Partida Rol por web

Ética de metal

2. Golpe bajo

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10/07/2013, 17:43
Master

El suelo temblaba, o vibraba más bien. Tu cuerpo estaba entumecido, estabas desorientado, hacía frío. Te encontrabas en posición sentada, con unos barrotes que impedían moverte.

Abriste los ojos para ver que no había mucha luz. Ahora conseguiste identificar la vibración en el sonido de un motor y había gente, hablaban.

- Eh Pitt, creo que la bella durmiente se está despertando

- Más le vale, o le pondrán las pilas en seguida

- Eh tú, carita guapa ¿Cómo te llamas? – Te preguntó el que no se llamaba Pitt

Los tipos estaban sentados como tú, contra las paredes de lo que parecía ser un contenedor o algo así, ibas vestido con un mono azul que no era tuyo, ni reloj caro, no nada de nada.

Notas de juego

Fuente imagen portada: http://www.elecodelospasos.net/article-empresarios-espanoles-prefieren-el-trabajo-a-destajo-76701976.html

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12/07/2013, 17:27
Adam Aldridge

Sacudí la cabeza como si aquella sensación malsana, aquella quasi certeza de que algo iba rematadamente mal, pudiese disiparse como se olvida un mal sueño. No sabía dónde estaba ni tan siquiera cómo había llegado allí. Pero no estaba sólo. me hablaban. dos tipos se dirigían a mí como si de pronto me hubiera granjeado dos compañeros de celda que estuviesen dispuestos a hacerme la vida un poco más difícil de lo que se estaba volviendo segundo a segundo.

- Adam... soy... Adam... ¿dónde... dónde estoy? Creo que hay... algún tipo de error. ¿Qué ha pasado? ¿Quiénes sois vosotros? - pregunté a media voz aún conmocionado.

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13/07/2013, 10:04
Pitt

Poco a poco te fuiste sintiendo más despejado, aunque te dolía un poco la cabeza, como si te hubiesen administrado algún tipo de droga y se estuviese pasando los efectos.

Los hombres se rieron – El error fue la cogorza que llevabas ¿De verdad no lo recuerdas? Estás en una de las naves de Clorelia, rumbo a La Gallina – Ah, el motor, se trataba de una pequeña nave espacial. Clorelia… Recordaste que Clorelia era una empresa bastante grande del sector de la alimentación, de la que sale en la letra pequeña en multitud de envases. Y la Gallina… No sabías que era la Gallina, no te sonaba a nada.

Las vibraciones iban en aumento como si la nave estuviese maniobrando, desde donde estabas no se veía nada, no había ventanas, solo el compartimiento y dos puertas, una a cada extremo y era imposible liberarte de la silla en la que estabas.

- Nosotros somos pringados como tú – Se rió Pitt de nuevo – Yo soy Pitt y este es Samy – El otro tipo asintió, hombres en buena forma y aproximadamente de tu edad.

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15/07/2013, 12:36
Adam Aldridge

A pesar de que la vista se iba aclarando poco a poco aquella situación bizarra no tenía ni pies ni cabeza y mi sesera se debatía por armar las piezas de un puzle extraño y completamente ajeno.

- ¿Cogorza...? No... yo estaba en casa de... ¿dónde está Timothy? Fui a su casa... soy publicista y él no vino a trabajar hoy. ¿Hoy... qué día es hoy?

De repente, de manera curiosa, el nombre Clorelia dio un poco de luz a todo aquello. Esa empresa la conocía. Los recovecos de la mente parecían jugar malas pasadas a veces y, otras veces, dar cierto sentido a situaciones que no lo tienen. ¿Cómo una palabra conocida, una marca de comida, podía tranquilizar o despejar una cabeza embotada? EL poder de la publicidad... sin duda. Al menos tenía la certeza de que no estaba soñando. Por desgracia.

