Partida Rol por web

-Vale, vale- accedí con un movimiento de impaciencia con la mano. -Has dicho muchas cosas, abu. ¿Nos ponemos en marcha? Me encargo de las trampas y esas cosas cuando hayan atraído a la abuelita, ¿verdad? Bien, pediré ayuda a ese fanfarrón que es tan bueno con los trucos- accedí de mala gana, haciendo pucheros. 

Los 3 decidís ir por separado a hacer vuestra parte del plan. Xandra se ocupará de la comida, Noriko de ayuda extra para las trampas y Sharabell hará uso de sus contactos e influencias para conseguir el carro.

Os despedís de Irvine y cada uno va por su lado para preparar el golpe.

Vas en busca de Arah, y sabes que suele andar por los bajos fondos de la capital. Suele visitar el mercado negro buscando accesorios útil.

Estás en el mercado negro, donde hay gente de dudosa reputación por todas partes. A pesar de intentar pasar desapercibida, llamas mucho la atención por ser tan joven. De hecho, un tipo enorme y lleno de cicatrices te cierra el paso.

Tipo enorme: Largo de aquí, niña. Esto no es una tienda de golosinas - te dice con mirada intimidante.

Hacía un tiempo que no pisabas el gremio en el que tu padre se hizo un nombre (y poco después fue eclipsado por la abuela de Noriko). Da igual las veces que vayas, el ambiente siempre está muy animado. Y hoy, cómo no, hay pelea de taberna. Dos aventureros están intercambiando puñetazos mientras otros tantos los jalean y hacen apuestas entusiasmados. Y cómo no, Viela está entre ellos.

Te acercas para ver más de cerca la pelea, colocándote junto a Viela. Entonces un guantelete sale volando, golpeando a ambos contendientes, quedando inconsciente. Una chica rubia de ojos azules se acerca seria para recoger el guantelete. Cómo no, Titania, la hija de Cassandra Valentine, está ahí para poner orden y aguar la fiesta.

Titania: ¿Cuántas veces os tengo que decir que no montéis peleas en la taberna sin permiso de Berner? - abronca a los implicados.

 Ya vino a joder la diversión. Y pensar que había apostado por tu primo... ¿Qué te trae por aquí, Xandra? ¿Vienes a por la revancha en el concurso de comer? - te pregunta Viela con su sonrisa despreocupada.

-¡Pues podría serlo!- respondí con claro tono de reproche mientras inflaba los mofletes y ponía los brazos en jarra. ¡A ver por qué no vendían chuches también allí!

-Pero no he venido a jugar ni a por chuches. Aunque... ¿tienes algo de comer?- empezaba a notar el estómago regruñir. -Estoy buscando a alguien, ¿me dejas pasar ya?- mientras preguntaba buscaba la manera de colarme entre sus piernas o algún punto en el que le costara pillarme.

El tipo grande te mira con cara de bulldog cabreado, intentando intimidarte.

Tipo grande: ¿Acaso tengo cara de canguro o de guía turístico? ¡Anda, largo de aquí, niña!

 ¡Ah, estabas aquí! - aparece Arah, muy oportuno, dirigiéndose al tipo grande - Disculpa, mi... "hermanita" se me había escapado, lo hace cada vez que tiene hambre, es una glotona de cuidado - se dirige a ti - Vamos, pequeño trasto, vayamos a comer algo.

Arah espera a que la acompañes, y una vez abandonáis los bajos fondos te mira serio.

 ¿Qué hacías en un lugar tan peligroso como el Mercado Negro?

-¿¿A quién llamas "glotona", merluzo con patas??- pregunté, visiblemente irritada. ¡¿Pero este de qué iba?! O sea, aparecía de la nada, muy oportuno él, y pretende que acepte porque sí un insulto. -Pero sí, tengo hambre- acepté con un bufido, así que le seguí. No sin antes sacarle la lengua cuando pasé por el lado del gorila que me había retenido.

