Partida Rol por web

Fragmentos de Humanidad

Habitación de Motel nº11

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14/11/2018, 17:48
-Silver-

Blob. Blob. Blob

 

El ruido de la gotera de la ducha nunca cesaba en aquella habitación de motel, pero no era para nada la mayor preocupación de Nathan.

 

El hombre se encontraba sobre una cama, de esas que los muelles chirrían a cada movimiento. Debajo de él había alguien, porque aun notaba el calor que desprendía esa persona.

 

La reconocería incluso en medio de una multitud. Era aquella chica de seguridad de la mina, aunque en un estado bastante distinto. Para empezar estaba desnuda de pies a cabeza, lo cual era bueno para Nathan, aunque la mujer había sido asfixiada con su propia ropa interior, la cual ahora sobresalía de su boca a duras penas, mezclada con el vómito que la prenda le pudo haber causado. Una de sus muñecas estaba esposada al cabecero de la cama, con evidentes signos de lucha; la carne estaba abierta hasta el punto de que músculos y tendones eran visibles…

 

Si uno miraba su rostro podía ver claramente dos cosas: estaba consumida por la falta de alimento, empapada en sudor y además alguien había volcado más de un tipo de fluido sobre este en repetidas ocasiones, su pelo parecía adherido a su rostro y la almohada desplumada sobre la que descansaba su cabeza.

 

Tenía un escultural cuerpo, había que reconocérselo y Nathan tenía la sensación de haberlo disfrutado más de lo que ahora recordaba. La pena es que estaba bien muerta, y además por varias razones.

 

La principal era la asfixia, pero alguien había abierto la piel con delicadeza y precisión, abriendo heridas que sangraban lentamente y que dibujaban un patrón reconocible como una firma. Pecho y abdomen mostraban lo siguiente:

 

NATHANIEL

FAUST

 

El mismo Nathaniel sujetaba, encima de su víctima, un escalpelo bien afilado y la sangre le llegaba hasta el codo, caliente, muy caliente como cuando la notó en su sueño. Recordaba también el tacto rugoso de algo. Su mano zurda descansaba sobre sus vaqueros, sucios y llenos de restos de comida. El propio Nathaniel vestía una camisa que había sido blanca en algún momento, ahora estaba arremangada hasta los codos y abierta por la rotura de varios botones aquí y allí, unos vaqueros sencillos sin cinturón le seguían, la carencia de ropa interior dejaba al descubierto su fláccido y agotado falo, que descansaba sobre el muslo de su víctima, y llevaba tan solo un calcetín puesto.

 

El resto de la habitación no ayudaba nada, de hecho, contribuía más a la sórdida escena. En un rincón había restos de un montón de comida rápida variada: cajas de pizzas, hamburguesas y cualquier otra comida basura típica. La luz del baño estaba encendida (aunque a veces parpadeaba) y dejaba ver un espejo con varias fotos pegadas en este. Sobre el lavabo descansaba una de esas viejas cámaras que imprimen lo que acabas de fotografiar.

 

Las fotos eran toda una colección de actos depravados: Nathan sodomizando a la muchacha. La muchacha mamando su miembro. La muchacha comiéndose un perrito caliente, que oh, sorpresa terminaba por mamar su miembro de nuevo entre dos rodajas de pan.

 

Había un post-it en el espejo también que rezaba lo siguiente: “Buena juerga, tío, pero hasta el demonio tiene que dormir. Te toca sacarnos de aquí. PD: No manches el traje patán.”.

 

Pese a que la ducha goteaba agua, Nathan olía como si no se hubiera duchado en algo más de una semana. Y tenía la boca pastosa, y eso.

