Partida Rol por web

¡¡El puto caballo!! - grité cuando aterricé sobre el tejado de uno los vagones, casi me hizo desmontar cuando traté de dar el salto... hubiera sido el puto final...

Traté de hacerme una idea global de como estábamos...

Valeriano y la Certera en el vagón de cola... Ellen en el anterior a mi... Jin aun no había subido... y Flanagan en el tender...

Éste gritó que necesitaba ayuda para desengancharlo...

¡¡SALTA, FLANAGAN!! TRATARÉ DE DESENGANCHARLO YO...

- ¡No puedo! - no sé cómo no veían que no era nada fácil volver a coger la altura del tren desde la posición en la que me encontraba - ¡¡hacerme hueco!! - para colmo veía al fondo, aproximándose, todo un montaña, así que, sí o sí, tendría que retrasar mi posición para tratar de subir al tren desde la cola o bordear por lo pronto aquellos obstáculos sino me los quería comer.

- ¡¡Id desenganchando la locomotora o abriendo la caja!!

-¡Lo mejor es separar la máquina! Que está echando ese humo feo-  digo, mientras me muevo hacia el vagón de la caja fuerte. Ahí estaba mi retiro dorado.

Vernal Express: Minuto 11

Todos sentís un fuerte tirón en los vagones. Ha podido ser la caldera de la locomotora, sin supervisión ni control. Pero ha sido el cambio de tensiones al desenganchar Martin dos vagones, dividiendo el tren en dos segmentos. Max sigue a bordo del primero, mientras que los demás están en el segundo. Canary sigue afuera, cabalgando.

Acciones

La Certera rebusca y recarga su arma.

Max trata de desenganchar la locomotora dos veces, sin éxito.

Martin consigue desenganchar los vagones, quedándose del lado del vagón de la Caja Fuerte.

Jin cabalga, bordeando las rocas.

Valeriano rebusca y avanza hacia el vagón de la Caja Fuerte.

Ellen rebusca y recarga su arma.

Ellen echa mano a la ruedecilla de caja fuerte y empieza a girarla

- Voy a necesitar esos números, chicos... - con intención de abrirla al fin

Señorita Hardin, para hacer eso debe estar sobre la casilla de la Caja Fuerte.

Vi sorprendida cómo el tren se dividía en dos -¡Oh no, Max!- exclamé.

Ciertamente, no era santo de mi devoción desde que me acuchilló en el saloon, pero dejarlo a su suerte en aquel vagón sin control no me parecía justo, más aún cuando era el único que había intentado hacer algo por todos. Ahora me encontraba en una posición diferente al otro lado de la ley, donde lo justo y lo correcto tenían un significado diferente.

-¡Venga Max! ¡Frenalo! - Estaba mirando a como se separaba la locomotora, y pensando en como mover luego el botín, y salir de allí. De todos modos, por lo menos, yo estaba en la parte buena del tren...

Vi como Max trataba de desenganchar el tender... y por más que tiraba del perno no conseguía soltarlo... 

¡¡Nos encaminábamos hacia el desastre!! Algo había que hacer... Con decisión solté el vagón en que me encontraba, salté y miré hacia delante, cruzando la mirada con Flanagan...

¡¡¡Vamos, amigo!!! Salta... ¡¡SALTA!!

Pero parecía que el miedo o la incredulidad se había adueñado del rostro del veterano forajido.

Los demás... bueno, los demás hacían lo esperado, buscar y rebuscar como alimañas entre los cuerpos de los soldados caídos...

Ellen, querida, no hasta que estemos todos - respondí a la mujer que ya se afanaba en abrir la caja fuerte

- ¡Ya va, ya va! - Le dijo al bueno de Valle. Cuando todo eso acabase quería tomarse un tequila, varias cervezas y algún que otro whisky con el mejicano. 

Agarró una de las palancas del tren y tiró de ella tratando de frenarlo. La locomotora fue perdiendo velocidad y fue entonces cuándo decidió que debía saltar. 

Se lo pensó dos veces antes de dar el salto, pero finalmente, el viejo Flanagan saltó de la locomotora hacia el vagón y... Lo logró. 

- ¡Vaya, he tendido suerte! - Dijo. - ¡Ya pensaba que no lo lograba!

Apoyó su hombro contra la caja fuerte llevando todo su peso a una pierna, este asunto de asaltar trenes con desconocidos... no, nunca era lo mismo que hacerlo con tu propia banda.