- ¿Clorelia...? ¿La Gallina... qué demonios es eso? - aquí intenté revolverme. Tenía que salir de allí y, aunque mi cuerpo no estuviese demasiado de acuerdo en cooperar, acabaría por obligarle a ello. - ¿Cómo se suelta uno de aquí? Esto es una mierda y yo me voy de inmediato. No sé qué está pasando y, sinceramente, no me importa... yo soy Adam Aldridge... soy publicista y trabajo para la empresa de Walter Schoken. No soy ningún "pringado". No cabe duda de que aquí hay un error que no pienso consentir.

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15/07/2013, 17:11
Master

Los tipos se te quedaron mirando con los ojos abiertos como si estuvieses mal de la cabeza.

- Amigo... Yo de ti no iría diciendo todo eso... – Por sus gestos y su silencio, casi seguro te tomaron como que no estabas muy bien de la cabeza. Por mucho que trataras de liberarte era imposible, pero... no tuviste que esperar demasiado. La vibración fue a más y además comenzaron a haber sacudidas, tras una sacudida final todo se detuvo y el motor se paró.

La puerta más grande se abrió de arriba abajo como si de un contenedor se tratara. Al otro lado apareció un tipo uniformado – Vamos, todo el mundo abajo – Las barras metálicas se aflojaron y se podían levantar. Los otros dos tipos salieron con prisas como si no quisieran tener nada que ver contigo.

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15/07/2013, 18:28
Adam Aldridge

En cuanto conseguí desembarazarme de aquellas barras de sujeción me dirigí con paso firme al tipo que vestía de uniforme. No pretendía comenzar ningún conflicto pero estaba claro por mi tono de voz que no podía tolerar un trato como aquel.

- Eh... oiga. Mi nombre es Adam... Adam Aldridge. Necesito que me indique dónde estoy y porqué me han traído aquí. Esto... esto debe tratarse de un error mayúsculo.

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16/07/2013, 16:49
Master

El tipo enarcó una ceja para luego estirar la línea de sus labios en una risa socarrona. – No hay ningún error, la corporativa jamás se equivoca, usted está aquí para trabajar en “la gallina”, tan y como indica el contrato que firmó, dos años de trabajo remunerado a razón de 100 dólares al mes - ¿100 dólares? Tu sueldo real era de unos 10000 más a parte los incentivos.

Había otra forma de demostrar tu identidad y era tu número de seguridad social, estaba tatuada en el brazo, los números bajos eran los importantes, los números largos los de clase más baja, bastaría con arremangarte y mostrarle el número para convencerlo.

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16/07/2013, 17:00
Adam Aldridge

- Oye... ¿qué coño es eso de la Gallina? Yo no he firmado ningún contrato. Soy publicista y ya tengo trabajo. Uno bueno... uno en el cual gano "algo más de 100 dólares al mes" y en el que dejo la piel cada día.

Sin duda todo aquello era una confusión de lo más ridícula. Pero me estaba comenzando a hartar y la poca paciencia que tenía se estaba consumiendo como la maldita agua del planeta.

- Quiero hablar con alguien que tenga un puesto de responsabilidad. No he firmado ningún contrato de trabajo y no pienso hacerlo. Es más... - dije mientras me arremangaba aquel horrible mono de color azul que hacía que me sintiera como un jodido prisionero. - Puedes comprobar que no soy ningún obrero... mira aquí. Con mi número de la seguridad social tendrás acceso a mi historial laboral. 

De pronto caí en la cuenta... ¡yo no tenía que estar hablando con ese tipejo!

- Llama al encargado... anda ve.

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17/07/2013, 14:13
Joseph (Encargado Clorelia)

El tipo frunció el ceño – Yo soy tu encargado y para empezar baja ese tono.

Sacó una especie de tablet y escaneó el número de tu brazo, a la vez que lo hacía te diste cuenta de que tu número de 6 cifras se había transformado en un número de 12, sin duda habían añadido números delante y detrás.