 

En la entrada de la habitación, en el perchero estaba su traje, bien limpito e impoluto tras una bolsa de plástico, de esas como de las tintorerías, con varios salpicones de cocacola, sangre reseca y un fluido verde difícil de identificar. Por suerte nada había llegado dentro de la propia bolsa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Pa qué coño firmas? XDDDD

 

Bueno, caen los primeros puntos de EQM, que la escena es bastante perturbadora, y encima has añadido el firmar la autoria del hecho a la cesta. *Facepalm*

 

 

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14/11/2018, 23:52
Nathan Faust

La velocidad de procesamiento es un tema controversial entre los investigadores del cerebro. La química y la estructura del cerebro pueden afectar qué tan rápidamente los seres humanos procesan la información. Los axones, los grandes troncos que conforman parte de la estructura de las neuronas, conectan con otras a través de un espacio conocido como sinapsis en forma de señales eléctricas. Se cree que cuanto más grande es ese espacio, más lento es el procesamiento de la información, dado que los mensajes que viajan a través del cerebro tardan más en llegar a su objetivo.

En el largo minuto que siguió al despertar de Nathan Faust, daba la impresión que el espacio entre neuronas sería kilométrico porque se quedó allí clavado como si fuera una estatua. Pasaba la mirada por todos y cada uno de los elementos de aquel dantesco bodegón hasta que sus ojos se detuvieron en el afilado escalpelo que sujetaba en su mano derecha. Con un infantil gritito lo soltó como si quemara, y un par de segundos después su cerebro empezó a procesar todo lo que estaba sucediendo.

Lo primero fue que su corazón empezó a bombear con tanta fuerza que amenazaba con salírsele a través de la caja torácica. Pero no tenía tiempo de detenerse a analizarlo, porque unas repentinas nauseas y una familiar sensación le instaron a salir corriendo hacia el baño, tropezando con las cajas de comida rápida. Se golpeó con el marco de la puerta, trastabilló hasta caer de rodillas en el frío suelo de baldosas, y vomitó todo lo que tenía en su estómago mientras a sus fosas nasales llegaba el olor de la comida a medio digerir regada con alcohol. Menos mal que la tapadera estaba levantada. Mientras lagrimeaba y se agarraba el abdomen, disfrutó de tener toda su atención centrada en no desplomarse sobre la taza, pero cuando lo único que podía expulsar era saliva y algún que otro esputo, observó la mano completamente manchada de sangre y empezó a temblar. Reculó hasta dar con la espalda en la bañera y dejó que los nervios y el miedo a lo desconocido le cubrieran por completo como si fuera una escalofriante sábana.

No entiendo nadaqué ha pasado. ¿Dónde estoy? Quéquiéncuándocómo ha pasado esto.  ¿Porqué estoy aquí? No he sido yo. No he sido yo. No he sido yo. No he sido yo. ¿Por qué estoy cubierto de sangrela he matado yo? Nononononono. Yo no he matado a nadie.

Su cabeza bullía buscando respuestas, pero cada rincón de aquella habitación gritaba su nombre y el sobrenombre CULPABLE en letras de neón. Tembloroso como una hoja en una tormenta, deambuló por la habitación y el baño, evitando deliberadamente posar la mirada en el cadáver de la mujer. Las fotos, la comida, el escalpelo ─ ¿dónde lo había dejado? ─ su propio cuerpo. No había que ser ningún lince para averiguar que él era el responsable. Pero no recordaba haberlo hecho. ¿Cómo era posible? Ni en sus años de Universidad se había pegado una fiesta tan grande que no recordara nada de lo sucedido días atrás. Y él no consumía drogas. Al menos nada duro, sólo un gramo de cocaína de vez en cuando, en momentos de mucho estrés. 

Sísisisisisi. Eso es. No he sido yo. Todo ha sido una trampa. Esa nota, ¿dónde estaba esa nota? La he vistEN EL BAÑO.

Se abalanzó sobre el lavabo y cogió la nota, leyéndola cuatro y cinco veces hasta que se la aprendió de memoria. Era su letra. ¿Era su letra? El demonio. Él era el culpable. Alguien que le había engañado y le ha implicado en toda esa mierda. Sólo tengo que llamar a la policía yNO NO NO ─No no. Puto gilipollas. ¿Cómo vas a llamar a la policía? 

