Partida Rol por web

14 de mayo de 2018

Suburbios de Silver City.

11PM aproximadamente

Le dieron un toque a Amy en el hombro.- ¿Le das o qué, hermana?-Uno de sus colegas de la banda le estaba ofreciendo un peta. Siempre le salían mal liados, “trompeteros”, y costaba empezarlos, y esta vez era el turno de Amy para darle la calada inicial.

Estaban todos sentados en las escaleras de incendios de uno de los bloques del sitio, en uno de los callejones, al resguardo del aire que corría por las calles en una noche más de Silver City, otra noche más en esa jungla de asfalto, sirenas, y ruido.

Un coche pasó zumbando por la calle, levantando parte de periódicos y otra mierda que hacia tiempo que nadie se dignaba a limpiar en esta zona de la ciudad.

-¿Has visto hermana?, ese coche me suena, los pavos que van endentro son de los Dragones Negros. Man dicho que los está entrenando un tío que sabe un güevo de artes marciales, pa no sé qué mierdas de las calles y eso; pasan droga y armas o algo de eso.-Dijo otro de los pandilleros casuales, que casi siempre estaba fumado.

Varios de los que estaban ahí reunidos se llevaron las manos a los bolsillos e intentaron que sus sudaderas les abrigaran algo más.- Bueno, nosotros nos abrimos ya. Que os den.-Tres tristes gatos quedaban sentados en aquella escalera a medianoche para aquel entonces.

-¿De verdad vas a buscarte un curro, hermana?-Preguntó uno de ellos, la capucha calada, los pantalones anchos y la gorra sobresaliendo, como buen gangsta.-¿No es mejor que curres en la tienda de tus viejos?

15 de mayo de 2018

6AM

La casa seguía oliendo a porro. Sus padres ni habían vuelto, últimamente intentaban sacarle todo el rendimiento a la tienda abriendo hasta altas horas, y dormían en el almacén.

Había tenido que arrastrar al fumeta de turno hasta casa y dejarle tirado en el sofá, donde ahora roncaba tan a gusto, con el móvil descansando sobre el pecho, los pantalones medio bajados y la verga, una no muy impresionante, fláccida y descansando contra un peludo muslo. La puta imagen que necesitaba Amy de buenos días, eso seguro. El cabrón había intentado  hacerse una paja de buenas noches y ni se le había puesto dura de lo colocado que iba. El cacharro infernal, con el altavoz apuntando al techo, aun emitía los gemidos falsos de alguna actriz porno, alternándose con el habitual sonido de que la batería estaba a punto de agotarse.

La tele, también encendida, daba la noticia del día, el canal de 24 horas parloteaba sobre la mina, y de que ya había gente haciendo cola para entrar y solicitar empleo y esas cosas. No había ni amanecido y las primeras sirenas de policía ya sonaban unos bloques más allá.

La noche fue como otras muchas, simplemente en la calle fumando con sus amigos, esa noche fue bastante tranquila porque tenían suficiente dinero y Amy no se arriesgo a robar nada a nadie, aunque en parte eso era lo que le daba adrenalina y algo de interés a su vida, así estaba sentada y mirando la calle distraídamente. Cuando le ofrecen el porro lo coge, para observarlo y decir:

Tío… menuda mierda… a ver si aprendes a enrollarlo bien, que ya va siendo hora.

El coche que paso también le llamo la atención a ella mientras daba una calada, aquel grupo, los Dragones Negros eran bastante conocidos, se estaban volviendo importantes, algo asi como una mafia, ella se echa un poco para atrás y dice:

Si… ahora van a ser ninjas o algo así ¿no?... eso de las artes marciales es una gilipollez… por muy Bruce Lee que seas, si delante tienes a un tío con una pipa o un cuchillo la vas a cagar…

Cuando unos se van les despide con un leve movimiento de cabeza, para escuchar lo que dice el otro, le mira incrédula y dice:

Claro y porque no te haces tú profesor o algo asi… ¿currar ahí, con un sueldo de mierda, robándote todo el mundo y siendo una esclava de eso? Deja, deja… mejor voy a la mina esa… dicen que no solo hay puestos de mineros… además una chica como yo seguro que tiene algo que hacer allí, ya sabes

Decía mientras movía las manos con cierta velocidad, como si estuviera cogiendo algo.

