Partida Rol por web

Filii Dei, duces dei cracini

C2- LA FORTALEZA

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18/03/2010, 01:48
Nabil Wada

Por todos es conocido los cuentos de ladrones que escondían sus botines en cuevas que hay por el desierto. Quizás esos cuentos no estén del todo infundados... Si la gente cree en un dios que organiza sus vidas... ¿Por qué no creer en lo que aquellos cuentos contaban?. Aún así, adentrarse aquí es una verdadera locura, y más en nuestro estado...

Tras mis cabilaciones, comento, todavía mirando hacia el interior de la cueva, en busca de alguna marca o simbolo que confirme que esta cueva ha estado alguna vez habitada, o usada para algún fin:

Una cosa de esta cueva está clara... Hay corriente en su interior, por lo tanto, debería de tener una salida, o, por lo menos, hacer que podamos entrar en ella sin respirar aire viciado.

Personalmente, pienso que es una locura malgastar fuerzas en explorar este lugar, pero, claro está podéis hacer lo que queráis. Aunque recordad que en cuanto pase la tormenta, deberíamos de volver a retomar nuestra marcha...

Una vez digo esto, dejo de mirar el interior de la cueva, y miro al resto del grupo, por qué no decirlo. Y, de paso, vuelvo a echar un ojo a los caballos. Aún estoy algo extrañado por que hayan balado...

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18/03/2010, 11:16
Dominique de Clairvaux

Con el portugués aún arrodillado y reafirmando su cristiandad, Dominique, brazos en cruz bajo la lluvia, ve cómo su paciencia se ve sumamente mermada al ser prácticamente ignorado por el resto del grupo, pero sobre todo, al escuchar hablar al soldado del Señor Arnaldo.

Con parte de los hombres adentrándose ya hacia el oscuro interior de la gruta, el monje, desde el exterior, siente cómo le arde el pecho. Hombre criado entre clérigos, educado en el culto cristiano y estudioso de la teología, no puede permitir que se continúe renegando de Dios de esa manera.

-¡¡¡¿Cómo os atrevéis a hablar de magia?!!!, ¡¡¡¿casualidades, que llueva de esta manera y los caballos emitan sonidos que no les son propios son casualidades para vos?!!!... por no hablar de que consiguiésemos salir con vida de la ciudad…

Puedo comprender que hayáis perdido buena parte de vuestra fe durante el cautiverio, ¡pero renegar de la verdad de Cristo de esta forma es blasfemo!...

El religioso, cubierto de agua y vociferando desde la entrada tiene un aspecto lamentable, mezcla de un hombre al borde de la desesperación y la ira.

-Os hablo de la palabra divina, os hago partícipes del mensaje que Dios me ha transmitido… y vos os reís en mi cara y preferís aventuraros en estúpidas expediciones en busca de riquezas… pues sabed que por mucha riqueza que encontraseis ahí abajo, no tendríais nada al fin y al cabo, pues por dentro no sois más que un hombre vacío.

Habiendo hecho voto de humildad, al cisterciense ni se le pasa por la cabeza sacar tajada del asunto, y airado, permanece inmóvil, con los ojos clavados en quienes se adentran en la cueva.

-Y vos, Señor Arnaldo, ¿impondréis también vuestra voluntad sobre la de Dios?.

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18/03/2010, 14:27
Den yaal

estás muy cerca ya, puedo notar la energía de mi preciado medallón, no hagas caso a este parlanchín, pues si el pudiera verme como tu me has visto, se le quitarían las ganas de seguir hablando. Si tu no eres nadie para poner la palabra de su dios en juicio, él lo es menos para poner en duda quien os ha sacado de ahí.

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20/03/2010, 00:11
Bernardo de Aguaverde
Sólo para el director

Notas de juego

Cómo presionas a través de Den Yaal, máster :P

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24/03/2010, 19:16
Director

Se hizo oscuro viendo llover y la luna quedó bien tapada por las nuves. Sólo se oía el rumor del agua caer y las palabras del monje, cayendo sobre los dos hombres de armas. A sus pies, Agostino reafirmaba su fe, encomendándose a aquel que seguía segun decía, órdenes directas del cielo.