Había visto suficientes series de televisión como para saber que tenía todas las papeletas para que le cargaran el muerto. Estaba cubierto de la sangre de ella, sus fluidos estaban por todas partes, sus huellas, sus fotos... Y si miraba el cargo de la tarjeta de crédito, seguramente también estaría ahí. No, no, piensa Nate. Piensa. Recuerdos de lo sucedido en la mina llegaron a su mente en forma de explosiones de luz. El ángel. El demonio. La armadura. El gas. El lobo blanco. El gas. El gas. Sí, el gas. Algo tenía el gas. Me desmayé. Y ahora estoy aquí. Puedo decírselo a la policía y...

Miró el cadáver, y la idea volvió a desvanecerse. Allí no había nada que decir y que contar. Esa mujer estaba muerta. Y aunque él no recordara haberlo hecho ─ no lo he hecho ─ hasta un niño le señalaría como responsable. Y no tenía antecedentes, pero nada le evitaba que le metieran en una celda hasta que las investigaciones encontraran al culpable. Eso si lo encontraban. Y tener ficha policial significaba no volver a ser contratado en una gran empresa. NonononoPiensa, joder. Tenía que deshacerse de todo aquello. Prendo fuego al sitio. No, lo viste en un documental, necesitas un acelerante, gasolina, y cosas así. No era tan fácil como encender una cerilla. 

¿Cuánto tiempo pasó desde que despertó hasta que se serenó lo suficiente como para organizar sus pensamientos? Tampoco le importaba. Nathaniel faust era un superviviente, y también sobreviviría a aquello. Tapó el cuerpo de la pelirrosa con la sábana y empezó a repasar toda la habitación mientras notaba la bilis abrasándole el esófago. Primero era deshacerse del cadáver, y para ello necesitaba sacarla de allí. ¿Cómo lo hacían en Breaking Bad? En aquel momento le pareció brillante, pero ahora no recordaba exactamente qué ácido utilizaba. Y si la cagaba, sería mucho peor. Un hacha. Y bolsas de plástico. ¿Habrá venido en mi coche? 

Tenía que salir a comprar, pero lo primero era limpiarse. Si salía a la calle cubierto de sangre no tardarían en detenerlo.

Notas de juego

Toma tocho. En resumen, Nathan quiere limpiarse, salir a comprar bolsas de plástico en un sitio, un hacha en otro, y en otro cosas para limpiar. 

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17/11/2018, 18:19
-Silver-

La calle. Tenía la sensación de que llevaba tiempo metido en aquel agujero llamado habitación, por como de reconfortante era respirar.

 

Nathan miró hacia donde sabía que había dejado su coche, por instinto, su mente ya casi lo dibujaba aparcado frente al motel. Le dio un vuelco al corazón ver que no estaba ahí. Luego a lo película de “Colega donde está mi coche”, un camión continuó con su camino y al fin pudo ver su coche. Estaba en buen estado, quizá algo sucio con polvo, pero en óptimas condiciones a pesar de eso.

 

Se había puesto el traje tras sacarlo de la bolsa, y por supuesto, habia aprovechado para ducharse, así que salía con el cabello húmedo, pues no tuvo valor a usar la toalla del baño impregnada en a saber qué cosas.

 

La llave encajó, el coche abrió. Todo perfecto.

 

Cuando se sentó en el asiento del piloto tuvo un momento de respiro, casi como si dejara atrás lo que acababa de pasar…Pero pronto su mente se puso a humear de nuevo con las visiones atormentadoras de aquella mujer sin vida, muerta por asfixia, mutilada por su mano tras la muerte.

 

Tras un par de visitas a unas tiendas, tenía bolsas de plástico en el asiento de atrás, y un hacha en el maletero. ¿De verdad se estaba planteando hacer todo aquello?

 

Faltaba la lejía y los chismes de limpieza en otro sitio.

- Tiradas (1)
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18/11/2018, 01:47
Nathan Faust

Mientras conducía por ese mísero pueblo buscando distintos lugares donde comprar lo que necesitaba ─ o al menos, lo que creía necesitar ─ Nathan no dejaba de sudar y le temblaban las manos. En dos ocasiones se le quedó calado el coche en un semáforo, arrancando pitidos molestos que no hicieron más que hacerle pegar un respingo. Era la viva imagen de alguien con los nervios a flor de piel.

