Partida Rol por web

Escape from Mars (DM 01/20)

CAPÍTULO 3. HUÍDA

Cargando editor
26/01/2020, 20:32
Vásquez

Se quedó paralizada ante la estupidez de la puta Presidenta... Junto a Irisa, estaba a un lado del grupo, y sabía lo que tenía que hacer; sabía lo que la Presidenta, a su vez, iba a hacer; lo que no podía tener ni pajolera idea era la más mínima idea de lo que iba a hacer Serpiente.

Tenía clara la situación en cuanto la zorr... presidenta sacó la escopeta: sl le daban lo que quería, cerraba puerta y se iba, pues no tenía sentido para nada lo que estaba haciendo, ya que era consciente de que la íbamos a llevar "a la civilización". No, esto era peor: la zorra se había vuelto loca...

.. De modo que le pareció correcto lo que hizo Snake. Solo que en cuanto él hizo eso, ella, que estaba ya preparada tras la charla para tener que pegar tiros si se ponía farruca, sacó a su vez la pistola, y sin esperar el resultado de los disparos de Snake, hizo lo mismo que él...

-Ella se lo ha buscado; iba a dejarnos en tierra, la muy imbécil...

Luego se dió cuenta de que, con la tontería... Snake sería hombre muerto... excepto....

-La tarjeta. Snake. Es tu pasaporte para negociar; el tuyo, y el de Gru; si quieren los datos para salir de este lío de mierda... tendrán que bajarse los pantalones con vosotros.

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
26/01/2020, 20:38
Adrienne Forsyth

La presidenta tenía la sartén por el mango y lo sabía. Había aguantado mucha basura en su vida, y la peor de todas era aquel par de tuertos que esgrimían su trabajo como si con ello pudiese perdonársele todos los crímenes e idioteces de su pasado.

De eso ni hablar.

Cuando Plissken sacó su arma con la promesa de entregarle la tarjeta, pero sabía que no lo haría. Lo conocía demasiado bien. Si en el pasado no había abandonado a los suyos, no iba a hacerlo ahora.

Así que cuando hizo aquel movimiento, Adrienne ya estaba apuntándole a la cabeza.

-Se ha vuelto muy previsible, Plissken.

Cargando editor
26/01/2020, 20:41
Rodale

Vasquez fue rápida, pero incluso así, o ella o Plissken habrían muerto, o quizás cualquier otro.

Pero antes de que sonara cualquiera de sus disparos, y que sus balas saliesen de sus armas, otro disparo resonó en todo el vagón y algo atravesó el pecho de la Presidenta.

Sus ojos se abrieron, confundidos por lo que había sucedido, y todos quitasteis el dedo del gatillo, sin entenderlo. Cuando el cuerpo de la Presidenta cayó, Rodale apareció detrás con una escopeta.

-Nunca me cayó bien -os dijo. Miró el cuerpo de la mujer en el suelo y después, alzó la mirada hacia vosotros -. Todos al tren. Regresamos.

Cargando editor
26/01/2020, 20:47
Snake Plissken

- Usted puede llamarme Serpiente... - Le dijo sin mostrar emoción alguna, mientras observaba la aterrada mirada de la presidenta mientras convulsionaba en sus últimos estertores. - Zorra... - Le dedicó un último apelativo y escupió sobre su cuerpo aun caliente.

Snake se subió al transporte a duras penas. Su estrategia no había acabado de funcionar como tenía previsto, ninguna de ellas de hecho, pero al final lo habían logrado... más o menos. Al menos tenían esa estúpida tarjeta. 

Buen trabajo ahí abajo... - Le dijo a Rodale. - ¿Qué mierdas contiene esa tarjeta? - Preguntó. - ¿Hay en el tren algún dispositivo para visionar su contenido? 

Cargando editor
26/01/2020, 21:03
Rodale

Rodale ayudó a todo el mundo a subir al vagón y después, se dirigió hacia la máquina para ponerla en marcha.

-Eh, yo de eso no se nada. Solo soy el maquinista. Pero esas tarjetas son de acceso restringido. Abren puertas, permiten entrar y salir de los sitios... ese tipo de cosas.

Cuando llegó a los mandos, accionó los motores y con un pequeño sobresalto, el tren volvió a moverse.

Cargando editor
26/01/2020, 21:16
Grace Steelside "Eat Snakes"

La muy zorra no parecía hablandarse. Al menos esperaba que mi discurso diese tiempo a pensar y reaccionar a los demás. Pero cuando Man comenzó a hablar y le vi caminar hacia la presidenta, mi alma se cayó a mis pies. Sabía lo que iba a hacer y no podía decirle nada sin delatar sus movimientos. Pero la puta también lo vio venir y sentí pavor al ver como apuntaba con a escopeta a su pecho.

Y entonces Snake movió ficha y se liberó de mí y de Jericho. Le miré desconcertada y le apunté con mi arma, mientras que escuchaba a Man gritarle de aquella manera. Cerré los ojos y bajé mi arma. Si lo que intentaba Snake funcionaba, saldríamos todos con vida, sino... moriríamos todos igualmente y eso me hizo agarrar la mano de Man y entrelazar mis dedos con los suyos, para luego abrazarle con mi brazo libre y dejar caer mi cabeza sobre su cuerpo.

