Partida Rol por web

-Nya-se le escapó al dar contra el bueno de Yuuto que, lejos de regañarlas por ir distraídas parecía encontrar la situación entretenida-iba mirando algo para cuando tenga que volver encontrar la clase, perdono-se excusó frotándose la nariz sin ocultar así el rubor que le coloreaba las mejillas como si hubiese perdido el control sobre sus propias reacciones aunque bien podía explicarse como vergüenza ante la torpeza de las chicas al no reparar en el letrero sobre la puerta.

-¿Meterse con...? No, no,claro-se apresuró a negar al llegar a su pupitre, recogiendo lo que Charlotte no había tomado-estaba leyendo y una araña quiso subirme por el brazo-en esta ocasión el rubor fue por la turbación de tener que mentirle a alguien tan bueno para mantener la palabra que le había dado a Audrey-me dan mucho miedo, en Italia son enormes y... bueno,le di un manotazo y cuando quise darme cuenta estaba escondida en el cuarto de baño. Audrey fue a calmarme y eso-explicó frotándose un brazo y los hombros alzados. Era cierto que le daban mucho miedo las arañas y que esa situación podía darse... después de que la chica saliese arrasando todo lo que se interpusiese en su camino de huida.

Charlotte esperó a que todos se fueran a sus dormitorios a alistarse para ella ir con Yaimee. Al fin y al cabo, no le gustaba apresurarse. Tenían tiempo, aunque no tenía mayores prisas.

Se retiró con calma para dejar todo listo y se aseguró de llevar la pistola y todo su equipo de médico. No podía dejar nada, ya que los chicos habían demostrado ser bastante descuidados. Con calma, alistó todo esperando que llegara el momento de ir.

El nuevo integrante le causaba algo de curiosidad, ya que no comprendía por qué no había llegado antes, aunque bueno, con lo loco que era todo en esa escuela, no le extrañaba tampoco. Al verse lista, esperó que llegara el momento para partir.

Audrey miró a Giulietta sorprendida y sonrió nerviosamente mientras llenaba la mochila. Sin embargo, prefirió no decir nada. Había pasado de fracasada a heroína en dos frases, no podía sentirse peor al respecto. Entonces, mientras metía su recién adquirido manual de salmos básicos, vio algo en el interior de la bolsa que llamó su atención. Ella misma lo había puesto ahí esa misma mañana, pero se había olvidado de él con todo el trajín del demonio de fuego. 

- Yuuto-san, creo que esto puede interesarte - dice mientras saca el cuaderno desgastado -. Mi abuela, bueno, también me dejó un cuaderno. Por desgracia, yo no lo entiendo. Soy irlandesa, y está escrito en japonés. Hay muchos kanjis que no sé ni siquiera reconocer. Quizá algún día puedas echarle un vistazo y decirnos qué contiene - añade refiriéndose a las dos -. Ella tenía la misma perspectiva que tú nos has expuesto antes. Es posible que contenga sus enseñanzas.

Se carga la mochila al hombro y, mientras sale tratando de evitar volver a la historia de la araña, le enseña el cuaderno al chico y a Giulietta. 

Suspira aliviado poniendo una mano en su pecho, parecía aliviado al saber que no os había pasado nada malo. -Menos mal que solo fue un susto. Tienes una gran amiga Giuletta, Audrey te tiene que apreciar mucho para ir ella sola a buscarte sin conocer el lugar. Con suavidad, la tela de la tunica rozo la mano de Audrey antes de que Yuuto cogiera el cuaderno y lo abriera con mucho cuidado como si se fuera a romper en cualquier momento. -La sabiduría de tu abuela seguro que fue muy grande Audrey. Mira por encima el libro y asiente antes de devolvértelo. -Estaré encantado de leeros su contenido, aunque no me lo llevare, es un recuerdo de tu abuela debe permanecer contigo. Seré yo el que se mueva hacia vosotras si no os molesta. Sonríe contento y se va dirigiendo a la salida.

-Ahora os llevare a la residencia de chicas, ya lo tenéis todo verdad? Vuelve a abriros la puerta y os indica que paséis antes que el. -Por suerte mi residencia esta al lado, os diré que ventana es la miá así podréis llamarme siempre que queráis.

