Partida Rol por web

Espiral Descendente

Personaje Calypso

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29/03/2016, 14:04
Nyar

Bueno, muchacha, aquí estamos ^^.

Échale un ojo tranquilamente a los materiales que he dejado por aquí y tómate tu tiempo para terminar de definir y de afilar el concepto de personaje. En principio tienes libertad absoluta para perfilar a tu escritora, aunque me reservo el derecho a pedirte que realices algunos ajustes para terminar de cuadrarla con la historia. Sin embargo, por lo que me habéis dejado entrever tanto Meister como tú del personaje creo que va a tener un muy buen encaje. 

Cualquier duda, comentario o sugerencia, no dudes en avisarme.

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29/03/2016, 20:44
Calypso

Genial, me pongo a ello. El concepto y el pj en general lo tengo perfilado, hay que pulir algunas cosas. Espero tenerlo todo listo en poco tiempo ^^

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29/03/2016, 21:02
Nyar

El que necesites, tenemos aún dos semanas por delante antes de que arranquemos ;).

Por cierto, ¿cuál sería el concepto de personaje? A efectos de juego (paso 1 creación de personajes), me refiero. Eso me ayudará a pensar cosas concretas para June. 

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29/03/2016, 21:58
Calypso

El concepto es "Escritora amateur".
Suelo escribir en un bloc de notas lo que quiero expresar y lo que tengo que recordar, así que te copio y pego directamente lo que tengo hasta ahora y así te haces una idea.

"Neurótica y excéntrica, dotada de un feroz temperamento. De pequeña solían decirle que poseía el espíritu de la contradicción, que era capaz de instaurar una pequeña anarquía allí donde pisaba, dejando una estela de extraño encanto. Adjetivos como irresistible y cautivadora habrían sido inestimables, junto con salvaje y temeraria, e incluso -aunque le aterra admitirlo- violenta. Recuerda con miedo algunos arrebatos; la ira amenazando con desgarrarla, la piedra arrebujada en una mano, la frente sanguinolenta de un niño, las uñas clavadas en un rostro, los gritos de una discusión. Luego un bloqueo y sus seres queridos apaciguándola.

Su impetuoso carácter se extrapola en su forma de buscar las palabras, lanzar los trazos y componer las historias. El ferviente deseo de escribir siempre ha ocupado su cabeza. Aún hoy no sabe si ésta pasión había sido imbuida por su madre o si, en realidad, poseía algún tipo de gen extraño que se había expresado con exagerada intensidad, pero le resultó muy natural empezar a escribir. Antes de eso, ya había sido una devoradora insaciable de libros; asidua de las bibliotecas, no conocía a nadie que leyera con tanto entusiasmo, con tanta profundidad y diversidad. Así que parecía normal que tuviera tantas cosas que contar. Una vez encontraban la salida correcta, ardientes pensamientos e ideas brotaban. Podía escribir indefinidamente, tanto como quisiera, sin experimentar angustia ante una hoja en blanco, capaz de transformar en una hilera de frases todo lo que le viniera a la cabeza.

Donna, su madre, había sido una articulista de cierto renombre que alcanzó el triunfo profesional con un best seller. Siempre había practicado con tesón y constancia para lograr ese objetivo, esperando alcanzar el buen hacer de su padre, también escritor. Lo había tomado como un trabajo; se reservaba toda la tarde para sentarse en su estudio con una taza de té y se esforzaba por escribir algo decente, borraba y releía hasta quedar convencida. Había inculcado esa forma de hacer a sus dos hijas, pero June mostró pronto otro tipo de carácter. A ella le salía solo, lo hacía rápido, con violencia. Se dio cuenta que escribía con la intención de desembarazarse de algo, donde quiera que acudiera la inspiración, dejando a su paso borradores de poemas, imágenes fragmentadas, palabras fuera de lugar. No volvía a leerlos, no se atormentaba ni meditaba, era suficiente dejar que las palabras salieran para apaciguar su interior. Recuerda que la antigua casa donde se crió estaba cubierta de papeles que, esparcidos como migas de pan, indicaban el camino hacia su habitación. Se podían encontrar trozos de papel manchados por todas partes, retazos de su inagotable imaginación que se interrumpían, abruptamente, víctimas del interés cambiante e huidizo de June.

