Partida Rol por web

Examinando el cadáver del oso, no te cuesta determinar que su muerte es reciente, apenas tres días lleva muerto. Muestra primeros signos de descomposición. Ves claramente que no se trata del cuerpo típico de un animal, sinó de un ser aún más fuerte.

Kinn sin duda se muestra realmente ennfadada con lo que ha provocado su ira. Su grito hace que varis pájaros cercanos levanten el vuelo. El sacerdote ya se volvía al pueblo, pero la persuasión de Nurgle hace que ligeramente cambie de opinión, aunque sigue reacio a pagaros el servicio. Como hombre mayor, no podía más que ruborizar se ante las insinuaciones de la chica. Las dos monjas miraban a otro lado, viendo que el viejo mostraba su lado picaron.

No, non no te creas que por ello vas a conseguir algo. Yo no tengo el dinero, sino el que lo tiene es el alcalde. A mi dejadme en paz.

Nurgle le pone ojitos al sacerdote. Que al fin y al cabo es uno de las personas más importantes de la aldea

"¿Porfi?"

La opción es vuestra, peronel reloj sigue marchando, sólo le digo que su guardián lleva al menos tres días muerto y si al final optan por enviar un requerimiento al Concejo Mágico, este se va a tomar otros tres días en procesarla y al menos otros tres más antes de distribuirla por todos los gremios de Fiore.

Eso, sumado a los tres días de ventaja que ya tiene el ser que asesinó y despellejó al oso, son al menos nueve días antes de que su misión aparezca en los planillones y quién sabe cuánto tiempo más tendrán que esperar antes de que algún gremio envíe un equipo para ayudarlos. - digo con despreocupación mientras me preparo para volver al pueblo.

Un día es lo que tienen para tomar una decisión sobre nuestros honorarios, pues partiremos mañana a primera hora.

Chicos, debemos regresar a descansar, pues tenemos una misión que cumplir de la cual depende el bienestar del gremio. - digo instando a mis compañeros a seguirme, confiando en que antepusieran el bienestar del gremio a sus deseos de ayudar al pueblo.

El gremio necesita el dinero, de nobser así quizá los ayudaría gratis, pero las cosas son como son y no como me gustaría que fueran. - pienso con tranquilidad.

Una de las chicas acerca su cara hacia el sacerdote y le dice en voz baja: Creo que seria conveniente plantear lo sucedido al alcalde y hablar de los servicios de estos magos. No sabemos si esto podría estar relacionado con el gremio oscuro que buscan.

EL sacerdote acaba recapacitando ante la insistencia de Baltazar y la carita de Nurgle: Esta bien, está bien. Hablaré con el alcalde. No os puedo prometer nada, pero el decidirá si os paga. Haced los que os de la gana. Yo me vuelvo para informar de esta catástrofe y avisar a la cofradía.

La otra monja se acerca hacia Baltazar y le dice en voz baja: No os preocupeis, no es mala persona, pero le duele mucho la muerte del oso. En la historia es el tercer guardian que tenemos y sin duda es una catástrofe. No posee apenas dinero y el pueblo depende del alcalde.

Como si te hablara el viento, las hojas se mecen y te viene el olor de un humano en las proximidades. Parece provenir de la cueva donde está el santuario y vive el guardian.

Lo entiendo a la perfección, pero este es nuestro trabajo, de esto vivimos, pero descuida encontraremos al culpable y veremos que reciba su castigo. - respondo con amabilidad.

Por cierto, ¿En dónde queda la madriguera del oso? Quizá podamos encontrar alguna pista allí. - le pregunto a la chica mientras detengo mi marcha.

La monja te señala a la cueva que hay justo enfrente algo lejana: Es aquella de allí, ya estavamos llegando. Dice con una ligera tristeza.

En mi forma felina, todos los pelos de mi espalda se erizaron y suelto un gruñido bajo pero que resultaba fácilmente detectable por toda la comitiva, y comienzo a andar hacia el santuario. El andar es extraño, a dos patas a veces apoyándome en las cuatro mientras me acerco con paso de cazadora hacia la cueva, sin dejar de emitir ese pequeño gruñido que no presagia nada bueno.