Sólo esto, por favor ─dijo, cuando dejó el hacha sobre el mostrador de aquella tienda de caza. Nomepreguntesparaquéloquieronomepreguntesparaquéloquieronomepreguntesparaquéloquiero. Afortunadamente el tendero no tenía muchas ganas de hablar, así que pagó dejando una generosa vuelta y regresó al coche. Lo estaba haciendo bien. ¿Lo estaba haciendo bien? Mirase donde mirase, notaba que alguien le vigilaba o que todo el mundo sospechaba de él. Se había duchado a conciencia, frotando las uñas a conciencia para asegurarse de que no quedaba rastro de sangre, y por poco olvidó dejar la esponja a un lado para quemarla después. Pero cada vez que giraba el volante, miraba sus dedos de nuevo, temiendo volver a encontrárselos cubiertos de sangre de nuevo. Estaba desvariando. Y todavía no sabía qué había sucedido en realidad. Por más que se esforzaba, nada acudía a su memoria más que flashbacks inconexos que no sabía si eran suyos o su maldita imaginación jugándosela.

Necesitaba un café. Era neoyorquino, la cafeína era su puñetero combustible. Algo rápido, para llevar. Así pensarás con más claridad. Un café de la primera cafetería que encuentres, pillas la mierda para limpiar y al motel. ¿He cerrado la puerta con llave? ¿JODER, HE CERRADO? Sísísísísí, joder, tranquilo. Has cerrado. Venga, un café. Sí que lo necesitaba, maldita sea.

Giró en el primer cruce a la derecha, por elegir una dirección, y detuvo el coche en la acera. Si utilizaba Google tardaría menos. Tecleó Cafetería y Droguería y señaló las localizaciones más próximas. Al menos tenía pasta.

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20/11/2018, 09:24
-Silver-

Apenas había sido consciente de la hora que era cuando salió de esa habitación, pero ahora se le estaba echando la noche encima. El móvil enseguida le chivó un buen lugar para comprar un montón de cosas, además era un sitio 24/7 así que si volvía a calar el coche, y finalmente lo jodia, podía ir a pie y…No, mejor no pensar en esas cosas

 

 

Aparcó delante de la tienda que por el nombre debia ser de unos comerciantes chinos, y pudo bajarse del coche. Justo al echar el cierre alguien se desvió de su camino acercándose al aparcamiento.

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20/11/2018, 09:25
The Goodman

 

-Oye compañero, ¿tienes hora?.- El tipo iba como un mendigo, aunque no olía como uno por lo que pudo notar Nathan cuando se acercó con una sonrisa afable. Joder, tampoco llevaba las cosas que llevaría un mendigo, tenía colgando una bolsa de deportes a un lado y una más delante suya, con una cruz roja como si fuera algún tipo de paquete sanitario que había sufrido un poco bastante.

 

-Bueno, en realidad no quiero la hora… ¿Tienes algo suelto?... ¿Te encuentras bien?-Dijo algo preocupado. Mendigos. Los conocía de Nueva York, y algunos eran terriblemente empáticos.

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21/11/2018, 11:37
Nathan Faust

Que alguien le abordara en mitad de la calle añadió una gota más a la taza llena a rebosar del nerviosismo de Nathan. Sumido en sus pensamientos y repasando mentalmente todo lo que debía hacer para evitar cometer errores, la voz de aquel hombre le hizo pegar un respingo. ¿La hora?

Como buen neyorquino, prácticamente se las sabía todas: si un tipo con mala pinta te pedía la hora en mitad de la calle, era para ver qué reloj o teléfono móvil tenías para darte el palo. ¿Justo se estaba acercando al hombre joven y bien vestido del aparcamiento por pura casualidad? ¿Ahora quiere dinero? Al menos se estaba dejando de gilipolleces e iba al meollo del asunto: dinero para drogas o para emborracharse. ¿Qué se meterían en aquel pueblo de mierda? Déjate de mierdas y tú a lo tuyo. Sólo tenía que hacerle un gesto para pasar de largo y...

¿Te encuentras bien?

