Partida Rol por web

Giuseppe no parecía contento con esa resolución, habían silenciado a la mujer para que no se fueran de la lengua acerca de la presencia de los piratas por la zona, pero ahora, no solo habían logrado alertar a todos los que tuvieran un Walkie, sino que además había desvelado el Walkie del propio Giuseppe.

-De esto me encargo yo, iros yendo, ya os alcanzaré. Si os quedáis, en silencio.

Apagando el Walkie con una mano, Giuseppe indica a los otros dos acompañantes que guarden silencio con la mano antes de volver a pulsar el mismo botón de la radio que el otro había pulsado, tratando de tener una voz mucho más jovial de la que uno esperaría de un hombre de su edad.

"Sí, lo sé, el plan era que terminara de leer lo que le hemos preparado, pero así queda más realista de que fueron los piratas..."

Tras esto cortó la conexión nuevamente, a la espera de que su plan hubiera funcionado, aunque aún quedaba un último paso por terminar, y este era... buscar papel y algo para escribir y dejar un mensaje en la mano menos ensangrentada del hombre.

¡LOS PIRATAS NOS HAN ENCONTRADO!

¡SE HAN HECHO CON LA RADIO!

¡LA QUIEREN UTILIZAR PARA ENVIAR MENSAJES CONTRA EL RÉGIMEN!

¡DEBEMOS PERMANECER FUERTES Y DEFENDER LA LEGITIMIDAD DE LA ISLA Y LA SIEMPRE-AMADA PARA-NADA-DESPRECIADA PRESIDENTA ELECTA PEGGY TSAI!

¡VIVA LA ISLA!

Para finalizar iría a la cocina a coger un cuchillo y pasar su filo por la ya herida del hombre, tirando aquel arma a un lado. Simulando que no fue una espada, sino aquella arma blanca la que terminó con la vida de aquel buen hombre con amigos influyentes en aquel ejército "underground" de liberación.

Tras esto, Giuseppe podía partir con sus dos acompañantes, o alcanzarlos si habían decidido quedarse en silencio ahí.

Por suerte para Jack, ganó aquella batalla pues parecía que el primer golpe había dejado algo atontado al pirata, haciendo que golpeara, aún más débil que Jones, haciendo así que se alzara con la victoria. Cuando aquél hombre le estaba pidiendo la muerte, le iba a ofrecer la mano, pero el agente ruso le disparó a sangre fría. Aquél gesto, aunque él hombre asesinado fuera su enemigo, no le pareció muy honorable a Jack, sobretodo después del combate a puño limpio que habían tenido. 

Quizá era lo mejor, pues el otro hombre parecía sentirse realmente deshonrando y buscaba la muerte a cualquier coste, pero al canadiense le habría gustado intentar razonar con él. Se acercó al agente ruso y cogió su pistola, guardándola en su pantalón. - No vuelvas a disparar la pistola de un hombre sin su permiso, esto es como su pene. - comentaba serio. - Igualmente, gracias por apuntar por si perdía.

Se empezó a ponerse la camisa, mientras miraba al otro pirata. Después se dirigió a sus compañeros. - ¿Qué haréis ahora con él?

La voz de aquél hombre a través del walkie sorprendió a la Agente, quien rápidamente pulsó el botón de “apagar”. ¿No lo había hecho? No sabía qué había pasado, tal vez se le olvidó, lo hizo mal o en la breve pelea se hubiera encendido con los movimientos, era indiferente el motivo, pero lo que no entendía era el por qué volvía a escuchar la voz de aquél hombre desconocido.

Interferencias.- Anunció, no importándole más el tema. Ya lo había escuchado una vez con Jack y lo achacó a un desconocido que encontró un walkie o una trampa, ahora no era distinto. Nadie puede tener nuestra frecuencia, va en contra de las normas.- Si es cierto lo que dices, llama ahora mismo con tu cliente.- Se acercó un par de pasos, lo justo para que pudiera tender la mano en su dirección.- Y pásame el teléfono. Sólo así podré saber que eres de fiar.

Por mi parte, procedo a atar e inmobilizar al pirata que hemos retenido.