-Puedo ir donde quiera, ¡soy mayor!- dije con fastidio. ¡No era una niña pequeña! -Te estaba buscando. Necesito tu habilidad y suerte con las trampas para una importante misión. Y me vas a ayudar- aseguré, convencida. -Te conseguiré una cita a cambio.

Arah te mira con una evidente desconfianza.

 No, gracias, no quiero ninguna cita con las sobras de tu almuerzo. Y me pregunto qué clase de "misión importante" te traes entre manos. No pienso volver a hacer de recadero para comprarte dulces, la última vez acabé perseguido por una jauría de perros callejeros hambrientos.

-¡No me digas eso!- inflé los mofletes, muy molesta por su negativa tan contundente. Los ojos se me comenzaron a llenar de lágrimas de cocodrilo y mi labio inferior a temblar. -Vengaaaaa, porfiiiiiiii- comenzaba a dar pataditas en el suelo. -¡Una cita de verdad! ¡Con una chica y todo!- tiré de su ropa, insistiendo. -No es ser recadero, ¡de verdad! Vengaaaaaaa, Arah, vaaaaa... 

Arah no parece nada, nada convencido, incluso entrecierra los ojos con sospecha.

 Deberías saber que no funcionan conmigo esas lágrimas de cocodrilo tuyas... - dice, sin embargo escucha cuchichear a la gente que os está mirando.

"¿Qué le estará haciendo a esa pobre niña?", "Qué vergüenza debería darle, hacerla llorar..." es lo que se va escuchando. Arah se pone un poco nervioso ante el panorama y suspira con resignación.

 Venga, va, al menos escucharé tu asunto, pero te aviso que, aunque me convenza, antes necesitaré alguna cosilla. Recuerda que soy de los mejores de la ciudad, no puedo aceptar tan fácil cualquier trabajo.

Se me hace un tanto raro volver al gremio. No lo había pisado en muchos años... Casi parece algo de otra vida. Y sin embargo, todo está igual, pelea incluida.

Me acerco discretamente hasta Viela. El combate acaba prematuramente por la intervención de Titania. -Sin duda necesita que una suaves y expertas manos le den un buen "masaje"- Respondo a Viela. -¿Por qué no caldeas su armadura un poco? Un par de cientos de grados bastarían para ablandarle el carácter- Bromeo, medio en serio. 

Mi prima postiza me pregunta acerca de mis motivos para estar en el gremio.

-¿Nostalgia? ¿O tal vez haya venido a por la comida? Puede que simplemente haya venido a traer el caos y a envenenar este alegre ambiente. Puede que todo. O puede que nada de eso- Voy enumerando con cierto desdén. -O puede que a todo. Quien sabe- Me pongo a jugar con uno de sus rubios mechones. -¿Cómo te va todo?-

¿Por qué no caldeas su armadura un poco? Un par de cientos de grados bastarían para ablandarle el carácter

 Nah, cuando quiera morir a espadazos lo haré. Aún quiero vivir un poco más - comenta. Sonríe tras tus siguientes comentarios - ¡Siempre tan divertida!

¿Cómo te va todo?

 En realidad nada bien. Hace un par de meses nos han robado la carne de venado unicornio, y aún no tenemos pistas del autor. Hemos interrogado hasta a tu primo, pero no hay indicios de ningún culpable. Oye, ¿sabes algo al respecto?

Sigo jugando con el mechón de cabellos mientras Viela me habla.

Nah, cuando quiera morir a espadazos lo haré. Aún quiero vivir un poco más 

-Como quieras. Si os gusta vivir bajo su yugo, es cosa vuestra- Respondo de forma inexpresiva. -Si algún día quieres darle su merecido, puedes contar conmigo- No le diría que no a una oportunidad tan buena de ponerme a prueba y eliminar semejante molestia.

Me río sinceramente cuando menciona lo de la carne de unicornio. -Que tu mayor problema sea ese es bastante divertido- Preocupada por un trozo de carne de caballo pomposo. -Pues no, no se absoluuutamente nada. De verdad- Pongo cara de niña buena. -¿Y a que primo te refieres? ¿Al tonto, al tonto e imbécil o al muy tonto? ¿O a uno de los otros tantos?- Con cuatro tíos/as solo por parte de padre, hay opciones de todos los colores y tamaños.

