Partida Rol por web

Tu vida transcurría como buenamente podías. Tu hermano te hacía cada vez más la vida imposible. Cuando erais niños, ya te la hacía difícil, pero al crecer, en vez de mejorar la situación, empeoró.

Sin embargo, una buena noticia llegó al castillo de Lord Trancy: una recepción que el rey iba a tener con representantes de todas las casas nobles en Tristan. Te ilusionaste, pensando que igual te mandarían allí.

Entonces, llegó el varapalo: tu padre decidió que la misión era demasiado importante y que mandaría a tu hermano. Te enfadaste, pero eres el segundo. Sabes que no tienes nada que hacer, si tu padre lo ha decidido, así se quedará.

Pensabas que ese era el cúlmen de todos los males hasta que tu padre te dijo que se notaba ya muy mayor, y que iba a abdicar en favor de tu hermano. Peor aún, quería que tú dirigieras la guardia personal de tu hermano, es decir, que te quedaras junto a él el resto de tu vida, aguantando sus insultos y sus humillaciones.

La noche antes del evento en que nombrarían a tu hermano sucesor de tu padre, te acuestas para pasar una noche, al menos, lo mejor que puedas.

Cada día era peor todo.

Robin ya creció de manera complicada bajo la sombra de su hermano, no podía hacer nada, ni quejarse, ni pelear, ni siquiera discutir…a fin de cuentas el era el mayor, el heredaría todo…y nada parecía mejorar.

Un día llegó un emisario al castillo, el Rey iba a tener una recepción con todos los nobles en Tristan o al menos irían sus representantes, el muchacho no pudo evitar ahogar un grito de júbilo pensando que él sería el elegido…pero nada de eso, su hermano iba a ir, su padre sabiendo que Robin quería ser un caballero y que le interesaba muchísimo el Rey, quería vivir una aventura… pero aun así le rechazó de manera rotunda.

Era una pesadilla…no habían tantas oportunidades en la vida para ver aun Rey, pero lo peor de todo fue cuando le dijo que su hermano seria el nuevo “Lord” del castillo, eso ya se lo olía Robin, pero la bofetada fue cuando dijo que tendría que dirigir a la guardia de su hermano.

-Pero padre…yo no quiero hacer eso, escuche...

Lord Trancy negó con la cabeza y le dijo que cumpliría con su deber, era el segundo hijo y haría lo que el dijera, obedecería a su hermano y aguantaría todo lo que le echaran encima por el.

Robin estaba deprimido, triste…agotado, nada le salía bien. Era ya de noche y estaba acurrucado en la cama mientras pensaba en como todo sería diferente si el hubiera sido el primer hijo…todo hubiera cambiado. Habría sido un guardia real o un héroe de los de antaño, pero con esta familia era imposible.-Todo es un asco…-Murmuró mirando al oscuro techo de su habitación mientras suspiraba.  

Te acuestas a dormir, intentando al menos descansar para lo que te espera mañana. Pero esa noche las cosas iban a cambiar.

La ciudad está destruida. Desconoces el nombre de la ciudad, aunque algunas cosas, como la catedral o la torre de magia, te recuerdan a lo que se cuenta sobre Tristan. No estás seguro, sin embargo. Los edificios están en llamas, y el suelo está cubierto de cuerpos de cientos, quizá miles de personas. La sangre de esos cuerpos mancha tus botas, mientras caminas hacia un sitio indeterminado.

De pronto lo ves, un hombre lucha denodadamente contra una mujer. Ella es el ser más hermoso que nunca has visto. Es una mujer de medidas perfecta, cabello negro, ojos soñadores y labios carnosos. Es la tentación pura, la esencia misma del deseo y la sensualidad. El hombre mueve la cabeza, intentando librarse de algún tipo de pensamiento, mientras lanza un rayo de luz hacia la mujer. Esta ríe, con una risa que no es precisamente alegre, y desvía fácilmente el conjuro con una mano. Entonces te das cuenta de las alas negras que tiene a su espalda, y que delatan que no es una mujer normal.

De pronto, el hombre alza los brazos al cielo, y convoca un rayo que baja directamente de este. Su fuerza se concentra en las manos del hombre, que lo lanza hacia la mujer. Este conjuro parece demasiado poderoso para ella, y consigue impactarla. Ruge enfurecida, y al girar su cara puedes ver como una costra como de escamas mancha ahora su perfecta cara.

La mujer se dirige directamente hacia el hombre. Con un movimiento de su mano, este se alza varios centímetros, casi incluso dirías un metro, sobre el suelo. El tipo empieza a refulgir, mientras intenta usar su magia para soltarse, pero no lo consigue.

