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Fortunas perdidas

[ACTO 1 - Capítulo 1 - Escena 1] Llegada al Valle Ojatara

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14/03/2021, 16:36
Isawa Satoru

-Conozco esa plegaria… es una de las primeras que los Maestros del Fuego aprenden a manejar. –Musitó Satoru, con el ceño fruncido, al escuchar la información de Ichiro. Lo cierto era que era un hechizo conveniente para el atacante. Destructivo, pero al alcance de muchos shugenja, lo que resultaría más difícil de rastrear. -Sencilla… y poderosa. No es una plegaria que deba usarse contra un lugar sagrado.

-Oh, estoy seguro de que encontraremos la forma de manejar las reservas de la corte, Soshuro-sama, pero gracias de igual forma por la advertencia. –Contestó a las agoreras palabras de la magistrada Escorpión acerca del recibimiento que les esperaba en Shiro no Soshi. Ciertamente, Satoru esperaba frialdad y rechazo, pero también una buena dosis de mentiras lanzadas desde labios sonrientes. A los Soshi les debía interesar que la tercera magistrada se inclinara hacia sus versiones. -Al fin y al cabo, todos estamos interesados en que Emma-O aparte su vista de estos valles, ¿no es así?

-Partiré entonces con Ikoma-san. Si hay algo que dos hombres mortales puedan hacer para ayudar a la misión que a todos nos ocupa, dad por hecho que se hará, Mirumoto-sama. –Prometió, uniendo sus palabras a las de Kazuo al despedirse de la magistrada Dragón.

Después dedicó una inclinación y unas palabras de agradecimiento hacia Norie por el té que habían compartido con ellos, y se levantó para despedirse del resto de su comitiva.

-Mirai-san… cuando caiga el ocaso, en el momento en el que el sol se haya ocultado pero su luz aún se mantenga en el cielo, manteneos vos cerca de Mirumoto-sama. Mi voz os alcanzará entonces. –Susurró a la duelista, deteniéndose un instante a su lado, y dedicándole una leve sonrisa. Una sonrisa que no llegó hasta sus ojos, que mostraban una expresión seria y preocupada. –Hasta que nos encontremos de nuevo, sed también precavidas. En ocasiones, es más seguro estar cerca del peligro que ves.

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14/03/2021, 22:42
Akodo Isshin

Isshin apretó los labios y cerró con fuerza los puños, es que no podía tomarse nada enserio, no entendía que el honor de la familia, del clan, recaía en sus hombros, al igual que en los suyos y los de todos los demás leones.
Se dio la vuelta frustrado y se alejó de su primo.
Tras unos cuantos pasos se paro y se giró para ver a su primo partir y no pudo evitar elevar una plegaria.
"Que las fortunas te protejan y los ancestros guíen tus pasos y me den a mi paciencia para aguantar tus impertinencias" . Finalmente llegó junto a sus compañeras, dispuesto emprender el camino hacia el campamento Dragón y a las verdades y misterios que ahí les esperaban.

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18/03/2021, 21:10
Ikoma Kazuo

Isawa Satoru e Ikoma Kazuo partieron con la comitiva de Shosuro Norie hacia Shiro no Soshi, mientras que la magistrada Mirumoto y los bushi de la Grulla y el León marcharon camino de la Aldea de las Hojas Enterradas. En el caso de los primeros, no fue hasta que llevaban la mitad del camino recorrido y no les quedaba mucho más tiempo para tener que acampar que las normas de cortesía y la tensión que les distanciaba de los Escorpiones empezaron a relajarse, y con ellas también los propios samuráis. El omoidasu había estado hablando con Bayushi Hoji acerca de su estancia en la corte de la Ciudad de las Mentiras, y acababa de terminar aquella conversación. Aprovechando que el shugenja marchaba en solitario, decidió arrimársele. 

—Sienta bien cabalgar a tu lado una vez más, Satoru —reconoció, mientras colocaba a Daitan junto a la montura de su amigo—. No has cambiado nada. De hecho, sigues siendo tan mal jinete ahora como lo eras entonces. 

Cerró el abanico con el que se ocultaba los labios, revelando la misma sonrisa que pobló tan a menudo el rostro de aquel muchacho imberbe y fanfarrón que Kazuo había sido una vez. Señaló un altozano que se alzaba por delante de ellos, no muy lejos de donde estaban, pero sí lo suficiente para ganarse algo de intimidad. 

—¿Qué me dices? ¿Una carrera hasta esa colina? —y guardó el abanico en uno de los bolsillos de su vestimenta— El perdedor paga la primera ronda de sake que tengamos la oportunidad de compartir. 

