Partida Rol por web

No soy capaz de reaccionar cuando la bala atraviesa mi chaqueta, me quedo petrificado, con la cara líbida por el miedo.

Entonces me agacho por el suelo, buscando alguna clase de proteccion, un mueble tras el que poder protegerme.

Joder, joder... - nos están disparando, los nervios me hacen señalar lo que es obvio, mientras gateo por el suelo.

Quico agarra con fuerza el filo del cuchillo y girándose hacia el tipo, se abalanza sobre él, atacándole con determinación. Los 120 quilos del gamer se vienen encima de su captor. El filo del cuchillo brilla en la oscuridad. Quico siente que alcanza a su objetivo, pero no sabe hasta qué punto le ha hecho daño por lo que sigue asestándole puñaladas mientras su otra mano, busca el brazo del arma del sujeto, en un intento de que no la pueda usar para defenderse.

-¡Cuidado!-gritó Quico para advertir a los que llegaban de que no solo había enemigos en la casa-¡estamos aquí!.

-Y tú, ¡ríndete o te juro que te voy a convertir en un acerico! Has perdido el factor sorpresa, tu única posibilidad. Se acabó.

- que me tranquilice?!... pedazo de m...- no termino lo que quería decir cuando un camión desestabiliza el auto y el vidrio de mi lado estalla y comienzo a mojarme por la intensa lluvia.

-pedazo de mierda!...- le dije al robot- te dije que tenías que conducir con cuida...- no termino la frase y recuerdo las palabras de Rain: " nos están cazando"

- Robot... Mobius... puede que... debo salir de aquí...- pensé.

- detente en la próxima esquina... - le ordené al robot, mientras buscaba en mi ropa el teléfono movil.

cuando lo tuve en la mano, busqué el numero de Rain y lo marqué, mientras esperaba que se detuviera el taxi.

- detente en la próxima esquina... - le ordené al robot, mientras buscaba en mi ropa el teléfono movil.

 N..no.no.no.no.no…Na…nada d…de eso. Ahor…ra es el momento. Mira … - El taxista robotico cambia su tono de voz y su semblante se torna siniestro, sus ojos dejan de girar y su sonrisa desaparece. La nueva modulación de su voz electrónica te recuerda a alguien que una vez conociste dentro de Estado Alfa.

Una sección de la avenida principal cruza sus camino con una autopista de transito pesado y alta velocidad pero el cruce se encuentra controlado por semáforos. Es tan solo un semáforo más pero el taxi en lugar de detenerse detrás de la línea punteada lo hace luego del semáforo, justo en medio de la intersección.

Un segundo antes y nada hubiese sucedido. Un segundo después todo hubiese sido distinto.

Un camión de gran porte golpea el taxi. El impacto es del lado contrario del ocupante pero la velocidad y la fuerza del golpe doblan por la mitad al maltrecho taxi.

El choque te noquea y todo se vuelve negro…

¿Eres Samuel?

Eres el único superviviente de la misión. Corres sin mirar atrás con el objetivo en brazos mientras escapas de las explosiones que te pisan los talones a través de la tierra de nadie en aquel planeta desconocido para ti. Solo sería una misión simple te repites apara ti mismo. Solo sería una misión simple.

En tus brazos aquel extraño artefacto parece latir y emitir una tenue luz. ¿Tiene forma de cubo o es que cambia cada vez que lo miras?

No es momento para tales preguntas. Debes correr, correr como nunca. El oxigeno escasea dentro de tu casco y gran parte de el escapa hacia la enrarecida atmosfera. Aquel cielo rojizo guarda sus secretos.

Al despertar algún tiempo (segundos o minutos) después tu primera impresión es el fuego y el dolor. Si, el dolor.

Te encuentras aprisionado dentro del robotaxi. El asiento se encuentra encima de ti y un hierro cruza de lado tu cadera pero allí no sientes nada. El dolor es por un golpe en tu rostro.

Gracias por utilizar el servicio de Robotaxi. ¡Que tenga un buen día! – saluda el taxista robot desde su postura torcida para luego ser engullido por las llamas.

Al menos todavía tienes un brazo libre y casualmente llevas en el teléfono móvil. 

La situación no podría ser más desesperante para todos. Sea cual fuera el momento que vive cada uno sin importar demasiado, todo se interrumpe por una llamada entrante. El teléfono móvil de Rain comienza a sonar. Es una llamada de Samuel. 

-Y tú, ¡ríndete o te juro que te voy a convertir en un acerico! Has perdido el factor sorpresa, tu única posibilidad. Se acabó.

La sensación es estremecedora. El cuchillo muerde la ropa y la carne en su viaje de ida y vuelta. Cuando regresa lo hace teñido de rojo carmesí junto a los dedos que lo empuñan.

El gamer ha logrado su cometido al derribar mediante su peso, el puñal y la sorpresa del momento. Ahora él y el otro sujeto del arma yacen en el suelo y a un lado un incipiente charco de sangre que cada vez es mayor.  

