Partida Rol por web

El hombre se retuerce de dolor ante el movimiento de la mujer, mientras los demás se ríen por lo bajo

-¡Ah! ¡Suéltame, perra! Lo entiendo ¿Vale? Dejame ir.. Por favor, necesito ese brazo para hacer breakdance.

Si es que al final todos eran unos cobardes que cuando se les enfrentaba, no sabían hacer nada.

Mientras tanto, John mira con admiración los movimientos de la mujer. Se permite una sonrisa, a la que siguió una muesca de dolor, mientras se sujeta el brazo vendado. Le susurra a ella

-Está... Está empeorando. No puedo seguir aquí... Lo siento... Quiere... Quiere salir...

Negó con la cabeza, sudando, mientras intentaba alejarse de allí, salir a la calle. Su brazo empezaba a tensarse y destensarse, mientras aquel brillo seguía allí: Aquel brillo sobrenatural.

Reprimió un grito de dolor... Nisiquiera le permitía correr: Era un dolor demasiado intenso, o eso parecía.

Cuando los chicos se van, baja la guardia.

Como pensaba, unos cobardes.

Entonces John le dice eso y grita, ella se asusta, no se esperaba que gritase así.

Lo agarra del brazo bueno y lo arrastra fuera del local. A un callejón vacio.
Ven, ven.
Sh... Eh, enseñamelo, qué ha pasado?
Estaba preocupada, nunca le habia oido gritar de esa forma.

El chico sale y cuando llega a un callejón, se suelta de ella. Su brazo temblaba, mientras se deshace de la venda que recubre su brazo derecho.

Una vez termina de sacarse la venda, la mujer puede ver una suerte de espectáculo macabro.

Lo que una vez fue un guante normal ahora se había convertido en la prolongación de un ser demoníaco. Lo peor era que el guante no era solo un guante ahora, sino que le tomaba hasta el codo. El lugar donde estaba el arma, parecía estar continuamente cambiando de forma, con un halo místico demasiado extraño.

Intentó quitárselo una vez mas, pero cada vez que lo hacía, el dolor era mayor, las agujas se clavaban mas en la piel.

-¡Aaaargh!

Cayó de rodillas al suelo, teniendo cuidado de no tocar con el guante el mismo para no convertirse en piedra.

-Algo está mal... No puedo.. No puedo quitármelo.. Es como si se estuviera con mi.. Agh.. Con mi alma...

Volvió a dejar escapar otro alarido, mientras las ráfagas de energía podían sentirse, o al menos, para Kate, eran mas que evidentes.

Todos sus sentidos estaban alerta... ¿Porqué?

¿Acaso era peligroso?

No sabia si abrazarle o alejarse, no paraba de gritar y ese maldito guante estaba... palpitando?

Sentia algo malo, demasiada energia, y no sabia a quien hacer caso, al corazón o al cerebro.

El primero le decia que le ayudase, el segundo que se alejase.

Se encontraba en un momento de decisión y estaba completamente indecisa.

No... No intentes arrancarlo, no le gusta! John... Es peor de lo que crees.
Tú no sientes nada?!
Mierda!

Estaba sudando y casi lloraba, no sabia que hacer.

Se aleja un metro de el, no queria alejarse demasiado.

Lo peor era que no podia llamar a ninguna ambulancia, y ella no podia hacer nada escepto escuchar sus gritos y ver como intentaba librarse de él.

El cuerpo del hombre empieza a transformarse, una vez mas. Pero esta vez, en vez de transformarse en metal, empieza a convertirse en el mismo material que el guantelete.

No había nadie por el callejón, y fue una suerte, porque los rugidos de aquella criatura diabólica, no parecían los de John... Era otra cosa.

Cuando eso se irguió, convertido en un híbrido de carne y metal, observó por un segundo a Kate. Entonces sonrió.. Poco a poco, su rostro volvió a ser el de un humano, muy parecido al chico que era su novio. Pero algo en su mirada había cambiado.

Incluso su voz sonó diferente, misteriosa, amenazante.

-Mejor que no te acerques. Soy muy inestable.

Dió media vuelta, y mirándose las manos, sonrió, diciéndose para si mismo..

-Te enseñaré a utilizar este regalo que te concedí, John Farrel... Vamos a.. Desatar el caos...

Rió, de manera lúgubre y profunda.