Kinn empezó a andar decidida hacia la cueva. Por su forma de andar más felina que humana daba a entender que había notado algo. Sus sentidos eran algo más agudo que el resto.

Sigo a Kinn al interior de ka cueva con la finalidad de buscar alguna pista.

Con algo de suerte Kinn podría encontrar un rastro aunque fueta algo antiguo, pues el sujeto nos llevaba tres días de ventaja.

Kinn, linda, podrías intentar encontrar algún rastro oloroso distinto al del.oso, aunque sea algo tenue.

Vamos amiga, confío plenamente en tus habilidades. - digo con seriedad.

Guiados por Jun y siguiendo a Kinn os acercais hasta la cueva. El olor a cadáver es fuerte, ya en la entrada se puede ver otra liebre muerta con diferentes bocados y carne desgarrada. Señal de algún posible animal. Jun os frena y os da unas indicaciones:

Sin duda aqui dentro el hedor es fuerte. Los huesos de animales que vemos significan que aquí hay una bestia dentro, pero nunca imagine una que pudiera matar al guardian. Entremos con cuidado, no sabemos que podemos encontrar. Ahora el pasillo es algo estrecho, pero mas adelante se abre dejando un epsacio bien grande. El altar se encuentra allí.

EL pasillo tiene poca luminosidad y las paredes son de roca. Segun avanzais se ve al fondo una luz que proviene de unas grandes velas que iluminan el santuario. Este es de un tamaño aceptable con la figura de oro de monstruo humanoide similar a un oso el cual mira al cielo y parece que está rugiendo con fuerza. Recostado sobre una columna de piedra hay un hombre durmiendo. Su altura es de bien 2'5m, y viste un chaleco amarillo viejo sobre su pecho desnudo y unos pantalones azules largos. Una bufanda amarilla evuelve su cuello. Al lado suyo hay rastros de sangre y algunos huesecillos de animal pequeño. Su aspecto es de alguien salvaje con esas greñas y patillas enormes.

Mis ojos de pupilas rasgadas inmediatamente reparan en el desconocido, y en uno de mis pasos, mi magia se libera en la zona convirtiendo el amplio santuario en algo notablemente distinto, pues la vegetación y pequeños árboles debían comenzar a brotar con velocidad por doquier. Por suerte, los árboles parecían empeñados en no impedir los movimientos del grupo, el objetivo era que el frenado fuese el sr. cazador al intentar escapar de mis uñas.

Al ver a aquel sujeto recostado contra la columna, todas mis alarmas se disparan.

Podría intentar absorver el fuego de las velas pero es muy poco, no basta ni siquiera para mis ataques más débiles. Mierda me tocará apañarme con lo que tengo a mano. - pienso mientras me acerco al sujeto con paso firme.

Mientras me acerco al hombre, observo el lugar en busca de la piel de oso o algún instrumento o arma cortante o materiales de peletería.

Si no logro distinguir nada de eso, procedo a despertar al sujeto, de lo contrario me cubro con mi armadura de roca y luego despierto al hombre mientras los demás toman posiciones rodeándolo.

Kinn empieza a llenar la cueva de hierbas, pequeños arbustos y flores que le dan un aspecto de primavera. Baltazar se acerca hacia el individuo despacio y ve que en el lado derecho está la piel del oso doblada y un gran machete cuelga de su cinturón. El sigue durmiendo recostado sobre sus manos detrás de la nuca.

Al ver la piel del oso le hago señales a mis compañeros para que guarden silencio y se separen.

(Me llevo un dedo a los labios: silencio. Luego señalo a Nurgle y Pike y les indico con el dedo que se acerquen por la derecha, justo por los pies de aquel sujeto. Luego señalo a Jun y Kinn y les señalo la izquierda, es decir hacia la cabeza.)

Finalmente activo mi armadura de roca y me aproximo por el centro, mientras desenfundo mi espada, cuya hoja se torna negra y de textuta rocosa.

Con señas, Nurgle lo deja claro

"Lo necesitamos con vida. Pero no deja de ser un mata-osos..."

Y señalando, y bajando los dedos, deja un mensaje claro

"Actuamos a las tres, a las dos, a la una, y..."

Nurgle lanza un dado, mientras todos duermen, y suma luego sus valores especiales

"18" declara