Partida Rol por web

Una energía tremenda es la que percibo. Será que una pelea ha comenzado? Una de las energías es bastante poderosa, por lo que me pregunto de quien sera. Seguramente, podría ser un duro rival..
Pero arriesgarse a averiguarlo en este momento puede ser peligroso. No es conveniente actuar rapidamente, en un lugar donde todos pueden ir. Quizás lo mejor sea quedarse y esperar a se ataquen entre ellos.
-Le parece ir en este momento, madmoiselle? Sería exponerse a un combate masivo. Tal vez, lo mejor sea ir venciendo a nuestros oponentes de a no por vez. Sería más sencillo y nos permitiría hacer estrategias con más tranquilidad. Podríamos ir a observar, pero estaríamos igual de expuestos.- digo seria y con determinación.
Me acerco más a la ventana, dándole un poco la espalda a Akane. Por cierto, puedes llamarme Johanne.- revelo a mi master, estando pensativa.

La energía que se siente es increible. No puedo dejar de pensar en ella, con brillo en los ojos. Miro a Johanne, y la escucho, aun medio pensativa. Le sonrio encantada de que se muestre tan razonable y justa.

- No te preocupes Johanne, llegará nuestro momento, ¿no crees? Esa energía es increible, ¿qué crees que puede ser? - Doy algunos saltitos hacia uno de los armarios. Saco algo de ropa para cambiarme y ponerme más cómoda. - Por cierto, ¿te he dicho mi nombre? - siento cada vez más energía y me puede la curiosidad, pero debemos ser pacientes - Esto me está desconcentrando... Me llamo Akane... - me detengo a pensar unos instantes con la mirada perdida - ¿que estará pasando?

Miro por la ventana, hacia la nada, como si pudiera de esa forma enterarme de donde proviene todo ese poder o que es lo que ocurre.

-Es algo despistada, no, madmoiselle? Ya me ha dicho su nombre.- respondo, con una leve sonrisa.
Noto como mi master asiente mi decisión de esperar. La energía se siente bastante fuerte, pero es mejor no apresurarse. Igualmente, me acerco a ella para apreciar por la ventana, para hacerle compañía y tratar de distinguir algo.
-No se que estará pasando, pero la Guerra del Santo Grial ya ha comenzado. Debemos estar listas para cuando sea nuestro turno. Deberiamos conocer más nuestras habilidades, no crees?- digo, cuando me veo interrumpida por un ruido de mi estómago. Tenía hambre y toda la charla me entretuvo tanto que ni me percaté de eso. Me tomo la barriga y me sonrojo, esperando la respuesta de Akane.

Podeis sentir la energia de 4 servant luchando entre si.

Desde donde estais si, podeis saber en que zona de la ciudad estan eso si.

- JOhanne, creo que ha llegado el momento de conocer más nuestras habiliadades, tienes razón. ¿qué te apetece hacer? ¿entrenamos un poco o.... - no puedo evitar seguir sintiendo esa energía a mi alrededor y miro hacia todos lados - ... o... o quieres que nos acerquemos a ver qué ocurre por ahí? - le digo señalando con la cabeza hacia la nada, refiriendome a de donde quiera que venga toda esa fuerza y sonriendo enormemente con los ojos cerrados.

Luego la miro para ver qué es lo que quiere hacer. Quiero que esté contenta y por ahora voya dejar que decida ella. Tengo muchisimas ganas de ver cuan poderosas podemos ser las dos juntas. Doy un saltito con las manos juntas de la emoción al sentir otra subida de energía.

Esta chica parece ser bastante persistente. Sigue firme en su idea de ir a la pelea, pero yo no pienso lo mismo. Es mejor que nos quedemos entrenando para, aunque sea, conocer un poco de qué somos capaces.
Miro al patio por la ventana. Se ve espacioso, como para poder llevar a cabo la práctica. Quizás ese sea un buen lugar, antes que destrozar algo de la mansión. Espero que en la pelea mi master no sea herida, pues se ve algo frágil por su edad y contextura física.
Vuelvo mi vista hacia Akane y señalo el jardín. -Creo que ese es un buen lugar para entrenar. Te repito que no creo que sea apropiado ir a cruzarnos con el resto en este momento. Sólo podré mostrarte mis técnicas básicas, ya que si despliego todo mi poder podrías resultar muy herida y, además, nos detectarían.- digo, para luego dejar escuchar otro gruñido de mi estomago. -Perdona a mi barriga por molestar, pero tengo hambre. Kira podría preparar algo?, completo.

