Partida Rol por web

Los civiles han empezado a salir, deberíamos movilizarnos ya. Digo mirando a mi grupo pero con un tono que todos lo puedan escuchar.

Después me dirijo al tal Luis y le digo con una sonrisa intentando rebajar la tensión. Mira, no era mi intención colocaros. He hablado solo para romper el hielo. Yo no pienso en grupos si no en la misión. Todos estamos aquí para hacer que esas personas sobrevivan y, para eso, los egos solo son lastres. Sé el héroe que esa gente necesita y cuenta conmigo si necesitáis apoyo. Acabo tendiéndole la mano antes de irme junto a Raven y Clarens.

Venga- animo a mi compañero a que se mueva-. Ya discutiremos después sobre competencias y grupos.

Miro a los que protestan.

No es momento de ponerse a medirse lo grandes que tenemos los egos. A esas personas les importa muy poco lo grande que tengáis nada, solo quieren salir de aquí vivos para poder vivir felices con sus familias. Ocupémonos de eso ahora.

Me dirijo a mi puesto, ya que se acerca el momento de la verdad.

El hombre, se detiene un segundo cuando le preguntas. 

Su expresión es fría, distante...

-¿Ese... no debe ser su trabajo... Estudiante?

Habla con calma, pausa y desprecio. No solo sus ojos reflejan un claro pensamiento de "eres inferior", sino que su voz plasma a la perfección esto.

Sin esperar a tu respuesta, sigue avanzando.

En aquel momento, de una de las casas, ves salir a una mujer.

Debería tener unos treinta años, tal vez más o menos, siendo difícil de determinar por el engalanado vestido que lleva. 

Nada más salir, varios soldados se acercan a saludarla, contestando ella con una sonrisa.

Detrás de ella sale de la casa un hombre, siendo su marido seguramente, y tres niños, de entre 4 y 10 años. Tras ellos, ves que también salen cinco hombres, de diferentes edades, que van vestidos como si fueran criados.

De la otra casa ves salir a un joven, también vestido de forma elegante y pomposa.

Él sale de la casa con decisión, seguido de uno, dos, tres, cuatro... Hasta diez personas que parecen del servicio. A los cuales, el dueño de la casa, no parecía prestar demasiada atención.

Mientras observas la escena, ves aparecer, de entre el fondo de las mansiones, entre los arbustos, a un joven.

Va con una armadura de cuero completa, armado con una espada tecnológica en una mano y ves que, en una de sus muñecas, lleva una especie de pulsera muy similar a los que llevan los del jardín de galbadia.

El chico parece echar un vistazo y, tras este, empieza a caminar con decisión hacia donde te encuentras... O eso parece.

Mientras seguís hablando, algunos de los grupos se empiezan a mover.

-Parece que tenemos al delegado y subdelegado de clase -dice el de la lanza mirandoos a ambos-. Tranquilos, por mucho que lo intentéis, seguiré sin votaros como reina del baile.

Se coloca la lanza sobre los hombres y él también empieza a colocarse entre las casas.

-Habláis demasiado -dice Clarens observandos-. Esto puede empezar en cualquier momento, ¿qué hacemos?

Pregunta mirando a ambos.

-Raven, has dicho de subirte a una casa. Pues escoge una y ponte a ello*. Hayner, pareces ser mejor que yo en estrategia, ¿qué hago? ¿Dónde me quieres?

Mientras el examen continúa en los diferentes puntos de la ciudad, podéis notar, en aquel momento, como un gran temblor azota todo el lugar.

Los edificios tiemblan.

Los árboles se agitan.

Y podéis escuchar el ruido de algunas rocas partirse.

La intensa sacudida bajo mis pies hace que me tambalee un poco, afortunadamente logro mantener el equilibrio y miro a Clarens preocupado para contestarle*, algo alarmado, a su pregunta:

Nosotros tenemos que estar donde más peligro haya. Pero esta vibración tan potente... O la horda de monstruos es más cuantiosa de lo esperado o... ¿Un túnel quizás?

Mientras miro si los temblores se desplazan hacia algún punto o parece intensificarse en alguna zona para ir con Clarens hacia ella añado

De ser así ya tenemos primer punto a cubrir, no deberíamos dejar un acceso directo abierto.

Miró a sus dos compañeros algo frustrada, les habían dicho que un superior estaría presente, pero también que los soldados colaborarían con los seeds, le hubiera bajado los humos de un puñetazo si no fuera por su costumbre heredada de su hogar de no buscar pelea. Miró a sus dos acompañantes y viendo que se acercaba alguien les dijo algo antes de que el que atravesaba los matorrales llegara - Preguntad al servicio si falta alguien por salir, no parece que les presten demasiada atención, asegurémonoa de que no son dejados atrás.

