Partida Rol por web

El bosque parece tremendamente tranquilo. Hay pájaros piando, animales pululando por los alrededores. De hecho al pegar una buena bocanada de aire, notas en tu pecho que ese debe ser el aire más puro que has respirado nunca. ¿Pero tendría algo de interés aquél sitio? ¿Por donde empezar?

Respiré hondo aquel aire puro, sentaba genial. Anduve por el bosque un rato hasta que se me ocurrió algo. En mi anime favorito, Digimon, los protagonistas se encontraron en una situaciónn parecida y lo primero que hicieron fue ir al lugar más alto de la isla. Decidida a seguir el ejemplo de mis queridos personajes, busqué alguna montaña o árbol grande para subirme.

Oteando el horizonte ves el basto mar, realmente estáis en una isla, quizá si hacéis un barco o una balsa podáis escapar, pues a pesar de que hay un pequeño puerto en la playa, no tiene ningún tipo de navío.

Algo te llama la atención estando allí arriba... No hay muchos pájaros, al menos sobrevolando el mar. Sin embargo por encima de la isla si que parece haber bastantes. Desde allí arriba puedes ver todas las ubicaciones, además de ver lo profundo y denso que es el bosque, es imposible ver que misterios oculta. También hay alguna que otra cueva, quizá valga la pena explorar alguna, aunque quizá estando más preparada, pues a saber que puede haber dentro.

Me pareció extraño que no hubiera pájaros en el mar. ¿Habría algo peligroso allí? También quería explorar las cuevas, podría montarme en ellas una base secreta increíble, pero ahora mismo no tenía ni linterna mi nada, así que tendría que dejarlo para la próxima vez.
Bajé del árbol y decidí seguir adelante en el bosque adentrándome en lo más profundo.

Al llegar la bosque, ves lo terriblemente grande y denso que es. Encontrar a Kokoa no será tarea fácil, pues hay muchos sitios a los que ir. Te llaman la atención un pequeño montecito al que parece que no te costará demasiado subir y desde donde crees que lo puedes ver todo, las cuevas, que hay un par que investigar y por último el propio bosque en si, parece peligroso adentrarse solo, además de que es terriblemente denso.

Algo evidente para Nozomu era que quizás no pudiera encontrar a la jovencita en un abrir y cerrar de ojos, pues el bosque que se cernía ante él era igual de denso y espeso que un sobaco de una mujer libre, feminista y luchadora. Con cierto pesar, el periodista sacó de su haber el cuchille, pues el cuchillo era machista, y continuó hacia delante.

Cuando bajas adentrarte en el bosque, oyes los pasos de alguien. Parece que no sabe donde estás, por lo que aprovechas para meterte en el bosque lo más rápida y sigilosamente posible. No puedes ver quien es, pero te da bastante mal rollo que alguien te esté persiguiendo sin avisar ni nada.

Correteando por el bosque llegas a una bifurcación, parece que puedes ir a la izquierda o a la derecha, aunque los árboles te impiden ver que hay más adelante. Aparte de seguir los caminos parece que te puedes esconder por allí, pero a lo mejor acaba encontrándote quien anda tras de ti.

En una de las cuevas oyes el fluir del agua, aunque parece bastante lejano. En la otra cueva oyes una respiración muy profunda, como la de un animal bastante grande durmiendo.

Esos ronquidos parecían ser de una criatura grande, quizás fuera un oso, quizás fuera un león, quizás fuera un dinosaurio, o quizás fuera un ornitorrinco en esteroides, sea como sea, algo era más que evidente, estaba descansando en una cueva en mitad del bosque. Lo que significaba algo más que evidente: "Estaba haciendo el vago, por tanto era un macho, ergo machista y violador".

Con una piedra del suelo del tamaño de su mano, la lanza hacia la oscuridad de la cueva, con tal de despertar a aquella machista criatura de una vez por todas y ordenarle que se pusiera a trabajar, que así no se podía levantar el país; además de lo evidente: El que duerme no está apoyando a la revolución constante por los derechos de la mujer.

¡Arriba Machista!

Tras darse de cuenta de que quizás hacer eso no era la mejor de las ideas... decidió re-andar sus pasos, pero a una velocidad mucho mayor, por lo que quizás estuviera re-corriendo sus pasos en dirección al Pueblo. Allí había mujeres, ellas sabrían que hacer si esa criatura le perseguía.

¡GRAAAAAAAAAAAAAAARG! - gritó aquél oso al que acababas de despertar malamente, el cual decidió perseguirte hasta el pueblo en busca de venganza.