Nabil había advertido de la muy propable posibilidad de que en aquel lugar hubiera cámaras subterraneas y con ello, la verdad parecía haber brillado en la cabeza de Bernardo y era quien ahora les abría las puertas a un pasaje y una vuelta cómoda a sus hogares. Aquel hombre barbudo, que vestía una larga y sucia túnica, que escribía notas en su diario, que decía haber fundado un monaserio y hablar con dios... ¿podría realmente abrirles las puertas del cielo? El portugués parecía haber escogido su camino, pero el resto todavía parecía tener sus dudas...

Notas de juego

tachán tachín!

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25/03/2010, 01:43
Nabil Wada

Órdenes del cielo o no, a mí el cielo ahora mismo solo me ordena una cosa. Que, aquí, en la entrada de la cueva, encendamos una pequeña hoguera. Después, ya veremos que hacer.

Diciendo esto, agarro un madero cercano, me siento en el suelo de la cueva, y empiezo a intentar encender una pequeña lumbre, porque si esto sigue así, nos hará falta...

No creo en mi Dios, voy jurar lealtad al suyo. Para mí, esto que está sucediendo no está marcado por ningún dios. Todo es muy extraño, aunque de momento, no es preocupante. Ya veremos que pasa cuándo no tengamos nada que hacer ahí dentro, salvo dormir. Espero que su locura no lleve a una muerte despeñados por las cuevas, mucho peor que la que nos esperaba encerrados en prisión...

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25/03/2010, 13:32
Arnaldo Altamar

Desnudo y empapado, Arnaldo permanece inmóvil como una piedra más de la gruta, contemplando con extrañeza a su alrededor. Sencillamente no puede creer formar parte de la situación que se ha desatado, súbita y violenta, como la tormenta que les está castigando ahí fuera. Aunque temeroso de Dios, el caballero siempre ha sido un hombre racional que se desenvuelve ante los imprevistos con lógica, echándole un par de cojones, pero con lógica. Nada que ver con el dilema al que ahora se enfrenta, completamente inmerso en un mundo que parece querer arrebatarle el juicio. En primer lugar, puede creer que todos salvo el moro han perdido la cabeza, lo que es equivalente a decir que ya no puede confiar en nadie salvo él mismo. De ser el caso, lo más lógico era abandonar a aquel grupo endemoniado, y emprender por solitario la vuelta hacia aragonesas tierras. Pero esa no es opción. Había pasado demasiadas penurias junto al soldado Bernardo, que siempre le había permanecido fiel, para abandonarle ahora en el peor momento, y además, le ataba el juramento de sangre dado al monje. No; abandonar no es opción. Lo más sensato es intentar retenerles aquí esta noche, y esperar que el embrujo de estas heréticas tierras se disipe con la primera luz del alba. Luego, con la ayuda del ladrón, emprenderemos nuestro camino hacia la civilización, y de ahí, buscaré junto a Bernardo la forma de volver a casa. El plan estaba claro. Pasar aquí la noche como si nada hubiera ocurrido, y por la mañana ordenar levantar el campamento. Solo tenía que recobrar la sangre fría, ayudar al moro a encender la hoguera, y dar unas palabras de tranquilidad al resto… Pero para su propia sorpresa, no es capaz de decir ninguna. Sin percibirlo había alimentado de una manera inconsciente en su interior, el recuerdo de las maravillosas historias de caballeros contadas por los juglares, en las que los seres de los cielos y los infiernos pisaban la tierra de los humanos, trayendo siempre una de dos: maravillosos o fatales resultados. Si al final resultaba que solo era una cueva corriente, habrían dejado por lo menos un par de días a que se calmara todo el asunto de su huída, hasta que todos les dieran por muertos en el desierto, y luego podrían retomar la vuelta quizás con más tranquilidad. En caso contrario contaban con la ayuda del cielo a través de aquel monje, o de aquel extraño hombre que apuntaba Bernardo, que de ser cierto, ya les había ayudado en aquella mazmorra. - Que demonios, encendamos un fuego y bajemos a esa cueva. Perro cobarde ni folla ni come carne.

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25/03/2010, 14:25
Dominique de Clairvaux

¡Ingratos, arrogantes e infieles!...