Audrey notó el corazón pegándole un tumbo en el pecho cuando menciona su "valor" al haber ido detrás de Giulietta. Nada más lejos de la verdad. Entonces, cuando él cogió el libro y la tela de la manga rozó su muñeca, sintió que el corazón le quería estallar. Las mejillas se le sonrojaron como tomates y se le secó la garganta. Por suerte, el cuaderno era mucho más interesante que ella en esos momentos y consiguió tranquilizarse antes de que su compañera de piso o el propio Yutoo se diera cuenta de que estaba tan roja como las cubiertas del libro que acababan de recibir. 

- Muchas gracias por todo - dijo Audrey, una vez que tenía el cuaderno de vuelta y se dirigían hacia las residencias.

Mientras el chico se alejaba, observo medio embelesada cómo se movían los pliegues de la tunica. Y acto seguido sacudió la cabeza porque era necesario que se recordara a sí misma que perder la cabeza (y menos dos veces en menos de una hora) no era lo que había venido a hacer aquí. Había venido a conocer gente, que estaba muy bien, y a estudiar mucho. 

Después de su micromonólogo interior, echó a caminar por el pasillo, siguiendo a Yutoo y, cuando creía que no la veía nadie y bajaba la guardia, sonreía. 

Giulietta asintió sin añadir más a aquella historia, entretenida en revisar no dejarse nada en clase mientras Yuuto y Audrey seguían a su aire.
Durante el paseo de vuelta no habló mucho, divagando en lo guay que era aquel chico veterano y sus ideas afines a las de las dos arias... quizá la clave fuese precisamente el ser aria, lejos de la belicosidad manifiesta que Naxael o Yaimee mostraban en los entrenamientos.

Oí lo que dijo Ryutaro pero para evitar acabar peleandome con él decidí ignorarle. Aunque lo que dijo no se me quitaba de la cabeza.

Cita:

- ¡Imbecil!¿Qué se ha creído? Si hubiera estado ayer no diría lo mismo. Acaba de llegar y... - murmuré, con las manos en los bolsillos.

El sonido de cristal chocando consigo mismo me hizo volver en mi. Al girarme para seguir caminando me topo con unos pechos enormes, solo tapados por un bikini.
- ¿Pero qué? - Pensé mientras me quedé algo embobado.

Cita:

- espera, esa voz me suena... - pensé

Al echarme un par de pasos atrás puedo ver bien quién es. Shura, como no. Ya decía yo que había visto aquellas montañas enormes antes.

- ¿Eh? Yo. No. L-lo siento. - Dije ruborizado y hago una reverencia para disculparme.

Al volver a colocarme bien miro a Shura, intentanto disimular que no me pasa nada.

- No es nada. Ya se me pasará - Respondí intentando forzar una sonrisa

De una forma u otra todos os habíais preparado para la noche, guardando todo lo que necesitaríais para estar como mínimo cómodos. Aun así el recuerdo de la noche anterior flotaba en el aire, para todos menos para Ryutaro que continuaba aun acompañado por Folen que a la oscuridad de la noche brillaba con fuerza como si fuera una hoguera. Shiro y Sora os acompañaban, tanto uno mezclando continuamente sus cartas como la otra con sus conejitos de peluche en sus brazos. No los soltaba por nada del mundo y solo Agnis parecía descontento con ese trato, Rudra estaba de lo mas calmado.

Tal como prometió, Yukio estaba alli, con una bolsa de la compra hasta arriba de ingredientes para la cena, parecía estar luchando contra la cerradura de la puerta. -Esta cerradura...siempre se atasca... Balbuceaba sin dejar de mover la llave. La residencia en la cual pasaría la pequeña prueba era muy similar a las vuestras, salvo por los años. Seguramente aquella residencia había tenido tiempos mejores, la mitad de las tablas estaban sueltas o habían perdido tornillos y como mínimo el exterior se encontraba sucio. No la habían visitado probablemente en años. Cuando por fin se escucho un chasquido fue de la llave rota de Yukio. Entrecerrando los ojos, saco una pistola de una cartuchera en su espalda y reventó la cerradura de un disparo. -Ya esta...abierta. Maldita puerta oxidada. Comenzó a maldecir suavemente hasta que tosió para ponerse un poco en el papel de profesor. -Bien ya esta abierta, pasad por favor. Parece que Shura aun no a venido, pero las chicas pueden ir acomodándose. Solo ahí una planta disponible la segunda esta llena de cajas y demás trastos así que no vayáis a no ser que queráis limpiarla. El ala este es para los chicos, el oeste para las chicas, sobra decir que no vale colaros en las habitaciones contrarias. No os vigilare yo, sera el. De entre sus ropas sale el gato negro con dos colas lamiéndose la pata, en cuanto Figaro lo vio salio corriendo detrás de el y los dos se adentraron en el interior para continuar el pequeño juego. -...Bueno....por la noche hará mas servicio. Creo.