La demonio llega a su altura, y con un movimiento de su mano parte al hombre a la mitad. ¡Su mano se ha convertido en una garra! La garra está cubierta de sangre y cosas que prefieres no saber qué son. El hombre pone los ojos en blanco, se convulsiona levemente y muere.

Tú eres el próximo ruge la mujer, y se lanza hacia ti. Intentas moverte, pero no lo consigues. El demonio cada vez se hace más grande, cubre más y más espacio de tu campo de visión. Hasta que por fin, su figura hace que no veas nada, sólo negrura.

En ese momento, con un grito de terror, te despiertas. Estás en tu cama, en tu habitación, y alguien golpea la puerta de tu cuarto. Una voz suena bajito: señor, señor, su padre le llama al salón principal...

Al final consiguió dormir, pero una enorme pesadilla le empezó a carcomer la mente. Soñaba con una ciudad de la que no sabía el nombre, pero se veía una catedral y una torre de magia…le recordaba a Tristan, pero Tristan estaba muy lejos, ¿Cómo había llegado allí?

Todo estaba en llamas, el pavimento manchado de sangre y con una inmensa cantidad de cuerpos. No comprendía porque andaba entre ellos como si nada ¿Qué ocurría? ¿Era un augurio de lo que estaba pasando?

Mientras seguía paseando entre los cuerpos la vio. La mujer más hermosa que había visto nunca, pero peleaba contra un hombre, un hombre que lanzaba rayos. Ella era poderosa, esquivaba sus hechizos con una sola mano, como si se tratara de algún ser muy poderoso. Fue entonces cuando vio las alas. Robin no comprendía, ¿Qué era ese ser?, ¿un demonio?

El hombre la golpeó con un conjuro que hizo que su cara se llenara de una costra parecida a escamas…fue entonces cuando se enfureció y partió al hombre por la mitad con un solo movimiento de su mano. El muchacho estaba con la boca abierta de par en par, ¿Qué clase de magia era esa?...¿como podía haber matado a un hombre de esa manera?, no había lugar a dudas…era un Dios o un demonio poderoso. Sus manos ahora eran garras, y sintió su presencia.

Se giró y le dijo que sería el próximo. Robin quería escapar, pero sus pies estaban hundidos en la tierra, le era imposible…y ese ser cada vez era más grande y más grande, no permitía ver nada más que no fuera su enorme tamaño. Y siguió creciendo hasta el punto que todo se volvió oscuro.

Gracias a dios despertó soltando un alarido de terror…todo fue una pesadilla, estaba en la habitación.-¿Q…que fue eso?...¿porque he soñado estas cosas?...-Murmuró poniendo una mano sobre su cabeza y tragando saliva mientras notaba como gotas de sudor frio se formaban en su frente. Fue entonces cuando llamaron a la puerta y susurraban que su padre le llamaba al salón principal.

-¿Eh?..¡s…si, ahora voy!.-Exclamó Robin mientras salía rápidamente de la cama. Era su deber como hijo ir a atender a su padre. Rápidamente se puso las botas, una camisa y unos pantalones para ir a ver a su señor padre. “¿Qué querrá?...espero que sea algo bueno…pero si es demasiado bueno tal vez es otro sueño” Pensó con pesimismo mientras abría la puerta y se dirigía al salón.

Sales apresuradamente del tu habitación, dirigiéndote al salón principal. Tu padre está allí, intentando consolar a tu madre, que está en una silla, llorando a más no poder. La cara de tu padre también está crispada de dolor. Te mira:

Robin... hijo... tu hermano... Tristan... parece que por un momento no puede hablar, pero se recompone. Robin, hijo, Tristan ha sido atacado, y parece que no ha habido supervivientes. Tu hermano... la voz se le quiebra, pero se recompone, tu hermano debe haber muerto. Necesito que lo compruebes, que vayas a Tristan... pero ten cuidado, hijo... tú eres ahora mi heredero.

De esa forma tan simple, Lord Trancy te acaba de nombrar su heredero. Si tu hermano está muerto, claro. Sin embargo, también te ha dicho que Tristan está destruida... eso son cientos, quizá más de mil personas muertas...

Robin llegó rápidamente al salón principal, en el que estaba su padre y su madre juntos, la madre estaba llorando con rabia mientras que la cara del padre parecía estar pasando por un momento muy doloroso. No comprendía que ocurría ¿había ocurrido algo?

De repente se enteró que su hermano mayor había desaparecido en Tristan, todo había sido arrasado y por lo visto no quedaban supervivientes.

El muchacho se quedó con la boca abierta, ¿su hermano había muerto?...no podía ser. ¿Significaba ahora que era el heredero?...su padre se lo confirmó, pero también le dijo que debía partir a Tristan para comprobar si su verdadero heredero seguía vivo.