Si teníamos que morir, que fuese con él hombre al que amaba a mi lado.

Estaba a punto de pedirle la tarjeta a Man cuando Snake se giró de golpe hacia la puta, solo que ella ya le esperaba. Las reacciones de todos fueron inmediatas. Todo se me antojó demasiado caótico en aquel momento, pero al ver hacia donde caía el cuerpo de la presidenta, deduje que no la había abatido uno de nosotros, sino que fue por la espalda.

Y allí estaba. El maquinista tartamudo y que casi hago que se cague en los pantalones, salvando a todo el equipo y fundiéndose la misión de un solo disparo.

Pero ya nos lamentaríamos luego. La nube se acercaba y era hora de largarse.

- Snake, por una vez en tu jodida vida, hazme caso y túmbate. - Le ordené una vez estábamos todos en el interior del tren. - O paramos esa hemorragia o lo que contenga esa tarjeta no nos servirá para nada. - Las literas vendrían bien para dejar a los heridos en ellas y atenderles.

Mis ojos se centraron en Man unos momentos. Quería abrazarme a él y besarle nuevamente. En mi cabeza le veía viviendo conmigo en el pequeño apartamento donde residía. No era muy grande: un dormitorio, baño completo y el salón y la cocina estaban unidos. Suficiente para los dos. Necesitaba sentir la paz entre sus brazos. - Colocad a la teniente en una litera, necesitamos algo para entablillar esa pierna.

Me adelanté a la cabina donde estaba el tipo que nos había salvado el culo. - Lamento lo de antes. Debíamos parar. - Me disculpé por mis formas. - No suelo tener buen caracter en esas situaciones. Necesitamos un botiquín o algo mejor... ¿Hay de eso en este tren? - Esperé su respuesta y antes de salir de allí le puse la mano en el hombro. - Gracias. Eres un jodido héroe. - Le reconocí y eso ya era demasiado para mí.

Regresé con los demás y esta vez no pude no detenerme ante Man y abrazarle.- Encontraré el modo de que estemos juntos... te lo prometo. Tu no la pierdas. Es nuestra única mano... y espero que sea la buena. - Le besé nuevamente antes de volver a ver como estaban los demás, deseando que en diez horas de viaje, tuviésemos al menos una para nosotros dos a solas.

Cargando editor
26/01/2020, 22:53
Irisa Savelievna

Irisa oyó un disparo. Sintió su corazón encogerse. Al no saber que ocurría. Su cabeza estaba embotada. Después del disparo llegaron más voces. La Teniente estaba ahí, pero no estaba. Alguien hurgo en su cinturón y algo cayo al suelo seguido de una leve explosión. No relaciono esto último con la granada de humo que portaba liberada de su anilla en el cinto.

Su cuerpo se eleva entonces cargado por Vásquez para librar el escalón del tren y antes de darse cuenta sintió su cuerpo caer sobre algo blando, un colchón. Apretó los dientes instintivamente por la punzada de dolor al contacto de la pierna con una superficie.

- ¿Vásquez?  extiende la mano temblorosa ¿estamos en casa? solloza ¿están todos bien? Apenas con un hilo de voz la Teniente pregunto aún ida. Quizá fuera algo exagerado su estado, pero no estaba fingiendo, realmente le dolía.

Cargando editor
27/01/2020, 09:33
Snake Plissken

A Snake no le gustaba depender de nadie y mucho menos dar la razón, pero realmente tenía razón, necesitaba que trataran aquella endemoniada herida. Podía ser que ahora no le doliera hasta el punto de incapacitarle, pero lo cierto era que aquello podía acabar matándole. Necesitaban un botiquín, antiinflamatorios y antibióticos.

Está bien come serpientes. Te haré caso esta vez... - Le dijodijo a la comandante.

Plissken se tumbó de forma costosa en una de las literas. Ahora que empezaba a bajar la adrenalina, sentía más y más el dolor. Un dolor que por segundos se tornaba insoportable. Se tumbó de espaldas mientras gemía dolorido. Resignado esperó a que le trataran las heridas. Se estaba haciendo viejo para aquello.

Pero rapidito... - Añadió. - Tengo un problemita que solucionar...

Cargando editor
27/01/2020, 10:05
Vásquez

Aunque, sin duda, el más jodido es Snake, ya debe estar acostumbrado, por lo que parece, y lo mismo, hasta le tiene pillado el gustillo, porque en vez de tener el bajonazo propio de alguien en su estado con esa herida, se permite seguir gruñendo; por momentos cabe pensar si realmente está vivo o no, porque lo de este tío, no es normal...

... Pero la que le preocupa en este momento a Vásquez es Irisa; está empezando a sudar y tiene algo de frío; las fracturas a veces pueden ser tan jodidas como un balazo, y hay que hacer algo; tras cojerla de la mano por un momento... escena tierna que no pega con Vásquez ni de coña, la soldado se va a hacer algo práctico.

-Ahora vengo, voy a ver si puedo ayudarte con la pierna

Ha oído que la Comandante pregunta por algún botiquín: si tienen morfina, la Teniente va a necesitar un chute, porque si todavía no le duele a rabiar la pierna, en breve lo hará. Pero hay otra cosa que necesita: algo para entablillar la pierna. Se va hacia donde está el maquinista -el becario mata-presidentas... como se descuide, se lo folla-

-Tu, héroe, ¿tienes algo largo y duro que pueda servirme?