Me preparé para la noche y me dirigí a aquel edificio viejo. Ya se me había pasado el mal humor pero el ver a Ryutaro y sobretodo a Folen hizo que me molestará. No se me notaba pero no tenía ganas de estar en el mismo lugar que aquellos dos.

- Hola! - dije. Realmente no tenía ganas de hablar, solo saludé para hacer saber que estaba allí. Aunque había algo de lo que sí estaba interesado.
Miré a Audrey.
- Oye, estás bien? lo digo por lo que pasó antes. - Estaba preocupado por ella.

Yukio que forcejeaba la puerta acabo disparando la cerradura para poder abrirla. Acto seguido dijo que no podiamos colarnos los unos con los otros, etc.
- Nota mental: No hacer enfadar a Yukio. - Pensé con una mezcla de miedo y respeto.

Acto seguido entramos en aquella habitación y nos dijo que no podíamos colarnos los unos con los otros, bla, bla, bla. De repente salio el gato negro de Yukio. el mismo que invocó el día de la presentación.
- Este gatito nos va a vigilar? - pensé, pero más tarde recordé que si le había invocado debia de ser un demonio y eso significaría que podía acabar siendo peligroso. Como Inubarashiri.

Continué permaneciendo callado ya que no tenía nada que decir. Seguía serio. Localicé una de las camas y dejé mis cosas sobre ella.

Tras despedir a Yuuto y que éste les diera las indicaciones adecuadas, las dos Arias recogieron sus cosas para unirse con los demás. Puesto que iban a pasar la noche fuera, decidieron llevarse las cosas de Fígaro también. 

Al llegar al lugar, Audrey saludó a los presentes tratando de no volver a mencionar el tema, hasta que inevitablemente alguien lo sacó. Era de esperar.  

- Sí, gracias por preocuparte, pero no es nada. No me gusta demasiado el fuego - dijo entonces sin dar más detalles. 

Sintió un escalofrío al ver la peculiar forma de Yukio para abrir la puerta de entrada. Entonces, tras ver a Fígaro saltar al interior para jugar con el familiar del profesor Yukio, se acercó hasta el recién llegado. 

- Ryutaro, siento lo de antes, no volverá a ocurrir. Encantada de conocerte, me llamo Audrey. 

Dicho esto, sonrió y entró en la residencia dispuesta a acomodarse en el ala oeste. Saber que Shura iba a ser la persona responsable al cargo no le parecía ningún consuelo. 

Habían ido algo justas de tiempo aunque bien había valido la pena al contar con la compañía de Yuuto sobre quien se abstuvo de hacer bromitas a Audrey no fuese a ser que la heroína de la araña invisible le devolviese la puyita. Cargaba con parte de las cosillas de Fígaro mientras el animalito caminaba haciendo un zizag entre las dos arias.

-Hoy es el día de las caras largas- sacudió la cabeza-¡hay que animarse! ¿estás mejor, Jareth? ¿Le has contagiado algo a Naxael? Hay que tener cuidado con las emociones pegajosas...- dijo asintiendo un par de veces con la cabeza haciendo que el flequillo botase sobre la frente con el movimiento de la cabeza. No se atrevió tampoco a bromear sobre aquella cerradura que se resistía a Yukio tras la metodología de éste, mirando con una especie de fascinación sobrecogida el estado de la casa y dando un pequeño respingo en el sitio al sonar el disparo.

-Es como de una película de miedo- acertó a decir mientras los dos gatos se perdían en el interior del edificio-Se supone que no será peor que lo de ayer, ¿hm?- guiñó un ojo al grupo y se apresuró a encontrar un cuarto donde dejar los zapatos y la carga que llevaba para regresar a las "zonas comunes" deslizándose por el suelo canturreando el nombre del gato que habían adoptado las chicas.

