Partida Rol por web

Oyes fuera un grito de dolor extremo.

Nozomu se levanta de la celda, sorprendido porque había escuchado un grito, en concreto un grito de dolor extremo, como si alguien estuviera sufriendo algún tipo de dolor extremo. Sea como sea; no podía hacer nada, por lo que volvió a sentarse y juguetear con la pequeña pelota que le habían dado.

_{^{-Se lo están pasando bien sin mi...}} -Murmuró.

Nozomi y Saigo aparecen en la estancia. Nozomi usa su llave para abrir la puerta de la celda e invita amablemente a Saigo a entrar, ella también entra. Acaban los tres dentro de la celda,

Bueno Nozomu... ¿Me vas a dar el cuchillo o te lo voy a tener que sacar por las malas? - miró malamente al chico que ya andaba encarcelado. - ¿O pensabas que me había olvidado ya del tema? Ten en cuenta que somos dos, yo me pensaría que hacer ahora.

-Y además ella va armada...

No puedo evitar decirlo con una carcajada

Nozomu se levanta lentamente mientras ve como la puerta se abre y entra Saigo y Nozomi, con cierta sorpresa deja caer al suelo la pequeña pelota que tenía entre manos. Y se acerca un poco hacia los barrotes para ver a Saigo y Nozomi más de cerca, con una simple sonrisa, mira como parece ser que todo se ha solucionado bien.

-¡Oh! -Dice- ¡Al parecer ya habéis encontrado a Saigo! ¿Y la radio?.

Por otro lado, miró hacia Nozomi y se encogió de hombros.

-Yo te di el cuchillo en el bosque el primer día... aunque... ¿No tenías el flequillo hacia el otro lado?.

Nozomu se encogió de hombros nuevamente.

-Pero supongo que estamos en el mismo bando, a fin de cuentas... lo que sé, lo que recuerdo, es que he de proteger a Nozomi. Si estas compinchada con... ese... pues supongo que hemos de colaborar... ¿Estáis listos para la "gran revelación" sobre Jun y Shizuka?.

Nozomu se giró, tratando de ver la puerta, por si alguien más escuchaba, hablando en voz baja, instó a los dos a acercarse desde el otro lado de las rejas. A fin de cuentas, no se sabe quien puede estar escuchando conversaciones privadas.

-Shizuka me comentó algo sobre que Jun está "enfermo" y no quiere que muera, por lo que desea guardar para "sí", o mejor dicho, para él, un botiquín. Así que le sugerí que fuera a esconderlo en cierto lugar, pues está a salvo de miradas indiscretas... ¡Pero al parecer, no es lo suficientemente capaz por sí sola de traerme la esfera de cristal que le he pedido!. Así que... que le den... ¿Podéis ir a buscar la esfera para mi?.

Nozomu levantó su mano derecha, pues se había acordado de algo.

-¿Queréis que os diga dónde está el botiquín a cambio?. ^{Escuchad atentamente...} -La voz de Nozomu se hizo más y más baja a medida que hablaba, no quería que alguien ajeno al "trato" se inmiscuyera, quizás obligando a los otros dos a acercarse para escuchar sus palabras, puesto que si no estaban lo suficientemente cerca sus palabras podrían confundirse con un mero silbido del viento- _{^{está en...}}

Me tienes harta. - diciendo eso mientras el otro susurraba, le lanzó el cuchillo a la pierna izquierda, cuchillo que hace un momento estaba siendo usado para torturar a Shizuka. Por si no fuera suficiente le propinó una patada en toda la cara para intentar dejarlo en el suelo y así registrarle de arriba abajo. - Saigo, no bajes la guardia, este tipo no es tonto, solo se lo hace.

Aprovecho para golpear a Nozumu una segunda vez asegurándome de su inmovilidad y ayudo a registrar a Nozomi.

-Calla... o vas a necesitar tu ese botiquín.

Me dirijo después a ella.

-Lo sé, por eso he tomado las decisiones drásticas, ella es igual. Seguro que tienen algo más pensado...

Tras registrar un rato a Nozomu, acabáis encontrando el cuchillo de combate que fue utilizado para apuñalar a Lev.

Esto me lo quedo yo. - dijo mientras se guardaba el cuchillo en el pantalón. - Y este también. - le quitó el cuchillo de la pierna y se lo llevó en la mano. - Bueno, os dejo aquí a los dos. Los interrogatorios funcionan mejor si no hay público de por medio. - con eso dicho salgo de la celda y la vuelvo a cerrar con la llave que tengo encima.