... momentos de tensión antes de matizar...

-... Una palanca, una escoba, un tubo largo y recto...

... ahora es cuando matiza

-... Para entablillar la pierna de la teniente; eso y cinta americana. ¿Te importa que use lo primero que vea?, usaría el cañón desmontado de la smartgun pero -sonrisa desganada- lo mismo hay que usarla más pronto que temprano.

Tras una pausa, se da cuenta de que el tren debe tener algún tipo de retrovisor o similar...

-Oye, si la nube esa rara nos alcanza, danos una voz... Los vagones, una vez cerrados, son estancos, ¿no?

 

Cargando editor
27/01/2020, 11:55
Rodale

Rodale estaba en los mandos, intentando llevar el tren al límite, y por ese motivo tardó en responder.

-¿Cómo? Eh, sí, sí, son estancos. Junto al armario de las armas hay un botiquín, pero no creo que haya barras o palancas, o algo parecido -respondió finalmente, echando un vistazo hacia atrás sin perder de vista la vía. Ahora que regresaban, no quería que hubiese problemas.

Pero tampoco olvidaba lo que había hecho.

He matado a la Presidenta. La he matado. Me van a crucificar.

-Eh, perdonen, pero... ¿qué creen que me ocurrirá cuando sepan... lo que he hecho?

Cargando editor
27/01/2020, 13:33
Grace Steelside "Eat Snakes"

- Ningún héroe debería estar en la cárcel. - Respondí con seguridad al maquinista mientras me encaminaba hacia el botiquín, mirando a Man y luego a Snake tras decir aquellas palabras. Si aquello no dejaba claro como les veía, serían mis acciones las que hablarían por mí. - Tenemos diez horas para pensar en ello. - Dije saliendo con el botiquín médico en mis manos. Se notaba que estaba preparado para una campaña como esta. - Pero no cargarás con esa muerte salvo en tu conciencia. - Le dije al maquinista con voz solemne mientras abría el botiquín.

- Pero primero los heridos. - Snake era el que peor estaba. Irisa aguantaría el dolor y sobreviviría. Snake era duro, pero viejo. Vi que Vásquez se volcaba con la teniente, así que repartí el trabajo. Abrí el botiquín y saqué morfina para Irisa y lo mismo para Snake, solo que a él se lo metería por vía y con suero.

- Vásquez. - Lancé la jeringuilla cargada. - Eso la aliviará. - Luego la lancé un par de vendas y un par de palos de plástico de esos que se usan para ver la garganta. - Haz un mordedor, lo necesitará cuando la coloquemos la pierna. Luego desmonta las escopetas. Usaremos sus cañoñes para entablillarla y lo haremos juntas. - Teníamos que jugar con lo que teníamos y no era mucho.

- Sargento, no deje de presionar, quiere? Gru, necesitaré tu ayuda. - Entonces miré a Robert al ojo cuando me llamó "come serpientes" y me giré hacia Gru, esperando que no reaccionase mal ante sus palabras.

- Hacía años que nadie se atrevía a llamarme así a la cara. - Le dije seria al teniente, para luego sonreírle y comenzar a buscar esa vena para la vía en su brazo.

- Desde que me encontraron en aquella cueva inconsciente, con media serpiente masticada en mi boca y restos de las mismas en mi uniforme, tras días de búsqueda, entendieron que ese fue mi sustento y lo que me permitió seguir con vida... - Le conté a los presentes, sobretodo por Man, pues no quería que le rompiese la cara a Snake por decirme aquello. La vía estaba lista. - Pasadme el suero. - Indiqué a Gru y al sargento. Una vez con él en mi mano, se lo conecté a la vía y lo colgué en la litera. Aprovechando la vía puesta, le inyecté la morfina. - Y me convertí en "la cabo come serpientes" y ascendí y el apodo conmigo... pero en mi siguiente ascenso, se comenzó a tergiversar demasiado la historia y yo ya era teniente... no podia permitirlo. Se que se usa a mis espaldas... unos para bien otros para mal. Pero hacía años que nadie me lo decía.

Lo más básico estaba hecho, pero la hemorragia seguía. - Ayúdame a cortarle la ropa. Hay que ver esa herida, taponarla y vendarla. - Le dije a Gru, señalando con la cabeza las tijeras que habían en el botiquín. Cuando el hombre me pasó las tijeras, acaricié su mano con la yema de mis dedos. Necesitaba tocarle y por ahora me conformaría con eso. -

Lo estás haciendo muy bien Robert. - Le dije con tranquildad y tratando de calmarle con mi voz. - Sigue portándote así de bien y te daré un caramelo luego. - Le sonreí bromeando y le guiñé un ojo. Snake no sabía lo que fue para mí y la cantidad de veces que me salvó de mi misma en aquel prostíbulo. Sentía que se lo debía de algún modo, aunque él no llegase a salvarme nunca en realidad.