A Donna le hubiera gustado tener la facilidad de su hija pero, después de saborear el éxito, no hubo nada más. Notaron que las cosas no iban bien cuando las horas de reclusión en el estudio empezaron a alargarse más de la cuenta. Su madre solía dejar la puerta abierta para que entraran, pero poco después pasó a estar completamente cerrada. Luego suplicó que no se la molestara, dejó de asistir a las reuniones familiares, olvidó las fechas importantes, no se aseaba y no comía. En el estudio, trataba de hallar las palabras correctas. Éstas se escabullían y ella se ofuscaba, lloraba, destrozaba sus anotaciones, se serenaba, lo volvía a intentar. Los personajes se materializaban a su alrededor, la observaban, la perseguían, se burlaban de ella. Al final el circuito se apagó. Oyó decir que su madre se había vuelto loca, el médico les dijo que padecía algún tipo de demencia. Poco importaba, aquella mujer había dejado de ser su madre. Su hermana mayor, Hazel, la maternal, la dócil, la afectuosa, decidió cuidar de ella anteponiendo sus propios anhelos. June necesitó escapar y Hazel lo comprendió, porque la conocía y sabía que no era capaz de lidiar con las malas rachas -aún hoy no es capaz de hacerlo, por mucho que lo intente-, tampoco amaba tanto como ella a aquella casa. De niñas solían decirles que la casa de campo (construida por sus antepasados, allí donde había nacido su madre y donde ellas habían pasado toda su infancia y adolescencia) debía ser cuidada y protegida. Pero todos sabían que June era un animalillo difícil de enjaular, demasiado curiosa y aventurera para quedarse atada a ellos. Tarde o temprano aparecería la inexplicable desazón, el apetito semejante al hambre que necesitaría ser saciado, la insatisfacción y la añoranza, una carencia abismal. Era cuestión de tiempo que alzara el vuelo, teniendo a una madre enferma o no.

Llegó a ingresar en la universidad para estudiar Literatura, pero aquello no era, bajo ningún concepto, la escuela apropiada. Acabó sintiéndose profundamente decepcionada por la falta de espíritu aventurero, por el convencionalismo y por lo poco que casaba con la verdadera práctica literaria. Sus compañeros de estudio eran en su mayoría seres aburridos, mediocres sin remedio. Ésa fue la razón de que, antes de empezar el segundo curso, abandonara los estudios y se perdiera lejos de allí. No tardó en sumergirse en el underground de la ciudad, moviéndose por los pubs y antros, allí donde parecían esconderse las personas que había estado buscando, tan extravagantes y extrañas como ella. En ese entorno se enamoró locamente por primera vez. Los arranques febriles se intensificaron, luego menguaron poco a poco.

Mientras que su madre había escrito por el placer de finalizar una historia y ofrecerla para su lectura, guardando cuidadosamente sus composiciones para la posteridad, a June no le interesaba dar a conocer sus escritos. Hubo una breve época en la que se obsesionó con ser una importante novelista, luchó literalmente con uñas y dientes para convertirse en escritora profesional, pero se dio cuenta de que no iba con ella. Aún hoy pelea con esa idea. Ahora la vida parecía ser una búsqueda constante de distracciones pasajeras. Parece que ha sufrido una pérdida de resistencia cerebral. Ocupa la mayor parte del tiempo en trabajos monótonos que le duran menos de dos meses, en relatos por encargo para revistas mediocres, columnillas anodinas en panfletos sin alma. A veces no puede controlar los arranques salvajes; escribe durante toda la noche, en un impulso brusco ardiente y también fugaz, demasiado fugaz. Al día siguiente regresa la calma, sale de su habitación, aturdida y vacía, después de expulsar y olvidar al demonio."

A ver que te parece, estoy abierta a cualquier comentario.

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30/03/2016, 21:21
Nyar

Me ha gustado bastante la idea, la verdad. El personaje tiene carisma y va a encajar bien en la partida. Y me gusta cómo te expresas, Meister hizo muy bien en recomendarte :D.