Joder, claro que no lo estaba. Me acabo de despertar en una habitación de Motel con el cadáver aún caliente de una mujer entre mis piernas y a todas luces soy el culpable. No estoy bien. Estoy al puto carajo de estar bien. Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, de hecho, llegaron a empañarse ligeramente. Estaba al borde de un ataque de nervios, de caer de culo en el asfalto y empezar a gritar de miedo y frustración. Pero no podía. Porque eso sería como encender una bengala en mitad de la noche para que todos pudieran verle. Ahora necesitaba ser una sombra. Alguien invisible.

Toma ─alcanzó a decir con un hilo de voz. ¿Cuánto le había dado? ¿Uno, cinco, diez? No lo sabía, sólo era un billete arrugado en su bolsillo. Pero no quería que se pusiera a increparle en mitad de la calle como hacían algunos mendigos cuando les ignorabas. Sólo quería que le dejara en paz y pudiera intentar poner en orden su vida.

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22/11/2018, 18:13
-Silver-

El mendigo cogió el billete y lo extendió para mirarlo brevemente, luego alzó la mirada a Nathan y frunció el ceño, mirándole, pero lejos de decir algo se giró para irse, guardándose el billete en un bolsillo y sacando un paquete a medio empezar de kitkat, partiendo una barrita y zampándosela.

 

Nathan pudo entonces seguir su camino al comercio, estaba a nada y menos de lograr lo que deseaba…O al menos empezar aquello que anhelaba. Librarse de todo ese infierno que se había desatado en una habitación.

Notas de juego

Continuas en "Las Calles de Silver City" :)

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21/01/2019, 10:44
-Silver-

Aparcar, salir, recoger, no hacer ruido. El plan inicial era bueno, pero era imposible no parecer un hombre orquesta con los cubos y demás parafernalia, e incluso tomo un par de viajes cargar todo aquello hasta la habitación. Había un par de luces en el recinto del motel encendidas a estas horas, la de una habitación al fondo y por supuesto la garita del dueño, que estaría viendo la tele y meneándosela con alguna revista porno, ignorando las nuevas tecnologías y el porno en HD.

 

Subir, entrar, girar llave, apoyar espalda en puerta. Enfrentar la realidad de nuevo.

 

Todo seguía tal y como lo había dejado, incluido el goteo constante que venia del baño por uno de los grifos que perdía agua constantemente. La sangre había empezado a secarse aunque el centro de algunos charcos aun tenia parte liquida o semilíquida, y empezaba a emanar un hedor de aquel cadáver que se había movido de algún modo. El rigor mortis empezaba a hacer aparición y las preguntas se agolpaban en la cabeza de Nathan…Cabía la posibilidad de que se lo hubiese pasado bien con una muerta.

- Tiradas (1)
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21/01/2019, 10:51
Voz en la oscuridad

La voz, esa voz que estaba en su cabeza habló.

 

-Ahora ya sabes, a limpiar y a no dejar ninguna huella…No me gustaría que acabásemos en la cárcel. Bien te podías haber traído a la chinita aquí, parecía dispuesta a ayudarte y ya que más da, un cadáver, dos…-Hubo un sonido como de chasquear la lengua.-Venga vale, no es buen plan. ¿Te he contado que mientras nos lo pasábamos bien te he dado algunos…dones?

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22/01/2019, 00:00
Nathan Faust

La ridícula experiencia con la china del establecimiento le había puesto aún más nervioso, si es que eso era posible. Seguro que desconfía de mí. ¿Por qué estaba hablando tanto de matar a alguien, de olores y de inciensos? ¿Quién habla de esas mierdas con un puto cliente que sólo quiere comprar putos estropajos? La cabeza le bullía y las sienes le palpitaban a medida que se abría camino hacia el puñetero Motel que ahora ocuparía el lugar de honor en sus pesadillas diariamente.

El olor le recibió como una bofetada nada más abrir la puerta de su habitación. El puto olor. Si tuviera algo en el estómago volvería a vomitar, pero las arcadas volvieron a abrirse camino pidiendo más guerra. Sólo un largo y blancuzco hilo de baba se desprendió de sus labios mientras descargaba todo en el suelo y se apretaba la barriga para controlar los espasmos. Qué puta mierda.