El revólver que instantes previos había disparado en dirección a la puerta de entrada ha salido despedido de la mano del gangster y tras rodar un poco ahora se encuentra a los pies del profesor Turner.

Otro relámpago ilumina brevemente la estancia permitiendo a Quick0 ver claramente el rostro de su agonizante contrincante. Es el empresario multimillonario Evan Banks.

El rostro de Banks se encuentra cubierto de golpes, cortes y curas de primeros auxilios. Sus facciones son demasiado expresivas, como si no fuese el absoluto dueño de si mismo. Como si algo terrible le hubiese sucedido al punto de perder por momentos la cordura.

Apenas tiene fuerzas para agitar sus brazos y piernas desde el suelo pero energías no le faltan al momento de hablar a gritos.

¡Aaaahhh ha ha ha ha! ¡qué estúpidos fuimos! ¡ha ha ha ha ha! Nada es real. ¡Tampoco nosotros! ¡Tampoco nosotros! ¡Tampoco nosotros! ¡Tampoco nosotros! – de la risa pasa al llanto y sus ojos casi escapan de sus cuencas así como su lengua de su boca. - ¡Ya lo verán! ¡ha ha ha ha! ¡Ya lo verán! ¡Ya lo verán! – Evan Banks se retuerce en el suelo entre su charco de sangre y Quick0 que lo observa consternado al descubrir la identidad del atacante. Sin lugar a dudas la situación es extra limitante para muchos de los presentes.

Lo que para cualquiera sería un shock, para Quico es extrañamente un alivio. Banks parecía que estuviese fuera de sus cabales, pero estaba claro que sabía algo...y que le habían hecho algo. Al final parecía que las sospechas de Quico se confirmaban y no estaba tan loco como él mismo había llegado a pensar en algún momento. Pero había algo que no encajaba...¿Evan Banks? A pesar de sabía que era un hijo de la gran puta, siempre se había llevado bien con él. Sus interses nunca habían chocado ¿Porqué iba a querer desearle mal alguno?¿Le habrían ofrecido algo a cambio? Eso podría haber funcionado, pero si esto no era real, no se le ocurría cómo podrían haber comprado a su viejo compañero. ¿Poder?¿Información?¿O simplemente se había convertido en un títere sin voluntad que respondía a las órdenes de los administradores de Estado Alfa?

Quico agarró a su antiguo compañero y le ayudó a incorporarse de modo que su espalda de Banks descansaba sobre las piernas flexionadas de Quico mientras que con su bandana presionaba el orificio por el cual el cuchillo había penetrado más profundamente en su cuerpo.

-Joder Evan, ¿crees que la mejor forma de convencernos de eso es amenazarnos con una pistola?¿Qué te han hecho?¿Qué ha sucedido en ese apartamento de State Avenue? Decías...decías que nos habían hecho algo, que a veces te parecía que eras otro. Joder Evan,...tío...aún tienes una oportunidad de solucionar esta mierda. El Evan Banks que conocí, habría plantado cara y nunca se habría rendido. ¿No queda nada de ese tipo bravucón que lucha contra el orden establecido? ¡Maldita sea!, ¡lucha, hijo de perra!,¡lucha!

La situación me había paralizado. Era incapaz de saber a quién tenía que disparar y todos mis músculos me mantenían en tensión pero no era capaz de apretar el gatillo. Demasiadas variables en juego, no quiero herir a mis compañeros.
Sin ppder hacer nada y antes de poder abrir la boca una de las figuras se abalanza contra la otra, con el resultado final de que la figura con la pistola cae al suelo perdiendo el revolver que acababa de disparar. La voz de quico llega a mis oídos y por lo que entiendo es el quien empuñaba el cuchillo. Mi cuerpo se relaja, pero cuando habla de Banks, que parece que es el hombre que disparó a William. Me quedo sin palabras.
Bajo el arma y me acerco hacia ellos.
-¿Quico? Soy Jules... Es... es Evan Banks
Al acercarme compruebo su identidad como la herida que le hizo el Ganer.

-Sí, pero me temo que no tiene mucho que ver con el Evan Banks que conocimos. Le hicieron algo...no sé el qué. Vamos Evan...vamos-Quico se esforzó en mantenerlo consciente mientras intentaba ayudar en lo posible a  Sullivan-Dime algo.

Lo mantuvo erguido, para evitar que se desangrase pero en todo momento se puso a disposición del agente del FBI, mientras éste revisaba las heridas de forma minuciosa.

-Dime qué hago ¿Lo sujeto así?

Cuando la situación se fue relajando se atrevió a preguntar.

-¿Qué hay de tí? Te veo muy...cambiado desde la última vez que nos vimos.

Entre Jules y Quick0 logran estabilizar la herida de Evan. La sangre deja de escapar pero ya ha perdido mucha al punto que el empresario ha perdido un poco de tonalidad en su rostro. Banks esta tan pálido como un cadáver…

Voy a contestar a Kiko cuando algo me llama la atención. El tacto de su pecho presenta serias deformaciones que no tienen sentido. Al principio me da bastante igual, pues me afano en cortar la hemorragia que le ha abierto el Gamer con un cuchillo, pero cuando parece que lo estabilizamos... Al abrirle los ropajes para limpiarle la herida...