Man me había cambiado. Me había hecho ver lo que nunca había imaginado que vería en un hombre y estaba feliz porque fuese con él con quien compartiese esos sentimientos. Pero no podía evitar sentir cierto pesar al ver a Snake. Si alguna vez creí que alguien me salvaría, siempre fue él. Incluso al inicio de la misión, había puesto mis esperanzas en aquel hombre sin querer. Pero él estaba demasiado preocupado por sí mismo como para ver más allá y apareció Man...

- Dame unas gasas y el coagulante. No se lo inyectaré porque podría generar un trombo, pero hace años me enseñaron que vertiéndolo sobre la herida, si funciona... solo que jode bastante.- Miré a Snake. Quizás fuese demasiado para él. Tendría que decidir que hacer, yo no era médico... bastante lo que sabía por mis años en combate y ayudando a salvar a los demás de sí mismos.

Cargando editor
27/01/2020, 15:16
Vásquez

Mientras Rodale cuenta sus miedos e inquietudes respecto a su mierda de futuro a la Comandante, me da la espalda por unos momentos, tiempo subiciente para que le eche un vistazo a su culo, ya de paso.

-Tu tranquilo; en el peor caso, ese culito no pasará hambre en la trena; lo único, que jugarás a trenecitos y a túneles ferroviarios de forma "un poquito distinta"

Cuando veo que está abriendo los ojos y poniendo expresión de terror, tengo que matizar, no sea que le entre un pánico y decida estrellar el tren, con nosotros dentro, lanzándolo a una velocidad absurda a la primera curva que intuya.

-Pero no te pasará nada; nadie dirá nada. Habrá otras cosas más preocupantes que la muerte de la zorra. -Señalo detrás nuestro, a donde vimos la nube rojiza- Me parece que la gente va a tener demasiado acojone como para pensar en una muerta más o menos, por muy presidencial que fuese su culo.

Cansada ya del nuevo objeto de comentarios hirientes -Vásquez necesitaba cambiar de objetivo con frecuencia... la aburrían rápido si no salían repondones- Se dirigió a ayudar a la Teniente. Cogió al vuelo la inyección de morfina, y se puso a lo suyo; cuanto antes redujesen la fractura, mejor, pero antes había que hacer comprobaciones.

Primero, sin avisar ni nada, como si no le importase lo que dijese o pensase la Teniente, la pinchó la morfina en el muslo de la pierna rota; después, con un cuidado que no cabría esperar de ella, al ve rcomo se movía y hablaba, con su cuchillo de rebanar pescuezos, rasgó el pantalón dela oficial, desde el tobillo hasta por encima de la rodilla: tenía que comprobar que la fratura no fuese de tipo abierta. Lo siguiente, iba a doler, así que era necesario dejar que la morfina primero hiciese efecto...

-Teniente, tendremos que colocarle el hueso, y cuanto más tardemos, será peor. Ahora voy a preparar las cosas, así que no se vaya a bailar.

Se fué a por las escopetas: la sugerencia de la Comandante era muy acertada, y procedió a desmontarlas y limpiar los cañones con el primer trapo que encontró a mano: Tendrían que sujetarlas con vendas, esparadrapo o cinta americana luego, y si estaban engrasados por fuera, los cañones se caerían a la mínima.

Mientras, no perdía detalle de lo que hacían con Snake, por si tenía que ayudar de algún modo...

-Comandante, si necesita que le duerma para poder hacerlo bien, dígamelo, sin complejos...  Snake, si tengo que ponerle a dormir, es por su bien, no por vicio...

Cargando editor
27/01/2020, 16:45
Snake Plissken

- Haz lo que tengas que hacer... - Le dijo Snake a Grace. - No sé si quiero ese caramelo, pero si tienes un cigarrillo, no te diré que no. 

La voz de Serpiente sonaba entrecortada. Se notaba que le dolía horrores aunque no se quejaba. Además, el sudor frío que recorría su cuerpo, era un claro indicador de que algo iba bastante mal. Fuera como fuera, resistiría lo que hiciera falta, pues estaba ante sus ultimas horas sobre... Marte... Al morir la Presidenta, él había sido sentenciado a muerte. Sólo esperaba la forma de librarse de tal condena.

- Da igual si duele... - Le dijo cuando sugirió lo del anticoagulante. - Aguantaré lo que toque... 

Lo que no le gustó tanto, fue la pregunta que Vasquez le hizo a Grace acerca de dormirle. Sanke se incorporó en un inoportuno momento. Golpeó con la espalda las manos de Grace, mientras manipulaba el sobre de anticoagulante y casi provocó que se le cayera al suelo del tren. Miró a Vasquez y le señaló con el dedo con aparente cabreo.

- ¡Ni se te ocurra dormirme! - Le ordenó. - ¿Lo has entendido?

Cargando editor
27/01/2020, 16:53
Irisa Savelievna

Irisa sentía frio. Ese que se te mete en el cuerpo y te hace temblar. Por un momento el contacto de la mano de Vásquez la reconforto. -Vaya soldado no me moverse aquí. Sonrió al tiempo que soltaba su mano para después posarla en su frente sudorosa.