Ya de mañana Amy se despierta y camina al salón, allí ve al tipo, no recordaba que había estado allí y se queda unos segundos mirándole mientras suspira, no le apetecía nada ver aquel deprimente espectáculo, por lo que tendría que hacer algo, con cuidado se acerca a este y con cuidado coge el móvil para apagarlo y guardárselo, siempre podría sacar algo por ese móvil, tras fijarse si tenía algo más de valor y por supuesto quitárselo, se queda mirando unos segundos mientras susurra mas para sí misma:

Ummm, ¿Cómo puedo despertar a este?... ya se

Coge un libro que había en una de las estanterías, un libro bastante grande y lo deja caer sobre el fumeta justamente en aquel flácido y deprimente miembro, para decir:

Lárgate, si te quieres divertir solo no lo hagas en mi sofá imbécil

El fumeta se despertó de golpe, algo aturdido se llevó las manos al paquete y tiró el libro al suelo, retorciéndose algo aquí y allí, algo confuso, terminó en el suelo. Al final se levantó y se subió los pantalones tras casi tropezar.

-Joder tía…joder, no le digas nada a nadie o seré el pajas de la pandilla.-Dijo mientras buscaba la salida del piso a toda prisa. Tenía una cara de haber estado a punto del amarillo, y al encontrar la puerta finalmente salió dando unos traspiés aquí y allí. Amy se había quedado con su mierda de móvil, cinco pavos y una china de hachís, algo era algo.

Aún quedaba tiempo para el amanecer pero cuando el tipo dejo la puerta abierta pudo escuchar a los vecinos dándose voces. Eran una pareja del este y estaban todo el día a gritos, aunque esta vez discutían por qué él no quería trabajar en la mina, y ella se había vuelto a meter la última raya de coca que les quedaba…Al final, con un empujón, él salió al rellano. Metió las manos en los bolsillos de su sudadera y miró a Amy, antes de bajar las escaleras.

-¡Esta bien, irre a cogerr este trabajo!-Dijo con ese marcado acento. Habian estado discutiendo en vetetuasaber que idioma mezclado con inglés, seguramente eso último lo dijo en inglés por justificarse delante de Amy, o algo.

Amy se queda mirando al chico y con media sonrisa:

Bueno… me he reído con tu despertar… a lo mejor no digo nada… ya veremos

Después observa lo que le había quitado unos segundos mientras el chico se marchaba corriendo, tras mirarlo todo se queda pensando unos segundos:

Bueno… supongo que algo podre sacar en la tienda de empeños por el móvil este… estos cinco pavos para mí y la china… bueno… ya veremos qué hacemos con ella…

Se asegura de quitarle la batería al móvil para guardarse el dinero mientras en su habitación se asegura de guardar la droga en su sitio habitual donde lo esconde y coger lo demás. Al salir a la puerta ve una escena que no le resulta para nada extraña, aunque en cierta forma lo extraño era que aquel tipo dijera que efectivamente iba a ir a buscar trabajo, parecía que aquella mina iba a ser más importante de lo que parecía y que todos iban a intentarlo. Se queda unos segundos mirando la conversación, cuando el tipo habla en ingles, le saluda con la mano y dice:

Mucha suerte con el curro Iván… seguro que pillas algo

Dice mientras sigue su camino, su intención era ir en bus a la mina, quien sabe, a lo mejor también puede servirle esa mina para salir de allí.

Aun tocaba esperar algo más en la parada de autobús, era pronto y solia pasar cada 15 minutos. Había un hombre con una mochila al hombro y un casco puesto escuchando algo de música en la misma parada.

La espera se hizo algo eterna pero finalmente el autobusero abrió las puertas y ambos subieron al autobús. Medio barrio había cogido ese autobús, todos con su carpeta para mostrar títulos, o credenciales o cosas…

Vamos, que no iba a ser la única que se presentara allí.

El autobusero maldecía por lo bajo, parecía que a cada vez que avanzaba mas por su ruta cerca de la vía que llevaba a la mina, más vehículos le salían al paso. Al final el autobús se vio inmerso en un atasco de tres pares de narices. El hombre se pinzó el tabique nasal.

-No quiero arruinaros el día, pero el que quiera llegar a la mina tendrá que hacer el resto del viaje a pie, porque no hay manera humana de que esto se despeje hasta dentro de unas horas.

Eran las 7:15AM y la gente se miró entre sí, antes de bajarse, la mayoría, del autobús. El hombre de la parada aun así se quedó sentado en el autobús, mirando cómo la gente bajaba y escribiendo algo en su móvil seguramente.

