Partida Rol por web

"P... pero ¿Que es lo que no ha visto el alcalde?" Dice Nurgle, que ha intentado analizar la oracion. Sujeto, predicado, verbo, objeto directo..

"¡Aaarg! ¡No lo pillo!"

Ya se iba oscureciendo y vais a la posada para alquilar un par de habitaciones durante varios días: una para chicos y otra para chicas. Os sentais en una mesa del restaurante, el cual estaba en un lateral de esta pasando por el pasillo. Mientras pedis algo de cenar, vais pensando en como plantear el día siguiente. Bien sabeis que bien temprano Jun irá a pelear contra el oso y realizar la bendicion en el santuario.

Muy bien chicos, hablé con el alcalde y me dijo que no había visto a Roswall, sin embargo, cuando le pregunté sobre el gremio oscuro, me habló sobre el ataque de unos supuestos demonios.

Si me lo preguntan, la verdad es que no creo que se trate de demonios, lo más probable es quevse trate de un metamorfo o algun ilusionista que se aprovecha de los temores de la gente, creo que vale la pena investigarlo. - comento mientras le doy un sorbo a mi bebida.

Aprovechando la reunión en una de las habitaciones (Suponemos que es la de las chicas, más iluminada y con plantitas que dan ambiente) Nurgle se sienta en la cama y juguetea con ambas piernas

"No sacamos tampoco demasiado"
"La gente del pueblo no conocen en absoluto a Rosswall. Han oido hablar de su marca de ropa, claro ¿Y quien no? Pero de él... nada"

Nurgle mira por la ventana, melancólica.

"En cambio, tanto Jun como su rival en el combate, el negrito de piel oscura, conocieron a Hirato. Mientras ella volvía de una pelea sensual en el barro en Magnolia, se cruzó con Hirato, y él le dijo que la conocía y muy bien, pese a que ella no le habia visto en su vida"
"En cambio, el negrito nos dijo que durante sus dias de soldado, él se cruzó con él mientras que Hirato iba de camino. Por lo que nos dijo, les cambió la estrategia y les hizo ganar una batalla perdida sin sufrir pérdidas"

"Es muy propio de Hirato-san. El convertir causas perdidas en guerras ganadas" termina, bebiendo una copa de zumo de remolacha que tenia por ahi preparada.
 

Mientras el resto cena y charla, yo estoy tumbada en el suelo justo entre las sillas de Baltazar y Nurgle, mirándolos desde abajo mientras comen con tranquilidad. Por mi parte, había cenado mientras ellos tomaban mesa, pedían plato y eso... ya había visto un par de palomas de las gordotas por el pueblo, así que ahora mismo tengo una pluma grisácea en la mejilla que aparentemente no noto, si bien me había quitado los restos más... evidentes de haber estado tragándome una criatura recién muerta hace escasos minutos. Me gusta estar limpia, aunque no haría ningún bien al apetito de los tres magos pensar el por qué de la pluma o imaginar la escena relacionada.

- ​Si estuvo por aquí, quiero hablar mañana con el oso... ​-claro, porque si guarda un lugar de poder, ¿qué motivo si no?- ​¿Me puedo quedar a dormir aquí, nya? El suelo está calentito por la cocina... -me estiro cual cuadrúpedo estándar para luego rodar y quedar boca arriba, tumbada en toda mi longitud y con los dos brazos extendidos.

Como una estrella de mar o como un perro al que le de por tumbarse raro, vaya, solo que yo tengo mayor movilidad en las patas.

Cuando veo a Kinn acomodarse para dormir en el suelo del comedor, rápidamente enarco una ceja.

De ninguna manera, tu vas a compartir habitación con Nurgle, así que, o te pones de pie y caminas por tus propios medios o bien te llevo a la habitación en brazos. - digo en tono serio mientras me agacho al lado de Kinn y me dispongo a levantarla.

Cuando Baltazar comienza a hacer intenciones de cogerme en brazos y empieza a hurgar con las manos bajo mi espalda, hago un sonido un poco extraño. Algo a medio camino entre un siseo de serpiente y un bufido de gato, mientras muevo ambas manos para arañarle el brazo que tenga más cerca de mi cabeza.

¡Ouch! Así que esas tenemos e gatita fiera, bien dame un minuto que ya regreso y como te encuentre en el suelo te juro que te llevo a rastras a la habitación. - digo a modo de advertencia para luego salir a la calle por un par de minutos.

En la calle, poso mis manos sobre la tierra y me dedico a absorver el elemento para potenciar mi magia.

Así que quieres arañarme, pues bien te quiero ver arañando esto niña. De seguro pierdes un par de uñas y algunos dientes.

Un par de minutos después regreso cubierto de una gruesa armadura de piedra.