-¿Entonces no te quedas un rato, Yukio?- dijo apoyándose en el marco de la puerta- cuantos más seamos más nos divertiremos-y así Shura tiene un "responsable" con quien distraerse.

-Pero si yo no me marcho Giulietta, pero no me voy a quedar toda la noche vigilando los pasillos. Mejor que se encargue Kuro. Iba diciendo Yukio mientras se quitaba su chaqueta de exorcista y la dejaba a un lado junto con todos sus accesorios tanto de Doctor como de Dragoon. Por debajo de la chaqueta, simplemente llevaba una camisa y una corbata, nada destacable la verdad salvo que iba bien arreglado. -Espero que no encuentre ninguna botella de licor y se ponga a beber, entonces su atención se disminuirá considerablemente.

Al igual que la gran mayoría de vosotros, Sora y Shiro también se habían instalado y ahora estaban en la sala cerca de la cocina, sentados en los sofás, tanto una jugando con Rudra como el otro volviendo a intentar hacer su castillo de cartas. Los dos gatos se habían puesto debajo de la mesa y estaban constantemente tocándose la carita el uno al otro, era un juego que seguramente solo los gatos o ellos dos entendían. -Bien...veamos que preparamos esta noche.....y Shura llegando tarde, donde habrá ido esa vaga?

-Pfiuf, menos mal, creía que te escaquearías al caer la noche-con las manos a la espalda, apoyadas sobre la tela tableada de la falda, se inclinó hacia las cosas de Yukio manteniendo una distancia prudencial entre los cachivaches y ella aunque no tardó en buscarse un sillón sobre el que encaramarse tirando ligeramente de la tela para no enseñar las vergüenzas, con el libro de salmos sobre los muslos leyendo algunos que le resultaban interesantes e incluso tarareando una melodía que concordase con los que más le interesaban para facilitar el poder recordarlos.

-Quizá haya ido a comprar, ¿sí?-solo había escuchado a medias lo de la debilidad de Shura por la bebida pero quizá había ido a por provisiones... una cantidad imposible de patatas fritas.

Porras... ahora quiero patatas. ¡Nada de autosugestionarte, Giulietta!, se regañó tapándose la cara con el libro para darse un toque con él en la frente a modo de castigo.

Jareth había recogido sus cosas, casi todo lo que tenía que entraba en un petate militar de su padre, de un verde sucio, gastado y viejo, pero de una tela resistente aunque gastada por los bordes. Había dudado muchísimo si llevar los círculos de invocación o romperlos todos, pero optó por quedárselos y guardarlos como recordatorio de todos sus errores de una sola noche.

Cuando Yukio abrió de un tiro la puerta se sorprendió, no porque la abriera así, él era de Texas y las armas de fuego las usaban hasta para abrir las cervezas, pero si ver al calmado profesor alterado solo por una cerradura.

Saludó a los presentes y asintió al escuchar lo de que el gato de dos colas vigilaría los pasillos. Puede que si estuviera de humor, tratara de hacer una aventura solo por mantener la tradición de todos los campamentos y convivencias en la que los chicos, sí o sí, intentaban llegar al cuarto de las chicas aunque no hubiera motivos para ello.

Al escuchar a Giulietta no pudo evitar sonreír- tranquila, se me pasará -comentó tranquilamente y se dispuso a ir a la que sería su habitación para poder dejar el petate y todas sus cosas. No se molestó en sacarlas, solo dejó el petate en la cama y se descalzó, aunque aún no entendía porque los japoneses tenían que ir descalzos, pero se bajó hacia la cocina donde empezaba a haber gente en la sala contigua.

-¿Quién va a cocinar? -preguntó al aparecer sin la chaqueta, pero con la corbata bien abrochada y todo el uniforme como si fuera a pasar una revista de cualquier tipo- Por que como lo tengamos que echar a suertes, tened en cuenta que yo solo se cocinar en una barbacoa -o a la parrilla o el no sabía cocinar.

Audrey se sentó en la mesa de la cocina cerca de los gatos mientras empezaba a ojear las primeras hojas de su nuevo libro de salmos. Tarareaba alegra sumergida en la lectura hasta que empezó a llenarse la cocina. En ese momento, cerró el libro y lo dejó apartado para colaborar en la cena. 

Se lavó las manos y se acercó a ver qué tipo de comida había. Encontró verdura y carne. No le gustaba usar los fogones pero el horno era otra cosa bien distinta. Recordó entonces una receta muy rica que hacía su abuela irlandesa. 