Delante de Amy se dibujaba un paisaje al amanecer, cargado de más y más coches en la carretera a la vieja mina de Calebourne, que no es que estuviera muy bien mantenida, y los accesos peatonales se los había comido la maleza en la mayoría de partes. Y quedaba al menos una caminata de una media hora hasta el lugar.

El viaje iba a ser bastante aburrido ya que la espera en la parada lo estaba siendo, Amy no dejaba de mirar de reojo a aquel tipo, realmente no pegaba nada en ese sitio, o al menos eso le parecía a ella, alguien tan despreocupado que se ponía a escuchar música con su mochila tan tranquila, sin duda estaba pidiendo que le robasen, aunque era bastante “cantoso” hacerlo en ese momento. Cuando el autobús llega se monta en este cerca pero por detrás del tipo de la mochila, a fin de cuentas no tenía nada mejor que hacer.

El trayecto como era de esperar era bastante aburrido, las mismas calles llenas de basura de siempre, la misma gente deprimente dentro y fuera del bus solo que esta vez parecía que todos iban al mismo sitio, alguno incluso parecía que tenía cierta ilusión en su rostro, algo que no solía verse por la ciudad, en cierta forma era una agradable novedad.

Aquel tiempo parada en el bus hizo que se desesperara y volviera a mirar a aquel tipo de la mochila. Parecía que iba a ser mejor salir de allí caminando y seguramente llegarían antes. Así como buena “oportunista” y “Mujer de negocios” que era no perdió la oportunidad, cuando todo el mundo empezó a bajarse del autobús de alargar su habilidosa por el entrenamiento mano en dirección a aquella mochila, aprovechando el movimiento de la gente y la distracción del tipo, seguro que sería muy sencillo robarle algo para seguir caminando hacia la mina, a fin de cuentas era culpa de el por dejarlo “tan a huevo”

Quizá fuera el azar, o quizá no estaba tan distraído como Amy esperaba, pero el tipo alzó la vista en cuanto notó que la mochila no estaba ya junto a él. Se puso en pie y estiró el brazo para agarrar el de Amy, o al menor intentarlo.

-¡Oye…! ¡Mi mochila!.-Dijo algo sorprendido, el auricular de su oreja se le cayó de esta y colgaba ahora junto al otro a la altura de su pecho. Su mano se cerró entorno a la muñeca de Amy, la misma de la mano que sujetaba su mochila. Su mirada fruncida se clavó en la ladrona y el autobusero miraba con gesto de sospecha desde su asiento, su rostro reflejado en el cristal que le permitía ojear el interior del vehículo que conducía.

Aquel tipo se había dado cuenta, una gran cagada, Amy no solía fallar y las pocas veces que lo hacía con salir corriendo servía, pero le habían pillado en un sitio bastante malo, ¿Cómo había sido tan torpe?, solo le quedaba mentir:

¿Pero qué haces tío? ¿Qué dices de la mochila?… suéltame la mano… yo que iba a avisarte dándote un toque…

Hace esfuerzo para librarse de la presa del chico mientras elevando la voz para que el conductor pensara que la situación era justamente la contraria dice:

Mira que el conductor ha dicho que era mejor caminar y todo el mundo se ha ido… y yo que iba a darte un toque en el brazo para avisarte de lo que había dicho… mierda de ciudad que no se puede ser amable… ¿Qué me sueltas que tengo una buena caminata hasta la mina?

Actuaba como si realmente estuviera enfadada, cosa que lo estaba, pero no por la situación que estaba ella montando, sino por haber sido tan torpe

El tipo no solo no se creyó una sola palabra de lo que decía Amy, si no que además se enfado por momentos con ella, dando un tirón a su brazo para acercar a la joven hacia si, alzando el otro puño para golpearla directamente en la cabeza. Se produjo un extraño chasquido y el puño del hombre rebotó contra algo intangible, y el tipo se golpeó el mismo puño contra una de las barras de acero en las que se agarra la gente cuando el autobús va muy lleno, bramando a los aires en un grito de dolor que hizo que soltase la muñeca de Amy. El autobusero se puso en pie como un resorte, hecho una furia:

-¡Si vais a pelearos mejor lo haceis fuera de mi autobús, que no tengo el dia para estar con gilipolleces!-Seguramente no había visto el extraño efecto que había protegido a Amy de un puñetazo en la cabeza.