Para Serenith eran iguales ricos o servidumbre, y le causaba cierto desagrado ver esa aptitud.

Esperó un instante por si el que venía tenía algo que decir, y cuando le vio próximo preguntó - ¿vienes a decirnos algo? - si se equivocaba y le ignoraba e iba a por el engreído de antes, simplemente seguiría a lo suyo prestándole la misma atención.

Mientras preguntaba, un buen temblor tuvo lugar, era más la sorpresa del mismo que otra cosa, pero no logró mantener el equilibrio estando a punto de caer, sus posaderas llegaron a rozar el suelo antes de que instintivamente eliminara en parte su propio peso, lo suficiente como para que su cola habituada a equilibrar su cuerpo golpeara el suelo para ayudar a Efy a levantarse de nuevo, se apresuró a evaluar los edificios, no quería que se vinieran abajo sobre quienes debía proteger.

Asiento al comentario y me dirijo hacia el lugar elegido con presteza, solo retrasado por un temblor que hace que trastabille y tenga que apoyar las manos en el suelo.

Me levanto y continúo con mi camino sin mayor problema, subiendo hasta una altura suficiente para controlar con facilidad el campo de batalla y poder cubrir cualquier contingencia.

Aquel temblor te desequilibra por unos segundos, haciendo que caigas un momento al suelo. Por suerte logras poner las manos antes de caer contra la acera. Sin lamentar rasguños, te diriges a la casa que escoges y, sin problemas*, subes hasta el tejado.

Desde allí, preparándote para lo que podía pasar, miras hacia el norte.

Y allí, alzándose en la lejanía, puedes ver una gigantesca hola que se alza varias decenas de metros por encima de la superficie...

Por lo que recuerdas, el mar no estaba pegado a la ciudad, de manera que esa gigantesca ola perderá fuerza cuando entre en tierra... Pero aún así... ¿Será suficiente? ¿Barrerá toda la ciudad? ¿Habrá generado eso el temblor?

Apurando un poco más la vista, detrás de esa gran ola, ves algo más... Una especie de... Figura... Animal gigantes... Monstruo... Cosa... Desde aquella distancia no puedes estar seguro de si tu vista te engaña o si, en verdad, hay algo más allí.

Aquel temblor te pilla de sorpresa pero logras mantener el equilibrio.

Preocupado por si pudiera ser un túnel del enemigo, miras en todas direcciones e intentas determinar el origen... Pero... No parece haber un origen...

Todo aquello te recuerda más a un terremoto de baja magnitud que a lo que produciría un túnel.

¿Será en verdad un terremoto? ¿O se te estará escapando algo?

Una vez el temblor sacude la zona, ves como vuestro compañero se pone en guardia y flexiona las piernas. Con determinación, aguanta la sacudida sin caerse.

-Esto no me gusta -dice desenfundando una espada con cada mano-. ¿Ha sido un terremoto?

Mira a todos lados buscando algún enemigo u objetivo, pero no parece haber nada.

A los pocos segundos escucháis los gritos de pánico de la gente que vive en aquella zona.

En pocos segundos los otros grupos se han dividido por las calles y están ayudando a la gente a salir. Les dicen que no tienen de qué preocuparse y les dirigen hacia la estación de tren.

Mientras piensas en qué hacer con el que parecía estar al mando y el desconocido, sientes aquel temblor.

En seguido, los "civiles" empiezan a asustarse, mientras que los soldados ponen las armas a punto.

-Yo iré a comprobar los de la casa de la izquierda -dice Edna saliendo corriendo hacia la mujer.

-Yo a la derecha -dice tu compañero, Ferrer, mirándote un segundo-. No olvides mantener la calma -dice con una leve sonrisa antes de salir corriendo hacia el otro civil

El hombre que estaba al mando en el ejército, o eso parecía, apenas se había movido en el temblor, tras lo cual había seguido avanzando alejándose de su casa.

El chico que habías visto entre los matorrales, con el temblor, había desaparecido entre ellos, haciendo que te fuera imposible verle en aquel momento.

Ahora está ahora no, "no olvides mantener la calma", por un instante esas palabras le ayudaron a mantenerse tranquila, pero parecían entre los acontecimientos querer poner al límite su paciencia, seguía con la sensación de que aquel chico quería algo, y consideraba necesario saber el que.

Por ahora posicionemosnos para tener un mejor control del terreno. Miro a Raven directamente y continuo: Raven, tendrás mejor visión desde la altura así que contamos contigo para que nos dirijas desde tu posición hacia donde haya mayor peligro. Por ahora sigamos al grupo de evacuación. Si este terremoto es causado por los monstruos tenemos que estar preparados para poder ser el escudo que proteja a los evacuados.