A decir verdad, su cuerpo no parecía estar en las mejores condiciones: Cojeaba un poco, y no parecía estar acostumbrado a su propio cuerpo. Era algo antinatural.

¿Qué estaba ocurriendo?

Qué diablos?!

John!!!
John!!!
Maldita sea John, se fuerte, enfrentate a eso, John!!!

No puede evitarlo y se lanza sobre su... Novio?

Agarrándolo de los hombros, intentando hacer que la mire a los ojos.

Sobreponte a él!
John, no te dejes... No te vayas, enfréntate!

No podia evitarlo, no iba a dejar que esa cosa se lo llevase, al menos no sin enfrentarlo.

El muchacho se vuelve hacia ella, un tanto extrañado. Por un segundo, sus ojos volvieron a ser los de John.. Pero su expresión volvió a cambiar.

-John tiene que aprender a utilizar su don... Así como deberías hacerlo tu. No nos molestes.

Con delicadeza, quita sus manos de él... ¿Con delicadeza? Algo dentro de aquel nuevo yo de Jhon seguía teniendo cariño por la muchacha.

-No me hagas herirte... Kate. Así te llamas ¿Verdad? Encantado de conocerte.

La mirada de cazador en sus ojos: Volvió a intentar emprender camino, apartándola hacia un lado.

Solo dos pasos mas adelante, bajó la cabeza, como si esta le hubiera dado una punzada.

-No trates de resistirte, John... Voy a hacernos.. Un favor. Vamos..

Siguió caminando, esta vez mas lento, como si algo en su interior se revolviese.

Encantado de...

Maldita sea, lo iba a perder, o eso pensaba.

A qué se referia con hacerse un favor?!

No te vayas...

Las lagrimas empezaron a caer por toda su cara.

Por favor...

Estaba temblando otra vez, de impotencia, rabia, odio y dolor.

Aquel maldito invento se lo llevaba y no sabia si lo volveria a ver.

Si el se iba, a donde iba a ir ella? Qué haria?

Su mejor amigo se alejaba sin darle ninguna explicación, y aquel invento tenia vida propia.

Y si no volvia a ser John nunca más?

Continua llorando, e intenta ir tras él pero se cae al suelo al pisar una inperfeccion del suelo con esos estúpidos tacones.

Vuelve...

El muchacho se detiene, de manera brusca, cayendo de rodillas contra el suelo.

-¡Agh!

en aquella posición, se lleva las manos a la cabeza

-¡DEJA DE LUCHAR! ¡NO LUCHES POR ESA MUJER!

Su cuerpo empieza a temblar, pero vuelve a levantarse, y esta vez se gira, y la mira directamente a los ojos. Deja escapar una especie de gruñido, mientras se siente la cólera en sus ojos.

Alza la mano del guante para tocar el hierro del callejón, y automáticamente, su brazo adquiere la propiedad del mineral.

-Deja de manipularme... ¡DEJA DE MANIPULARLO!

Grita, corriendo hacia ella, mientras su brazo terminaba de convertirse en aquel metal, para tratas de acometer contra ella en un golpe directo, saltando hacia la mujer e intentando meter toda la fuerza que puede en el impacto.

-¡DEJA DE MANIPULARLO!

Cuando ve que se da la vuelta, intenta levantarse, pero al ver que volvia hacia ella corriendo, vuelve a perder el equilibrio.

Pensaba que John había vuelto, pero al ver aquella mirada y oir la voz, se dio cuenta de que no.

Era otra vez ese maldito aparato.

Definitivamente, cuandl vio las intenciones que tenia, supo que no era John, o al menos ella deseaba que no lo fuese.

Viendo como se acercaba hacia ella y que ya no le daba tiempo, intenta hacer un amago, echandose a un lado, pero consigue darle antes de

quitarse de en medio.

Ugh!

En el último segundo, el golpe impacta solo rozándola y dejando una mejilla sangrando con un pequeño corte, una magulladura.

Tras la acometida, otra vez la mirada se enternece. Vuelve a caer de rodillas, justo frente a ella. Se había detenido casi del todo al golpearla.. no quería hacerle daño.

Volvió a gritar de dolor y esta vez tuvo que apoyar ambas manos en el suelo.. Pero no se convirtió. Al contrario, la mano se liberó de aquello... Incluido el latido.

Volvía a ser humano... Respiraba fuertemente..

-No...No...