 ¡Es un problema muy serio! Esa carne es muy rara y cotizada, bien cocinada puede dar uno de los mejores sabores que puede crear el mundo culinario. La maestra del gremio está muy cabreada por ello, y está buscando al culpable - cuando preguntas por a qué primo se refiere, ella sonríe - Ah, perdón, quise decir sobrino.

Viela señala a uno de los que estaban en la pelea, y reconoces al hijo de tu primo Naleth.

Miro hacia dónde señala, poniéndome de puntillas para ver mejor. -¡Ah!- Exclamo al verlo. -Ese... Veo que sigue vivo- Añado sin darle mayor importancia. 

-Espera... Repite eso. ¿La maestra trabajando en lugar de estar regodeándose en su alijo personal y secreto de dulces?- Eso si es realmente sorprendente. -Si que debe de ser importante ese trozo de carne. Lo que me lleva a pensar... Que tal vez tenga algo que ver con ese nuevo plato que tiene pensado el cocinero. ¿O me equivoco?- Me quedo mirando fijamente a Viela, con picardía, mientras espero la respuesta.

 Sí, sorprende que la maestra tome cartas en el asunto, pero es que ella deseaba probar esa carne - haces tu comentario sobre la carne - Algo así. Es el menú alternativo en el que ha tenido que trabajar el jefe al no disponer de esa carne tan rara y cara. Espera, ¿cómo sabes eso si apenas te pasas por aquí?

-¿Qué cómo lo se?- Afortunadamente, tengo la respuesta perfecta para esa pregunta. -Mira a tu alrededor. Con lo ruidosos y despreocupados que son tus compañeros se habrán enterado hasta en el Reino de la Tierra- 

Las palabras de Viela me dan una idea. Si el menú a robar es el sustituto, el trozo de carne original debería de ser un cebo incluso mejor que el que en un principio debo robar... Aunque daría mas trabajo... Y posiblemente una recompensa por las molestias. Si no, siempre puedo robar los dos. -¿Qué me puedes contar sobre el robo?-

Viela frunce el ceño.

 Qué raro. La cosa es que ninguno de ellos sabe eso, solo lo sabemos los de cocina, la maestra Milene y como mucho Michelle e Irvine. Y nadie ha abierto la boca al respecto que yo sepa - enarca una ceja - ¿Qué me estás ocultando? - le preguntas por el robo, pero ella se cruza de brazos - No no no, no diré nada si no me cuentas la verdad.

Me río discretamente, tapándome la boca con una mano ante sus palabras. -La información siempre se filtra. Nunca se sabe quién o qué puede estar escuchando. O si algún hábil mago a suplantado a alguien u os ha leído la mente a alguno. No le demos más importancia al cómo me he enterado, es se-cre-to- Pongo cara de niña buena 

En cuanto a mis motivos, obvio que no le voy a contestar con sinceridad. -Vengo a verte después de tanto tiempo y recibes con un interrogatorio- Acompaño mis palabras con el nivel de drama justo y necesario. -Tenía pensado quedarme y ayudarte con las búsqueda del filete, pero ya veo que os "apañáis" muy bien sin mi. A ritmo al que vais puede que cuándo lo encontréis aun sirva para alimentar a las ratas- Empiezo a caminar hacia la salida. -Ya se dónde está la puerta, no hace falta que me eches-

A Viela no parece convencerle tu explicación, sin embargo su expresión cmabia cuando dices de irte.

 ¡No, espera espera espera! Jo, lo siento, es que estoy fastidiada por el asunto, no te vayas, porfa. Si puedes ayudarnos te lo agradecería mucho. Puede que incluso te conceda la revancha, así que ya sabes. Va, siéntate, que te sirvo algo. Invita la casa y te lo prepararé con mucho cariño - guiña un ojo.