Partida Rol por web

21 de Junio, 1983 - Alguna Ciudad, E.E.U.U.

 A un par de pasos de la puerta base de la Agencia, se encontraba el agente retirado Maverick. Caminando hacia la misma con la parsimonia propia de un jefe retirado. En el camino, sin embargo, hubo una persona que se le hizo casi imposible de evadir; una persona que no estaba en su mejor momento. Por más que diera marcha atrás, ya había hecho contacto visual con ella. Y por pura resignación, siguió adelante por la calle para ponerle cara a aquel sujeto.

 Su mirada de asco, sin embargo, estaba muy mal disimulada.

Dios, y pensé que yo había terminado mal aquella misión...

 En una esquina, contra unas rejas que daban a un callejón, se encontraba un vagabundo anotando cosas sin sentido y hablando solo. Tenía grandes bolsas llenas de botellas y reciclables, y un carrito de compras lleno de objetos misceláneos sin utilidad. Aquel vagabundo, sin embargo, no era un simple vagabundo. Pues era el ex-agente de la Agencia llamado "William", el cual se había desempeñado como Encargado de Logística en su última misión el año anterior. Y, poco después, desligado de la organización. No se esperaría que le fuera tan mal a un ex-agente, si es que el mismo conservaba sus contactos y su dinero, por lo que algunas circunstancias poco fortuitas debieron haber golpeado la vida de William.

 Cuando él a Maverick, automáticamente le saludo con ambas manos y le dijo que se acercase. Quizá con la esperanza de que su viejo jefe y compañero se apiadara de la situación en la que se encontraba.

¡Hey, hey, Mav! ¡Aquí! No te olvides de tu viejo amigo William, ¿no? No tienes algo para darme, jefe. Sé que el dinero de retiro de la Agencia es bastante jugoso, ¿eh? Vamos, Maverick...

No

 Fue una respuesta dura y contundente para el vagabundo, que se quedó con cara de no entender. Después de todo, eso "No" podía ser muchas cosas. Pero William comprendió rápido, sin necesidad de tener que preguntar: "¿No qué?". Era un no que cortaba toda relación entre las dos personas, un no que desligaba a Maverick de aquel sujeto irreconocible y perdido. Un no que decía "Adiós y hasta nunca".

 William miró por última vez con angustia a Maverick al ojo y finalmente bajó la cabeza, derrotado por sus circunstancias. Maverick miró su reloj y siguió su camino hacia las puertas de la Agencia con una últimas palabras.

- Buena charla.

 Mientras Maverick se iba, William lo miraba por detrás mientras reía con una cierta tristeza.

- Heh heh... y pensar que nosotros dos la sacamos barata...

21 de Junio, 1983 - Base de la Agencia, E.E.U.U.

 Dentro de la ya conocida sala de reuniones a la que había acudido ayer se encontraba ya el ilustrador oficial de la Agencia, Typhe Daguerro, el cual estaba ordenando sus ilustraciones para la presentación. Habían estado trabajando mucho el día anterior para confirmar los hechos del primer día, pero se les hizo tarde y tuvieron que quedar para el próximo día. Maverick no se esperaba que su retiro fuese tan extenuante, pero por lo menos el afrancesado ilustrador era un sujeto simpático.

 Cuando Typhe se dio cuenta de la presencia del ex-agente, se dio vuelta y lo saludo con una sonrisa que rápidamente se transformó en una mirada preocupada al verle la cara al compañero.

¡Sacre blue, Monsieur Maverick! ¿Acaso ha visto un fantasma? Tiene la cara más blanca que el maggmol del Arco del Triunfo... en Paggís...

 Por alguno razón, el acento francés de Typhe estaba aún más marcado este día que el anterior; quizá era una reacción involuntaria que le sucedía cuando se preocupaba. Eso no pareció inmutar a Maverick, que solamente atinó a sentarse con una taza de café que buscó en la cocina y a desestimar la preocupación de su colega.

- No te preocupes, Daguerro. Cosas personales; de las cuales no habló en horas laborales. ¿Qué te parece si nos ponemos a hablar del segundo día de la misión?

 El francés refunfuña por lo bajo, aparentemente molesto por la frialdad que aquel americano mostraba. Pero atiende a los pedidos de Maverick y dispone sobre le mesa sus ilustraciones para explicar lo sucedido. Aclarándose la garganta y bebiendo un poco de café, Typhe empieza con el relato del día más sangriento de la misión hasta el momento.

- Pues el evento más importante del segundo día de la misión fue la Toma de Puerto Obikanui por parte de los piratas, los cuales se encontraban en una... particular alianza con algunos de los agentes. Específicamente, con los agentes Roni y McTaker. Los mismos acompañaron a los maleantes hasta el puerto en el barco, en donde desembarcaron y empezaron a provocar un verdadero desastre: destrucción, saqueo, incendios...