Cállate-cállate-CÁLLATE ─esa voz. Esa PUTA voz. Seguía ahí, como si fuera real. Rondandole la cabeza y añadiendo más mierda a su delicado equilibrio mental. Ni siquiera tenía tiempo para pararse a pensar en lo que le decía. Tengoquelimpiartengoquelimpiartengoquelimpiar.

Primero, los trozos grandes. Abrió las bolsas de basura y se puso manos a la obra.

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23/01/2019, 13:55
-Silver-

La lejía. La lejía destruía las moléculas y tenía cubos y tenía cosas…y podía limpiar y llevarse las sabanas en el coche y quemarlas y…

 

Aunque estaba sudando la gota gorda, Nathan descubrió varias cosas en aquel momento. La primera era que limpiar con lejía y otros productos en una habitación de motel era limpiar mierda que nunca había sido limpiada, y la segunda, también, era que hacerlo con las ventanas y puerta cerrada era mala idea, como tan mala idea era hacerlo con estas abiertas…¿Quién en su sano juicio alquilaba un sitio para limpiarlo?.

 

¡Ah, mascarillas!, si, había cogido de esas también.

 

También descubrió, a saber si por la adrenalina del momento o las prisas, que se movía casi el doble de rápido, sus manos a veces eran un borrón en el frotar y limpiar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mira, con la tonteria has descubierto el primer poder de poseido, la super agilidad jajaja

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25/01/2019, 01:01
Nathan Faust

Estaba claro que los vapores de la lejía le estaban envenenando lentamente, porque a veces la visión se le nublaba y sus manos parecían borrosas. Sí, es eso, maldita sea. Se movía con rapidez por la habitación, con destreza, pero a veces sus movimientos eran demasiado fluidos y ágiles, lo que sólo podía achacarse a que su percepción estaba distorsionada por el agotamiento, la falta de alimento en su estómago, el estrés, los vapores tóxicos y vete-tú-a-saber-qué-más. Porque aquí no hay voz que valga y no hay dones que valgan.

Activamente se obligaba a centrar su mente en la tarea que le ocupaba ─ que no era moco de pavo ─ pero cuando llevas frotando y recogiendo un buen rato, tu cabeza tiende a ponerse en piloto automático y, claro, esos hilos de pensamientos que esperan agazapados en alguna esquina les da por aparecer y ocupar el asiento del conductor. Lo de la mina fue verdad. Allí pasó algo. Allí había una tipa que se convirtió en lobo. Y un demonio. Y una armadura. Y un ángel. ¿Qué fue de esa gente? ¿Seguirán vivos?

¿Y si... esa voz existe de verdad?

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27/01/2019, 01:51
Voz en la oscuridad

-Claro que existo de verdad. Estoy aquí, en tu mente. Te digo que te aprietes chinitas, y tal. ¡Deja de darle al mocho y mírame!

 

La televisión de esas viejas del cuarto del motel se encendió y apago por arte de magia, en el cristal, reflejado, por un momento, se vio el rostro de un ser cornudo aparecer, sonreir y difuminarse tan rápido como había venido.

 

 

-Lo de que frotes tan rápido lo hago yo, porque tenemos prisa. Los dos. En unas horas empezaran a hacer preguntas, muchas preguntas…Y mañana seguramente la cara de esa tipa que nos hemos follado aparezca en cartones de leche. Bah, no, eso solo lo hacen con los niños desaparecidos. Además es como muy de los años 80 eso, ¿se sigue haciendo? Joder, es que he descubierto que la gente ahora ya no usa cámaras como la que usé yo para retratar a la puta esta, que ahora todo es una especie de agenda electrónica lo que os hace todo. Estoy flipando más que tu créeme.-La cámara de fotos de las que imprimen las fotos al instante, sacó una foto, pillándole el careto de Nathan en aquel instante y revelándolo.