Malhumorado por la visible falta de fe del grupo, el monje da media vuelta y se arrodilla de espaldas a la entrada junto al buen cristiano de Agostino.

Les muestras el camino y hacen oídos sordos… ¡es como hablarle a un borrico!...

Del empapado zurrón saca su rosario y lo sostiene entre las manos cruzadas, mientras cierra los ojos y suspira intentando relajarse bajo la lluvia para hablar con Dios.

Señor, soy yo, tu siervo Dominique… se que esperas de mi que sea capaz de obrar lo imposible, pues el Arcángel Gabriel me transmitió tu voluntad… ¡pero estas gentes son tercas como ellas solas!... les he dado tu mensaje, les he mostrado el camino y no quieren ver tu luz, tan sólo este hombre llamado Agostino te ha jurado servidumbre de corazón, los demás se desvían por momentos hacia las sendas del pecado, anteponiendo ilusiones materiales a tu palabra… te ruego que me des la entereza y serenidad necesarias para guiarlos por el buen camino… temo que sus ciegos pasos les precipiten a los fuegos del infierno…

El cisterciense hace la sagrada señal de la cruz, guarda el rosario y finaliza con un susurro.

-Amen.

Y después, con pasos lentos y desganados, se levanta y se dirige a la entrada de la cueva, donde tiene intención de pasar la noche, atento a los caballos, sin aventurarse hacia la oscuridad subterránea, donde cada paso no puede hacer otra cosa que alejar más a los hombres del mensaje de los cielos.

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27/03/2010, 11:20
Agostino Cruz de Velhado

 Tras rezar en silencio con el fraile me levanto a ayudar a Nabil a encender un fuego con el que calentarnos en la fría noche del desierto.

- Bernardo amigo, eu não quiero poner en duda lo que nos cuentas mas tudo lo que  no e feito bajo los designios do Todopoderoso, de acordo com os enseñanzas de nossa madre la iglesia, são uma coisa do diablo, e com foime, desarmados e solos neste deserto, vale más un sorbo de agua que todas las riquezas do mundo. Nòs devemos pensar primeiro en salvar as nossas vidas miseravéis y luego en otro momento buscar esos toesouros que você cuenta. ¿Qué faríamos con eles si los encontráramos?¿Los cargaríamos em ovinos? Recapacita, primeiro nossas vidas, después, o ouro.-

Y, de nuevo santigüándome, vuelvo a ayudar a Nabil con el fuego.

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01/05/2010, 02:15
Director

Nabil empezó a improvisar una hoguera con aquello que habían sacado del vehículo. Con la ayuda de Arnaldo y Agostino, no tardaron en hacer que aquello funcionara y pronto surgieron las primeras llamas. Un resplandor anaranjado tiñó aquella sala de un color que no les trajo buenos recuerdos, pero notar la brisa en la cara era suficiente para borrar aquellos años de sus mentes. La madera crepitaba al tiempo que era consumida lentamente por las llamas. Sus cuerpos dejaron de tiritar y perdieron la rigidez con la llegada del calor provocado por el fuego. Los tres se miraron satisfechos. Mientras el resto se acercaba rebatiendo aquella idea de deambular por las cavidades de aquella formación rocosa.

Arnaldo parecía del todo convencido de acompañar en aquello a su fiel Bernardo, pero el resto no lo estaba. Dominique y Agostino seguían a su manera dando gracias a Dios por la milagrosa huída, aunque en del fervor que los dos mostraban, Dominique era el único iluminado. Nabil era el único que se mantenía al margen, fiel a su comportamiento, el musulmán ahora se sentaba cerca de la hoguera y trataba de secar cuanto antes su ropa, por poca que fuera.

Notas de juego

Es hora de separarse por un capítulo chicos. Quien se va con los aragoneses?

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02/05/2010, 21:34
Dominique de Clairvaux

El calor de la hoguera terminó por atraer a Dominique, cuyo empapado cuerpo comenzaba ya a tiritar. Continuaba frustrado por la decisión de los aragoneses, más sus réplicas ya apenas eran murmullos desde el rincón más alejado al fuego, en el que se había sentado dejando su roída capa extendida ante él para que secase.

