Partida Rol por web

Sin saberlo como, y pensando que esta escapada me vendría bien para despejarme de todo, acabé enterandome de que Susana también iba al viaje y eso hizo que mi mente solo empezara a dar vueltas y vueltas. Durante los días siguientes y hasta que llegó el día en que Mario me recogería, no paré de darle vueltas a todo.

Al final, el viaje me estaba pareciendo más mala idea que buena, y además siempre llevaba el colgante al cuello... ¿Por qué me torturaría de esa forma? - Igual porque... aunque la haya dejado, la sigo queriendo - Un pensamiento que no debía tener encima, y a la vez tan real como que quería a mis amigos.

Al final con la maleta en la mano y respirando hondo, salí por la puerta de mi casa para esperar en la acera a Mario. - Un fin de semana, en una cabaña en la sierra, con mis amigos y Susana... ¿Saldrá todo bien? ¿Como estará Susana? Para de pensar tanto... Tan solo espero que no haya silencios incomodos...

Trataría de sentarme en el asiento del medio de la parte de atrás, más que nada porque quiero tener acceso a Mario si se pasa de gracioso pero ni loco pienso sentarme en el asiento del acompañante.De no ser posible me sentaría en el asiento derecho de la parte trasera del auto. (si no puedo golpearlo, lo más lejos de Mario posible)

Es que el destino se burla de mi o qué!!! 

La presencia de Susana lo ponía del mal humor, pero se tragaba sus sentimientos dado que no estaba aquí para causar una pelea, aun que si fuera por el, la aventaria del vehículo. 

Tranquilo Mario, tranquilo... Es por Pablo, es por mi amigo. 

Se obliga a calmarse a pesar de que sabía que esto no le hiba a gustar nada a él. Haciendo acople de ser agradable y con todos, se dirigió a los precentes. 

-Y? ¿Que tal les va, listos para pasarlo bien? 

Nos estábamos acercando a la casa de mi mejor amigo, esperando una respuesta por parte de los susodichos amigos. 

Llevaba contando en su calendario los días que quedaban para el viaje, preparando incluso la mochila que iba a usar a modo maleta con varios días de antelación con tal de estar preparada. Un par de mudas, enseres básicos de higiene metidos en un neceser que, aunque suponía que allí estarían surtidos, le gustaba llevar encima, y un libro para los ratos que tuviera en soledad a pesar de estar segura que ni le daría tiempo a abrirlo.

Esa mañana tenía el teléfono sobre su mesa y las cortinas extendidas para ver el coche de Mario mientras se terminaba de vestir, un cómodo pantalón vaquero y una blusa amarilla a juego con su zapato plano. Al escuchar el coche aparcar frente a su casa mandó un mensaje a su amiga, Julia, avisándole que ya bajaba mientras sujetaba con una mano la mochila, colgándosela al hombro.

Una vez estuvo en el interior del coche tras guardar su equipaje en el maletero, saludó a sus amigos con una ligera sonrisa, mirando uno a uno durante unos segundos menos a Mario, quien observó a través del espejo retrovisor al estar justamente sentada detrás.

- Buenos días.- Anunció en voz alta tras girarse para cruzar la mirada con Ric, quien hacía tiempo que no veía y estaba tal cual recordaba, antes de dirigirse de nuevo al conductor.- Gracias por la invitación, tenía ganas de un fin de semana divertido. Mario, ¿es tuya la cabaña? – Intentó entablar un poco de conversación al desconocer todos los detalles mientras comprobaba, a través del paisaje que pasaba por la ventana, el camino que estaban haciendo, sabiendo perfectamente a dónde iban.

- Por supuesto Mario, todo bien! ... Espero que todos nos divirtamos mucho juntos! - Respondió Julia al chico con una sonrisa para tratar de aligerar un poco el ambiente mientras que miraba de reojo a Susana a un lado de Ric, del otro lado de la parte trasera del auto, entonces le susurró a su hermano unas palabras:
- Te cambio el lugar Ricardo para poder platicar un poco con Susana durante el camino. ¿Ok? - Dijo lo anterior antes de que llegaran a casa de Pablo

Ric se había levantado temprano ese día, había preparado su bolso con unas mudas de ropa y sobre todo había guardado la "diversión" una botella de vodka y otra de tequila ademas de tener un par de "Liados" en una bolsa hermética -Si este fin de semana se vuelve aburrido no va a ser por mí culpa. pensó para sus adentros.