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27/01/2019, 03:40
Nathan Faust

Nathan emitió un infantil y ahogado chillido ─ el enésimo desde que había entrado de cabeza en su nueva vida como habitante de Silvercity ─ dio un paso atrás, resbalando con algo que chapoteó, y terminó cayendo de culo en el repugnante suelo de moqueta de la habitación. Así, su cara quedó justo frente a esa televisión que acababa de mostrarle una imagen dantesca. Terrorífica. Imposible. Ahí seguía esa voz, hablándole como un secundario cómico en una buddie movie. Sólo les faltaba una cerveza y un plato de nachos con queso. Ya está. Te has vuelto loco de cojones. Es sólo cuestión de tiempo que la policía te atrape y pases los días en... No, no tendré esa suerte. Me van a freír en la silla. 

¿De qué servía todo aquello? Nunca había tenido excesiva suerte, porque sólo de esa forma podía explicarse que hubiera terminado en un pueblo como aquel, en el culo del mundo, limpiando de sangre y restos humanos el suelo de una mierda de habitación. Por mucho que se esforzara, alguien le terminaría pillando. El dueño del motel abriría la puerta justo cuando estuviera troceando el cadáver, o le pararía la policía con el coche cargado de bolsas con restos humanos...

Flash. La cámara se activó sola, cegándole momentáneamente. Mientras parpadeaba para recuperar la visión, sus sombríos pensamientos se desvanecieron, permitiendole un momento de lo que podría llamarse lucidez.

¿Quién... eres?

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29/01/2019, 18:17
Voz en la oscuridad

-Tú y yo somos la misma persona ahora. Ese colega que lanzaba fuego y echaba humo no fue el único que escapó aquel día en la mina…Lo que pasa que yo soy más sutil.

 

La voz sonaba de nuevo en su cabeza, puesto que la imagen había desaparecido del televisor.

 

-Te tengo que enseñar algunas cosas, pero vamos por orden. Primero limpiamos y nos deshacemos de la puta, y luego ya seguimos. ¿Cuál es tu plan, la vas a trocear? ¿O el viejo clásico de enrollarla en las sabanas y al maletero? ¡Pero no te pares joder, que tenemos prisa! Tu frota que yo te voy hablando.

Notas de juego

Hazme una tiradita de agilidad si sigues limpiando. :D

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30/01/2019, 08:48
Nathan Faust

Esa voz. ¿Sonarían así las voces en la cabeza de quienes se habían vuelto completamente locos? Ahí estaba, sin decirle más que lo que le diría un colega que había ido a echarle un cable. Acuclillado sobre un montón de basura que estaba echando en una bolsa, Nathan se había quedado absorto, escuchándole. Así que ahí esta, Nate. Como una regadera. Tan loco que mató a una joven, dirán. En la cárcel se van a poner las botas con mi culo. Por momentos estaba por rendirse y abandonarlo todo. LLamar a la policía, quedarse allí sentado y extender los brazos nada más aparecer para que le endosaran un buen par de esposas. No daría ninguna molestia.

SÍ, sí... ─respondió en voz alta, instintivamente, aunque algo le decía que podía seguir manteniendo esa conversación sin decir nada. Guardó todos los restos de comida y cerró la bolsa con un buen nudo. El cuerpo. Estaba dejando esa parte a propósito para el final porque no se atrevía a hacerse a la idea de trocearla. La mera idea de hacerlo le daba nauseas. La sola idea de volver a mirarla, más bien.

¿Trocearla? Sería más lento, pero más fácil deshacerse del cadáver. ¿Enrrollarla en las sábanas y tirarla en el bosque? Con suerte se la comía un oso, pero estaba claro que él no tendría tanta suerte. Esa chavala seguro que tenía familia en Silver City, amigos, alguien que preguntara por ella... ¿No se te ocurrirá qué hacer, no? Yo tengo ahí el hacha, claro. Pero joder.

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31/01/2019, 16:42
-Silver-

-Si te pones a trocearla ahora vas a manchar todo lo que has limpiado seguro. Sabana y al maletero. Venga, seremos muy rápidos, no nos verá nadie si vas con cabeza.

 

Esa voz volvió a sonar en su cabeza…No, estaba moviendo los labios, era su propia voz esta vez. Era como una marioneta en las manos de un titiritero, y cuando quería, cumplía su voluntad.