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19/03/2021, 23:09
Isawa Satoru

El joven Isawa había estado buena parte del camino sumido en un mutismo. En un primero momento, para poder disfrutar de la soledad, y después cada vez más para tratar de alejar de él la persistente sensación de estar siendo observado. Sin embargo, no había podido descubrir nada, y la aparición de Kazuo hizo que sus pensamientos tomaran rápidamente un curso más animado.

-Si también pudiera ganarte cabalgando, amigo mío, temo que pudiese sumirte en la vergüenza. –Contestó alegremente Satoru a la interrupción del Ikoma, con una media sonrisa. Si bien era cierto que el shugenja no era precisamente un jinete experimentado, en realidad sus habilidades de equitación tenían poco que ver con la conversación más allá de ser el pretexto. –Tú en cambio, te compenetras tanto con tu montura que no me extrañaría si viera que eres tú quien lleva a Daitan a cuestas.

La propuesta de Kazuo de una carrera fue recibida con una sonrisa de complicidad.

-Está bien. Aunque debo avisarte que sólo he traído conmigo un par de botellas. –Dijo, y golpeó ligeramente una de las alforjas de su caballo, en la que se escuchó el tintineo de los recipientes de cerámica. -Son tiempos de guerra, tendremos que racionarlas.

Sin esperar la respuesta del bardo, azuzó a su montura, la puso a trote, y avanzó hacia la colina mientras sentía el frío viento de valle en la cara, en una carrera en la que no tenía nada que perder.

- Tiradas (1)

Motivo: Equitación

Dificultad: 0

Tirada (4): 8, 6, 2, 14 (10, 4)

Guardados (3): 14, 8, 6

Total: 28, Éxito

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20/03/2021, 14:55
Ikoma Kazuo

Kazuo abrió la boca para contestar a aquella tontería de racionar el sake, solo para ver como el caballo del shugenja echaba a trotar. Sin recordar que los del Escorpión andaban cerca y como si de repente volviera a ser el hombrecito que acababa de superar su gempukku, el bardo tronó una carcajada y echó a cabalgar detrás de su amigo. 

—¡Vergüenza, aquí me hallo! —exclamó sonriente cuando, alcanzó la colina justo por detrás de Satoru. Dio unas palmadas en el lomo al caballo, que refunfuñó un relincho tras el esfuerzo— Debería haberte escuchado, y haber cargado con Daitan. Y debería dejar de comer tanto arroz —y se dio una palmada a sí mismo en la barriga, que no era, ni de lejos, tan oronda como se deduciría de ese comentario. 

El de la familia Ikoma hizo que su caballo diera una vuelta rápida sobre sí mismo, y observó al resto de la comitiva en la distancia. Se dio cuenta de que era la primera vez que podían hablar con franqueza desde que se reencontraron, y aunque al principio pareció contento por ello, su expresión se agrió rápidamente. 

- Tiradas (1)

Motivo: Cabalgar

Dificultad: 28

Tirada (5): 9, 3, 5, 7, 4

Guardados (4): 9, 7, 5, 4 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 25, Fracaso

Notas de juego

Jueputa, me has ganado XD

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21/03/2021, 12:16
Isawa Satoru

Satoru refrenó a su montura, y se giró, sonriente, justo para ver cómo Kazuo llegaba a la cima de la colina apenas unos momentos después. Era plenamente consciente de que sin su pequeña treta, en ningún caso podría haber ganado una carrera al bardo, incluso en los viejos tiempos, pero eso no le impidió disfrutar de su insignificante victoria.

-Creí que me haría viejo esperando. –Contestó, aunque el fingido tono de ofensa quedó algo eclipsado por el lastimero maullido de protesta de Tameiki entre sus ropas. Al parecer, la pequeña gatita no se había sentido muy satisfecha con las sacudidas de la carrera. Por toda respuesta, Satoru metió la mano dentro de su kimono y acarició a la cálida bola de pelo.

-Siempre fuiste mejor con las palabras que con la espada, Kazuo-kun. –Rió con ganas cuando el bardo se palmeó la tripa. -Comer arroz no debería ser tan malo, salvo que pretendas hablar al daimio con la boca llena.

Estaba sacando ya una de las botellas de las que había hablado de su alforja, cuando el Ikoma se giró para observar a la ya lejana comitiva de Norie y permaneció así, en silencio, unos momentos, en los que el ambiente pareció cambiar sutilmente.

-Ha hecho falta que el Campeón Esmeralda nos llame para volver a encontrarte. –La voz de Satoru había cambiado sutilmente. Era más suave, más tranquila. La que Kazuo podía recordar como la que ocultaba habitualmente tras su on. Un on que regresó al momento siguiente, cuando el shugenja bromeó de nuevo. -Debo comprarme mejores ropas… entiendo que la siguiente vez, tendremos que reunirnos delante del Emperador.

Notas de juego

Satoru siempre gana ;)

 

Salvo cuando pierde...