- John Smith, 28 años, y mira esto – Cargó algo en su pantalla y te mostró un contrato de trabajo con Clorelia a nombre de John Smith y con el mismo número que ahora figuraba en tu brazo.

- Amigo – Dijo con desdén - he visto a muchos como tú, y espero equivocarme pero correspondes con el prototipo de los que más problemas da. Acata las normas y haz tu trabajo o me encargaré de aplicarte las medidas correctivas que hagan falta – Y eso no sonó muy bien.

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17/07/2013, 14:44
Adam Aldridge

Aquello era simplemente imposible. ¿De qué se trataba? ¿Una broma pesada? ¿Algún tipo de escarmiento? Quizá la empresa rival de aquella a la que había dedicado mi vida estaba comenzando a jugar sucio pero de cualquier modo era pronto para comenzar con sospechas de conspiraciones.

- Oye... en serio... - dije bajando el tono de voz. Al fin y al cabo probablemente aquel tipo con una tableta poco o nada podía hacer. Y seguramente tampoco sabría qué había sucedido. Se limitaba a obedecer y a callar y hacer callar a los tipos problemáticos. Yo no iba a convertirme en un problema para él y no me convenía empezar una bronca por muy ofendido, enfadado, frustrado y aturdido que estuviese. - De verdad te digo que esto es un error. Yo me llamo Adam Aldridge y soy publicista. No soy obrero ni nada parecido... 

Respiré profundamente algo frustrado y realmente harto pero en ningún momento me permití ponerme "difícil".

- Sé que no es culpa tuya y... bueno, quiero creer que hay una manera de resolver ésto fácilmente y si malos modos. Si ahí hay un contrato que dice que yo "John Smith" tengo trabajo aquí es tan sencillo como rescindirlo. Despídeme y me iré de vuelta a mi casa y a mi vida sin dar más la brasa. Tu te quitarás un problema y a mí me darás la oportunidad de averiguar qué demonios está pasando porque... porque esto es una jodida pesadilla. Es sencillo...

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18/07/2013, 16:13
Joseph (Encargado Clorelia)

El tipo enarcó una ceja, para él las cosas estaban más que claras – De eso nada señor Smith, si quiere romper el contrato ha de pagar una indemnización a la compañía por valor de 100000 dólares ¿O se cree que el viaje espacial es barato? – No era difícil darse cuenta que no estabas en la tierra, aunque la nave en la que habías llegado aterrizó en un hangar cerrado, lo intuías, la gravedad parecía artificial.

Luego estaba lo de... que bastaba con hacer una pequeña operación matemática para saber que con el sueldo que te iban a dar aquí no podrías pagar la “indemnización” a Clorelia – Ahora si hace el favor de acompañarme le enseñaré donde va a dormir y cual será su puesto de trabajo – Dijo achicando los ojos, con cara de que se le estaba acabando la paciencia.

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22/07/2013, 09:58
Adam Aldridge

- Menudo cabeza cuadrada... - pensé sin despegar los labios. Aquel tipo no tenía ni las capacidades de mando ni las intelectuales para ver lo que le estaba diciendo. Pero de cualquier manera estaba atrapado en un planeta que no conocía y me aguardaba una auténtica pesadilla. 

- No lo entiendo... - musité frustrado. - ¿No hay nadie con quien pueda hablar? - repetí derrotado. Aún no me encontraba bien del golpe o lo que fuera que me hubiera sucedido. ¿Me habrían drogado para hacerme firmar y... bueno... el tatuaje del número de la seguridad social no se había cambiado sólo?

Estaba en una encerrona peligrosa y no tenía ni idea de quién o porqué yo estaba allí. Hace escasas horas era publicista... tenía éxito en mi trabajo... un proyecto de millones de dólares entre manos... una preciosa esposa que, quizá, podría reconquistar. Y ahora sólo era un obrero de mierda en un planeta desconocido. La angustia me llegó a la garganta. Como una bocanada de vómito que quisiese salir. Tosí con fuerza... probablemente era ansiedad pero la sensación de ahora era tan real que me doblé sobre mí mismo tratando de reprimir la angustia y las lágrimas de impotencia.