Tras haber sacado una manta gruesa del zurrón y habérsela ofrecido a todos para que devolviesen el calor a sus miembros entumecidos, se había perdido entre las destrozadas páginas de la pequeña biblia que los guardias de la ciudad habían aguijoneado con sus flechas. Pocas eran las hojas que permanecían intactas, pues además de la flecha, la lluvia las había arrugado, pero entre ellas se encontraba una cita de Mateo, que el monje repitió el voz alta:

- Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.

Cerró el libro y echó un último vistazo a los hombres de Aragón.

-Escoged con cautela a vuestro señor.

Aquella advertencia era un desesperado intento por hacer reflexionar a los dos hombres, y tras ella quedó sumido en un completo silencio, antesala del sueño que ya reclamaba su hora.

No descendería ni un palmo más de cueva... y mañana Dios proveería.

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03/05/2010, 15:25
Agostino Cruz de Velhado

 Sentado junto al fuego ya hacía un buen rato que los aragoneses habían dejado de importarle. Estaba seguro que bajarían por la cueva en cuanto la llamada del dinero fácil alzara un poco más la voz junto a sus predispuestos oídos. 

- Dejadlo irmao Domingos. Jesus Cristo não puede aunque quiera, ajudar a aqueles que não queren ser salvos. Cuando regresen al aire libre, carregados com dinheiro, quizás tengan varios cavalos esperándoles....con soldados guardándolos. Entonces pode preferir mudar el dinheiro por suas vidas. Y se quedaran sem lo uno e sem las otras.-

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06/05/2010, 00:52
Bernardo de Aguaverde

Bernardo cree en Dios a su manera. No es que sea un reformista radical, y mucho menos un hereje, pero sí tiene claro que no todo lo que los curas dicen de Dios ni su interpretación de lo que Jesús dijo o hizo es correcta. Del mismo modo que no cree estar arriesgando su alma por el hecho de adentrarse en la cueva, como el monje parece querer hacerles ver. No va a entablar con él una batalla dialéctica en la que, dado a qué se dedica cada uno, además lleva todas las de perder, le asista o no la razón. Así que opta por guardar silencio, dando a entender que no cambiará de opinión.

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06/05/2010, 02:37
Nabil Wada

Dinero... Después de todo, explorar un poco la cueva puede merecer la pena. Nadie vendrá a buscarnos con esta lluvia, y los guardias tal vez tengan bastante con la revuelta que había en la ciudad. Tenemos algo de tiempo para explorar, aunque lo mejor sería descansar...

Acabo con mis pensamientos, mientras miro al resto del grupo- Podríamos explorar un poco la cueva, por si encontrásemos algo interesante, pero tened presente una cosa, necesitamos descansar. Seguramente, esos guardias no vengan tras nosotros hasta dentro de mucho, pero estamos cansados. Al menos yo lo estoy. Tal vez sea la primera vez desde hace bastante que no duermo con unos grilletes en las muñecas.

Si queréis ir a explorar, podremos descender un poco en la cueva, pero tened presente que lo mejor es no adentrarse mucho. Debemos de partir pronto, a ser posible, al alba.

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06/05/2010, 03:20
Director

Tras las advertencias de Dominique y el asentimiento del que pareciera su nuevo discípulo, el pirata Agostino, el olor de la madera en llamas acabó por invadir la estancia; aquel aroma que tanto recordaba a carne abrasada suscitó que la comenzaran a oler, el recuerdo penetró en sus olfatos y alguno de los estómagos despertó, bostezando con fiereza y levantando con ese rugido algún que otro estómago más, y lentamente la sensación de vacío empezó a surgir.

Aún así, aquel que respondía por el nombre de Bernardo de Aguaverde, tenía en su mirada el brillo que identificaba a un aventurero o a un temerario del resto de los mortales. Era un brillo especial que parecía siempre antes de hacer aquella cosa que les conduciría a la gloria, o a su muerte; aquella cueva, definitívamente no parecía un buen sitio dónde morir. Arnaldo, sujetaba ahora una antorcha que rápidamente había preparado tras encender el fuego y esta iluminaba una buena parte de la pared del fondo, se percibía un camino que curvaba al fondo, pero no lejos. También parecía decidido a bajar ahí abajo y respaldaba a su hombre de confianza con su silencio y su porte firme.