Miro a JOhanne encantada, y le sonrio de nuevo.

- ¡¡Por supuesto!! Perdona mis modales, vamos abajo y veamos qué te apetece comer.

Dicho esto salgo a trote de la habitación esperando que me siga de crca. Llego a las escaleras y las bajo ya más tranquila buscando con la mirada a Kira para ver si está por algun sitio cercano.

- Como teniamos que bajar a entrenar al jardín igual, pues de paso vamos a la cocina y no molestamos a Kira, ¿te parece? - comienzo a silvar alegremente mientras me dirijo a la cocina a por algo de comer, para ella y para mi, puestoq ue sin darme cuenta, me había entrado hambre también, pero tan emocionada estaba que no le había prestado atención al sonido de mis tripas...

Llegamos a la cocina y me acerco a la nevera. Saco algo de queso fresco, unos zumos, un poco de leche y me acercoa la despensa después para ir a buscar algo de pan y unas galletas. No sé muy bien que es lo que querrá comer asi que coloco todo encima de una mesa enorme con unos taburetes que hay en el centro de la habitación.

- Come lo que quieras y necesites. Luego me demostrarás de qué eres capaz si te parece bien. ¡¡Estoy tan contenta de que estés aquí!! - Me sirvo un vaso de zumo y me lo bebo de un trago.

Acepto ir abajo decididamente. Cuando llego y veo que la chica saca esos productos de la heladera me quedo algo sorprendida, por que no era algo que me esperara para estas horas. Creo que es más apropiado que cenemos algo portentoso, pero no es de buena educación reprocharle a alguien que te está recibiendo de buena forma.
Tomo el queso y lo unto en el pan, con algún cuchillo que esté cerca. Mientras voy comiendo repetidas veces, platico con Akane. -Luego entrenaremos, pero primero cuéntame qué te trajo a Italia, siendo seguramente de familia japonesa. Me resultó raro ni bien te presentaste. Y también el por qué estás sola aquí, ya que eres muy joven como para quedarte sin padres.- comento, siguiendo a mi planteo con una mordida en lo que estaba comiendo.

Está bien, la chica tenía curiosidad y a mi no me importaba satisfacerla. Al fin y al cabo debíamos ser una y que mejor que conociéndonos bien... asi es como podríamos conseguir lo que quisieramos juntas.

- Pues, mis padres viajaron aquí por motivos de trabajo hace mucho tiempo, más del que puedo recordar, y me quedé sola por capricho del destino. Mi madre murió hace algunos años - me quedo un rato pensativa mirando al techo de la cocina - y mi padre no lo soportó. Desde entonces cuido de mi yo sola, y no me va del todo mal. no necesito a nadie que me estorbe ni que me diga lo que tengo que hacer, y soy suficiente responsable e inependiente. - Pongo cara de suficiencia y de orgullo - Me he entrenado muy duro desde que soy capaz de recordar, desde que tengo memoria me he dedicado a superarme dia a día... ¿y tú Johanne? ¿qué me pouedes contar de ti? Si quieres hacerme cualquier pregunta adelante, tú puedes saberlo todo de mi .

Le sonrio cariñosaente ladeando un poco la cabeza, con la mayor sinceridad del mundo. estoy ansiosa porque empiecen las cosas y claro, el entrenamiento es un paso previo a todo lo demás. Sé que es capaz de muchas cosas, lo tengo claro. nos vamos a llevar bien...

- Cuando quieras entrenamos un poco juntas. ¡¡Qué ilusión!! ¿no?

Termino de comer y me dispongo a responderle a Akane. Su historia me parecia triste, pero a la vez me sorprendía su valentía al encarar todo sola. Aún así, espero que a la hora de pelear sepa trabajar en equipo.
-Que dificil fue tu vida. Sin embargo, te felicito por apañartelas por tí misma. En cuanto a mí, he defendido a mi querida Francia de muchas cosas y, a pesar de eso, he sido tratado como loca por confesar que tuve contacto con Dios y los ángeles. Es por eso que busco el Santo Grial; quiero que mis acciones no sean en vano y que mi nombre sirva para que la gente crea un poco más en la religión.- digo, poniéndome firme y limpiando lo que ensucié.
Mi master todavía no ha hecho referencia a su objetivo con el artefacto sagrado. -Me gustaría que me cuentes sobre tu deseo también, pero creo que hoy ha sido un día largo y debo descansar. Disculpa, pero me retiro a mi cuarto. Que descanse, madmoiselle.- completo, yendo a dicho lugar.