-Pum, sorpresa.

Añado sin ningún tipo de emoción, al principio. Pero al ver que los cables se internan en el interior del cuerpo de Evan... levanto las cejas y miro a Kiko.

-Espero que seas capaz de correr rápido... ¡SALID TODOS DE LA CASA, CORRED, BOMBA!

Esperaba ser lo suficientemente claro. No había tiempo de explicar que si se moría estallaba, pero con la palabra bomba debía de ser más que suficiente. Ayudo a Kiko a salir y empujo hacia la salida, con cuidado, pues no quiero tirar a nadie, a los que me encuentre de camino.

Quico se lo pensó por un segundo. Con el tiempo suficiente podría haber desactivado esa bomba. Nunca lo había hecho, pero había leído sobre el tema y en realidad era bastante sencillo. Cable rojo, cable azul...chupado. Pero no tenía tiempo. 

Miró por última vez a Evan a la cara y dedicó dos segundos más a despedirse de él.

-Lo siento, amigo. Lo he intentado-le dijo antes de echar a correr-nos vemos en el otro lado. 

Cuando todo se desbocó, Walter había lanzado el cuchillo al asaltante, pero lo oyó tintinear por ahí inofensivamente. Después Quico se tiró sobre él, y resultó tratarse de Evan.

El fogueado anciano corrió a coger la pistola cuando esta cayó al suelo, y desde luego se sorprendió al ver a Evan, a quien daban por muerto..

Como médico, corrió a echar una mano a Jules con la herida. Le extrañaba la aparente afinidad que tenía Quico con Evan, siendo tan diferentes. Sin duda habían pasado mucho juntos mientras estaban en Estado Alfa (En el anterior escenario, al menos) y la adversidad hacia amigos extraños.

Cuando descubrieron la bomba, Walter abrió los ojos de par en par, pero en lugar de salir corriendo inmediatamente ocmo el resto, dio un rápido vistazo antes, a ver si con el cuchillo podía desactivar la bomba con seguridad. No tenía un temporizador, si no dos cables conectados a ves-a-saber qué parte del cuerpo de Evan. Esos cables llevarían a una unidad detonadora, y de ahí a los explosivos, probablemente plásticos. Si encontraba la unidad detonadora y cortaba los cables que llevaban a los explosivos, todos los presentes, Evan y los vecinos inocentes estarian a salvo.

No estoy yo para estos trotes...

Poco a poco vuelvo a estar consciente... aunque no estoy muy seguro. La cabeza me da vueltas y un dolor punzante empieza a encabronarme, eso sumado al calor de las llamas del vehículo.

- Maldito Taxirobot...- fue lo primero que pensé, pero luego recordé- Mobius...- me trate de mover y me dí cuenta que estaba atrapado y con un fierro que me pasaba por la cadera.

-que hago?!- me dije mientras trataba de soltarme, pero inmediatamente me recordé que había marcado el numero de Rain, mientras me trato de zafar, pongo el teléfono en mi oreja. -vamos Rain- pensé en voz alta, mientras esperaba.

Rain apunto en la obscuridad, pero no pudo disparar, dos sujetos forcejeaban luego la voz de Quico anuncio que uno de esos dos era él, seguramente el mas grande, luego la calma anuncio el fin de la pelea, la chica se aproximo apuntando y con cuidado solo para descubrir a Evans apuñalado por Quico, Rain miro a Jules y a un anciano acercarse para asistir a Evans, ella no ayudo pues era por demás y solo les estorbaría. Rain fue a buscar cargadores a donde encontró sus armas.

-¡Bomba!- se escucho una voz e inmediatamente la chica salio de ahí junto con los demás, solo el viejo quedo atrás.

Rain encontró a Williams en el pasillo, no había entrado al cuarto - Vamos hay una bomba - le dijo ayudándolo a ponerse en pie, estaba pálido y cuando trato de levantarlo se dio cuenta de que estaba herido.

 -vamos Rain- pensé en voz alta, mientras esperaba.

El teléfono no llega a completar la llamada porque del otro lado Rain no atiende pero eso es todo. Las celdas de poder del robotaxi contienen acido muriático que por causa del choque desparraman el liquido corrosivo en el área del accidente generando una nube de gas toxico. Los vapores nocivos pronto comienzan a hacer efecto en el oficinista y la pérdida del conocimiento no tardaría en llegar.

Aquella era la última razón por la cual serian prohibidos los taxis robotizados la semana entrante. Pero Samuel no viviría para escuchar la noticia.

El camión transportaba una carga de combustible de alto octanaje para el puerto inter espacial. Lo que sucedió luego fue evidente ya que el contenido del camión cisterna exploto arrasando con varios centenares de metros a la redonda. La noticia trascendería por todos los medios durante varios días y la culpa caería sobre la compañía de robotaxis.