Las fuerzas me abandonaron y caí de rodillas. Sólo debía concentrarme en regular mi respiración... después todo vendría rodado. Mi pecho batía rápido y, aunque intentaba fijar la mirada en un punto, todo parecía borroso ante mí. A los pocos segundos la ansiedad comenzó a remitir. El pulso se normalizó y la visión quedó despejada.

- Está bien... - acepté derrotado - ¿y ahora?

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22/07/2013, 13:56
Joseph (Encargado Clorelia)

Bastaba con que echaras un vistazo alrededor para que te dieras cuenta que no se trataba de el mundo contra ti. Puede que si en el aspecto de la encerrona que te habían tendido o lo que hubiese pasado en realidad. Pero fue inevitable que por primera vez en tu vida te plantearas como eran las cosas para los que no tenían la suerte de tener un empleo como el tuyo, esto es, el restante 90% de la población.

Tu jefe, que no parecía ser tan malo manejando gente como siendo inflexible, espero un poco a que se te pasara y recuperaras los ánimos.

- Soy el único que te puede hacer la vida un poco mejor, o complicártela – Te dijo dejando las cosas claras - Ven acompáñame.

Te mostró un sucio barracón de unos veinte metros cuadrados con unas 5 literas de 3 alturas - Puedes ocupar la cama que quieras de las que estén libres, te diría que puedes dejar tus cosas aquí, pero viniste con lo puesto – Todas las camas superiores estaban ocupadas y también las interiores, quedaban 3 del medio. Había un solo baño común para todos – Puedes descansar, mañana a primera hora, te enseño lo que tienes que hacer y te pondrás ya a trabajar.

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22/07/2013, 15:49
Adam Aldridge

Me arrastré como pude y me subí a la litera central de las que más cerca de la pared estaban. Quería desaparecer de allí... quería despertarme y ver que todo había sido un mal sueño. La situación era tan inverosímil que no acababa de creérmela del todo pero sí o suficiente como para llenarme de frustración y tristeza. 

Cierto que mi vida, con sus problemas y sus bondades, era mejor, muchísimo mejor, que la de la mayoría de la gente pero nadie me había regalado nada. Yo no era un niñato de papá. Mi familia pudo costearme estudios pero si yo había llegado hasta dónde estaba era tras haber trabajado como un loco durante más de quince años. No podía ser que todo dejase de tener sentido y que nada de aquello hubiera valido para nada. No era justo... simplemente no era justo.

Me hice un ovillo en mi pequeño cubículo y lloré amargamente. Mi vida se iba por el desagüe y quien fuera que había provocado aquello se había encargado de no darme ninguna opción de poder recuperar el control sobre mi vida. Una indemnización de 100.000 dólares era demasiado dinero como para gastarlo de una vez y, sobretodo, estaba el problema de conseguirlo. Yo tenía mis ahorros pero no llegaban a aquella cantidad. Además la mitad de los mismos era de Kathy ya que, aunque separados, aún estábamos casados. Llegué a considerar un préstamo por parte de Schocken pero la idea abandonó mi cabeza cuando a causa de todo aquello me quedé dormido.

Pesadillas... no descansé nada. 

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23/07/2013, 15:11
Joseph (Encargado Clorelia)

El encargado se fue viendo que ocupabas una cama. Había bastante silencio, todos debían de estar trabajando y que acrecentaba las necesidades de tu cerebro de pensar. En el porqué, en lo que ocurriría a continuación... Hasta pudiste repasar tu vida un poco por encima. ¿Formabas parte ahora de la “Chusma”? ¿Volverías a ver a tu esposa? Lo que más te costaba era contener tus ansias de trabajar, los proyectos, la publicidad, el Mascafé ¡El mascafé! Sentías la necesidad hervir por tus venas. Costaba, costaba... Pero quizás la nueva situación, esta situación, exigía una reeducación de tu cuerpo y mente, una nueva forma de tomarse las cosas. No darse por vencido, pero si adaptarse, como la naturaleza que es tan sabia, adaptarse o morir.