¡Kinn, ya volví! ¿Estás lista para ir a tu habitación? - pregunto en tono meloso mientras avanzo lentamente hacia ella listo para levantarla en vilo de ser necesario.

Mi armadura de roca debería bastar para mantener bajo control las uñas de Kinn.

Nurgle suspira.

"Hombres... malditos esbirros del heterocispatriarcado. Siempre piensan con los puños y nunca como deberias!"

Tras pensar eso, se va a las cocinas, pide prestado la fregona y una botellita y...

¡Y se pone el disfraz de Maid! ¡Para que no la reconozcan!

Tras esto Nurgle echa agua y abundante lejia en el cubo y empieza a fregar el suelo con el oloroso mejunje quimico

"Ayyyy payo, ende-dejame de fregá los sueloooh" dice con un fingido acento, mientras deja el suelo mas limpio, mas brillante, y mas estéril y desfoliado.

"Ayyyyyy"

Permanezco tendida en el suelo, prácticamente dormida al poco, y frente a la muy lógica táctica que sería dejar que me durmiese y subirme dormida o bien tratar de convencerme de que suba por otros medios, se planta a mi lado un Baltazar 2.0 lleno de piedras hasta las cejas, momento en el que cuando se acerca vuelvo a tirarme a arañar... Siendo un desagradable momento para Baltazar el descubrir que las garras no simplemente arañan, sino que perforan la armadura con violencia hasta volver a llegar a su carne.

Por suerte, no parece que le quiera causar daño, pero cabe pensar en qué cuernos de animal tiene esas uñas (la respuesta es: ninguno, a fin de cuentas sigo siendo una maga, no tiene por qué ser tan simple todo).

La defensa férrea de Baltazar resiste la penetracion de las garras de Kinn, pero su furia hace que quede bastante atontado, perdiendo el efecto de su armadura. Baltazar solo observa enfrente suyo a una gata con muy malas pulgas.

¡Me rindo, quédate allí! Tuve suficiente de tus garras por una noche.

Los que quieran escuchar mi plan, los espero en mi habitación, a los demás los veré mañana durante el desayuno. Que descanses Kinn y trata de co salir de cacería durante la noche. - digo enfurruñado para luego ponerme en marcha hacia mi habitación.

La noche iba acaeciendo y la luna resplandecía en lo alto del cielo entre montañas. Se podían escuchar grillos acompasados por aullidos de lobo y algún búho cercano. Un camarero se os acerca y os pide que vayais plegando de cenar, pues es hora de recoger y cerrar la cocina.

Finalmente Baltazar se rinde de intentar levantarme a la fuerza, postura mucho más racional, aunque en su mosqueo habla de hacer planes y demás, momento en el que me estiro con un bostezo y me levanto comenzando a seguirlo con gesto algo más despierto.

...

...

¿Qué? Mira si no habrá formas de convencer a alguien que no sean "por la fuerza". Se la quiso jugar a que sus piedrecitas aguantaban mis garras, y podía arrastrarme por la fuerza, y no soy tan sumisa como para aceptarlo. Esto quizás le ayude un poco a entender cómo tratar a una dama, o lo que quiera que sea yo.

Mientras camino hacia mi habitación, noto que Kinn se pone de pie y me sigue, lo que me llamó mucho la atención.

Tras abrir la puerta, me giro hacia ella y le cedo el paso, luego me siento en la cama y echo mano del mapa de Fiore para poder calcular cuanto tiempo nos iba a tomar toda la investigación.

Nurgle tambien entra en el cuarto de Baltazar.

Ante la mirada de todos los del pueblo, que contemplan como en el cuarto del muchacho entra una chica despampanante de pelo verde y una chica despampanantemente verde.

"Creo que el pueblo esta mirando con caras raras a Baltasar. Como si le tuvieran envidia ¿No os lo parece?"

Siguiendo a Baltazar con gesto somnoliento, me encuentro con que en la puerta, tras abrir, se gira a mirarme fijamente, y yo que lo iba siguiendo me freno, pensando que ahora me va a decir que no entre en su habitación o semejante.

Un segundo... Dos segundos... Ladeó la cabeza como cualquier animal que no entiende qué pasa. Tres segundos... Cuatro segundos... Finalmente avanzo con precaución hacia la habitación, mirando hacia arriba y los lados como tratando de encontrar "la trampa" por la que me ha dejado pasar primero, y entonces girándome a sujetar la puerta al otro lado de la misma al ver que no hay nada mientras el resto entra. ¿Qué demonios significa para ellos sujetar la puerta? Dichosos humanos y sus cosas "sociales".

Una vez pasan el resto, al parecer Baltazar va a hablar algo sobre el mapa, así que sin perder comba, me tumbo ahora por detrás de él, medio enroscada a su alrededor, para mirar el mapa también.