Poco tiempo paso hasta que volvieron los pasos. El pinchazo en el muslo sin previo aviso sobresalto a Irisa que contuvo un grito tapándose la boca con su propia mano. Después escucho el ruido de la tela rasgarse y sintió como esa tela era  retirada de su piel. Seguía sin querer abrir los ojos. Si tenia el hueso fuera se desmayaría. - Dime que no se ve el hueso... Sollozo.

-Teniente, tendremos que colocarle el hueso, y cuanto más tardemos, será peor. Ahora voy a preparar las cosas, así que no se vaya a bailar.

Las palabras de Vázquez la hicieron sonreír de nuevo y secándose las lagrimas le respondió. -Haga lo que deba soldado...

-¿Usted bebe soldado? sin esperar respuesta continuo. -Recuérdeme que le debo una copa. No... Todos estáis invitados. Nos merecemos un trago. Añadió viniéndose arriba. El dolor se había aplacado un poco.

Cargando editor
27/01/2020, 17:20
Man o' War

Man permaneció en silencio durante aquellos primeros minutos en los que lo prioritario era darse cuenta de que habían salido con vida del mismísimo infierno, y curar a todos cuantos estuvieran heridos. Mientras Grace tomaba la iniciativa, junto a Vasquez, y simplemente se limitó a ayudar con el botiquín.

Pero tenía muchas cosas en qué pensar.

No obstante, antes de sumergirse en sus propios problemas, se volvió hacia el maquinista para tranquilizarlo. 

-Tranquilo, chico. Si no lo hubieses hecho tú, habría sido cualquier otro de nosotros. La Presidenta ha muerto por las heridas recibidas durante el proceso de evacuación y a pesar de todos nuestros esfuerzos, resultó imposible salvar su asquerosa vida.

A continuación, miró a todos y cada uno los que estaban en el vagón. 

-Todos vosotros sois unos jodidos héroes. Enhorabuena.

Después, se acercó a la parte delantera y miró hacia el paisaje, sucio y oscuro, además de monótono, que iba apareciendo ante ellos, y que les acercaba más al final de su viaje, y no solo se refería a aquella maldita misión.

Era también el final para él.

Miró de reojo a Snake y se alegró de que aquel jodido viejo siguiese con vida. Era un buen ejemplo de que un criminal no era aquel que iba en contra de la ley, sino que estaba disconforme con la que había. Aquel degenerado había demostrado una y otra vez que le importaba más la vida de la gente que aquellos que se enorgullecían de defenderla cada día, mientras también cada día permitían que muriesen miles de personas, a causa de la hambruna, enfermedades o acciones policiales. Quizás él pudiese volver a la civilización gracias a su acuerdo, pero en su caso, era completamente diferente.

Cuando Grace se acercó a él, algún tiempo más tarde, con las manos manchadas de sangre tras haber tratado a Snake, Man le habló sin necesidad de volverse.

-Yo no puedo regresar con vosotros. Esas zorras machorras me matarán en cuanto me vean y si supieran que me habéis ayudado, también a todos vosotros, y ninguno de los tuyos merece eso. Así que esto es lo que haremos -Man se giró hacia Grace -. Antes de entrar en la estación, detendremos el tren y yo me bajaré de él. Vosotros podréis continuar y así nadie tendrá problemas. Tu y yo... nos volveremos a ver, pero ahora no es nuestro momento.

Las grandes manos de Man se colocaron sobre los antebrazos de Grace y su único ojo solo tenía su hermoso rostro en su pupila.

-No quiero que sufras por mí. Ocurra lo que ocurra, volveré a buscarte. Man o' War nunca abandona a los suyos, y yo, jamás te dejaría. Debes saber que gracias a ti, estoy vivo de nuevo. No solo respiro y me muevo, sino que además, quiero vivir y quiero permanecer el tiempo que me quede a tu lado... pero tendremos que esperar. Lo entiendes, ¿verdad?

La voz de Man no era solo grave y dura, sino llena de determinación, y ahondando un poco, cualquiera hubiese percibido mucho más. Aquel hombre lleno de heridas y cicatrices, estaba demostrando que tenía más corazón y espíritu humano que la zorra que habían matado.

Man sacó entonces del interior de su chaqueta la tarjeta y se la entregó a Grace.

-Esto no es solo una tarjeta. Es la vida de tu gente. Dáselo a tu gente y estoy seguro de que nadie pondrá en duda vuestra historia.

Cargando editor
27/01/2020, 19:08
Jericho Butler

La trágica muerte de la Presidenta era un inconveniente. Tendríamos que ponernos tod@s de acuerdo en dar las mismas explicaciones a lo sucedido. Había que tapar al maquinista e inventarse algo plausible sobre su muerte.  Además, estaba el problema de Man 0'War y Snake. Al primero se le podría ocultar en la ciudad, pero al segundo, si no le mataba la grave herida que tenía, le mataría el explosivo que recorría por su sangre. Había que trazar un plan para ayudar a estos dos cabronazos.

Estuve ayudando a Grace con Snake, taponando la herida y limpiándola. Cuando pidió un trujas, saqué uno de mi paquete, lo encendí dando tres caladas y se lo acerqué a la boca. Yo era el único que fumaba, por lo que sabía. La herida pintaba muy, pero que muy mal. Ante la idea de Man o'War de bajarse antes, le daba mi aprobación. Sería lo más lógico y sensato. Le miré y le chisté para atraer su atención sobre mi.