Parecía que aquel tipo no se estaba creyendo lo que le estaba diciendo y decidió que la solución era darle un buen puñetazo a Amy en la cara, no era la primera vez que le pegaban por lo que se esperaba un buen moratón en la cara, pero el golpe no llego, pese a que apretó los dientes no llego, algo hizo que el golpe de aquel tipo se desviase, no sabía porque, pero poco le importaba, había tenido suerte, porque le había soltado, así que aprovecho su oportunidad para marcharse de allí, era lo mejor, corre para marcharse y dice al conductor:

Ha sido el, ya lo ha visto

Pero no se detiene, simplemente sale corriendo de allí.

Hubo un silencio mientras el hombre y el autobusero se miraban, confusos. Amy pudo correr lejos del autobús, entre la marea de coches de un atasco que cada vez se iba pronunciando más y más, y avanzaba muy, muy lentamente. Se abrió paso entre dos personas que iban andando hacia la mina también, sorteando una calzada que no había visto mantenimiento en un tiempo y se la estaba comiendo la maleza, obligando a la gente a caminar sobre el asfalto en algunos tramos, y ya algo lejos, la mina. Aun la quedaba una buena caminata de media hora más o menos, nada fácil de hacer a la carrera, pero tampoco la estaban persiguiendo. No después de aquel golpe de suerte que había tenido.

Para Amy había algo en esa mina que despertaba su atención, y la motivaba a andar más rápido de lo normal. Sentía algo que no había sentido en mucho tiempo, era una sensación de esperanza, ¿estaba ilusionada con aquello? ¿Cómo podía estarlo? ¿Cómo podía ser tan ingenua de pensar que la mina la daría “algo” en esta ciudad?

Los pensamientos se agolpaban en su mente mientras se movia entre la gente esquivando a unos y otros.

Amy pudo escaparse de aquel autobús y se llevo un rato corriendo hasta que estuvo más o menos lejos de allí, chasquea la lengua mientras dice para sí misma:

Que torpe… ¿Cómo he sido tan torpe? Si parezco una novata… menos mal que… espera… espera, ¿Qué paso?

Se queda un par de segundos parada, para después seguir caminando mientras pensaba en lo que había pasado:

A ver… ese tío me tenia para darme un puñetazo… vale, hasta ahí normal, pero después no se porque se dio contra una de las barras del bus… o esta tonto del todo o ha pasado algo raro… a lo mejor todavía me dura la fumada de anoche… seguro… si es que este tío es tonto, mira que lo enrollo mal, seguro que encima le timaron y le metieron cualquier mierda… bah, que le den… a ver

Seguía caminando y miraba aquella mina, un sentimiento se hacía cada vez más grande en su interior, se mira y se queda extrañada mientras se coloca su gorra algo mejor, ¿esperanza? No, imposible, hace tiempo que nadie en esa ciudad la tiene y menos ella, pero se le parecía demasiado.

El camino hacia la mina se estaba haciendo algo largo, en parte por la cantidad de gente que había que esquivar o coches que se salían de la carretera para aparcar en tierra y que la gente pudiese hacer el camino a pie, que parecía ser mejor opción que gastar gasolina a lo tonto.

8AM aproximadamente

Amy ya se abría paso entre los coches que había frente al recinto de la mina, un guardia de seguridad estaba haciendo aparcar a la gente fuera del recinto, aunque quedaban plazas en el aparcamiento de la mina, tras la barrera que impedía el paso a los vehículos (y la gente). Todavía la quedarían un par de minutos para llegar andando hasta la propia entrada, pero la gente empezaba a perder los nervios, especialmente aquellos que podían ver que ya ni podrían aparcar en el recinto para esperar la seguramente larga cola que había para intentar conseguir trabajo en la mina.

De repente en el cielo se escuchó una detonación. La gente se encogió por instinto y miro al cielo, con el grito ocasional de alguien aquí y allí. Algo había sucedido, pero no se veía nada.

El encargado de seguridad dio el alto a un par de personas a las que estaba a punto de indicar que pasaran por la garita de su compañero, el acceso peatonal.

En ese momento otra detonación, más cercana y audible, tanto que hizo temblar la carrocería de algunos vehículos, se hizo notar. Esta vez la gente entró en pánico, en el cielo había una gran nube de vapor, como si una de las nubes del cielo hubiera bajado a la altura de un sexto piso más o menos. Dos tipos pasaron corriendo junto a Amy casi llevándosela por delante, metiéndose en el coche de un colega que les  hizo gesto de subirse.