Bueno, al lío. Aunque no tengo ninguna objeción al texto que me has escrito (gracias por currártelo ^^), sí que hay algunas cosillas que me gustaría que concretásemos.

La primera de ellas y más elemental sería el concepto de personaje. Si bien escritora amateur refleja con más o menos claridad la idea del personaje, ese concepto no me valdría para definir a June. Piensa en el concepto de personaje como la parte más elemental de June. Si tuvieras que sintetizas toda esta historia en unas pocas palabras, ¿cómo lo harías? Escritora amateur refleja cómo se gana la vida, pero no la diferencia de ninguna otra shadow writer que pueda haber en la ciudad. Y por lo que me has escrito, June es única en la forma en la que escribe. Necesitaría algo más personalizado, con más gancho si quieres. Algunos adjetivos que podrían valer para añadirle a escritora y que se me ocurren, así a bote pronto, serían pasional, agresiva, o incluso feroz. Son sólo sugerencias, la idea es que encuentres un concepto con el que te encuentres cómoda y defina bien al personaje.

Me gustaría también que me matizaras o añadieses más personajes que definen el entorno de June. Aunque pueda ser un personaje algo hosco y con dificultades para relacionarse con los demás, hay más gente en su vida. Cuéntame un poco sobre ellos: defínelos, dime quiénes son, a qué se dedican y qué relación tienen con ella. Gente con la que trate con cierta frecuencia o que signifiquen algo para ella.

Además tendrías que hablarme de su ex, también presente en la partida. Hay tiempo para que os pongáis de acuerdo Meister y tú en el tipo de relación que vuestros personajes han tenido. Y cómo es esa relación en la actualidad. Me inquieta también qué ha sido del padre, figura ausente y la vez muy presente en la vida de June y de su madre y hermana.

Y de momento poco más. De nuevo, comentarte que las primeras impresiones sobre June son muy positivas. Muy buen arranque ^^ 

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31/03/2016, 01:03
Calypso

Estoy de acuerdo con lo del concepto. Si te soy sincera, siempre me ha costado encontrar las palabras exactas para definirlos como me gustaría. Tengo muy en cuenta tus sugerencias (vamos, que me han ayudado). De donde viene y tal (el padre y sus orígenes) y su entorno actual es algo que estoy matizando, como habrás podido comprobar me quedé atrancada en el presente. La relación con su ex la estamos trabajando, concretando vaya, aunque la idea ya esta hecha.

Muchas gracias por los consejos, me pongo con lo que me pides y me alegro mucho que de momento te haya gustado, de verdad ^^

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31/03/2016, 11:28
Nyar

Genial! Espero ansioso las novedades ^^

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03/04/2016, 01:53
Calypso

¡Muy buenas! Perdona por la tardanza, he estado liadilla. Te vuelvo a copiar y pegar lo que ya te pase, añadiendo lo que me pediste. Te he marcado en negro el inicio de los párrafos nuevos y los nombres de las personas importantes. Ahí va:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Neurótica y excéntrica, dotada de un feroz temperamento. De pequeña solían decirle que poseía el espíritu de la contradicción, que era capaz de instaurar una pequeña anarquía allí donde pisaba, dejando una estela de extraño encanto. Adjetivos como irresistible y cautivadora habrían sido inestimables, junto con salvaje y temeraria, e incluso -aunque le aterra admitirlo- violenta. Recuerda con miedo algunos arrebatos; la ira amenazando con desgarrarla, la piedra arrebujada en una mano, la frente sanguinolenta de un niño, las uñas clavadas en un rostro, los gritos de una discusión. Luego un bloqueo y sus seres queridos apaciguándola.

 Su impetuoso carácter se extrapola en su forma de buscar las palabras, lanzar los trazos y componer las historias. El ferviente deseo de escribir siempre ha ocupado su cabeza. Aún hoy no sabe si ésta pasión había sido imbuida por su madre o si, en realidad, poseía algún tipo de gen extraño que se había expresado con exagerada intensidad, pero le resultó muy natural empezar a escribir. Antes de eso, ya había sido una devoradora insaciable de libros; asidua de las bibliotecas, no conocía a nadie que leyera con tanto entusiasmo, con tanta profundidad y diversidad como ella misma. Así que parecía normal que tuviera tantas cosas que contar. Una vez encontraban la salida correcta, ardientes pensamientos e ideas brotaban como la lava. Podía escribir indefinidamente, tanto como quisiera, sin experimentar angustia ante la hoja en blanco, capaz de traducir en una hilera de frases todo lo que le viniera a la cabeza.