Justo estaba leyendo el mensaje de la tipa con grandes aires cuando escuché unos pasos.
- ¿Un loco con cuchillo? - asustada, eché a correr como alma que llevaba el diablo.
Al llegar a la bifurcación no me lo pensé y seguí corriendo por el primer sitio que se me ocurrió.

¡GRAAAAAAAAAAAAAAARG! 

Oíste a lo lejos mientras huías. Parecía un oso. También pudiste oír a un hombre gritar a lo lejos. La cosa es que ahora que habías cogido el camino de la izquierda parece que te habías adentrado aún más en el bosque y parece que podías seguir, aunque aquello más que un bosque parecía un laberinto.

Al oír el rugido y el grito corrí aún más deprisa, presa del pánico. No sabía si aquella persona estaría en peligro, pero estaba segura que llevaba un cuchillo y ¿que podía hacer una niña cómo yo en una situación como aquella?
Sin darme cuenta que me adentraba aún más en el bosque, corrí tanto como me permitieron los pies.

Corres y corres y corres... Hasta que finalmente te chocas contra algo inesperado. Una valla de metal. Era extraño que hubiera una allí, pero parecía relativamente nueva en comparación al resto de cosas que había por allí. Aun así parecía infranqueable a simple vista, aunque había una puerta que parecía que se podría abrir si se le quitaban las cadenas que tenía atadas desde dentro. Así que primero habría que entrar de alguna forma para poder abrir la puerta...

Mirando a través de la valla, puedes ver un pequeño edificio, aunque está demasiado lejos como para leer la inscripción que tiene en la entrada.

Desesperada por escapar me di de bruces con algo. Sorprendida, miré la valla de metal. ¿Qué hacía en medio del bosque? ¿Estaría guardando algo importante? Vi el edificio al otro lado y me acerqué todo lo que pude para poder verlo. La puerta estaba cerrada y no podía pasar. ¿Habría allí alguna forma de poder llamara mis padres?

Por mucho que ansiara poder pasar, no había forma. Tendría que volver en otra ocasión y además, en mi huida me había alejado demasiado del pueblo. Inquieta, miré alrededor preguntándome dónde estaba. Debía volver, pero sin perder el camino a aquel lugar. Miré el PDA, había llegado otro mensaje mientras corría por el bosque. Contesté rápidamente y emprendí el camino de vuelta, por donde creía que había venido.

Escuchando cada sonido en la espesura, me dediqué a poner piedras formando montículos o ramas clavadas en el suelo con hojitas clavadas cada pocos metros para ir marcando el camino.

Vas volviendo por donde crees que viniste corriendo pero... Acabas donde dejaste un pedrolo que marcaba el camino, es decir, habías dado un rodeo en algún momento, pero no sabías cuando. Parece que te has perdido y no puedes volver al pueblo ahora mismo. Parece el momento idóneo para pedir ayuda.

Cuando me encontré de nuevo la piedra la miré durante unos instantes. Miré atrás y otra vez la piedra. Me había perdido. Un montón de imágenes de mi vagando por el bosque y de animales salvajes como el oso surgieron en mi mente y un pequeño hipo salió de mi garganta. Al final, todos los sustos del día hicieron mella en mi, me dejé caer el suelo y comencé a llorar desconsoladamente. 

Llegó un nuevo mensaje y miré la PDA.
- ¡No me lo puedo creer! ¡Siguen con las votaciones! - dije agitando los brazos indignada.
Con el enojo se me había pasado el momento de desesperación. Apreté los puños con decisión y me puse a caminar hacia la derecha de donde había venido.

Una vez estuvo lo suficientemente alejada del pueblo, Nanami se apoyó en un árbol a descansar. Mientras recuperaba el aliento, la muchacha reflexionaba sobre lo que habría de hacer a partir de ahora. Pero no tuvo mucho tiempo para pensar, ya que, de entre los árboles, apareció Lev. Nanami se quedó mirando al chico de forma tensa. 

Lev levantó las manos en señal de que no iba armado y que no tenía malas intenciones.

-¡Vaya! ¡Estás en forma..! A ver si tenemos suerte y encontramos pronto a Kokoa - el joven mantuvo cierta distancia sonriente, no quería tampoco molestar a Nanami pero era un optimista abnegado y esperaba por lo menos llevarse bien con ella: -No recuerdo que te presentaras...soy Lev- dijo mientras descansaban.