 

Apenas era medianoche, y ya había hecho lo que creía que sería una tarea de varias horas, había frotado las paredes, recogido basura, limpiado y blanqueado la moqueta, se había deshecho de la sangre y otros fluidos que había por aquí y por allí y hasta había limpiado suciedad encostrada que nunca jamás había visto ningún instrumento de limpieza.

 

-Eres un buen criminal Nathan, no te preocupes, lo haremos todo bien y podrás volver a tu vida normal.-Su boca se movía diciendo aquellas palabras.-Ahora recoge la foto que te he sacado y guárdala en un bolsillo.-Sonaba a demanda, una demanda que se hacía a sí mismo, hablando a una vertiginosa velocidad.

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31/01/2019, 17:57
Nathan Faust

La sensación de que otro hablara por su boca era repugnante. Se sentía violado, sucio y pegajoso. Fuera lo que fuese aquella cosa que le hablaba ─ que siempre estaba la posibilidad de que se hubiera vuelto loco, claro, pero prefería pensar que era algo distinto ─ estaba dentro de él y le controlaba cuando le daba la puñetera gana. Aunque no está equivocado del todo. Miró a su alrededor y aquello estaba como si hubiera regresado a casa de su madre. Joder, hasta había estado en hoteles más sucios que aquella habitación de Motel. Si se ponía a trinchar el pavo iba a joderlo todo. Un rápido vistazo al reloj le dijo que no era mala hora. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se había puesto manos a la obra?

Ya había pensado demasiado: ahora tocaba ponerse en piloto automático y hacer lo que eso le decía. Cuando durmiera un poco ya pensaría qué haría con su vida. Trago saliva varias veces, inspiró profundamente y se abalanzó sobre el cuerpo. Rápido, como una tirita. Envolvió el cuerpo lo mejor que pudo, no olvidó la foto de la Polaroid y se asomó a la mirilla de la puerta. Debía asegurarse que no había moros en la costa. Menos mal que había aparcado cerca, si se lo curraba bien, podría hacerlo todo sin apenas despeinarse.

Repitió mentalmente lo que debía hacer: Salir, abrir el maletero, asegurarse que no hay nadie a su alrededor, entrar y coger el cuerpo, volver a comprobar que no había nadie fuera, meterlo dentro y cerrar el maletero. Luego haría lo mismo con las bolsas de basura. Todo en el mismo sitio para que nadie se le ocurriera mirar en los asientos traseros mientras conducía.

Era hora del todo o nada. Uno... dos...

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05/02/2019, 01:28
-Silver-

Nathan hizo lo que estaba planeado. Salió, no había moros en la costa y pudo abrir el maletero. Entró, cargó el cuerpo a cuestas…

 

Y esa parte no era tan fácil, en algún momento pensó que llevar un cadáver a cuestas seria fácil pero tuvo que pararse un par de veces a recobrar el aliento antes de llegar al coche, el nerviosismo, y la manera en que su corazón latia casi lo dejaban sordo, era como si le estuvieran dando bofetadas en las orejas de dos en dos.

 

Entró de nuevo.

 

Bzzzz

 

Bzzz

 

 

Un móvil en modo vibración estaba en algún lado, ahí, en las bolsas, recibiendo una llamada.

 

A los segundos el sonido murió, bastante antes de que Nathan pudiera identificar que bolsa tenia aquel condenado chisme del diablo.

 

Salió con las bolsas a cuestas. Habia dos cosas distintas a cuando entró en la habitación, dos cosas que llamaban la atención.

 

La primera era que el visillo de la habitación del fondo estaba corrido… ¿o lo estaba ya antes y era paranoia suya? La segunda era que la garita del recinto del motel tenía la luz apagada ahora y solo se veía el ocasional refulgor de la pantalla de televisión de quien estuviera allí dentro metido. Cargó las bolsas en el maletero, lo volvió a cerrar.

 

Bzzzzz

 

 

 

Bzzzz

 

Podía escucharlo en el silencio de la noche, en el aparcamiento interior del recinto del motel donde habían otros seis coches más.

- Tiradas (1)