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Expedición a la Tierra Hueca

EPÍLOGO

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24/06/2022, 21:47
DIRECTORA

El submarino no tardó más que unas horas en llegar a Suecia y desembarcaros en territorio neutral. A pesar de la creciente presencia de los alemanes en territorios adyacentes, sobre todo con la ocupación de Dinamarca y Noruega, logró mantener un delicado equilibrio que le aseguró una paz que le vendrían muy bien a ambos bandos, aunque de manera muy diferente.

En aquellos momentos, Suecia era el puerto por excelencia para el repostaje, sobre todo de embarcaciones alemanas, pues las aliadas no se aproximaban tanto a los territorios del Tercer Reich, pero era un lugar desde el cual, en teoría, podríais desplazaros con mayor o mejor fortuna y dificultad, hacia otras direcciones.

Gales estaba en guerra con Alemania y eso se notaba en la escasez de recursos que disponía la embajada británica en Suecia, y el elevado grado de vigilancia que tenía. Para Jenkins eso supuso un problema serio; regresar a su patria iba a resultar más complicado de lo que esperaba.

La llegada de Astrid fue hasta cierto punto celebrada, pero de ninguna manera pudo publicar su historia, pues no eran tiempos para dejarse llevar y dar publicidad a algo que podía ser o no cierto, pero que sobre todo, podría influir en la guerra. Sus fotografías y anotaciones fueron confiscadas, aunque a cambio, ayudaron a sus compañeros de viaje a lograr pasajes para regresar a sus países de origen. 

Era un pequeño precio a pagar por salvar la vida de aquellos que le habían acompañado en aquel viaje de locura, sobre todo después de que tuviese lugar el bombardeo a Pearl Harbor un día más tarde. Era evidente para todos que EEUU tendría que entrar en guerra y no tardaría mucho.

Eso significó que tanto Corvin como Marion, Harry, Sarah, Rick y Bennet, tuviesen que darse más prisa que nunca si querían aprovechar la pequeña "ventana" de tiempo de la que disponían, antes de que sucediese.

Por supuesto, a partir de entonces, la Guerra adquirió ya dimensiones mundiales y todo el mundo se vio abocado a ella, lo que hizo que antes o después, casi todos fuesen a la guerra, desde diferentes puntos y a distintos lugares.

Frustrada por no poder disponer de todo cuanto había visto y registrado, Astrid no tardó en convertirse en pieza fundamental para la transmisión de mensajes entre el frente europeo y los aliados. Su intervención resultó de gran importancia para la victoria final, participando como enlace entre distintas unidades de la resistencia de Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca. Al término del conflicto, Astrid se involucró en la preparación de un equipo que volviese a la Tierra Hueca, pues Suecia no quería dejar escapar aquella oportunidad. 

Jenkins se unió al ejército como especialista; sus conocimientos en geología le convirtieron en alguien de especial importancia para elaborar misiones de riesgo o bombardeos que requiriesen estudios profundos de la naturaleza rocosa de los materiales implicados, sobre todo en los bombardeos ingleses que tuvieron lugar en el continente para intentar acabar con las fábricas de municiones y componentes de las V2.

Corvin, por su parte, también se unió a la guerra, pero solo después de recuperarse completamente de su herida en la pierna, que le tuvo apartado más de medio año. Sin embargo, participó de manera fundamental en la guerra del Pacífico, al tener que proteger a uno de los operadores de radio navajos que permitieron establecer comunicaciones seguras en el frente.

La llegada de Sarah, Bennet, Rick, Marion y Harry tuvo muchas implicaciones. Se les había dado por muertos, como al resto del equipo, y sin embargo, el relato de sus peripecias no dejó indiferente a nadie, menos aún al Coronel Eaton . La Tierra Hueca existía y por ello, habría que regresar a ella. Marion fue la encargada de preparar las futuras expediciones científicas, aunque mientras tanto, tuvo tiempo de casarse con un recuperado Harry, que a pesar de guardar algunos recuerdos sobre su aventura en la forma de quemaduras en las manos y algo de pérdida de visión en el ojo izquierdo, pudo adaptarse a una vida inesperadamente feliz, formando parte del futuro equipo que Marion organizaría para estudiar los diferentes accesos a la Tierra Hueca y preparar el viaje, además de para cuidar de los dos hijos que tuvieron.

