Motivo: Atacar
Tirada: 5d6
Dificultad: 5+
Resultado: 4, 6, 1, 3, 4 (Suma: 18)
Exitos: 1
en realidad hay que superar, no empatar.
Motivo: Defensa anticipada Orcos
Tirada: 3d6
Dificultad: 5+
Resultado: 1, 4, 5 (Suma: 10)
Exitos: 1
Anduin se incorporó sin peligro, quedando de pie. Ya no había peligro de arqueros. Aquella situación iba a durar más bien poco. Así que continuó disparando hacia el grupo con el que luchaban el mago y el caballero.
-Hasta que no quede en pie ni una sola maldita bestia.
Apunta a una de las bestias del centro, que estaba sola. Era una muerte segura. En el último momento, observa a la Aredhel atacar a otro orco y se le ocurre, que tal vez no necesite lanzar una flecha hacia la cabeza. Sólo una sin apuntar demasiado para debilitarlo y que la elfa acabe con él. Y de paso poder disparar otra flecha a otro bicho.
Pero la situación no le es propicia, y con el rápido movimiento de la lucha, una de las flechas golpea en el escudo de alguien y la otra simplemente falla.
Motivo: Tiro al orco (Buen tirador, arcos)
Tirada: 4d6
Dificultad: 5+
Resultado: 5, 4, 2, 2 (Suma: 13)
Exitos: 1
Motivo: Tiro al orco (Buen tirador, arcos) 2
Tirada: 5d6
Dificultad: 5+
Resultado: 1, 3, 1, 2, 1 (Suma: 8)
Había tirado una vez con un éxito. Pero al ver que podía obtener ventaja al estar los orcos rodeados (igual que mis compañeras del otro lado), decido hacer una segunda tirada con 1 dado más e invalidar la primera.
Me ha podido la avaricia y me he quedado sin éxitos. (Cuando Dredoc me vea desperdiciar así una tirada, me mata xDD)
¿Con mis tiradas? Tranquilo, estás a salvo XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Terminar el combate.
Los orcos restantes huyen despavoridos pero mueren algunos metros más adelante por las flechas de los héroes. Ahora es momento de sanar las heridas y reorganizarse porque en el campo de batalla la contienda sigue y vuestra ayuda podría cambiar el curso de la historia.
Galvan extrae su espada del cuerpo del último de los orcos que ha caído bajo su espada, completamente cubierta de sangre negra y entrañas. Limpia el filo sobre las ropas de su enemigo pero pronto se da cuenta de que su cara y sus ropas no están mucho más limpias. La sangre de los orcos se le ha metido incluso por la boca y la nariz. No es la primera vez que la prueba, pero eso no hace que su gusto le resulte más agradable. Con el dorso de la mano se limpia la frente mientras mira el desolador paisaje a su alrededor, donde la muerte campa a sus anchas. En su naturaleza está el amor a la vida, a todas las criaturas de la creación y aunque sabe que las hordas de orcos sirven a Melkor, el hecho de quitarle la vida a alguien siempre le provocaba náuseas.
Pero no había tiempo de lamentarse. Guardó su espada y miró a sus compañeros, Estë, La Sanadora, tenía trabajo. Los atendió por orden de gravedad, según su criterio.
Motivo: Inteligente (Estimar gravedad)
Tirada: 3d6
Dificultad: 5+
Resultado: 4, 2, 3 (Suma: 9)
Dredoc estaba buscando el superlativo de Humillante para poder definir su actuación en ese combate ¿Humillantérrimo? ¿Homilísimo? ¿Homilérrimo? El caso es que había sido el combate más PATÉTICO que recordaba, y recordaba muchísimos.
Recogió algunos virotes y remató a los orcos que pudieran quedar vivos. Estaba callado, no le apetecía abrir la boca en ese momento. Hubiera querido proponer algunas ideas sobre cómo proseguir, pero se sentía demasiado frustrado y superado por sus compañeros como para pretender darles ideas. Probablemente esos elfos las mirasen por encima del hombro... y estaba de muy mal humor como para soportar desprecios, por otro lado tampoco él se fiaría de la opinión de un patán de tamaña torpeza... de manera que prefirió callarse.
Se incorporó del todo. Colgó su arco al hombro y comenzó a bajar de lo alto de la pared rocosa. Dando primero un gran salto hasta el siguiente saliente, después otro hasta más abajo y luego otro hasta el suelo.
Comenzó a caminar hacia donde estaban los demás. Galvan y Dredoc. Intentando no pisar demasiado a las bestias muertas, esquivándolas como podía. Llegó hasta donde estaba Dredoc y le dió una palmada en la espalda. Luego miró a Galvan.
-Bueno, ya nos hemos conocido en combate. Soy Heldor Anduin. Todos me llaman Anduin, como el rio. -Ofrece la mano. Se puede ver el rudimentario vendaje en el brazo, empapado de sangre seca. -Os parecerá extraño, pero bajando esos riscos me ha venido a la mente que os conozco. Realmente no os conozco, pero tengo la impresión de que sí. No me hagáis caso.
