Partida Rol por web

Kaylee se sorprende ante la proposición del almirante, pero no dice nada, pues ya se ha montado un buen murmullo.

Cita:

Asiente despacio al oír esa parte, y le comenta, también en voz baja -Pero un crucero de esos no necesita una tripulación grande? Y no estaba la nave para el arrastre?

Cita:

No, muchacho, no. Lo que propongo es entrar en un desguace, que sólo dispone de protección básica (vigilantes de seguridad en tierra). No hay naves de patrulla, ni mucho menos de guerra en Pegaso.

- Usted quiere que entremos en el desguace de naves de Pegaso que tiene una seguridad mínima...¿a qué llama usted seguridad mínima? - pregunto interesadamente

Según los datos de Intel que hemos podido reunir, la seguridad del desguace está encomendada a una empresa privada, Sol azul, unos paniaguados de la Alianza, cuya misión es procurar que ninguno de los trabajadores del desguace se emborrache demasiado cuando está fuera de turno. No hay nada de valor en Pegaso, por lo que la seguridad es poco menos que laxa.

Lo único que hay que hacer con precisión es la entrada en la atmósfera, para evitar la red de satélites de vigilancia geoestacionarios, que podrían dar la alarma y atraer alguna nave patrulla cercana, pero una vez en tierra sólo es cuestión de entrar en la nave, reactivar el motor y despegar, y eso lo podemos hacer mis hombres y yo. Una vez en el espacio, ¡que nos busquen!

pfff, ¿y ustedes tres van a poder llevar una nave solos? Mal de donde has sacado a esta antigualla?

Kaylee atiende sin acabarse de creer que habla en serio.

Cuando termina de hablar el viejo, vuelve la cabeza hacia el capitán. "A ver que opina nuestro capitán de todo esto".

Mal, que hasta el momento ha seguido la explicación con rostro inescrutable, cruzado de brazos, mira intensamente a Sharpe y, de momento, tan solo le dice: Siga hablando.

En el mismo momento en que los líderes de la Alianza se sentaban a la mesa de negociaciones para escenificar el final de la guerra, sonriendo a las cámaras y hablando de amnistía para los vencidos, las botas de combate resonaban por las cubiertas de mi nave. Apenas pude escapar con vida.

Necesito su ayuda, capitán. Sé que Vd. sirvió en los Independientes durante la guerra, y espero que aún sea consciente de lo justo de nuestra causa, y que esté dispuesto a asestar un golpe a la Alianza. ¡Con su ayuda y la de su tripulación podemos liberar al Glory de las garras de la Alianza!

Wash pregunta a Zoe por lo bajo, pero lo suficientemente alto para que se le pueda oir:

-Este señor del tono patriótico ¿es parte de la misma Alienza que los abandonó en la batalla de Serenity.. o es otra?-

Es consciente de lo que ha hecho, pero una cosa que a Wash le molesta, y mucho, es la gente que saca el "patrioterismo" cuando lo necesita, y cuando no se caga en él.

Cita:

Sharpe responde a Wash con amargura pero sin hostilidad, como si ante sus ojos pasara la película de los hechos. Joven, en la batalla del valle de la Serenidad, yo mandaba el ala de interceptores espaciales que estuvo bloqueando la llegada de refuerzos de la Alianza durante TRES JODIDOS días. Hubo unidades terrestres que perdieron el 70% de sus efectivos. Yo perdí el 90% de mis naves entre la batalla en sí y la acción de retaguardia que permitió salir de allí a los que pudieron salvarse. ¿Cree que estoy orgulloso de haber mandado a la muerte a todos esos chicos? Pues no, y recuerdo los nombres de cada una de esas naves y cuántos hombres y mujeres valientes murieron en cada una de ellas. Pero cuando el mando dio la orden de retirada, no había nada más que decir. Así es el Ejército, hijo: el que manda, manda, y cartucho en el cañón.

-Sera por eso que nunca me he alistado.- murmura wash con desgana.

El rostro de Kaylee era muy diferente al que normalmente reflejaba.

Estaba seria y preocupada, y eso se notaba en su pose y en su cara. Parecía algo nerviosa, pero seguía sin opinar.

La verdad es que recordar las vidas que se perdieron en la guerra (tanto de un bando como del otro) le había escalofriado y no se sentía con demasiadas ganas de continuar en esa conversación.

"La verdad es que la guerra acabó hace tiempo, la alianza ganó. Si en su día los independiente no ganaron, menos lo hara ahora un solo almirante con una sola nave." Kaylee niega para si misma. "Esto no lleva a ninguna parte."

Tras las palabras de Roland Sharpe me muestro serio.

Lo que nos pide no es nada sencillo, y creo que está desesperado. Eso no es nada bueno; y encima tenemos a Malcolm Reynolds como capitán...un seguidor de causas perdidas...creo que aceptará...es una misión de las que le gusta hacer...así que mejor es que prepare el botiquín y revise bien la enfermería.

Miro a Kaylee y la noto apagada. No creo que le guste lo que puede pasar. Ya somos dos.

Veis como Mal, el capitán, coge aire como si se dispusiera a soltar una parrafada, pero antes mira a su alrededor en busca de comentarios por parte de quienes aún no han expresado su parecer.

Luego dice: Los demás, ¿no tenéis nada que decir? Cualquier decisión que yo acabe tomando os implicará a todos, y me gustaría saber qué pensáis de esto antes de pronunciarme.

Zoe había quedado meditando, aunque conocía la opinión de su marido, escucharla en voz "alta" la había recapacitar. Como segundo oficial una de sus tareas era la de representar los intereses de la tripulación además de aceptar sus propuestas y otros trámites similares.

- "Pese a que podamos estar algunos comprometidos 'con la causa', ¿qué ventaja reportará a la tripulación el ayudar a llevar a cabo esa recuperación? El principal problema al que nos enfrentamos es que me temo que es ilegal según las leyes de los que nos gobiernan, nos guste o no... Creo que no podemos obligar a nadie a que se ponga fuera de la ley contra su voluntad."

Miro a los demás, esperando a ver si alguien se pronunciaba en contra. No sería difícil desembarcarlos en las lanzaderas, pero podía ser una excinsión permanente ya que el estatus de forajido era algo bastante difícil de borrar.

Al Reverendo, toda aquella historia de muerte y resurección de un símbolo de la resistencia le gustaba tanto como a cualquiera, y sin duda la aventura no parecía más arriesgada que muchas otras que habían emprendido. La diferencia estaba en que, en aquella ocasión, no había un obvio beneficio económico a lograr.

Un hombre ya anciano tratando de rescatar el último pedazo de dignidad que le queda... no se le niega el último deseo a un moribundo.

Tras echar un último vistazo a la efigie de aquel guerrero derrotado, Book dio su opinión.

Entrar, recoger la mercancía, entregarla al cliente y salir. Este es nuestro trabajo, y yo digo que lo hagamos. Si por mí fuera, la Glory volvería a elevarse.

-Yo soy capaz de volar donde digan.... aunque no me guste el destino.- dice Wash repentinamente sombrio y agrega casi de inbmediato -Razón de más para hacerlo bien.-

La mecánico suelta un pequeño suspiro y se resigna como Wash.

-Lo que usted diga, capitán, estará bien.