La voz de aquel que se había mantenido en todo tiempo sensato volvió a aparecer. Sin duda, era irrefutable el hecho de que sus cuerpos estaban cansados. Tras esas palabras, todos sintieron el cosquilleo en sus músculos, o un leve espasmo que en medio de cualquier actividad fuera imperceptible. Se habían detenido y el cuerpo sabía que ahí, en ese suelo húmedo, estaba el lecho que le permitiría dormir libres y tumbados, por primera vez en mucho tiempo.

Notas de juego

Bueno, como arnaldo no está, pero dejó bien clara su postura que aquí remarco, hará lo que bernardo decida, ya sea bajar y explorar, nabil, que harás? explorar y descansar o viceversa?

tras lo que decida nabil cierro escenas.

EDITO: Joooooder cuando he aceptao me ha deslogado y como siempre se me había olvidado copiar todo el texto antes y uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuffffffffffffffffffffff esta vez no se ha borrado :D Tras esto, yo apoyo a dominique y su cruzada que sin duda a estas horas y tras lo que he tardado en escribir estas míseras cuatro líneas, si se ha salvado es pq dios lo ha querido xDDDDDD

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08/05/2010, 00:41
Bernardo de Aguaverde

Viendo que parece que la decisión es suya, Bernardo decide lo que le parece más sensato, sin renunciar a lo que pretende hacer:

- Creo que estamos realmente exhaustos después de todo lo vivido en tan poco tiempo. Así que, aunque la recién estrenada libertad esté obrando maravillas en mi maltrecho cuerpo, probablemente lo primero sería reposar unas horas. Tras eso, iré a explorar este subterráneo lugar con mi señor Arnaldo, y con cualquier otro que desee hacerlo - termina, mirando a Nabil con aire de invitación.

Notas de juego

Master, si usar mozilla, descarga un complementeo que se llama "lazarus". Es la ostia y te evita SIEMPRE este tipo de inconvenientes. Esta vez no lo has sufrido, pero en cualquier otra lo mismo sí lo haces....

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08/05/2010, 17:47
Arnaldo Altamar

Desoyendo las advertencias a su alrededor y resuelto a desvelar los misterios escondidos de aquel lugar extraño, Arnaldo se dirige hacia el interior de la cueva refugiándose en la luz intermitente de la antorcha rudimentaria que acaba de fabricarse. – No me guía la avaricia, sino mi voluntad de llegar hasta el fondo de este asunto. Mi Fe no pesa en las piernas, ni nubla los sentidos, ni hace que me arrugue ante nada. – Formulada su determinación de penetrar en la cueva, vuelve la mirada hacia el moro y su soldado, que por ésta vez coinciden en pareceres. – Creo que tenéis razón. Y puesto que no creo que nos hayan podido seguir con esta tormenta, no veo razón para no aprovechar unas horas antes de entrar.

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08/05/2010, 20:23
Agostino Cruz de Velhado

Santigüándome me vuelvo al fraile con la determinación dibujada en mi rostro antes de girarme de nuevo, con las manos tendidas hacia los locos que fueron mis compañeros en un último intento por salvar sus almas.

- Irmão Domingos, hasta aquí hemos llegado con estos valientes. Porque a mim a minha fe si hace que me pesen as minhas pernas, me zumben los oídos e tremer como una folha al escuchar la llamada de esas riquezas traicioneras. Si você queréis acompañarme partiré en cuanto pueda de esta caverna maldita.-

- Companheiros, após a fuga que fizemos juntos não posso dejaros desta manera. Aún estáis a tempo de desistir de esa loucura. Recapacitad y partid con nosotros antes que las promessas fatuas que os oferece Satanás terminen de desquiciaros.-

 

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22/05/2010, 01:37
Director

Aquellos hombres dejaron descansar sus cuerpos sobre la piedra. El fuego les calentaba mientras fuera, seguía diluviando. Nabil, no recordaba haber vivido una tempestad de tal magnitud.

Dominique, cayó dormido de cansancio.

Notas de juego

Cambiamos de capítulo people!