Partida Rol por web

Miro a la maleza Pues si que esta gordo el puto gato clavo la lanza en el suelo a unos pasos de mi , me apoyo en ella para dar un semivoltereta y caer en el carro que ni se inmuta ante la suave caida  . Dirijo la mirada al bosque y apunto con la lanza al lugar donde el movimiento cada vez es mayor .

Anger trata de realizar una pirueta, usando la lanza como apoyo para caer sobre el carro. Sin embargo, sus manos fallan, soltando la lanza por un instante, y cae al suelo junto al carro, al igual que su arma.

Justo entonces, tras el estruendo de la caida de Anger, el arbusto deja de moverse, y de entre sus numerosas hojas, sale un perro bastante grande, de color negro, lleno de trocitos de hierba y hojas:

Este se queda mirando a Anger con cara de curiosidad. ¿Qué hará ahí en el suelo?

Alexander se relaja un tanto, y se acerca a Anger.

-¿Estas bien?-Dice, mientras le tiende la mano para ayudarle a subir.

Despues, silba al perro para que este se acerque y poder observarle mejor.

Tiene que ser de alguien, ¿Que va a hacer aqui solo? En cualquier caso, su dueño no puede andar lejos.

... Un perro

Lyla sonrie, y baja la guardia, luego se cruza de brazos y se apoya contra la carreta, sin perder de vista a Mark y a Loretta

Me froto la cabeza rapidamente Casi me sale ... hubiese estado muy chulo digo sonriendo Gracias alexander le digo a mi compañero mientras acepto su ayuda! y tu que miras ! ? si ,me he caido pedazo de perraco , vete a dar sustos a otros cojo mis cosas que llacen esparcidas por el suelo,me relajo y me siento en la roca en la que yace el ajedrez bueno , vieja , no querias echar una partida digo mientras juego con un peon y le dedico una sonrisa a la chica

Lyla se hace la loca, como si no hubiera escuchado a Anger, mientras una venita en su sien comienza a hincharse un poco

Tranquila... Es solo un niño... No merece esos pensamientos de muerte y destrucción... Piensa en otra cosa... En... Gatos, por ejemplo

Alexander bordea el arbusto para poder orbservar mejor lo que hay detras, aunque mantiene cierta distancia al rededor.

Lleva al perro consigo.

Alexander, seguido por el perro, da la vuelta al arbusto para observar qué hay. Es entonces cuando se percata de que hay cuatro perros negros más, de apenas unos centímetros, que podría coger con la mano sin dificultad alguna. Al parecer, el perro que os asustó era una perra vigilando a su camada. Si te acercas mucho a los pequeños notas como su madre se interpone en tu camino en postura defensiva.

Por su parte, Bill rie por lo bajo tras la caida de Anger, y Mark y Loreta siguen hablando entre si.

 Martha se sienta, todavía alerta. Apenas puede creerse su estupidez: debería relajarse. De vez en cuando no viene mal. 

Alexander mira con ternura a los pequeños, mientras esboza una media sonrisa.

Comienza a acariciar al perro grande suavemente, mientras sigue observando a sus crias.

-Tened cuidado con el arbusto-Grita a sus compañeros.

 ¿Que hay?

Pregunta Lyla, más por compromiso que por verdadera curiosidad

Acercate tu misma a verlo-Dice Alexander, con cierto tono divertido.

Lyla suspira, y se acerca con lentitud y pereza. Al ver a los cachorritos, su expresión cambia de forma radical, y los ojos se le iluminan

¡Pero que cooooosaaaaaassss! Dice con un tono algo ridículo ¡Son taaaaaaaaaaaan monooooss!

Se acerca con la mano en alto, pero, al ver la actitud de la madre, decide desistir, aunque sigue mirándoles con la baba colgando...

-¿Que deberíamos hacer con ellos?-Dice Alexander a Lyla, con un tono de voz un poco preocupado-Aquí podría pasarles algo.

Despues, hecha un vistazo a su alrededor, en busca de un lugar mejor para los cachorros.

 Martha parpadea. Si es cierto que de pequeña había querido tener un cachorro... pero de esos sueños ha pasado tiempo atrás.

 Lyla se queda algo pensativa cuando Alexander la habla, y se cruz de brazos

Pues la verdad es que poco podemos hacer... Mira a Alexander, y habla con un tono un poco más serio Parece muy protectora con ellos, y no creo que se fíe de unos extraños como nosotros. Además, seguro que es salvaje y sabe apañárselas sola. Al fin y al cabo, es la ley de la naturaleza, ¿no?

Ohhhhhhh- digo con ternura - como molan ... siempre quise tener uno - (notais como es evidente que esa sensacion es de hace 5 minutos) me pongo de cunclillas cerca de la madre - hagamos un trato ... te cambio ... un ... un ...¡ un hueso ! si, un hueso , por uno de tus hijos - pongo ojitos a la perra sin ser muy convincente a lo que el animal responde con un gruñido  - jejeje bueno ... no seas asi -retrocedo unos pasos y me siento en el carro derrotado como si acabara de perder una batalla

 Sonrío casi con inocencia. Las cosas sencillas siempre parecen más felices. Alargo también la mano... casi incoscientemente.