Se repetía, negando con la cabeza, mientras como podía se arrastraba hasta ella.

Acarició su rostro, con lágrimas en sus ojos.

-No... Te prometo que no quería hacerte daño... No me lo voy a perdonar jamás..

El guante, sin embargo no cayó. De hecho ahora se podía apreciar que no tenía juntas... Simplemente se había fundido con su piel. Pero nisiquiera se había fijado en eso.

Un segundo después, el hombre empieza a experimentar un mareo.

-Yo...No quería...

-Hacerte daño..

Cae de bruces contra el suelo: Ya ni sus manos lo protegen.

Cierra los ojos, cayendo inconsciente. Todo aquel poder se desvanece, los sentidos de ella se relajan..

Y todo vuelve a la calma.

Se acerca a él, lo más rápido que puede.

Se habria dormido esa cosa?

Pero él estaba bien, y ella sabía que él no queria, en el fondo.

Le tapa de nuevo el brazo como estba al principio de la noche y lo deja apoyado en una pared.

Tenia que llevarselo de ahí, pero no se le ocurria como.

Busca en los bolsillos de él su movil, para llamar a un taxi y volver a su casa.

Ella no podia conducir, y menos aun cargar con el peso de él.

Pulsa el número y da las indicaciones.

Menosmal que aquella noche había cobrado bastante... Fue pura suerte.

Aprender a usar su poder... Entonces sí era cierto... Pero cual era su poder?

Aun no estaba segura, sentia las cosas, pero tambien se anticipaba, o era muy habilidosa...

Cual era...

Mientras espera el taxi, se intenta limpiar un poco la sangre con la mano.

Acariciaba el pelo de John con la otra. Esperaba que mañana fuese un nuevo dia, o que aquello hubiese sido otro sueño y aun estuviese

en su salon viendo la televisión.

Y pensaba una excusa para que el taxista no se asustase al ver a John inconsciente.

Mientras esperaba el taxi, la mujer temió que aquello fuera un sueño... Y a su vez, no supo si sería incluso mejor.

Pero no lo fue..

Minutos mas tarde, estaban en el apartamento de Kate. Gracias al taxista y la excusa de que se había quedado dormido por tanto beber, lo subieron en el vehículo, y minutos mas tarde, poco a poco, aun mareado, John fue recuperando la consciencia.

Subieron como pudieron las escaleras hasta casa, y allí se tiró en el sofá de ella, bastante hecho polvo.

Nisiquiera habló desde que había llegado, avergonzado, temeroso, sin saber porqué había hecho lo que había hecho.

Empezó a poner alguna manta en el sofá, creyendo que dormiría allí... Y poco a poco se fue preparando para pasar la noche y no molestarla...

A decir verdad se le veía bastante triste, quizás incluso decepcionado consigo mismo. Cada vez que miraba el brazalete, se entristecía un poco. Era imposible de quitar... Y a su vez, el mejor invento que jamás se haya creado.

La miraba esporadicamente, nervioso, sin saber que decir o hacer. Aunque no fuera él... Le había golpeado.

Tras  pasar unos minutos mas allí intentó levantarse y reorganizar sus ideas.

-¿Sabes..? No... No quiero hacerte daño. Será mejor que me marche... No sabemos cuando podría volver a aparecer... eso.

Comentó, completamente apenado. Bajó la cabeza y empezó a marcharse hacia la puerta mientras volvía a tomar la chaqueta que se había quitado al entrar.

Se sentía abatido y a la vez muy triste. Confuso... No sabía qué había pasado ni cómo controlarlo.

Pero no quería herir a nadie en el proceso.

Se acerca a él por la espalda y lo abraza, dejando su mejilla ilesa sobre su hombro.

No queria que se fuee y la dejase sola. Preferia mil veces saber con certeza que se habia ido, a

despertarse al día siguiente sin saber qué habia pasado.

No te vayas... Se que no querias hacerme daño, y se que no fuiste tú...

Quiero que te quedes...

Si te vas y desapareces, me volveré loca...

Hablaba en susurros, no se atrevia a levantar más la voz.

Había enfadado antes a aquella cosa que ahora formaba parte de el, y no sabía si se despertaría.

Le intenta dar la vuelta, pra mirarle a los ojos, le sonrie y vuelve a besarle.

No le iba a dejar ir.

Quédate conmigo.