"Llama al mono" le demando "Llama al mono. AHORA"
El irlandés es un luchador como pocos. Es tan bravo como fiables son mis cacharros, o como poderosos y misteriosos son los arcanos poderes vampíricos del Conde Vlad.
"Hey, Hollywood. ¿Sabes como interrogar a un pirata?" le digo al Conde Vlad.

Disimuladamente, estoy buscando en mis bolsillos. Se que existe un sonido que hacen los monitos. Una especie de llamada al apareamiento. 
Se que podré ayudar a la resistencia... en un momento. Ahora necesito atrapar al mono.

Así que con los cacharros a mi disposicion (llaves, hilos electricos, palos, un bazooka, algo que enrollar para que parezca un altavoz) intento construir algo con lo que hacer la famosa Llamada de los Monos. A saber:

 Los piratas, confiados del juicio del cardenal, se retiraron del apartamento y esperaron a que Roni se reuniese con ellos afuera del mismo. Mientras tanto, el agente estaba diseñando y orquestando un plan para hacer que aquella doble ejecución realizada por los piratas fuera vista por el público en general como un ataque hacia el régimen y no contra dos ciudadanos que intentaban buscar a sus seres queridos secuestrados por el régimen.

 Una de los pasos a llevar adelante era el de mandar un mensaje por la radio para hacer que el mensaje mandado por el hombre fallecido tuviera un significado diferente frente a la gente que escuchó aquella transmisión. Pero mientras lo hacía, pudo notar algo:

 Al ser trasmitido el mensaje por la radio especial, el walkie de Giuseppe (que había apagado hace tan solo unos minutos) vuelve a prenderse por cuenta propia y reproduce de forma automática el mensaje que el cardenal grabó. Mostrando que aquella radio tenía la capacidad no solo de trasmitir mensajes a los aparatos de comunicación que hubiese alrededor, sino que además tenía la capacidad de prenderlos.

???: "Sí, lo sé, el plan era que terminara de leer lo que le hemos preparado, pero así queda más realista de que fueron los piratas..."

 Desde el pasillo, el cardenal puede escuchar la voz del capitán llamando por él. Era evidente, por el tono, que irse de aquel lugar era la prioridad. Especialmente porque, después del sonido del disparo realizado por Roni, el ambiente se sentía... más silencioso. Como si la gente en la calle y en el edificio estuviese impactado por el disparo y estuviera intentando determinar de dónde venía. Algo que a Roni no le convenía mientras él estuviera ahí.

- Vamos, Stromboli... es cuestión de minutos antes de que este lugar se llene de gente... ¡Andando!

 Cuando Zeta dijo "interferencias", la sonrisa de Aaron volvió a su rostro. El hombre no sabía si lo que se transmitió por el walkie era algo que, en efecto, le preocupaba o no a la agente Zaheera. Pero tampoco era algo que le quitase la atención de su misión principal, que era asegurar la protección de su cliente. Más importante era que la agente le pidió que llamase por teléfono a su cliente. Aaron se llevó una mano al mentón, pensativo. Pero luego encogió los hombros y sacó su teléfono, comenzando a marcar algunos números en él.

- Te diré una cosa: si quieres, puedes conocerlo en persona. Puedo convocarlo aquí y-

 Pero la conversación se vio interrumpida por dos sucesos que hicieron que la voluntad de Aaron por llamar a su jefe se desvaneciera en el aire en cuestión de segundos.

 Nuevamente, como si el botón de "apagado" del walkie no tuviese utilidad, el aparato vuelve a prenderse y vuelve a trasmitir un mensaje. Aparentemente proveniente de la misma localización. La voz que hablaba era diferente a la del hombre del mensaje anterior; un tono de voz que hasta el momento la agente no había escuchado antes.

???: "Sí, lo sé, el plan era que terminara de leer lo que le hemos preparado, pero así queda más realista de que fueron los piratas..."

 Pero había algo más en aquel mensaje. El tono de voz era distinto, pero... la voz era familiar. Demasiado familiar para la agente. Una voz del pasado que intentaba camuflarse para no ser detectada.