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23/03/2021, 23:31
Ikoma Kazuo

La expresión de Kazuo permaneció triste pese a todo lo que Satoru dijo e hizo. La confianza que se profesaban, las bromas, que le tratara como a un crío... por separado, cada uno de esos detalles iluminó su mirada, pero en ese instante todos aquellos gestos no eran más que chispas en un pozo muy hondo, y su suma no logró vencer lo que fuera que le oscurecía el ánimo. 

—Me alegra mucho verte —repitió, con la mirada perdida en el camino que tenían por delante.

Siguió un silencio incómodo, impropio de él. La marcha de Daitan se hizo más lenta, y parecía que el omoidasu fuera capaz de contagiarle su tristeza al caballo a través de la silla o de las riendas. El murmullo de los Escorpiones acercándose también pareció disminuir, como si en lugar de ello se estuvieran alejando. 

Yoshinori... —dijo, con un temperamento débil, roto. Si por algo destacaba el Ikoma, era por su voz*, por lo que la impresión de verle sin aliento resultaba descorazonadora. Se dio un momento para respirar hondo y hacer acopio de fuerzas, y con los ojos enrojecidos volvió a intentarlo— Toritaka Yoshinori ha muerto, Satoru. 

Notas de juego

*Dicharacheria a un lado, Kazuo tiene el mérito de Voz, por lo que es bastante dramático que le falte el aliento 

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26/03/2021, 16:35
Isawa Satoru

El ceño de Satoru se frunció ligerísimamente al ver el profundo pozo que se había escondido hasta ese momento tras el on del Ikoma. Si hubiera sido más joven, ni siquiera se hubiese creído que realmente se alegrara de verlo.

Pero hacía ya tiempo que había dejado atrás el pensamiento infantil de que la alegría y la tristeza eran emociones contrarias, para comenzar a comprender que ambas podían existir en el mismo momento en el espíritu de un hombre. Es por eso que no tuvo ninguna duda de las palabras del Ikoma. Su viejo amigo se alegraba de verlo… y a la vez sufría por el recuerdo.

Lo siguió, cabalgando lentamente, respetando el silencio del que se había rodeado. A ojos del Isawa, era un silencio que preparaba algo. Pero aunque lo esperaba, no estaba preparado para lo que escuchó.

-Yoshinori -Repitió Satoru en voz baja, intentando aceptar la noticia. De algún modo, parecía extrañamente incoherente que el alegre bushi Toritaka hubiese muerto.

Él, al igual que Kazuo, formaban parte de su juventud, de sus recuerdos. En cierta forma, no concebía que cualquiera de ellos pudiese morir más de lo que podrían desaparecer los muros de Kyuden Isawa. Pero la vida era en ocasiones tan frágil como la llama de una vela en una tormenta.

Aún en silencio, se inclinó para sacar de su alforja una de las botellas de sake de las que había hablado, y retiró el tapón. Había muchas cosas que quería preguntar, que deseaba saber sobre la muerte de su antiguo amigo. Decenas de preguntas se agolparon en su boca, pero las contuvo.

-Por él. -Dijo simplemente, y luego dio un largo trago de la botella recién abierta. -Por el tiempo que mereció la pena.

Tendió la botella hacia Kazuo, y su mirada se alzó hacia el cielo gris. ¿Había sido siempre el mundo así de oscuro, o es que la oscuridad simplemente crecía en sus propias almas?

Notas de juego

Espero haber captado bien el ambiente

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03/04/2021, 21:35
Ikoma Kazuo

El omoidasu tomó la botella y se la acercó al morro. Por un segundo, pareció reticente a beber.  

—Por él —repitió—. Por Toritaka Yoshinori, azote de espíritus malévolos, y de nuestras malévolas conciencias.

Por lo visto, ni siquiera la melancolía era capaz de desalojar del espíritu de Ikoma Kazuo la teatralidad que le caracterizaba, aunque ahora que se mostraba desprovisto de su on el samurái sonaba más cínico que nunca. Alzó el sake y le dio un largo trago, quizás demasiado. El licor no ahogó sus penas, ni mucho menos, pero al menos le calentó el estómago. 

—Gracias, Satoru —dijo, mientras le devolvía la botella—. Gracias de verdad. 

Estiró el cuello, como si se preparara para algo, y después empezó a mover la mandíbula de un lado a otro, como si la estirara también a ella. Cuando terminó su semblante casi parecía una máscara, por la serenidad que de repente lo había inundado, aunque sus ojos no mentían yu en ellos quedaba todavía una mácula de tristeza y amargura.

—Será mejor que nos reunamos con los demás, o empezarán a pensar que estamos maquinando algo. Venga, vamos.

Y empezó a trotar hacia los escorpiones.

Notas de juego

Sí, muy bien, me ha molado mucho la escena. Por mi parte lo dejamos aquí.