Mientras continua el beso, le chita la chaqueta de las manos y la deja caer al suelo, arrastrándolo con

ella dentro de la casa, cerrando la puerta, abrazandole y besándole.

No sabia cuando terminaria por irse del todo transformado en lo que quiera que fuese eso, y

no lo dejaría ir, al menos no esa noche.

El muchacho se sorprende ante la reacción de ella, aunque de igual modo se deja llevar... Su chaqueta cae al suelo y la puerta se cierra tras de sí, pero John estaba mas ocupado en sentir aquel beso, en sentirla a ella, como parte de un todo perfecto, que en lo que sucediese a su alrededor.

Y es que se sentía, de nuevo, humano... Y no aquella bestia que había aparecido en el callejón.

Esta vez fue él quien se dejó llevar, acariciándola con una mano en la espalda y la otra un lateral del cuello de Kate.

-Te quiero

Dijo, llevado por el placer y el deseo, mientras volvía a besarla, no queriendo jamás separarse de los labios de aquella mujer.

Y es que ahora compartían mas que gustos... Compartían la aparición de un poder en ellos. Poderes que, ninguno de los dos, podían controlar.

Pero, aquella noche, nada de aquello importaba. Solo John y Kate. Solo ellos dos, besándose. Nisiquiera la lluvia parecía sonar por la ventana, o el viento. Era como si el tiempo se hubiese detenido, solo para darles a ellos el capricho de mantenerse mas tiempo cerca el uno del otro.

Empezaba a pensar que aquella cosa reaccionaba cuando John se enfadaba, así que tendria que esforzarse por evitar problemas y malentendidos o

esa cosa volveria a despertar.

Mira a John a los ojos, volvia a tener miedo, miedo y decisión.

Daria ese paso que nunca habia dado.

No sabia a donde llevarlo, ni siquiera como darle a entender lo que iba a hacer sin decirselo.

Mientras continua besándole, decide quitarle la camiseta, estaba nerviosa y se moria de vergüenza.

Y si no le gustaba? Y si no queria? Y si no le gustaba?!

Pero ya habia movido ficha, ahora le tocaba a él continuar la partida o detenerla.

el muchacho respira profundamente, y deja escapar un suspiro cuando ella levanta su camisa y lo roza con sus manos, en su torso desnudo.

El beso seguía prolongándose, detenido solo un segundo para ayudarla a que le quite la camisa, y tirándola al suelo también. Entonces, el muchacho, algo nervioso pero bastante excitado, coloca sus propias manos por el interior de la camisa de ella, acariciándole por unos segundos el vientre, para despues empezar a subírsela con delicadeza, haciendo que ella sienta el roce de sus manos con todo su torso.

Suspiró: Aquello le gustaba. No iba a detenerlo... Ansiaba el cuerpo de ella mas que nada en aquel instante.

Intenta quitarle la camisa y una vez lo hace, vuelve a besarla, con un poco mas de intensidad, aunque aminora algo, recordando que debía dejarle a ella que fuera la que hiciera las cosas a su manera... No quería interponerse en aquello. Quería que ella llegara hasta donde quisiera... Y el no iba a detenerla.

Abrió los ojos por un segundo, y le mostró con la mirada que no había nada que temer en aquello... Por inercia de su cuerpo, bajó sus labios hasta la barbilla, y descendió hacia un lado, cuando le mordió levemente el cuello, ahora disfrutando de aquella parte de la anatomía de Kate, besándolo con cuidado y jugando con él.

En cuanto nota el roce en el cuello no puede evitar dejar salir un gemido, ruido que nunca habia salido antes de su boca y se pone roja como un
tomate.

Ni siquiera se lo esperaba ella, final mente deja salir una leve y corta risita, que en seguida se silencia cualdo con una mano le agarra de la espalda,

acercándolo más a ella, aun estando ya completamente en contacto, lo queria más y más cerca.

Con la otra mano lo coge de la cabeza, acariciandole el pelo y acercándolo más a ella.

Tenia el vello de todo el cuerpo erizado, el miedo se había cambiado completamente por una mezcla de placer y ansias.

Realmente nunca habia sentido eso antes, pero ahora entendia en parte esa sed desenfrenada que tenian las parejas de pasar tiempo a solas

en su cuarto.

No podia casi ni andar, le temblaban las piernas y no se veia capaz de antar sin caer de bruces.