No pasó mucho tiempo hasta que llegó el escuadrón del régimen a hacerle frente a la amenaza. Un escuadrón de menos de 20 hombres, poco capacitados y con la misión principal de recolectar los tributos de la gente y llevarlos a localidades más grandes. No fueron rival para los piratas... ni para el cardenal Roni, el cual se encontraba... como decirlo... muy dispuesto a acabar con los enemigos de los piratas. Tuvo sangre fría a la hora de acabar con los guardias...

Al igual que el temible capitán de los piratas, Henry Dojo. Con una pistola y una espada, masacró a cuanto guardia... y civil... se le pusiese en frente. El único que no tuvo un gran impacto en aquella batalla por el puerto fue McTaker, el cual diseño una espada que, además de espada, es escudo. Pero resultó tan pesada que se pasó toda la batalla arrastrándola y cubriéndose. Por lo que no hay muertes a su espalda.

En otra línea de sucesos, Ivanov hizo un poco de investigación y llegó hasta Sam Okaza, una adolescente misteriosa que descubrió que era la que le daba los cigarrillos a los niños. Quería interrogar a la muchacha, pero el plan se vio comprometido al encontrarse ambos en el medio del tiroteo entre piratas y guardias. Finalmente, los dos quedaron como prisioneros de los piratas.

En cuanto a los restantes agentes, Zaheera y Jones, ellos se mantuvieron lejos de las espadas de los piratas durante la mayoría del día. De hecho, ayudaron a una férrea opositora del gobierno a huir de la isla para evitar al régimen. El régimen cayó poco después, pero dudo que alguien le pudiera haber avisado a tiempo.

El climax de la Batalla por Puerto Obikanui llegó con la muerte de la recaudador del régimen de Peggy en el pueblo, Bob Dong, a manos del cardenal Roni. Henry Dojo planeaba asesinarlo por pura diversión, pero el agente vio una oportunidad de asesinarlo el mismo. Incluso cuando dos de los restantes agentes, Zaheera y Jones, intentaron disparar de forma fallida contra el capitán pirata. Luego de eso, la victoria de los piratas por sobre el régimen quedo sellada.

 Al llegar a aquella parte de la historia, Typhe hace una pausa y bebe la último que le quedaba de café. Luego, le cede su portafolio con las ilustraciones a Maverick para que las vea más de cerca. Parecía que la presentación de dibujos se acababa por ahora.

- La Agencia me pidió que no ilustre eventos que contengan objetos o personas relacionadas a la Agencia... mas allá de los cinco agentes, claro está. Por lo que no pude hacer imágenes que contengan a los tres buques de guerra que desembarcaron en la Isla Shuriken, a los piratas huyendo espantados al verlos o a los miembros de la Agencia que estaban bajo sus ordenes. Ya sabe... Totonaco, Nyala, William...

 Typhe narraba toco esto con un sentimiento de melancolía, puesto que a él le hubiese encantado retratar el resto de los eventos que pasaron ese día. Pero toda ilustración se vio comprometida por la interferencia de la Agencia en la isla.

- De ahí en adelante, los agentes se dividieron en dos grupos: los aliados de piratas y sus prisioneros, con Roni, McTaker e Ivanov; y los demás, o sea Zaheera y Jones. Viendo como avanzaba la trama de sucesos, era evidente que su próximo destino sería ir a Los Bloques, ¿no cree?

 Esa última pregunta fue hecha con un poco de sorna, a lo que Maverick simplemente respondió levantando una ceja. Pero debajo de su tupido bigote se podía ver una pequeña mueca de sonrisa.

 Maverick miraba los dibujos con detenimiento, pensando en cómo aquellos actos retratados afectaron la misión e hicieron que la misma terminase como había terminado. También debía admitir que los dibujos del ilustrador le parecían cada vez más agradables. Nunca pensó que encontraría útil o satisfactorio el trabajo de un ilustrador, pero se encontraba en el camino contrario. Debían ser muy buenos dibujos.

- Todo comprendido: buen resumen, Daguerro. Invasión del pueblo por parte de los piratas, invasión del pueblo por parte de la Agencia que produjo la retirada de los piratas... desacuerdos entre los agentes por la alianza de alguno de ellos con los piratas. Demasiados piratas por un día, si me lo preguntan a mi...

 El ex-agente no profería opinión alguna sobre los eventos: se encontraba, de cierta forma, muy tranquilo. Simplemente bebía el café mientras terminaba de procesar toda la historia que le acababan de contar. Hechos que conocía, y que parecían no perturbarle demasiado.

- ¡O-K! Pidamos otra ronda de cafés. Recuerdo que lo que sigue es bastante jugoso. Pero cuéntalo tú que para eso te paga la Agencia todavía. Así que...

¿Qué paso al día siguiente?