intención de entrar, de paso, dentro de la habitación y así no quedarse expuesta en el exterior.

Era ahora o nunca, debía abatirlo para que no llamara la atención del resto.

Giuseppe se sintió aliviado que el Capitán pirata decidiera seguir confiando en él; pese a ello, la situación no era del todo óptima, a fin de cuentas aún tenía que dar con aquellos dos fugitivos y lo que era aún peor,  tener la compañía de Kyle, alguien que no respetaba a Roni en absoluto y sin hacer falta que Scott le advirtiera este ya sentía la fría guadaña de la muerte sobrevolando su cabeza.

-Lo tendré en cuenta, agradezco el aviso. -Comentó con una sonrisa sincera.- Espero que en esta misión sirva para que nos llevemos algo mejor...

Tras decir esto, Giuseppe decidió acercarse al Capitán, a fin de cuentas, era importante tener su aprobación, a fin de cuentas, ir a "resolver el problema" era un término bastante amplio.

-¿Desea que los traigamos con vida o con sus cabezas sería suficiente?. -Inquirió Giuseppe.