- ¿Habéis probado la salsa de limón y miel? - preguntó mientras alzaba la mirada hacia los estantes, y tenía que ponerse de puntillas para ver algo -. Queda muy bien con el pollo y las verduras al horno. Y así puedes aprender a cocinar algo que no sea a la barbacoa - añade mirando a Jareth. 

En ese instante, sus ojos bajan hasta la cintura de Jareth, y se fijan en la pistola. 

Su semblante se ensombrece durante unos instantes, pero enseguida se recupera, mientras busca un trapo de cocina que prenderse del cinturón.

- Somos de muchas nacionalidades. Creo que puede ser una cena muy interesante - dice risueña. 

En un momento dado, consulta el reloj. Eran más de las diez. Se lleva momentáneamente la mano al bolsillo, pero la devuelve a la tabla de cortar donde hay una zanahoria a medio trocear. 

Esa noche no sería posible. Quizá mañana. Esperaba que aún estuviera a tiempo de arreglar algo. 

Por suerte, habia encontrado el lugar indicado a tiempo y curiosamente habian llegado puntuales y no con varios minutos de retraso (quizas fuera por la insistentes prisas de Folen).

---Buenas noches a todo el mundo- saludo sonriendo como sí no hubiera pasado nada aquella mañana, cono no habian dicho nada decidí llevar lo que suelo llevar para la calle , así que tras ponerse la camiseta ajustada y los pantalones anchos(vamos, lo que tiene en la imagen xdd) habian salido- Espero que esta "noche de prueba" pase con los menores contratiempos...

Sonrio cuando Audrey se acerca y más cuando se disculpa por ello, no habia para tanto...

---Tranquila mujer, no importa, yo tambien me alegro de conocerte- digo y a continuación añado- Salsa de limón con miel junto con el pollo....mmmm... suena delicioso...se me está haciendo la boca agua....

Entonces es cuando reparo en los dos gatos que estan jugando ahora mismo, uno de ellos con dos colas...

---Ooooh....que monadas- comento mientras me agacho y estiendo las manos para acariciar ambos animales- Yo tenia una mascota tambien cuando estaba en el Templo¿de quienes son estas preciosidades y como se llaman?

Charlotte salió de su habitación junto a Yaimee con la misma parsimonia de siempre, sin prisas y con calma. Si iban a tener una jornada tan dura como esa, lo mejor que podían hacer era tomarse su tiempo para no olvidar nada.

Finalmente, fueron a ese lugar y Yukio dio todas las indicaciones después de desperdiciar una de sus balas con la puerta. Al fin y al cabo, sigue siendo joven... - pensó.

Al ver que quien las observaría no estaba, Charlotte suspiró y dejó sus cosas con las de las otras chicas, pero sin abandonar su pistola ni su cinturón de doctor.

Vio a Audrey cocinar y se acercó a ella - ¿Necesitas ayuda con algo? - necesitaban comer bien antes del comienzo de la verdadera prueba.

- El blanquito es Fígaro - dice Audrey a Ryutaro mientras saca las verduras -. Es nuestro gato. El profesor Fujimoto lo trajo ayer durante la presentación y nos dejó quedarnoslo. Lo estamos cuidando entre todas, pero duerme con Giu y conmigo. Es un gato muy cariñoso. El otro es la invocación el profesor Okumura. Ahora que lo pienso, señor, no nos dijo su nombre. 

Dejando las verduras en el un cuenco para lavarlas, se vuelve hacia Charlotte. 

- Claro - contesta animada -. ¿Las voy lavando y tu las cortas? 