- Bueno, pues a esperar.... - respondió a Knox, sin más remedio, y se encendió un cigarrillo para hacer más amena la espera

Vernal Express: Minuto 12

La locomotora del Vernal Express sigue su camino por el desvío al norte, pero va demasiado rápida, y la guardagujas Harrison se ve forzada a cambiar la dirección de los vagones para evitar que os estrelléis. Max ha conseguido frenarla un poco, lo suficiente para saltar y rodar sin hacerse daño; la ha abandonado a su suerte, sin control. A bordo de los vagones el resto de forajidos se afana en encontrar algo útil en las ropas ensangrentadas de los aún calientes soldados.

Acciones

Hardin se toma un momento para fumarse un pitillo y terminar de saquear el cadáver que tiene a los pies.

La Certera hace lo mismo que Ellen, pero en vez de fumar bebe de su petaca.

Valeriano entra en el vagón de la Caja Fuerte y rebusca un poco.

Martin rebusca, pero mucho, dos veces, en el cuerpo sin vida del Capitán Wanders.

Max consigue frenar la locomotora un poco, y salta afuera.

Jin se queda ahí, mirando...

- ¡Diantre! ¡¿Pero qué está pasando aquí?!

Louise se prepara para hacer el cambio de aguja de las vías y así evitar que la cola de vagones en la que la mayoría de vosotros viajáis siga al segmento de la locomotora hacia el norte.

Flanagan ya había hecho demasiado. Cargarse a los dos maquinistas, también a dos soldados. Frenar la locomotora y saltar de ésta en marcha sin sufrir herida alguna. Necesitaba un poco de descanso y eso pretendía hacer, respirar. 

El forajido se alejó un poco del tren en busca de una sombra y efectivamente la encontró. Aunque... 

- ¿Qué demonios es... ? - Se agachó junto a una carreta y comenzó a rebuscar. 

-Max, felicitaciones, wei, ¡bien por soltar la locomotora! - Miro luego a mi alrededor. - Es la hora de confiar unos en otros, así que ándele, habrá que decidir algo... 

Luego toso discretamente, guardando algo en el interior de mi bolsillo. Y de nuevo, me agacho en el cadaver. Hay que esperar a los de la locomotora... 

Miré fíjamente a Valeriano... si, tenía razón pero... ¿cuantos de nosotros pensarían igual que él? No dejaba de recordar como la Certera disparó por la espalda a Lucky... me guardé un par de cosas que había encontrado en el cuerpo de Wanders y contesté.

¡Eh! Estoy con Valeriano, o confiamos los unos en los otros o esto será una escabechina...

Esperemos que se detenga el tren y nos juntemos todos...

En ese momento caí en la cuenta del operario de las vías... Joder... 

¿¡¡FLANAGAN... PUEDES COGER A ESE TIPO!!?

¿Un tipo? Flanagan sólo veía a la señora Harrison. Conocía a aquella ruda mujer de Tombstone. Era mucho más peligrosa en las distancias cortas que el difunto capitán que defendía el tren. No le hacía muchas ganas perseguirla, si es que a ella de refería Knox. Sobre todo después de la última vez que se vieron en el baile de la cosecha. Aquella noche acabó mal para los dos. Demasiado alcohol hace que a uno no le funcione bien la pistola. 

- ¡En cuanto pueda! - Le respondió no obstante a su forajido compañero. - ¡Ahora tengo algo entre manos!

--Algo hay que hacer con ella... si nos amenaza. ¿Alguien sabe a dónde va esta vía? - Dice Valeriano, acariciando lo que está en su bolsillo, y mirando de nuevo al cadaver. Quizás debería sacar algo de ahí nuevamente. - ¿Alguien ha visto tequila, por mi Virgensita de Guadalupe? Tengo la garganta seca... me pasa siempre que pierdo el sombrero

Seguía con la idea de rebuscar entre los cadáveres que tenía cerca.

-No creo que la vieja sea un problema, después de todo...¿qué puede hacer contra seis forajidos?- dije con desgana, no tenía intención de volver a mancharme las manos de sangre.

-Ahora mismo confiar los unos en los otros es lo único que nos queda, nos necesitamos para abrir el cofre- puntualicé a los demás -Y por mi parte, quiero acabar con esto. Tengo ganas de empezar una nueva vida-

- Ya me encargo - aquella vieja podía suponer un problema pero también era una fuente de información y estando en la mitad de ninguna parte, bueno era saber algo de aquella zona, no fuera ser que en aquella casa no viviera sola o que pasara por allí alguna patrulla del ejército.