Delante, en el aparcamiento una pickup arrancó y se llevó la barrera por delante, seguido de otros cuantos coches más. La huida no duro mucho, puesto que al otro lado la pickup se tragó de frente un utilitario y ambos airbags saltaron. Hubo una cadena de choques menores, y de gente que se bajó no para ver los desperfectos si no algo más adelante.

Entre el caos de algunas alarmas de coche se escuchó otro chasquido sónico desde la distancia, más hacia la mina que por encima de esta.

Algunas personas intentaron llamar por sus teléfonos móviles, pero parecía no haber cobertura para nadie en el lugar. El hombre que actuaba de encargado de seguridad termino por los suelos tras que se llevasen la barrera por delante, y todo el mundo más adelante decía algo sobre un “ángel”. Otros decían algo sobre “atentado terrorista”.

Aquello era realmente agobiante, Amy caminaba hacia la mina rodeada de gente por todos lados, normalmente hubiese aprovechado para acercarse a alguno y meter las manos en los bolsillos, bolsos etc, pero estaba demasiado ofuscada en llegar y cansada de caminar y esquivar coches y gente como para poder concentrarse. El lugar como era de esperar estaba a reventar de gente y sin duda iba a tardar casi todo el día en poder entrar, en esos pensamientos estaba cuando sucedió aquello, una serie de explosiones. Ella al igual que los demás se agacha por pura inercia.

La gente había entrado en pánico, incluso un coche había tenido un accidente y había provocado que los demás chocaran, Amy no sabía muy bien qué hacer, aquello era demasiado peligroso, mientras se apartaba del camino de la gente maldice:

Mierda… pero, que imbécil se le ha ocurrido poner unas bombas en una mina llena de gente… mierda… esto de los terroristas… pues si que la están jodiendo… tengo que quitarme de en medio

Su primer impulso era el de salir corriendo en la misma dirección que todo el mundo, pero si aquello era un ataque terrorista lo mejor era no estar con todo el mundo, por lo que hizo fue apartarse de allí, del camino de todo el mundo. Es entonces cuando ve al hombre de seguridad tirado, algo en su interior le dice que pase, y otra parte le dice que le ayude, no estaba muy lejos, asi que decide acercarse, a fin de cuentas, si buscas seguridad, mejor ir con el encargado, por lo que se acerca al hombre:

Hey tío, ¿estás bien? ¿Qué coño pasa?

Amy apenas pudo avanzar más. Tras el impacto inicial la gente empezó a reaccionar, las sirenas de algunos coches distantes empezaron a hacer alejarse a la gente que, desde lejos, casi como Amy, no habían llegado a comprender que estaba sucediendo. Un par de personas pasaron corriendo junto a Amy, el problema fue cuando a estas le siguieron un hombre algo mayor y una mujer. Parecieron no ver a Amy, simplemente se chocaron con ella a la vez y salieron despedidos cada uno hacia un lado, levantándose con cara de auténtico pánico. Los que venían corriendo detrás se apartaron de algo que no comprendían, pero que había hecho rebotar a dos personas hacia los lados. Amy por su parte no sufrió ningún daño, algo la había protegido una vez más…Aunque se sentía fatigada.

Más adelante las cosas empezaban a ponerse tensas, el jefe de seguridad corría entre los coches a toda velocidad, hacia el descampado donde había algún que otro vehículo aparcado, y trataba de localizar el que correspondía de las llaves que acababa de coger de la garita, mientras más y más gente amenazaba con arrollar a Amy en cualquier momento, como no siendo conscientes de que ella estuviera allí, incluyendo algunas personas de más o menos su altura, que parecían correr en su dirección con todas sus fuerzas ignorando que estuviera allí…

Algo raro ocurría.

Aquello era cada vez peor y más raro, esas dos personas que se chocaron con ella no llegaron a chocar, paso como con el chico del autobús, cuando estaban a punto de chocarse con ella salieron despedidos y en esta ocasión con más fuerza aun que antes. Amy se miraba las manos sorprendida, aquello era realmente extraño, no podía imaginarse que era lo que estaba pasándole, porque ya estaba segura, tenía que ver con ella, porque tres personas en tan poco tiempo no era normal.