Donna, su madre, había sido una articulista de cierto renombre que alcanzó el triunfo profesional con un best seller. Siempre había practicado con tesón y constancia para lograr ese objetivo, esperando alcanzar el buen hacer de su padre, también escritor. Lo había tomado como un trabajo; se reservaba toda la tarde para sentarse en su estudio con una taza de té y se esforzaba por escribir algo decente, borraba y releía hasta quedar convencida. Había inculcado esa forma de hacer a sus dos hijas, pero June mostró pronto otro tipo de carácter. A ella le salía solo, lo hacía rápido, con violencia. Se dio cuenta que escribía con la intención de desembarazarse de algo, donde quiera que acudiera la inspiración, dejando a su paso borradores de poemas, imágenes fragmentadas, palabras fuera de lugar. No volvía a leerlos, no se atormentaba ni meditaba sobre ellos, era suficiente dejar que las palabras salieran para apaciguar su interior. Recuerda que la antigua casa donde se crió estaba cubierta de papeles que, esparcidos como migas de pan, indicaban el camino hacia su habitación. Se podían encontrar trozos de papel manchados de tinta por todas partes, retazos de su inagotable imaginación que se interrumpían, abruptamente, víctimas del interés cambiante e huidizo de June. 

A Donna le hubiera gustado tener la facilidad de su hija pero, después de saborear el éxito, no hubo nada más. Notaron que las cosas no iban bien cuando las horas de reclusión en el estudio empezaron a alargarse más de la cuenta. Su madre solía dejar la puerta abierta para que entraran, pero poco después pasó a estar completamente cerrada. Luego suplicó que no se la molestara, dejó de asistir a las reuniones familiares, olvidó las fechas importantes, no se aseaba y no comía. En el estudio, trataba de hallar las palabras correctas. Éstas se escabullían y ella se ofuscaba, lloraba, destrozaba sus anotaciones, se serenaba, lo volvía a intentar. Los personajes se materializaban a su alrededor, la observaban, la perseguían, se burlaban de ella. Al final el circuito se apagó y ya no volvió a escribir. Oyó decir que su madre se había vuelto loca, el médico les dijo que padecía algún tipo de demencia. Poco importaba, aquella mujer había dejado de ser su madre. 

Su hermana mayor, Hazel, la maternal, la dócil, la afectuosa, decidió cuidar de ella anteponiendo sus propios anhelos. June necesitó escapar y Hazel lo comprendió, porque la conocía y sabía que no era capaz de lidiar con las malas rachas -aún hoy es incapaz, por mucho que lo intente-, tampoco amaba tanto como ella a aquella casa. De niñas solían decirles que la casa debía ser cuidada y protegida. Aunque parecía que no necesitase que la cuidaran, ya que había sobrevivido solita a lluvias torrenciales, inundaciones e incluso a un incendio que se había desatado en el bosque colindante. Su bisabuelo, que había heredado una relativa fortuna de su padre, amasada en las minas de oro de Canadá, había llegado hasta Westchester County con la intención de echar raíces. En aquél viejo caserón campestre, que había comprado y reformado, nacieron sus hijos, Timothy y Raymond, el que sería su abuelo. Timothy estaba llamado a ser el heredero, pero murió durante la segunda guerra mundial. Su abuelo le contó una vez que su madre se sintió tan desolada por la muerte de su hijo mayor que poco tiempo después se sumió en una profunda depresión, de la cual jamás llegó a recuperarse. Siempre había sospechado que en su familia pululaba un germen de enfermedad y melancolía y ahí tenía la prueba. El caso es que Raymond creció y, alentado por sus padres (su familia siempre tuvo la norma de no cortar las alas a nadie), viajó a New York, se graduó y comenzó su carrera literaria como colaborador de una revista. Era carne de escritor y sus padres lo sabían, de joven se había pasado horas tumbado en el jardín observando y escribiendo. Durante los años siguientes publicó diversos artículos y un par de antologías de poesía para niños, aunque sus cartas indicaban que, a pesar de sus logros profesionales, era infeliz en el corazón de la ciudad y ansiaba regresar al amable paisaje de la infancia. La vida pareció hacérsele más llevadera cuando se enamoró y contrajo matrimonio. Cuando murió su padre, Raymond heredó la casa y regresó con su esposa para establecerse allí. Deseaban intensamente formar una familia desde hacía tiempo, no obstante, la dicha eludió al matrimonio durante varios años. Temían que se les hubiera privado de la bendición de tener hijos hasta que nació Donna, en 1959. Los años posteriores los recordaba como los mejores de su vida. 