Las necesidades de la guerra hicieron que Bennet, Sarah y Rick fuesen reintegrados al servicio, aunque no inmediatamente. Durante el siguiente año, los tres compraron dos casas vecinas y establecieron un particular arreglo de vida en común que tuvo sus frutos al general el año más feliz en la vida de todos ellos, incluido un hijo de Rick y Sarah, al que llamaron Arthur por expreso deseo de Sarah. La boda de Sarah y Rick fue sencilla pero llena de alegría para ellos, la hermana de Rick, que dio gracias al cielo por tenerlo de regreso cuando no contaba ya con ello... y para Bennet, que de esa manera estabilizaban una relación poco convencial. Pero al acabar el año, Rick y Bennet tuvieron que marchar a la guerra. A Bennet se le dio el mando de un escuadrón de aviones americanos que apoyarían a los ingleses en su batalla contra los nazis. Rick estuvo en Normandía, tras ser ascendido a capitán, y a partir de ahí participó en importantes batallas por media Europa, hasta llegar a Alemania. 

Jack Colton, por su parte, no podía separarse de Rick, lo que significaba que allá donde fuese, tendría que ir también él, pero encontró una manera de unirse a la batalla, entrando en el cuerpo de un soldado recién muerto. Aun siendo incómodo, fue una manera de recuperar, al menos durante cierto tiempo, un atisbo de la vida que hubiera podido tener. A cambio, Rick le entregó la petaca, permitiéndole así vivir su vida. El cuerpo de Colton sobrevivió y cuando regresó a los EEUU, se encontró con una vida a la que todavía tendría que acostumbrarse, pero que le estaba dando una nueva oportunidad. Resultó complicado reintegrarse a la vida en el cuerpo de otra persona, pero a cambio obtuvo la vida que siempre había buscado.

Todos ellos sobrevivieron a la guerra, añadiendo un importante valor a todas las experiencias vividas. 

Pero a Bennet no le fueron tan bien las cosas. Formó un grupo de aguerridos pilotos y él mismo se encargó de dirigirlos contra esos malditos nazis. Jamás recibió un solo disparo, por lo que lo llamaban "El Semental Invencible", pero su avión desapareció en un extraño banco de niebla cuando regresaba de bombardear puntos estratégicos del continente, tras desviarse sin darse cuenta demasiado hacia el norte. El último mensaje que envió no tendría sentido para nadie, salvo para aquellos dos que no estaban en esos momentos con él.

-¡Es de noche y son las dos de la tarde! ¡No me jodas!

Cuando Rick, y después Sarah, recibieron la información unos meses más tarde, incluyendo sus últimas palabras, ambos se miraron. Sabían exactamente en donde se encontraba y lo único que necesitaban era tiempo y recursos para ir en su busca. Quizás cuando acabase la guerra y abandonasen el ejército, pudieran hacerlo, porque total, para Bennet solo habrían pasado unos días, así que ni siquiera lo notaría. Y además, sabían de buena tinta que no estaría solo. Sin duda alguna, en cuanto pudieran irían En Busca de Bennet, ellos, su hijo Arthur, y seguramente Marion, pues la expedición sería suya.

* * *

¿Y Bob?

El Teniente Petersen era un importante miembro del partido nazi y sus andanzas a bordo del submarino que os había recogido no pasaron desapercibidas. El destino de los U-Boot no tardaría en torcerse, por lo que Petersen abandonó rápidamente el navío para regresar a Alemania y buscar un nuevo destino. En aquel cuerpo ocupado por un fanático, Bob se encontró como pez en el agua, sobre todo porque no había ningún remordimiento por deshacerse de su original ocupante.

Lo último que vieron los ojos de Bob antes de decidirse a cambiar de cuerpo fue una figura rechoncha y huraña, que parecía tener el deseo de comerse el mundo pero que no tardaría en volverse medio loco, pues Bob se encargaría de ello, haciendo que los nazis perdiesen un territorio tras otro, hasta su derrota final. Aunque nadie lo supiese, Bob fue desguazando el Tercer Reich hasta que no quedó absolutamente nada de él, y todo gracias a aquel encuentro fortuito, con ese pequeño cabo temeroso y frustrado, al que no le quedó más remedio que pegarse un tiro cuando Bob decidió salir de su cuerpo, unos años más tarde.

Solo entonces se decidió a regresar a los EEUU para ver qué tal le iba a Harry y a Marion. Menos mal que estaba él para salvar el mundo.

Notas de juego

FIN... por el momento.