Te despertaste por el jaleo, y no olía muy bien. Ahora el cuarto estaba lleno de gente - ¡Vamos a trabajar! – Era la voz del encargado desde la puerta – John Smith, aséate y ven conmigo, he de enseñarte tu puesto de trabajo – Te diste cuanta que se refería a ti con ese nombre que constaba en tu contrato.

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25/07/2013, 10:33
Adam Aldridge

No quería estar allí... no quería estar allí... definitivamente odiaba estar allí. Los obreros eran rudos, groseros, desagradables y malolientes. No tenían escrúpulo alguno con los compañeros de cuarto y eran molestos y poco considerados. A ellos les importaba un pimiento si acababas de llegar o no... si estabas más o menos de acuerdo con las condiciones de aquella "cadena perpetua" a la que había sido condenado sin merecerlo y, sobretodo, no les importaba una mierda si tu estúpido nombre era uno u otro. ¿John Smith...? Por dios, quien quiera que estuviese detrás de aquella pesadilla ya podría haber hecho gala de una mínima dosis de imaginación.

Me costó entender que se dirigía a mí pero finalmente me levanté y arrastrando los pies y el alma llegué a la puerta dónde el encargado me esperaba.

- Déjame adivinar... voy a picar piedra hasta que se me caigan los brazos. - comenté con poca intención de hacerme el gracioso. ¿Qué más podía pasar? Un trabajo de administrativo en aquella especie de cantera, mina. factoría o lo que fuera ya me habría supuesto un golpe duro a mi ego hinchado y acostumbrado a otras tareas. Trabajar con las manos... con el cuerpo... eso iba a ser una maldita condena.

Eché una mirada cargada de súplica a los ojos del encargado esperando un poco de comprensión. Pero sin fe. Y al final acabé por comenzar a andar a la salida.

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25/07/2013, 17:09
Joseph (Encargado Clorelia)

- No hombre no, ahí no nos durarías nada – Dijo con sorna – Te hemos preparado un trabajo de mujer – Se rió para si mismo.

Lo acompañaste y de paso pudiste ver gran parte de las instalaciones, estarimados metálicos, con muchas escaleras, subiste un par de plantas y comenzaste a escuchar el sonido de máquinas. Todo en conjunto era como una gran fábrica.

- Por cierto, me llamo Joseph. Aquí es donde vas a trabajar, es sencillo, allí a tu derecha tienes una montaña de cajas, de frente te viene una cinta transportadora con carne cortada a lonchas, llenas una caja y la dejas a tu izquierda, eso es todo ¿Fácil, no? Ocho horas de trabajo, si necesitas ir al baño pulsa ese botón, hay un empleado que cubriendoos a todos, vendrá y en ese momento te podrás ausentar como mucho cinco minutos.

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27/07/2013, 14:12
Adam Aldridge

Miré con hostilidad al encargado. Que no me creyera apto para picar piedra hirió mi orgullo masculino pero muy probablemente tenía razón. Nunca había estado en forma y, aunque en algunos períodos de mi vida, más empujado por Kathy que por voluntad propia, había dedicado un par de horas al día al "culto al cuerpo" en un gymnasio ultra moderno, había que reconocer que el trabajo físico de tipo alguno era algo completamente ajeno a mí y, más aún, que me producía verdadera grima acometer. Y como por una especie de castigo dantesco ahora me hallaba en un infierno de trabajos forzados nada aptos para alguien como yo. Incluso aquel al que ellos llamaban "trabajo de mujer" me repelía. De algún modo todo aquel complejo me resultaba sucio y grimoso en extremo... o eso o mi subconsciente me chillaba que aquel no era mi lugar.