Sin embargo, no pudo distraerse mucho mas, el lugar cada vez estaba peor y la gente estaba más y mas nerviosa, parecía que cualquier cosa podría suceder y una gran cantidad de gente corría hacia donde estaba ella, mirando a todos los que corrían dice para sí misma:

Bueno… creo que va siendo hora de quitarse de en medio…

Para girarse y empezar a correr en dirección contraria esperando que aquella gente no le alcanzase, aun así en cierta forma estaba expectante por ver si aquella especie de fuerza que parecía rodearle era capaz de protegerle, mientras corría pensaba:

No me jodas que tengo una fuerza o algo que me rodea… ni que fuera un jedi de Star Wars o alguna cosa rara de esas…

Más adelante, un suceso extraño tuvo lugar en el cielo, para sorpresa de la gente que aún estaba esperando más. Ahora si había cámaras para registrarlo, aunque no cobertura en esta zona.

El cielo fue testigo de una especie de cometa en llamas que desdibujaba un par de figuras aladas. Una, con alas emplumadas blancas, la otra, con alas de murciélago. Las llamas salían de esta segunda figura, que estaba siendo empujada hacia los cielos por la que estaba debajo, esa con alas. La gente gritó asustada, pensando que caería un meteorito o algo, hubo más nervios en las calles…

Y luego un chasquido sónico impresionante, del tipo de chasquido que hace saltar las alarmas de coches aparcados, revienta cristales y crea histérica colectiva.

Un flash blanco ocurrió. Era como si todo se desdibujara por momentos en la vista de Amy y solo quedaran bordes. Bordes y contornos en su campo de visión, bordes que perdían el tono y se volvían negros y luego se desdibujaron por completo, sumiéndola en una nada blanca.

Tras ese breve momento se encontró de cara con la realidad, de nuevo. Una motocicleta con una mujer encima pasaba a una velocidad considerable, algunos coches aceleraban intentando salir del atasco, y ella tenía una sensación nueva en el cuerpo. Se miró las manos, y no había nada que ver. Se había desdibujado, ropa incluida, tal y como había visto en su visión.

Había una vaga sensación en su cerebro. Una que le decía “te has vuelto invisible, desde hace rato. Ya nadie te ve”.

Junto a ella pasó un hombre corriendo, saltando por encima de los techos de los coches y gritando extasiado ante lo que parecía ser algo que hasta hace momentos no podía hacer. Su agilidad parecía única y una velocidad superhumana le evitaba hacer caer incluso cuando se paraba encima de un vehículo en marcha…

No era la única persona.

En el suelo, entre espasmos de dolor, un hombre sostenía un puñal y trataba de mantener alejados a dos tipos con los que hace un rato había discutido por haber chocado su coche contra el otro. Su cuerpo crecía por segundos, pulgada a pulgada, rasgando sus ropas y empequeñeciendo el puñal que llevaba en la mano hasta que no le quedó más remedio que soltarlo.

La realidad se había jodido muy mucho y algo le decía a Amy que debia largarse de ahí.

Aquello era totalmente irreal, lo que estaba pasando delante de Amy no tenía sentido, o al menos ella lo veía así, se estaba desvaneciendo, sin embargo, no se sentía mal, al contrario, sentía que se estaba haciendo invisible y que seguramente eso podría llegar a controlarlo, mientras se miraba como se iba desvaneciendo pensaba:

Espera… espera… ¿me estoy haciendo invisible?... esto es la poya… si con esto puedo… dios… dios… que… espera Amy, que no es momento de pensar en esas cosas… lo primero es quitarse de en medio…

Mira para arriba y ve esa escena, esa especie de ángel peleando con esa especie de demonio, mira extrañada, aquello parecía una mala escena de una mala película de súper héroes, o cualquier página de un libro de comic normal y corriente. Pero aquello no fue lo único que vio, también había más gente que parecía que estaba obteniendo poderes, o eso, o de pronto aquel tipo se había convertido en el tipo mas agil del mundo. Rápidamente Amy decide seguir su camino, era mejor por el momento desaparecer de allí, bueno, eso ya lo había hecho, pero lo mejor era ponerse a salvo, ya tendría tiempo de asimilar, lo que parecía que eran cosas que era capaz de hacer, mientras trataba de ponerse a salvo pensaba:

Espera… soy como la de los cuatro fantásticos… la que se hace invisible y tiene cosas raras en plan protecciones a su alrededor… esto puede serme muy útil… mola un montón