-"No nos han presentado formalmente Man o'War; soy el sargento Jericho. Tu idea es buena, pero necesitarás ayuda para esconderte. Yo conozco a gente que puede ayudarte a desaparecer y no dejar rastro. Antes de llegar, te daré los nombres de un par de contactos. Son de fiar y no te traicionarán, así podrás desaparecer y empezar una nueva vida. Siempre y cuando esa nube roja llena de espíritus no invade todo el planeta."

Después de todo, aún teníamos el problema de la nube de espíritus que invadían los cuerpos humanos, trasformándolos en criaturas hostiles sin alma. Pero eso era otro tema a tratar cuando llegáramos a nuestro destino. De momento había que centrarse en el presente y ayudar a Snake y a Irina.

 

Notas de juego

Estoy bastante pocho con la gripe. Espero no faltar, por lo menos, a mi post diario. Si ve, Directora, que retraso la acción... ya sabe.

Cargando editor
27/01/2020, 20:16
Grace Steelside "Eat Snakes"

- Nadie va a dormirte, Snake. - Reprendí al hombre tirándole hacia atrás. - Lo siento por ti, pero vas a tener que aguantar despierto hasta que lleguemos. - Antes de que la liase más, vertí coagulante sobre la herida con una jeringuilla, metiéndola en la herida y sacándola según la iba vaciando. Ni le avisé de la putada y él aguantó como el maldito héroe que era.

Le colocamos gasas limpias y le vendamos. Luego busqué antibiótico y antinflamatorio y se lo metí por la vía. - Descansa, ¿quieres? Aquí estás entre amigos. Necesitarás fuerza para cuando lleguemos. - Le dije al final. - En un par de horas te suministraremos un analgésico más si te duele mucho. - Y sabía que le iba a seguir doliendo. Eso era bueno, porque le mantendría despierto.

Man se fue hacia el maquinista y le miré unos momentos, antes de unirme a Vásquez con Irisa. - Sargento. Necesitaremos su ayuda aquí. - Le indiqué viendo el estado de la pierna. - Yo sostendré a la teniente por los hombros. Ustedes coloquen la pierna y entablíllenla. - Miré a Irisa. La morfina ya debía estar funcionando en su cuerpo.

Me coloqué en la espalda de Irisa y la puse el mordedor hecho básicamente con vendas en la boca. - Lo va a necesitar, teniente. - La abracé por debajo de las axilas y asentí con la cabeza a Vásquez y Jericho cuando estuve lista.

Gritó. Y un clack nos indicó que estaba hecho.

- Ya está teniente... lo peor ha pasado. - Dije al ver como la soldado y el sargento comenzaban a usar los cañones de las escopetas para asegurar la pierna de la teniente y su hueso roto. Salí de allí con cuidado y miré a Man. Los heridos habían sido atendidos y ahora tenía un rato para los dos y necesitaba disfrutarlo.

Pero antes necesitaba asearme un poco, quitarme al menos la sangre que no era mía del cuerpo y de la piel y tras observar a Man unos instantes en silencio, decidí ir al baño a lavarme. Pero en ese momento Man habló. Era como si supiese que le observaba y me quedé allí plantada, de pie escuchando sus palabras.

Sabía que este momento llegaría y que él tenía razón. Lo cierto era que pensé que me tocaría esposarle por orden de la Presidenta y entregarlo yo misma. Pero la situación era distinta y aún así más lejana del recibimiento que se merecía, junto a todos los demás, por ser un condenado héroe. Porque eso era para mí, desde que nos salvó en las minas... desde que me salvó en la entrada de aquella oficina.

Mis ojos se clavaron en el suyo, mientras que sus palabras me daban esa dosis de realidad que yo no veía ya, porque yo no le veía como los demás. Por dentro sentía como mi corazón se quebraba poco a poco. Volveríamos a estar juntos, sí, pero ¿cuándo? Yo no quería separarme de su lado y mi mirada se empezaba a turbiar por las lágrimas.

- Lo entiendo. - Susurré dolida. No podía llevar la vida que quería con él a mi lado, no en Marte, no mientras él viviese y no me parecía justo tener que convertirle en el malo, cuando el mal era otro. Tampoco podía dejar a mis hombres a su suerte, ni aún con la tarjeta en mis manos. No había cabida para ninguno de los dos en La Tierra.

Entonces el sargento se presentó a Man, quizás poco oportuno el momento, pero sus palabras fueron de mi agrado y le miré agradecida viendo como Man podía tener una nueva vida... - Gru. - Le dije al sargento. - Man o'War quedó en la colonia minera.

Pero mis ojos eran el fiel reflejo de lo que mi corazón sentía y esta vez no peleé por contener mis lágrimas. Comencé a organizar todo en mi mente, dos informes: el oficial, para la prensa y el secreto. En el primero no se hablaría de aquella nube de muerte, simplemente de un rescate donde la Presidenta acabó muriendo, así como todos sus captores, siendo Man o'War ejecutado allí mismo.

En el segundo, si detallaría que peleó a nuestro lado, por su vida y conveniencia y que perecería como el villano que era, puesto que nadie nos creería si decíamos la verdad sobre él y despertaría dudas sobre su muerte. Eso le daría la libertad de no ser buscado jamás. Sin el parche tan llamativo y una gorra, podría pasear por la ciudad sin llamar la atención, siempre que no se metiese en líos... y la ayuda de los contactos del sargente...