- ¿Y si no...? - apostillé con sorna al mandato de Joseph de no demorarme más de cinco minutos en mis visitas al excusado. - ¿Me despediréis...? No, ¿verdad? No creo que sea tan fácil.

Sacudí la cabeza para alejar aquel pensamiento de mí. Después de todo ahora estaba allí y por muchas vueltas que le diese estaría por algún tiempo sin posibilidad de escapar así que quizá lo mejor era tratar de adaptarse y pensar seriamente en alguna estrategia para salir de allí.

- Disculpa, Joseph... ¿puedo hacerte una pregunta? ¿Dónde estamos exactamente? Es que el hecho de que me hayáis traído aquí mientras estaba inconsciente no es que me parezca demasiado ortodoxo pero entenderás mi... desorientación. Ah... y otra cosa. Supongo que no habrá problema en tener una copia del contrato que he firmado... bueno, que un tal John Smith ha firmado. Me gustaría leerlo... aunque quizá es algo que debería haber hecho antes de firmarlo, ¿verdad? En fin... gracias.

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29/07/2013, 09:49
Joseph (Encargado Clorelia)

Sabías que el trabajo no te iba a resultar nada fácil y más a alguien “de tu nivel”. Pero es que además esto no tenía nada que ver con algo de lo que te apasionaba.

El encargado enarcó una ceja – Tenemos muchos métodos para que cumplas con tu trabajo, normalmente es suficiente llevar a alguien a la celda de aislamiento. Por cierto, todo tiempo que estés allí será sumado al de tu contrato y los gastos que generes descontados de tu nómina – Si, seguramente lo mejor era lo que habías intuido, tratar de adaptarse y pensar una estrategia con la mente bien fría. Tu capacidad de analizar y tu inteligencia eran superiores a la de la mayoría de estos tipos, si había algún resquicio darías con él.

Te miró un poco raro por lo que dijiste a continuación pero te respondió – Estamos en órbita a la tierra. Y bueno, pórtate bien hoy y te daré una copia de tu contrato, son cinco dólares en tasas, pero si no dispones de efectivo te los puedo prestar, a cambio de dos más de intereses por cada mes que tardes en devolvérmelos - Era curioso, en una conversación en la habitación de dormir ya habías escuchado que se hacían préstamos unos a otros, parecía ser algo habitual en este sitio.

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31/07/2013, 20:08
Adam Aldridge

El término "celda de aislamiento" era lo suficientemente explicativo como para que uno supiera exactamente dónde estaba y a qué se enfrentaba. Aquello era una cárcel... una prisión dedicada a los trabajos forzados que, en lugar de una condena, esgrimían contra el reo un contrato firmado en extrañas circunstancias.

- Bien... - pensé. - Después de todo el refrán "conoce a tu enemigo" cobraba todo el sentido.

Además estaba aquel embrollo del dinero. Préstamos abusivos, condiciones infrahumanas y un larguísimo etcétera. Si alguien conseguía salir de allí y se le ocurría montar un buen pollo mediático le costaría el imperio al dueño de Clorelia. Pero, claro, no todos tenían acceso e inteligencia suficiente como para hacerlo correctamente y llamar a la puertas correspondientes. 

- Hablando de dinero... - apostillé. - Supongo que no dispondremos de un teléfono a disposición de los... "empleados". Me gustaría avisar a mi mujer. No quiero que se preocupe. Si no aparezco en... ¿un año... dos? Imagínate.

Realmente no quería ganarme la enemistad de aquel tipo. De hecho estaba completamente convencido que si alguien podía ayudarme a salir de allí... o, por lo menos, a hacer más llevadero el tiempo que debía transcurrir hasta que yo mismo consiguiera deshacer aquella estupidez de contrato. Sin embargo había un pequeño resquicio de mi ego cosmopolita que pugnaba por lanzarle puyas hasta dejarle en el más absoluto y estrepitoso de los ridículos. De momento el ego permanecía un poco bajo control.