Donna tuvo a Hazel con veintiún años. Un año después llegó June, en 1981. La Donna adolescente era una tontita inocentona que poco sabía de los hombres. Y, bueno, el resto es la típica historia; se enamoró demasiado joven de su padre, Eric, un capullín listillo que era el primo carnal de su mejor amiga, la responsable de presentarlos. Eric trabajaba en la pequeña empresa de material eléctrico de su padre, ayudándole con las cuentas y contactando con proveedores. Parecía gozar de una buena economía, ser un tipo de bien y todo eso. También sabía aparentar lo suficiente, claro. Era un jodido yuppie fantasmón de esos. Preñó a su madre y, tal y como mandaba en aquella época, tuvo que emparejarse con ella y se fueron a vivir juntos. Compartían todo, incluso el dinero de ella, hasta que resultó que había hecho un pufo con ese dinero y con gran parte de los fondos de la empresa. Recuerda vagamente cuando la poli vino preguntando por él, June tenía cinco años. Fue vergonzoso para Donna, no porque fueran a detenerlo delante de todo el vecindario, sino porque tuvo que admitir ante el mundo y ante sí misma que Eric no la quería, que la había abandonado hacía cuatro días y que estaba en la ruina.

Las cosas fueron bien, después. A pesar de tener la moral destrozada –estuvo largo tiempo sin hablar ni mirar a sus hijas– regresó a la vieja casa con sus padres. La tranquilidad de la casa campestre, aquél bonito jardín verde con el pequeño huerto, el viejo columpio, el diminuto granero donde antaño habían habido conejos, el bosque colindante que la había estado llamando cuando se había marchado, parecieron sanar sus heridas. Y en ese misma ambiente idílico Hazel y June vivieron toda su infancia, arropadas por los brazos afectuosos de los “ma  and pa”, como llamaban a sus abuelos, ajenas al paradero de su padre. No le disgustaba aquella forma de vida pero, por desgracia, June no había desarrollado la sentimentalidad de Hazel. Y ella era un animalillo difícil de enjaular, demasiado curiosa y aventurera para quedarse atada a ellos y a la casa. Tarde o temprano aparecería la inexplicable desazón, el apetito semejante al hambre que necesitaría ser saciado, la insatisfacción y la añoranza, una carencia abismal. Era cuestión de tiempo que alzara el vuelo, teniendo a una madre enferma o no. 