 Quizá Aaron podría dejar pasar aquella transmisión sin preocuparse demasiado, pero el segundo suceso definitivamente cambió el clima entre Zeta y aquel hombre. Pues se escuchó un estruendoso "BANG" en la planta baja de la fábrica. Zeta se asomó por la ventana en la que se encontraba apoyada y Aaron caminó rápidamente a la puerta para asomarse un poco.

 Aquel pirata alto y fornido que había emboscado a Zeta y a Jones en la selva hace algunas horas, ahora se encontraba de rodillas en el suelo, magullado por los golpes de Jack, mientras Ivanov le daba el disparo final por detrás que acabaría con su vida. El pirata mostraba una actitud increíblemente tranquila mientras la bala le atravesaba el pecho. Una actitud diferente a la de su compañero, que había sido atrapado por McTaker y lloraba y pataleaba.

 El mono Balu, mientras tanto, aprovechó la conmoción para dejar el hombre de su dueño y darse a la fuga por cuenta propia.

  La mirada de guardaespaldas se pasea por toda la planta inferior. Mirando a los tres agentes, a los tres niños reunidos, al pirata muerto y al pirata atrapado. Quizá lo que le había llamado más la atención no era que se acabase de asesinar a un hombre en la planta inferior (puesto que la filosofía de aquel hombre era la de no preocuparse por nada más que por su cliente), sino que había más gente en aquel lugar de la que creía.

- ¿Quién es esa gente con los niños? No parecen locales... ¿están contigo?

 La postura del hombre volvía a ser defensiva, quizá ahora más preocupado por su integridad dado que había más gente en el edificio de la que pensaba. Mantenía su distancia con la agente, aunque no hizo ningún amague de escapar.

 Con una soga que McTaker encontró convenientemente en algún lugar de la fábrica, el agente inmovilizó al pirata que se retorcía bajo su agarre para intentar escapar. Luego, le pidió al mismo que llamase a su mono, pero el pirata estaba demasiado ocupando lloriqueando y pidiendo que le dejasen ir. Por lo que McTaker se decidió en tomar el asunto en sus propias manos. Sus propias ingeniosas manitas.

 Buscando entre los barriles, cajas y estantes que había en aquel lugar, el agente americano se hace con los suficientes materiales como para crear un dispositivo capaz de crear un sonido que pudiese engatusar al mono escapista para que volviese. Los niños, que intentaban distraerse de la imagen del pirata muerto en el suelo, miraban en cambio como el agente avanzaba con aquella elaboraba y hasta casi imposible construcción. Y al finalizar, McTaker mostró a todos lo que había conseguido hacer:

 Un megáfono con un dispositivo de distorsión de voz debajo del mismo, con el cual se iba a lograr llamar la atención del animal que se alejaba de la fábrica. Tomando una gran bocanada de aire, el agente realiza el llamado a través del dispositivo y un sonido extraño surge del mismo.

 El monito, que se había dedicado a una fuga implacable, escuchó aquel llamado realizado por el agente. Y hubo algo en aquella voz tan imponente y salvaje que hizo que el animal no se pudiera resistir a volver hacia atrás. Un sentimiento de atracción que le provocaba escuchar aquel grito, y que logró frustrar su huida al inducirse algún tipo de trance. El pequeño Balu volvió hacia la fábrica, caminando en sus dos patitas.

Hoooo... Heeeee.... Hoooooooo...

 Sin embargo, aquel efecto tenía sus límites, y al encontrarse nuevamente frente a las puertas de la fábrica, el mono sintió un fuerte rechazo cuando sus patitas avanzaban por cuenta propia hacia la puerta. Sin embargo, no hubo mayor posibilidad para el animal de luchar contra aquel trance, puesto que al poco tiempo fue agarrado del cuello por uno de los huérfanos que se encontraba dentro. Ingresándolo y dejándolo inmóvil.

 El chico que lo había agarrado era Pip, quien lo tenía fuertemente abrazado contra su pecho y le acariciaba un tanto agresivamente. Era evidente que el chico no había tenido mascotas en su vida. Quizá ni siquiera sabría distinguir a un mono de un perro. Pero el chiquillo estaba feliz, incluso dejando su cigarrillo de lado para dedicarse exclusivamente a hablarle y jugar con el mono cautivo.