Le resultaba algo extraño…¡Pero era su oportunidad de conocer el mundo más allá de las murallas!...y podía ir a Tristan, ¡Sería un héroe!...aunque ahora tenía algo de miedo, ¿sería su sueño una premonición?...¿o es lo que ha ocurrido?-Iré padre, iré a Tristan.-Exclamó viéndose a si mismo con una gran armadura y una espada legendaria, como los héroes de los pergaminos y las leyendas que habían en la biblioteca de su padre.

Tu padre asiente, agarrándote de los hombros.

Sé que lo harás bien. Siempre has querido ser caballero, lo sé muy bien. Ahora es tu momento de demostrar lo que vales. Yo siempre te había visto como la persona destinada a proteger a tu hermano. Él te ha atacado siempre, pero cada vez que tenía problemas, tú lle protegías. No le falles ahora.

Tras decir esto, hace un gesto a uno de los criados, que se marcha y regresa con una espada metida en una bella funda profusamente decorada y adornada con el sello de tu casa.

Estaba guardando esto para dártela cuando celebráramos las ceremonia de tu hermano. Pero ahora la vas a necesitar.

Cuando sacas la hoja, no puedes creer lo que ves. La espada está decorada con el símbolo de la diosa Arnalusiana, la más grande y poderosa diosa de este mundo.

Ten cuidado. Se rumorea que los males han sido despertados. Si fuera así...

Su padre le agarró de los hombros y le comenzó a hablar de cómo tenía fe en el y como demostraría lo que valía…eso le resultó un poco hipócrita por parte de su padre, ciertamente si sabía que su hermano le hacía todo eso…¿Por qué no le detuvo?. Pero no importaba, iría a Tristan, a la mismísima Tristan.

Su padre le dio su espada familiar, decorada con símbolos de la diosa Arnalusiana, junto a ella una funda decorada y adornada con el sello de la familia Trancy.

Iba a ser para su hermano, pero ahora era toda suya. Se sentía raro…¿estaba reemplazando a su hermano?...pero si tan valioso era porque le mandaba.

“¡No importa!, seré un caballero, mi deber es salvar al mundo, ¡si algún mal ha despertado volveré a hacer que se duerma!” Pensó asintiendo mientras agarraba la espada con sus manos.-Padre, ¿Cuándo puedo marchar?...-Preguntó frunciendo el ceño y con voz autoritaria. “Seré un guerrero de la luz…si tengo que enfrentarme al ser de mis sueños…d…daré todo de mi” Pensó mientras asentía con tranquilidad ante sus propios pensamientos.

-Marcharé lo antes posible hacía Tristan, ahora mismo si es posible.

Tu madre se gira hacia ti.

Deberías esperar un poco. He pedido a nuestros amigos que manden a alguien para ayudarte en tu búsqueda. Al menos, no irás solo...

Pero cuanto antes parta, antes encontrará a su hermano... empieza a replicar tu padre, pero se calla al ver la mirada que le dedica tu madre, una a la que no está acostumbrado.

¡Ya está bien! Nuestro hijo es probable que esté muerto, y tú sigues prefiriéndole a él. Ya no me callaré más, viejo egoista. ¿Pretendes que salga en plena noche? ¿También le mandarás desnudo y con las manos a la espalda? Qué tonterías digo, si ello te devolviera a tu heredero seguro que lo harías. No en vano, sabías perfectamente los problemas mentales que este tenía y aún así, permitiste que torturara a tu otro hijo. Porque Robin es tu hijo.

Se gira hacia ti.

No, hijo. Esperaras a nuestros amigos, no irás en plena noche. Pedirá a las sirvientas que te preparen una buena comida para el camino, raciones preservadas para que no pases hambre, y varios odres de vino. Y un caballo. No nos apresuremos.

De improvisto su madre le empezó a defender, argumentaba que siempre prefirió a su hermano mayor a él…y era la verdad. Robin aun podía recordar la vez que su hermano le dio en la cabeza con una roca hasta hacerle sangrar, y cuando se lo contó a su padre simplemente se encogió de hombros y dijo “Que entrene más”. No era muy agradable una vida así, su padre le menospreciaba, le trataba mal y…ignoraba todo lo que tuviera que hacer o decir.

Pero por primera vez en mucho tiempo su madre le defendió.

“Gracias madre…gracias…” Pensó agradecido mientras cerraba los ojos y asentía con la cabeza.-Es…esperare, es solo…si el mal ha despertado y demás, lo mejor es acabar con el pronto, no dejar que se extienda o se haga demasiado poderoso, lo ponía en los libros del a biblioteca…incluso lo tenía en uno que guardaba en la habitación…pero “El” lo quemó…-Murmuró refiriéndose a su hermano.