Pero pensar en aquello y no tenerle a mi lado me comezó a pasar factura.

Empecé a sentir de golpe que me faltaba el aire y una sensación de vértigo se apoderó de mí al planear todo aquello. Mi estómago quería verter el contendio del mismo en aquel habitáculo y me abracé a Man. - No puedo estar sin ti, ya no. - Temblaba y no eran nervios por estar a su lado, era miedo. Puro miedo de que algo saliese mal y la última vez que le viese fuese al descender del tren. - No quiero desperdiciar ni un segundo de nuestra vida separados. Y unas horas sin ti serían una eternidad.

Estaba angustiada por la noticia en sí, pero tampoco podía dejar a los demás en la estacada. Claro que con la tarjeta podrían salvar sus carreras y Snake su vida. La teniente estaba medio ida con la morfina y el sargento era quien debía encargarse de todo. Era un hombre... pero yo ya no dudaba de los hombres, no al menos de los que tenía delante y confiaba en ellos. - Sargento, ¿cree que sus contactos nos conseguiran nuevas identidades y dos pasajes a Venus?  - Mis ojos se clavaron en Man. - Dicen que la colonización está marchando muy bien y que las puestas de sol en esta época del año son memorables...

Miré a mi equipo, estaba vivo, magullado pero entero. No me necesitaban para salir de aquella. - Sargento. - Le tendí la tarjeta. - Estando la teniente en ese estado, el equipo es suyo. Me marcharé con Gru. Si la Presidenta murió por esa tarjeta, porque será lo que digan sus informes, le dará más valor a la misma.

» Man o'War murió en esa mina. - Me agarré de la mano de Gruñiditos y la apreté con fuerza. - Pero antes me abatió a mí. Recordad que os pediran dos informes, el que se hará público y el real. Las diferencias han de ser mínimas en cuanto a los hechos importantes. - Y miré a Man y sentí que le amaba.

Solo esperaba que nadie dudase de mis palabras ni me preguntase si estaba segura, porque de lo único que si tenía certeza en aquel momento, era que no estaba segura de nada.

Cerré los ojos de nuevo, sopesando mis propias palabras y lo que estaba haciendo: abandonarles. Eso hacía. Si confiaba en Man, debía demostrárselo y la única manera de hacerlo era dejándole ir. - Sargento... la tarjeta... - Moví mis dedos exigiendo la entrega inmediata de la misma a mis manos. - No voy a separarme de ti hasta que este tren pare y te bajes... - Le dije entonces a Man. - No voy a desperdiciar ni un solo segundo a tu lado y estaré contando cada minuto que no estés junto a mi. Para cuando llegues a la ciudad, Man o'War estará oficialmente muerto, así que guarda ese parche para cuando estemos juntos y a salvo. - Le miré con intensidad. - No me dejes morir sola y sin ti, Gruñiditos... porque eres el único para mí y me iré marchitando a cada día que pase. - Le hablé desde el corazón y él lo sabía, puesto que fue lo que me inculcó.

Fui a acariciarle el rostro, pero mis manos estaban llenas de sangre de Snake, así que bajé mi mano y le besé. - Debería lavarme y... anotarte mi dirección y... podrás ocultarte en mi casa hasta que yo llegue... - Comencé a decir nerviosa. - Y tendrás que ver a los amigos del sargento tu solo, si voy yo... olerán el uniforme a kilómetros. - Era buena organizando, no improvisando y... aquel momento me sentía buena para nada.

Y es que aquella era la decisión más jodida que había tomado en mi vida y aún dudaba de mí misma y de ella.

Así que, caminé hacia Snake. Mi cabeza no funcionaba del todo bien y esa tarjeta era su vida. - Robert. Creo que lo mejor es que la lleves tú. Tu pellejo depende de ella. Se la di a Gru porque era su pasaporte para subir a este tren, ahora es lo que te devolverá la vida. - Tal y como hice con Man la primera vez, abrí la mano de Snake y coloqué la tarjeta en su interior, para luego cerrar con mis dedos los suyos. No sabía si sobreviviría a ese viaje, pero el pasaje a una nueva vida lo tenía en su mano y él mejor que ninguno sabría jugar esa baza.

Cargando editor
27/01/2020, 21:04
Man o' War

El rostro de Grace pareció convulsionarse ante las palabras lapidarias de Man, y su respuesta casi supo peor que cualquier enfado o rabieta que pudiera haber mostrado. Quizás por eso, al no esperarlo, Man gruñó.

-Vaya. Esperaba más resistencia por tu parte -comentó extrañado.

En ese momento, el sargento se acercó a ambos, recibiendo una mirada fría y llena de reproches por parte de ambos debido a la interrupción. Grace le corrigió y Man, simplemente, respondió con su austeridad habitual.

-Gracias, pero tengo mis propios contactos. 

Para cuando Man se volvió hacia Grace, ella había cambiado y después de tantas miradas, gestos y lágrimas, el hombre reconoció lo que estaba sucediendo. En la cabeza de aquella mujer algo estaba tomando forma y aquello no formaba parte del plan.