Llegó a ingresar en la universidad para estudiar Literatura, pero aquello no era, bajo ningún concepto, la escuela apropiada para June. Acabó sintiéndose profundamente decepcionada por la falta de espíritu aventurero, por el convencionalismo y por lo poco que casaba con la verdadera práctica literaria. Sus compañeros de estudio eran en su mayoría seres aburridos, mediocres sin remedio. Ésa fue la razón de que, antes de empezar el segundo curso, abandonara los estudios y se perdiera lejos de allí. No tardó en sumergirse en el underground de la ciudad, moviéndose por los pubs y antros de la zona, allí donde parecían esconderse las personas que había estado buscando. Conoció a todo tipo de gente, pero su primera verdadera amistad fue Graham. Había salido de fiesta y, arrastrada por un par de conocidos, acabó en un concierto viendo lucecitas y colorines por el tripi que se había tomado. El grupo que tocaba era de rock psicodélico y eso acentuó su paranoia. Recuerda que un poco más y se desmaya cuando la marabunta empezó a empujarla hacia adelante. Debía dar muchísima pena porque alguien decidió que tenían que subirla al escenario y sacarla por la parte de atrás. Un armario iba a echarla a la calle cuando un chaval que parecía directamente sacado de los sesenta (más tarde supo que era un apasionado del movimiento mod y de la música de aquella época) intervino y cuidó un poco de ella. ¿Menudo colocón eh? le dijo con una sonrisa comprensiva, como aquél que ha experimentado lo mismo. Resultó ser Graham, el guitarrista del grupo. Le sujetó el pelo cuando se puso a potar sin control, primero encima de su preciosa camisa y luego en el váter y, bueno, supongo que eso crea algún tipo de vínculo. Graham era estudiante de Bellas Artes. Lo cierto es que supo de inmediato que eran bastante parecidos cuando le dijo que no estaba preparado para la forma en la que la gente se tomaba tan en serio a sí misma en esa carrera. Decía que sus compañeros eran demasiado presuntuosos, que sólo había que dejarse llevar. Tampoco le iba especialmente bien, porque las carreras requieren que encuentres motivación por ti mismo y eso se le daba fatal. El caso es que rápidamente forjaron una profunda amistad que acabó en un piso compartido, en amigos comunes y en más conciertos (esta vez sin tripis, no más para ella). El carácter de Graham facilitó bastante las cosas; a pesar de ser un jodido desastre (suele ponerse siempre en evidencia) y algo maniático, es una buenísima persona, además de genuinamente amable y divertido. Tiene un humor socarrón e irónico, que resulta una debilidad para June. Es un hombre vivaz e inteligente, con talento, y en consecuencia, perversión, pero también algo cobarde para el mundo real. Casi siempre se ve fácilmente tentado por cualquier distracción que le haga huir de la realidad. Suele decir que no quiere madurar, sentar la cabeza, dejar los vicios, buscar un trabajo que te embote la mente, casarte, y tener hijos que te jodan la existencia. Que detesta el futuro o que, directamente, no lo hay. June suele pensar que tiene mucha confianza y muchísima inseguridad a la vez. 

En esos tiempos ella encontró trabajo en una librería. Le reportaba el dinero suficiente para vivir a su manera y, además, le dejaba tiempo libre para hartarse a leer y escribir. Mientras que su madre había escrito por el placer de finalizar una historia y ofrecerla para su lectura, archivando cuidadosamente sus propias composiciones para la posteridad, a June no le interesaba dar a conocer sus escritos, así que esa forma de vida, sencilla, estaba bien. Hubo una breve época en la que se obsesionó con ser una importante novelista, luchó literalmente con uñas y dientes para convertirse en escritora profesional, pero se dio cuenta de que no iba con ella. Aunque a veces, aún hoy, pelee con esa idea. En el curro hizo buenas migas con su compañera, Fiona, una hippie, pacifista y vegana que hacía todo tipo de voluntariados y talleres para ayudar, literalmente, a todo el mundo. Al principio le pareció una inocentona, pero en realidad era una tía muy inteligente, enrollada y cool. Daba la sensación de ser un espíritu libre, pero quería lo que muchos; casarse, una casa enorme con jardín y perro y tener muchos retoños. Le dio la sensación de que eso no le hacía mucha gracia a su novio, Mark, cuando se lo presentó. Parecía buen tipo, aunque tenía un puntito vanidoso y yolosetodo. Se metió también en el mundo vegano, pero para ser un fumeta y un tío de “de tranquis” solía tener algunos momentos violentos y era un poco retorcido. Le contó que estudiaba Historia, con Fiona, que siempre se habían molado pero que no fue hasta que se fueron de viaje a Amsterdam cuando resolvieron la tensión sexual y empezaron a salir. Parecían una pareja más o menos duradera, pero con el paso del tiempo Fiona empezó a estar un poco mosca porque Mark desaparecía durante días y fines de semana completos; tenían una relación abierta y él siempre solía refugiarse en su mundo, pero aquello era demasiado. Luego se enteró de que se había enganchado a la metanfetamina.
 