La preparación de la comida fue pasando sin apenas ningún percance. Tanto Yukio, como Audrey como Charlotte se ocuparon de ella. Las chicas prepararon un suculento pollo al horno con salsa de limón y miel que expedía un aroma dulce pero no por ello menos apetitoso. Por el contrario, Yukio se ocupo de la parte de los fogones en el cual fue haciendo varios platillos japoneses de aspecto sencillo que no podían rivalizar con la comida preparada por las chicas. -No suelo cocinar yo, en mi equipo es otro el que se ocupa. Pero al menos esta bueno y caliente, tiene una pinta deliciosa, me muero por probarlo. Dijo Yukio con una sonrisa amable a la vez que colocaba todo en la mesa. -Se llama Kuro. Respondió a la pregunta del nombre del gato. -Antes era un espíritu guardián, si mal no recuerdo protegía los campos de los animales salvajes y a cambio le daban de comer. Pero con el tiempo, como es normal, los humanos fueron olvidandole y se lleno de miasma. Kuro dejo las manos de Ryutaro para empezar a restregarse contra la pierna de Yukio en busca de mimos. -El padre Fujimoto y yo le quitamos el miasma, para que no volviera a ocurrir lo ligamos a mi. No soy Tamer de nacimiento, pero no es violento por naturaleza así que no hubo problema con el tema de la obediencia. Casi sin mirar, Yukio alargo la mano y se coloco a Kuro en el hombro el cual permaneció allí quieto con cara de felicidad.

La comida estaba al paladar de cada uno, Shiro comía un poco de todo, sus palillos volaban de un lado a otro sin para de llenar tanto su boca como su plato. En cambio Sora era mas tranquila, comía despacio y de tanto en tanto acercaba sus palillos hacia Rudra el cual habría la boca y se comía el contenido. Agnis permaneció en guardia, a la espera de poder devorar cualquiera de los dos felinos, aunque la atenta mirada de su Tamer no se lo permitía.

Cuando ya habíais comido todos, La puerta se abrió de golpe y una figura emergió de ella. Shura se tambaleaba levemente con una botella de sake en la mano derecha y una bolsa de plástico con varias de la misma marca. Algunas vaciás. -Enano. Ya veo que te lo estas pasando bien..... Se fue acercando hasta derrumbarse en el sillón. -A...ahhhh....que cansada que estoy.... Yukio suspiro y se levanto de la silla. -Que tienes 19 años, no deberías beber siendo menos. En fin, confiemos en tu atención innata para las cosas. Os voy a contar la prueba de esta noche.

Carraspeo un poco y saco de su camisa tres papeles blancos. -Vuestra misión esta noche sera de exorcizar a tres espíritus que residen en este lugar. Os aviso ya que no serán amistosos, pero por si las cosas salen mal estamos aquí para solucionarlas. Se acerca a su chaqueta y saca tres silbatos. -Un pitido y estaremos allí en menos de 5 segundos, no nos moveremos de aquí, me asegurare de que no se vuelva a repetir lo de la noche anterior. Como funciona la prueba, simple. Encontrar y debilitar a los espíritus, cuando estén debilitados sellarlos con este papel para que otro año los nuevos exorcistas puedan pasar la misma prueba. No sufráis, no los mateareis con esto. La prueba tiene un limite de tiempo, las 6 de la mañana. Ahora mismo son..... Mira el reloj y sonríe. -Las 11:30, tenéis toda la noche para encontrarlos. Quizás no salen hasta mas tarde o quizás ya estén despiertos. Eso no os lo diré, las pistas están repartidas ya. Como habréis podido imaginar, solo tengo tres papeles, dividios en grupos de 3. No somos un numero redondo pero los Tamer tienen sus invocaciones así que mas o menos ya estaréis equilibrados (debéis contar a Shiro y Sora, intentad que no queden solos que si no, no tiene gracia tener NPC's. Por comodidad...mejor olvidaos de Yaimee, no merece la pena y tampoco es lo que hizo). Muy bien, hasta aquí la explicación.

Audrey observó a Kuro mientras Yukio les explicaba el origen de su invocación. Le parecía una historia muy bonita. También significaba que las invocaciones tenía forma de curarse. Sonrió para sí mientras terminaba de escuchar qué era lo que tenían que hacer. 

- Lo más sensato sería que tanto Charlotte, Giu como yo estuviéramos separadas. Aunque Charlotte tenga la pistola, yo el arco y Giu el bastón, nuestro fuerte es el apoyo. Al igual que los tamer y knights, también deberían de estar repartidos... - empezó una vez que Yukio terminó de hablar. 

Observó de refilón a Ryutaro. No se atrevía a decir que no quería ir con él. Solo que su invocación aún la ponía tensa. 

- Shiro, puedo ir contigo - propone entonces al joven knight. 

Le cayó bien el primer día, y era un buen compañero. 

- Y, bueno, ¿alguien más quiere venirse? - pregunta entonces al aire, ya más avergonzada. 

No le gustaba hablar a las multitudes.