Allí parece que tienen problemas - informo a mis compañeros mientras señalo con mi arma la dirección en la que viene la ola gigante.

Pocos problemas decían. Será fácil decían. Vaya información más precisa.

Busco enemigos a los que disparar con mi arma, que ahora controla el campo de batalla, al menos en alcance.

Venga...

La gran ola se acerca a la zona norte sin contemplaciones cuando, de pronto, ves pequeñas cosas azuladas que impactan en el agua. Tal vez una docena de esas pequeñas cosas chocan contra la ola y, en un instante, la congelan por completo protegiendo a la ciudad.

Cuando esto ocurre, notas un ligero temblor...

Pero eso no iba a terminar ahí.

A los pocos segundos escuchas un potente crujido, que se produce cuando toda la capa de hielo sale disparada, desquebrajandose, surgiendo algo del interior del mar.

Mientras tus compañeros se alejan, te concentras en encontrar a aquel chico.

Parece que está entre los arbustos, ya que puedes ver una de sus botas moviéndose entre dos matorrales.

Por lo que parece, debe estar bien.

Un nuevo temblor azota la ciudad. Más leve que el anterior, por lo que apenas os hace perder el equilibrio.

En apenas pocos segundos, puedes notar como la temperatura baja varios grados de golpes, viendo como sale un ligero vaho de tu boca. Para, con otros pocos segundos de diferencia, escuchas un potente crujido procedente de la distancia. De la zona norte dirías.

Y, cuando miras, lo ves...

En la zona Norte, alzándose por encima de los edificios, un gigantesco monstruo. Una especie de serpiente marina, entre negra y azul.

Sus fauces lanzan un gran rugido al aire, tan potente que casi tienes que taparte los oídos con las manos durante un segundo.

En ese momento escuchas a uno de tus compañeros*:

-¿Ese no es Leviathan? -pregunta sorprendido-. ¿Nos está atacando un GF?

Sea lo que fuera aquello, se encontraba en la zona norte.

Mientras contempláis como aquel monstruo se lanza contra la zona norte, la arquea de otro de los grupos alza la voz:

-¡Atención! Algo se acerca por el aire.

Primero veis las nubes, negras y oscuras que se lazan en el firmamento. Y, cuando os fijáis, podéis ver que entre ellas se mueve algo rojo a gran velocidad.

Y, en un instante, desciende a toda velocidad hacia vosotros, pudiendo ver una especie de dragón o animal alado de color negro. Su forma... Sus colores... La forma de moverse... Os recuerda a algo...

-¡Atentos! -escucháis que gritan alguien en la distancia.

Aquel monstruo lanza varios disparos de fuego, que impactan en algunos tejados y en zonas de la calle, haciendo que los gritos de los civiles aumenten.

-¡Contención! -escucháis por el intercomunicador que os habían dado-. ¡Ese es para vosotros! Nosotros nos ocuparemos de los civiles y os intentaremos dar apoyo.

Mientras observas como aquel monstruo se abalanza sobre la zona norte, sientes un nuevo temblor... Mucho más fuerte que el primero.

-¡Cuidado! -escuchas decir a alguien en la lejanía.

Y, en aquel momento, ves saltar por los aires las dos casas de la que estaban saliendo los civiles.

Todos empiezan a gritar, los soldados parecen colocarse en posición aunque no saben que hacer y tu ves una figura sobresalir del tejado de cada una de las casa.

De la casa izquierda ves una figura de unos tres metros de altura.

Entre los escombros, los ladrillos y la madera, pareces ver que tiene forma humanoide, con una armadura que parece hecha de huesos sobre el cuerpo, armado con una gran hacha y con un yelmo en la cabeza.

¿Eso son cuernos? ¿O es el yelmo?

Al fijarte en esto, ves que sus piernas no son piernas, sino que parecen más los cuartos traseros de algún animal con pezuñas.

Aquella criatura alza su hacha por encima de la cabeza, gritando de pura rabia.

Pero esto no era todo.

En la otra casa también había surgido algo.

Una figura, mucho más grande, de unos cinco metros de altura, se alza por encima de la casa, haciendo que esta parezca una casita de muñecas.

Ves claramente como parece una especie de minotauro, tapado apenas por un taparrabos y armado con una gigantesca hacha de combate.

Él también suelta un rugido al aire de pura rabia.

-¡Estudiantes! -escuchas a tu espalda, del que seguramente sea el jefe del ejército-. Nosotros nos ocuparemos de los civiles, vosotros centraos en esas cosas. Tengo una división armada en la retaguardia, cuando me lo indiques puedo hacer que lancen un par de ráfagas de cobertura, pero el trabajo duro os toca a vosotros.