Pero volviendo a su mejor amigo, una noche a Graham le pareció buena idea llevarla a la fiesta que unos compañeros de su carrera montaban en un piso. Le presentó allí a DeAndre Taylor
Tenía que admitir que no le causó buena impresión en un primer momento, le pareció algo soberbio y pretencioso, pero tras un par de frases y unas copas de vino la cosa pareció mejorar. Por lo menos la conversación había acabado siendo tremendamente agradable e interesante. Se dieron los teléfonos, siguieron quedando, empezaron a conocerse y a interesarse más y más el uno en el otro y June se enamoró terriblemente de él. Entre lágrimas y abrazos cariñosos abandonó el piso compartido con Graham y se mudó al centro con DeAndre. Todo fue rápido e intenso. A los 26 años ya se estaba casando con él –por la iglesia, a pesar de que a ella no le hacía especial gracia, la familia de DeAndre son fervientes creyentes y no le apetecía que le jodieran el convite de después-. 
Convivieron durante cinco años; fueron tiempos felices, románticos, apasionados e inocentes, de descubrimiento y aprendizaje para ambos. Pero también complicados. A menudo les costó lidiar con los problemas de cada uno, sobre todo a June. En ocasiones se sentía asfixiada por la fama de DeAndre, él tampoco comprendía porque ella se negaba a darse a conocer, ¿Te gusta vivir en la mediocridad? le dijo en una discusión. June no se cortaba, también sabía ser cruel, le decía que su trabajo era ordinario y que ella no necesitaba la aprobación del público. Al principio llegaban a reconciliarse, pero con el paso del tiempo el distanciamiento se hizo más y más patente. Luego llegó el asunto de la enfermedad de DeAndre. A June le recordaba peligrosamente a su madre; trató de sobrellevarlo, quería ayudarlo, pero sentía que se ponía enferma. Se sentía limitada y atada a una realidad que no le gustaba, no podía fingirlo. Se divorció al cumplir treinta años y se buscó la vida sola.
 
De eso hacía ya un año, y ahora, en la actualidad, su vida parecía consistir en una búsqueda constante de distracciones efímeras. Parece que ha sufrido una pérdida catastrófica de resistencia cerebral que le impide hacer nada como antes. Ni siquiera escribir. Ocupa la mayor parte del tiempo en trabajos monótonos que le duran menos de dos meses, en relatos por encargo para revistas mediocres, columnillas anodinas en panfletos sin alma. A veces, no obstante, los arranques salvajes vuelven; escribe durante toda la noche, en un impulso súbito y ardiente y también efímero, demasiado efímero. Al día siguiente regresa la calma, sale de su habitación, cansada, aturdida y vacía, después de exorcizar y olvidar al demonio.

Mantiene el contacto con Graham y Fiona. Con él más que con ella, ya que acordaron verse religiosamente al menos cada dos semanas. Graham sigue como siempre, con su pintura pero sobretodo con su música, su verdadera pasión. La última vez le contó que estaban tanteando grabar el primer LP y que se lo estaba costeando dando clases de guitarra. Fiona abandonó a Mark y se casó con el chupatintas de turno, ya van por el segundo hijo. A Mark se lo ha encontrado alguna vez por los bares, hablaron un poco, parecía querer rehabilitarse, buscar trabajo...quién sabe. En cuanto a su familia, habla cada poco con Hazel, pero no le gusta demasiado visitar Westchester Conty. DeAndre…bueno, mantiene una buena relación, aunque aún hay rencores latentes y problemas que batallar.

La leche que biblia xDD A ver que te parece... Meister imagino que añadirá sus impresiones de la relación. En cuanto al concepto, he pensado en dejarlo en Escritora amateur pasional. Ya me dirás ^^

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04/04/2016, 16:18
Nyar

Concepto OK! Esta tarde te doy feedback sobre la historia con más calma, que voy hoy algo apretado de tiempo.

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04/04/2016, 22:44
Nyar

Bueno, historia leída y releída. 

Está muy bien, bastante completa la verdad. Un poco farragosa la parte de los abuelos --he tenido que volver a releerlo con calma en casa, que en el curro no me he terminando de enterar--, pero bastante bien --y ameno-- todo lo demás. ¿Puedes buscarme una foto para Donna, Hazel, Mark, Fiona y Graham? He ido apuntando maldades para June según iba leyendo ^^

Nos faltaría pues ponernos con la ficha. ¿Te ves con fuerza para tenerla lista a lo largo de esta semana? 