Busca con la mirada a la guapa Edain.
Una vez hemos acabado con el último de los orcos empiezo a recoger flechas para rellenar mis carcaj.
Una vez tengo los dos carcaj completos tiendo la mano a Ross.
- Bien luchado. - le digo. Es un Honor combatir a tu lado.
Dredoc gruñó un poco cuando le golpearon la espalda, aunque fuera suave, estaba bastante magullado. Uno no resulta arrollado por un jinete de huargo sin pagar con unas cuantas magulladuras y arañazos.
Aunque no estaba sangrando abundantemente por ningún lado, sí estaba revuelto en polvo, barro y con varias docenas de pequeños cortes y futuros cardenales, sobretodo por el revolcón del huargo, pero también golpes con su propio escudo al parar ataques de los orcos, y toda suerte de marcas de combate.
Asintió a Anduin con camaradería mientras se quitaba el casco para secarse el sudor con un paño, con el que luego limpió la espada. Para su frustración, apenas estaba manchada.
Dredoc, de... todas partes y de ninguna. Tal vez nos hayamos visto antes. Le devolvió la palmada. Que tu carrera sea tan larga como tu río, compañero.
Al finalizar el combate bajo desde lo mas alto con mi brazo vendado tras haber guardado todo en su lugar. -¿Alguien sabe curar? -pregunto a grupo por si había heridos y era conveniente saber si alguno de todos los presentes poseía tales conocimientos.
-Disculpen la grosería, mi nombre es Indis. - me presento haciendo una reverencia de respeto, atrás había quedado aquella Louise ambiciosa e interesada. Este nuevo cuerpo dentro de un escenario tan particular le permitió soltarse y ser simplemente Indis.
- Yo soy Tareth - dijo el medio elfo limpiando la escasa sangre que bañaba su arma.
Miró a Dredoc de reojo. Sin duda su mala suerte no tenía nada que envidiar a la de aquel. Se preguntó qué pensaría el resto sobre su forma de manejar la espada.
Limpiando mis espadas resoplo por el desempeño de algunos. -Mitad elfo mitad humano, decídete de una maldita vez así no vemos el desastre que eres con tu espada. - grito con fuerza a Tareth, luego me presento a mi manera - Por cierto, Aredhel. Noldor hasta la muerte. - lo decía orgullosa sin ápice de remordimiento.
Galvan hizo una leve reverencia ante la elfa antes de dirigirse a ella.
-Así es Indis-dijo al fin-Mi nombre es Galvan y poseo el don de la curación. Decidme, ¿quién está herido para que pueda otorgarle el don de Ëste, La Sanadora?
soy Ross y el honor es mio, de no ser por tu ayuda estaría muerta - le dice a Kiara, Ross estaba sentada en el duro suelo rocoso revizando su e
herida, habia ajustado los bendajes y aplicado ungüentos de medicina elfica, el dolor menguaba y la chica se puso en pie ya sin tanto problema.
vamos con los demas habra que reorganizarnos - le comenta, al tiempo que comienza a andar a donde los demas se reúnen.
- Kiara. - digo mientras la ayudo a llegar hasta el resto del Grupo.
- Galvan, aquí necesitamos de tu ayuda. - digo mirando al Noldor.
El elfo noldor acudió a la llamada de Kiara buscando con la mirada a quién había que sanar.
-En realidad sois vos quienes me estáis ayudando. Decidme, qué necesitáis.
Miro a Galvan incrédula mientras intento entender como no ve las heridas que ambas tenemos.
- ¿Puedes curar nuestras Heridas? - le pregunto señalando a Ross y luego a mi.
-Muy amable de su parte Galvan, yo también necesito ayuda. Una flecha se ha clavado en mi brazo, he logrado quitarla pero el veneno hace estragos. - le comento al elfo Noldor mostrando la herida que estaba recubierta con un trozo de tela que había arrancado de mis ropas.
Ahora mirando a Ross y Kiara, suspiro pensando que fuimos los mas afectados dentro del grupo.-Ellas también necesitan su ayuda. La diosa Vanyar siempre iluminará tu camino por esta obra de bien te redimes ante tu linaje. Enhorabuena. - sonrío complaciente.
Ahora ya con intenciones de planificar una mejor defensa me dirijo al grupo. - Como todos saben, vendrán más hordas. Debemos crear una estrategia de ataque porque estuvimos muy desorganizados, por suerte no hemos sufrido pérdida alguna pero no soportaremos una segunda batalla en estas condiciones. ¿Alguna idea? - estaba claro que no sólo se trataba de sobrevivir, sino acabar con todo el mal que Morgoth día a día nos hacía padecer.
Me han herido con una flecha en la pierna, logre sacar la flecha y parece que no fue tan grabe aplique una curación, pero de ser posible me gustaría que la revisases - le dice a Galvan mientras Kiara le ayuda a sentarse en una roca.