Al recoger a Susana y verla acercarse murmura solo para el oído de su hermana - No si a Pablo puedo tratarlo de cualquier cosa pero tonto no es.

Tal vez por ese comentario su hermana le pidió cambiar el asiento pero no pensaba ponérselo fácil.

-Ni lo sueñes Julia, sabes que odio la ventanilla si no soy yo el que conduce. Ademas desde aquí tengo controlado a "Listillo" por si trata de aguarnos el viaje. Y mientras dice esto palmea el hombro de Mario con su mano izquierda, no con demasiada fuerza pero si la suficiente para que suene.

Estábamos llegando a lo de Pablo, y toda la conversación atrás me ponía un poco cabreado, pero de nuevo, me vuelvo a comer el enojo. 

-De hecho, es de un amigo de mi padre, parece que le debía un favor o algo por el estilo-

Sonreí a por el espejo retrovisor, sin dejar de prestarle atención al camino, esa es la mejor manera de evitar un accidente, siendo correcto en todos los aspectos que corresponden a una buena vida, el asiento del acompañante estaba vacío, y ese lugar sólo lo podía ocuparlo una sola persona. 

Cuando sentí el golpeteo de Ricardo en mi hombro, no me gustó para nada, y menos la sugerencia estúpida que hizo al negar a cambiar el lugar con Julia. Tal vez ella le dé una paliza después.

Estábamos ya en la casa de Pablo, el estaba esperando afuera, me detuve, apagué el motor y saqué la llave, no confiaba en Ric, y menos en su forma de conducir, al bajarme del vehículo fui a donde estaba, para darle un abrazo, con una radiante sonrisa.

-¿Cómo estuviste hermano? Venga, te ayudo con la maleta-

Seguía allí con la maleta a un lado pensando en mis cosas mientras toqueteaba aquel colgante alrededor de mi cuello. Fue entonces que al oir un coche cerca, alcé la vista y la mano para saludarlos. No esperaba que Mario fuera a salir a ayudarme con la maleta - N-no, no te preocupes Mario, si apenas pesa. Y estoy bien. - dije mostrando una sonrisa normal.

- ¿Ya estamos todos? - dije al mirar el interior del coche para confirmarlo. Efectivamente allí estaban Susana, Ric y Julia. No sabía bien como reaccionar todavía así que... simplemente actué normal - Hola chicos ¿C-como estais? - Será lo correcto actuar de esta manera - Obviamente mi mirada se centraba más en Susana, pero seguí a Mario hasta el maletero. - De verdad, no hacía falta que me ayudaras. Bueno. ¿Donde voy? Será mejor continuar el camino antes de que se impacienten - traté de sonreir con aquella pequeña broma

-Venga pero si es mi rubia favorita. A ti te toca adelante con "Listillo" mientras que a mi me toca estar con la parte femenina del grupo ¿No chicas?. Esto ultimo lo dijo al tiempo que abrazaba de manera amistosa tanto a Julia como a Susana. Pablo no le caía mal especialmente, en algún momento por menos que eso se hubiesen partido la cara pero eso era tiempo pasado. Una época con menos años y más hormonas.

No intervino en el resto de conversaciones, ni siquiera cuando Julia pedía cambiar el asiento con su hermano con tal de estar a su lado, estando más pendiente del paisaje que de los integrantes.

Ver a Pablo la removía por dentro. Sentimientos que todavía no había olvidado, recuerdos marchitos y dolor insuperable, aunque lejos de transmitirlo con su rostro impertérrito, paseó la mirada por el que fue su pareja buscando algo a lo que agarrarse. Y lo encontró, pendiente de su cuello mientras jugueteaba entre sus dedos de forma nerviosa.

Cuando sus miradas se cruzaron, Ric la distrajo con un inesperado abrazo que le sacó una sonrisa, agarrando el brazo de su amigo para alargar el abrazo de forma cariñosa.

- No te preocupes, aquí te trataremos bien.- Bromeó, depositando con suavidad la mano por su hombro mientras, durante una milésima de segundo, miraba a Pablo.