El hacía ese tipo de bromas, le destrozaba cosas que le gustaban, le hacía daño…o se burlaba de el.

Será solo hasta el amanecer, hijo. Además, igual deberías investigar un poco en la biblioteca. ¿Dices que tenías un libro que habla de los cinco males? Es una pena que no haya más, pero seguro que puedes encontrar algo. O quizá podrías ir a la escuela de magia.

Tanto si vas a la escuela como si no, el día amanece resplandeciente, como si no supiera lo que ha pasado esa misma noche. Todo está preparado para que partas en cuanto llegue el emisario de los Waish.

Robin se pasó la noche sin ser capaz de pegar ojo. Se pasó todo el día en la biblioteca, buscando libros antiguos, leyendo pergaminos e intentando encontrar información sobre los males, debía de haber algo…aunque fuera muy pequeño.

La mayoría de libros se le deshacían en las manos del tiempo que llevaban allí. Otros tenían dibujados garabatos, tenían paginas rotas, quemadas, mojadas…e incluso había uno que tenía un cuchillo de caza clavado…por algún motivo Robin pensó que era de su hermano, y posiblemente no andaría muy desencaminado. Cuando por fin desistió ya había amanecido.

Los criados de su familia estuvieron toda la noche trabajando para que pudiera partir justo en el momento que apareciera el emisario de la otra familia. Robin como si de un ratón se tratara, salió reptando de la biblioteca y se sentó en el salón principal junto a la espada. Tenía bastante sueño, pero no podía dormir, tendría que marcharse a Tristan en cualquier momento…y para colmo no quería otra horrible pesadilla plagada de dolor.   

Has encontrado un libro, muy antiguo pero aún legible. En él se habla de la historia del mundo. No parece estar la hoja donde se dice quien lo escribió, aunque eso no te extraña:

En el principio, el creador creó 15 realidades. Pero estas estaban vacías. Así pues, el creador pensó en los elementos, y estos aparecieron. Pero estos no formaban nada, solo se mezclaban sin orden ni concierto.

El creador separó dos trozos de su cuerpo, a los que llamó Luz y Oscuridad. Colocó a uno a cada extremo de las realidades, con el encargo de que ordenaran los elementos, que crearan algo real. Su ilusión era que la 8ª realidad, la realidad central, sería el cúlmen de la perfección, donde Luz y Oscuridad estarían perfectamente equilibrados.

Pero la realidad le golpeó como un puño. Sus hijos se enfrentaron, en un enfrentamiento que destruyó el paraiso de la 8ª realidad.

Enfurecido, el creador condenó a sus hijos a penar toda la eternidad en un realidad prisión, separó las realidades de luz y de oscuridad de la 8ª realidad, y pensó en Arnalusiana, la diosa. Así surgió nuestro mundo.

Con el tiempo, las realidades de luz y oscuridad se fusionaron. Los humanos las cambiaron de nombre, llamándolas Cielo e Infierno. Pocos seres son orignales de estas realidades, y menos aún viven desde los tiempos antiguos.

Uno de ellos es Satán, llamado el príncipe de los demonios. Este, junto a sus cuatro sirvientes más poderosos, lo que les dio el nombre de los cinco males, fue derrotado por los guerreros de la luz y permanece cautivo en Tristan. Si algún día se liberase, el mundo se enfrentaría a una destrucción posible, probable.

Sin embargo, existe un arma. Pocos han oído hablar de ella, y menos aún saben donde está. Este humilde narrador tampoco lo sabe, aunque quizá en Keropis podrían decir algo más. Esa arma proviene de los tiempos antiguos, de Luz y Oscuridad, y es capaz de destruir a los cinco males. Esa será la única esperanza del mundo.

Robin mientras esperaba que llegaran los Waish se quedó pensativo respecto al texto que encontró en uno de los libros.

“Luz y oscuridad…mal y bien…demonios y ángeles, cielo e infierno…¿será verdad?...¿Satán ha despertado?...pero si es así necesito esa arma bajo cualquier concepto, tengo que salvar al mundo…” Pensó con nerviosismo.

El quería ser un caballero de la luz, pelear para salvar al mundo, luchar contra Satán y sus cuatro jinetes, pero cada vez que pensaba en una posible muerte o que el mundo se fuera a pique…un escalofrío le recorría la espalda y le erizaba el cabello de la nuca.

-Keropis…-Murmuró mientras miraba su espada.-Necesito ir a Keropis antes que a Tristan.