- ¡Monito! ¡Monito! A ti te compartiré mis frutas, y mis sandwiches... pero no mucho... ¡Monito!

 El otro niño, Ollie, también se acercó al mono y comenzó a acariciarle, encontrándose ahora menos nervioso de lo que estaba antes. Si bien evitaban mirar el cadáver del pirata, parecía que aquello no les había afectado tanto como uno podría esperar de niños tan pequeños. Quizá, lamentablemente, ya se encontraban acostumbrados a la violencia en las calles.

 La única huérfana que se mantuvo enfocada y quizo hablar con los agentes fue Sam, que estaba preocupada por la situación con los piratas y qué significaba todo lo que estaba sucediendo para los huérfanos.

- Si dejan a este hombre libre, los piratas sabrán mucho más de nosotros y de ustedes de lo que saben ahora, ¿no? Lo mejor sería hacer lo que hizo Alex con el otro tipo y... acabar con él...

 La chica se refirió a Ivanov como "Alex", por lo que era evidente que el agente se había presentado con su nombre falso. Los agentes ahora se encontraban frente a una nueva decisión respecto a qué hacer con aquel nuevo prisionero que tenían. Pero antes de poder proceder con la misma, los tres recibieron un nuevo mensaje en sus respectivos walkies:

 Los aparatos se prenden y vuelven a trasmitir un mensaje. Aparentemente proveniente de la misma localización o zona que el anterior. La voz que hablaba era diferente a la del hombre del mensaje anterior; un tono de voz que hasta el momento los agentes no habían escuchado antes.

???: "Sí, lo sé, el plan era que terminara de leer lo que le hemos preparado, pero así queda más realista de que fueron los piratas..."

 Pero había algo más en aquel mensaje. El tono de voz era distinto, pero... la voz era familiar. Demasiado familiar para los agentes. Una voz del pasado que intentaba camuflarse para no ser detectada.

Adelante, lláma…- Otra vez esa interferencia en el walkie, preguntándose si el dispositivo estaba roto y los botones no funcionaban, ¿debía pedirle otros a la Agencia? Igualmente en esta ocasión prestó atención al mensaje, esta vez reconociendo que tenía su interés. La voz no era la misma pero creía poder ubicarla en algún tiempo, un lugar, y teniendo en cuenta que las personas que conocía en esta isla se contaban con los dedos de las manos la lista de candidatos no era demasiado grande.

Volvió a apagarlo cuando escuchó el disparo, sobresaltándose. Temiéndose lo peor, Zeta se acercó a la ventana para mirar qué había pasado, sobre todo suplicando que la víctima no fuera uno de sus compañeros. Para su sorpresa ellos no fueron las víctimas, sino los verdugos en esta ocasión, acabando con la vida de uno de los piratas. La muchacha entrecerró los ojos, disgustada con Ivanov. No teníamos que causar bajas mortales, además, el ruido habrá alertado a la gente. Tenía que terminar con aquello rápido, sobre todo si quería saber qué estaba pasando.

Esos piratas nos atacaron por la jungla. Fueron los causantes de los incendios en la playa, dejaron muchas vidas por el camino.- No había respondido a si iba con ellos, no sabía si era buena idea hacerlo, pero al menos quería justificar que no eran los malos.- Tienes mi palabra de que no harán nada contra ti o tu cliente, sólo quiero hablar.

Giuseppe Roni ya había terminado de hacer lo que tenía que hacer; con eso esperaba que los miembros de la "Resistencia" que fueran a investigar o hayan escuchado la transmisión pudieran comprender que los miembros del Régimen había obligado al Sr. y Sra. Meyer a dar esas declaraciones en contra de los piratas para tratar de impedir que la posible Resistencia oculta y los Piratas lograran unir fuerzas.

Sin ningún tipo de dilación, Giuseppe se dispuso a bajar tratando de pasar lo más desapercibido que pudiera, así como irse de una buena vez, lo que menos deseaba era la presencia de curiosos que tuvieran que ser silenciados nuevamente. La revolución era inminente y Giuseppe podía oler el baño de sangre que se avecinaba.