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05/04/2016, 21:49
Calypso

Sí a todo :)

La ficha me estoy poniendo hoy, de hecho, a ver si lo tengo para esta semana. Las fotos te las busco para mañana.

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06/04/2016, 21:19
Calypso

Te dejo las imágenes

Donna

Hazel

Graham Mills

Fiona Winterhart

Mark Foxton

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09/04/2016, 00:10
Calypso

Buenas! 

Te dejo la ficha. No me sale la cita...Te la digo mañana. Ya me dirás si ves que algo no te convence y eso.

Concepto: Escritora amateur pasional

Características:

Fortaleza; 2 Camina con frecuencia

Reflejos; 3 Nerviosa

Voluntad; 6 Torbellino de sentimientos

Intelecto; 7 Imaginación desbordante

Hitos:

Su madre se volvió loca durante su adolescencia.

Huyó a Boston y acabó compartiendo piso con su mejor amigo.

Se ha divorciado de su marido porque no puede lidiar con la enfermedad.

Habilidades:

Forma física: A menudo da largos paseos por el parque; 3

Combate: Arañazos y empujones; 2

Interacción: Se expresa con sus escritos; 5

Percepción: Sabe leer entre líneas; 6

Subterfugio: Se inventa al vuelo cuentos chinos; 3

Profesión: Escritora amateur; 6

Cultura: Ha leído sobre muchas cosas para inspirarse; 6

Cultura: Tiene contactos en el mundillo artístico de Boston; 5

Cita:

Drama: 5

Características secundarias:

Aguante; 4

Resistencia; 12

Defensa; 11

Iniciativa; 6

Bonificación de Daño: 0

Complicación: Personalidad agresiva.

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09/04/2016, 11:01
Nyar

Está bastante bien. Nada que matizar sobre la ficha, que ya estaría completa (salvo la cita).

Hay que arreglar el aguante, que sería 5 para June (puse la fórmula mal en la guía de creación). La resistencia sería por tanto 15. Cuando arregles eso, súbela a su apartado correspondiente en la sección de personajes. 

Por lo demás June estaría lista para empezar. La semana que viene me pondré con las escenas iniciales.

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11/04/2016, 21:44
Nyar

Por cierto! Tienes un punto más de atributo para que te lo gastes en voluntad o en intelecto (pudiendo superar el límite de 7). 

June ya no trabaja en la librería, ¿cierto? ¿O ha vuelto por lo poco que le rentan sus trabajos como shadow writer?

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12/04/2016, 00:48
Calypso

Vale! Me pienso lo del punto ^^

Actualmente no trabaja en la librería, nop. De momento no ha vuelto y no se lo plantea.

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13/04/2016, 20:51
Nyar

Calypso,

estaba revisando la ficha de June y he caído en que sigue faltando una cita. Piénsate algo (rollo catch phrase). Este es un aspecto que se activa cuando lo dice tu personaje, así que puede ayudarte en situaciones concretas. Ejemplo de citas: piensa mal y acertarás, el señor es mi pastor, no están muertos hasta que no les metes un tiro en la cabeza, otra vez no.... Siempre que el personaje diga la frase y gastes punto de drama, puedes modificar una tirada. Añádeselo cuando puedas ;)

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13/04/2016, 23:30
Calypso

Ostraaaaas, es verdad! >_< Se me había olvidado, lo siento!

En cuanto a la escena, nada que objetar. Que me ha gustado mucho, vaya, simple y llanamente! Te posteo mañana sin falta - a no ser que me de un venazo loco, que suele pasarme xD- que la cama está tentándome. 

Cargando editor
13/04/2016, 23:40
Nyar

Sin problemas y sin prisas. Todavía tengo que arrancar con un par de escenas, así que cuando puedas ;)

Y me alegro de que te gustase la escena :P. Llevo varios días gestándola. 

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16/04/2016, 23:57
Calypso

Definitivamente ya tengo la cita (no veas lo que me ha costado xD) y se me olvidó decirte que la música que añadiste a la escena fue un agradable descubrimiento y me ayudó a inspirarme ;)