-Si no te conociera diría que estás tramando algo, zorra.

Y tan pronto como lo dijo, recibió la confirmación. Tal y como sospechaba, Grace no iba a permitir que desapareciera. Su abrazo no fue únicamente una muestra de amor o la forma de retenerlo, porque por supuesto, físicamente no era capaz de hacerlo. No. Se trataba de la más inevitable determinación por su parte de continuar a su lado hasta el final.

-Ya me extrañaba. Está bien, supongo que podremos intentarlo juntos. Pero no vayas a joderla por el camino. No me apetece tener que cuidar de ti como si fueses una niña pequeña -le dijo, sonriéndole y cogiendo su barbilla con ternura, antes de darle un tierno beso en los labios -. Sabía que no podría perderte de vista... y me alegra que sea así.

Grace reaccionó con rapidez, ideando un plan rápido de huida hacia Venus.

-Olvídate del sargento. Deja que yo me encargue de todo. ¿Qué clase de hombre sería si no pudiese sacarnos de aquí? Lo conseguiremos, de una forma u otra.

En el fondo, Man tenía bastante claro que aquella era su sentencia de muerte, para ambos, pero todos tenían que morir algún día y lo único que podía hacer es agradecer la posibilidad de hacerlo con la única mujer a la que había amado en su vida, aunque solo fuese durante unas horas. Pero lo que para algunos era un suspiro en el tiempo, para ellos podía ser toda una eternidad. La efémera adulta, un pacífico insecto terrestre a duras penas visible, vivía tan solo un día, y de ahí su nombre. Su supervivencia, aunque fuese igualmente efímera, no por ello debía ser menos intensa, puesto que concentraba lo que habían buscado durante toda su estúpida e inútil existencia.

Todo lo que habían sufrido, visto y experimentado, les había preparado para llegar a aquel preciso instante y disfrutar de aquellas horas... como si fuesen siglos.

-No importa cuanto tiempo estemos juntos... porque nadie podrá arrebatárnoslo -le dijo finalmente. Después, se volvió hacia el sargento, hablando detrás de Grace -. Nos bajaremos en la zona exterior de la ciudad. Como ella ha dicho, ambos morimos en aquella mina, junto con la presidenta. ¿Lo has oído, chico? Detén el tren antes de entrar... y haz como si no hubiésemos subido.

Man se volvió un instante hacia Rodale para dejarle claro lo que debía hacer. El maquinista le devolvió la mirada y asintió con la cabeza, y Man no tuvo dudas. El chico lo haría bien. Después, Grace continuó elaborando planes, pero Man negó con la cabeza.

-Nada de separarnos. Quítate esas ropas de poli. Iremos juntos a ver a mi gente y buscaremos la forma de salir de aquí. A partir de ahora, nada de quedarse sola... Grace.

Finalmente, ambos le dieron la tarjeta a Snake y Man, le estrechó su mano. Aunque aún le quedaban varias horas para llegar, era mejor despedirse cuanto antes.

-Ha sido un placer, Serpiente. No dejes que te cojan. Prefiero seguir recordándote como una leyenda. Y si puedes, dale mis recuerdos a esas zorras del Consejo. Espero que estos fantasmas las devoren y se maten unas a otras -añadió, agarrando entonces a Grace de la cintura y llevándola a una de las literas para esperar a que llegase el tren.

Cargando editor
27/01/2020, 21:42
Snake Plissken

Serpiente apretó la mano de Man y asintió a susla palabras. Aquel hombre había resultado ser mucho más leal que la mayoría de los que había conocido y aunque se le consideraba un subversivo y violento cacique, tenía mucho más honor que cualquiera de las zorras del Consejo, como las había denominado el mismo. Podía decirse de él, que hasta tenía buen corazón y que sólo las circunstancias le habían conducido a convertirse en lo que era en esos momentos. 

Trataré de que el tiempo que les quede, se arrepientan de haberme contratado para esta mierda. - Le dijo con una media sonrisa en el rostro. - Pero también tengo que salvar mi propio culo. - Alzó la tarjeta que acababan de entregarle. - Trataré de usarla bien... - Y la guardó en uno de sus bolsillos. - ¡Suerte allí afuera! - Les deseó de todo corazón. - Y daros prisa en salir del planeta... - Le dio la mano también a Grace y finalmente se dioha media vuelta. Tenía que descansar y pensar en que cajones iba a hacer una vez estuviera frente a la vicepresidenta.

Cargando editor
27/01/2020, 21:52
Snake Plissken

Pero no se marchó a descansar. Tenía que hablar con Rodale. Quizás y sólo quizás podía ayudarle. Él era quien mejor conocía el tren y todo lo que éste contenía. Snake necesitaba algo de él. Algo muy concreto.

¡Oye, maquinista! - Llamó la atención de Rodale en un momento en que ambos quedaron a solas. - Necesito algo. Y me lo vas a dar. ¿Entendido? - tarjerabolsillp de su bolsillo. - Necesito una igual o muy parecida. ¿Puedes ayudarme con ésto? - Le preguntó expectante. - Es importante. Pero no quiero una palabra a nadie. ¿Entendido? ¡A nadie! ¿La tienes?