Nozomu recibió todos los golpes, a fin de cuentas; ¿Que podría hacer?. Al parecer esos dos no solo habían sido capaces de entrar en la cárcel, usar la llave y entrar en la celda sin siquiera darle la oportunidad al no-mujer de actuar o hablar, sino que mientras este creía que le daba tiempo a tener una plática como personas normales a través de los barrotes, estos ya le estaban pegando, acuchillando, inmovilizando y golpeando nuevamente, por si las moscas.

-Oh... -Dijo quejándose de las patadas y puñetazos recibidos- Sería de agradecer que no fuerais tan bruscos conmigue... a fin de cuentas, soy el únique que sabe los números de la radie... y sinceramente, esos no son modales...

Nozomu pese a que al principio trató de resistirse para estar ligeramente más cómodo, se dio por vencido y tan solo deseó que la pelota que tenía en su espalda dejara de pincharle el higado por atrás.

Yona llega a la cárcel y ve a Nozomu en el suelo, quejándose un poquito. Por otra parte Saigo anda dentro de la celda también.

Nozomu señala a Nozomi mientras esta se disponía a salir.

-¡Cuidado! ¡Tiene un cuchillo! -Gritó- ¡Avisa a los demás que siempre lo tuvo encima y que me apalearon para tener la excusa de "se lo hemos quitado al raro"!. ¡Nozomi y Saigo trabajan juntos y lo liberarán a la noche!.

Tras decir esto, Nozomu sacó la pequeña pelota que tenía en su espalda y se la tiró a la cabeza a Nozomi a través de la rendija, haciendo que esta botara con un leve "boing" en la cocorota de la "pseudo-líder".

¿Qué mierda está pasando? - dijo Jun entrando después de Yona

He metido a Saigo en la cárcel y se ha tirado al suelo a gritar tonterías. Típico de Nozomu. - suspiró meneando la cabeza de lado a lado. - Bueno, mientras estén aquí no pueden hacer daño a nadie, así que por mi parte no tengo nada más que hacer. Voy a buscar comida, que es lo que prima ahora, si no vamos a pasar mucha hambre esta noche.

Entro con Juan en la cueva y me llevo una mano a la cara y suelto un suspiro. ¿Es que no puede estar tranquilo? Ignoro los gritos de Nozomu, aún así me acerco a la celda y los miro a los dos.

Justo lo que temia que iba a pasar. Tomad. les lanzó un pequeño bote a cada uno. Nozomu eso ayuda con el dolor y la cicatrización y Saigo el tuyo es por el moraton, siento de verdad haberte pegado tan fuerte, pero entiende que no podía soportar ver esa escena.

Me dirijo hacia la salida dónde está Nozomi tocándose la cabeza.

¿Estás bien? Volvamos al pueblo con los demás la plaza es un caos ahora mismo y a más seamos que podamos poner orden mejor.

Gracias por acompañarme Jun, volvamos por lo menos están tratados y parece que no tienen nada para matarse el uno al otro. Siento haberte hecho acompañarne para tan poca cosa.

-Yo he visto como le ha atacado por eso tiene ese corte en a pierna. Cómo has podido atacar a Nozomi... Yo querido amigo me quedo haciendo guardia pero desde el lado de dentro. Por si tienes frío de noche.

Sonrisa siniestra. Si sumamos que estoy lleno de sangre... No debo de ser algo agradable de ver.

-Hola Yona... No te guardo rencor... has hecho lo correcto. Aún que no me arrepiento... viene bien que te paren los pies. Ah hola Jun... je buen placaje... La próxima no tendrás tanta suerte...

El tono es completamente diferente al de hace minutos. Es afable, casi amigable. 

-No dejéis que escape- Exclamó Nozomu- ¡Tiene el cuchillo militar y ahora tiene un cuchillo no-oxidado de cocina!. ¡Va a ir en busca de la radio que escondió Saigo y contactar con los que nos están observando! ¡Eso será nuestra perdición!. ¡El cuchillo está en el pantalón!.

Nozomu seguía advirtiendo de los peligros que corrían los dos recién llegados mientras daba más y más información acerca de los planes ocultos de Nozomi, probablemente no le creyeran, pero aún así, el lo avisaba.

-¡Le dijo a Saigo que por la noche lo liberaría para que dejaran de sospechar de ella!.

Shizuka llega a la cárcel.

Me siento y me pongo a leer los papelotes de los árboles que vi tirados por ahí. Cuando grita levanto la vista y comento.

-Hacemos una cosa si mañana por la mañana estoy todavía aquí dentro me dejáis que le lleve a la mesa de fuera y le enseñe mi juego de manos...

Suelto una carcajada y sigo con leyendo.

-Tened buen día