Partida Rol por web

Frecuencias fatales

La triste historia de Sadie

Cargando editor
11/10/2021, 12:30
Director

Lenz se encogió de hombros mirando a Vivian con una mirada tan fría y inexpresiva como la de uno de los cadáveres de aquella sala.

—Señorita, yo solo soy el forense. Le digo lo que hay. La investigación corre a cargo del detective McAdams, si desea intercambiar puntos de vista sobre el caso háblelo con él, aunque le advierto que no le gustan ni los periodistas ni que le digan como hacer su trabajo —Lenz lanzó un suspiro—. Mire, yo no sé si el sospechoso habrá hecho esto él solo, quizá oculte a alguien. Hay bandas criminales muy raras en estos últimos tiempos.

Volvió a encogerse de hombros y se giró hacia el cadáver para cubrirlo de nuevo con la sábana. Hizo un gesto al estudiante de medicina para que le ayudara a subirlo a su lugar y miró a Vivian esperando si quería algo más o si bien permitiría que la acompañara hasta la salida.

Cargando editor
13/10/2021, 01:06
Vivian Sinclair

Vivian inspiró para calmar los ánimos, y eso hizo que se llevara más perfume a la nariz. Cuando miró de nuevo a Lenz negó con la cabeza.

 

-¿Bandas criminales con pulpos gigantes en su sotano?, aquí hay algo que no cuadra…Pero lo encontraré, con o sin ayuda.- Dijo bastante resuelta, tanto a salir de allí como a resolver el asunto.

 

-Si no hay más que hablar…Será mejor que me marche, aún tengo que …tomar algunas notas.- Dijo sin querer revelar mucho más.- ¿Podría tener algunas fotos de estas…heridas? No creo que las vaya enseñando, pero me gustaría poder decirle a la gente que no fue algo humano.

Cargando editor
13/10/2021, 13:30
Director

Lenz se mostró impertérrito ante el comentario de Vivian. Había visto muchas cosas en sus años de profesión, y ya poco le sorprendía. Aunque no le costaría admitir que el estado de aquel cuerpo era realmente excepcional. Pero, como hombre de ciencia, sabía que a veces las explicaciones eran sencillas y simplemente se escapaban a su entendimiento hasta que descubrían todas las piezas del puzzle.

—Lo lamento pero no puedo darle ninguna de las fotos negó con la cabeza al tiempo que extendía la mano para que se las devolviera—. Además de ser material sensible y confidencial mientras la investigación esté en curso, no creo que a la familia de Fink le parezca adecuado.

Después las guardó en el archivador que colgaba de la camilla y al regresar extendió su brazo hacia la salida y se dispuso a acompañarla.

Notas de juego

Si quieres robar una de las fotos puedes hacer un control de Birlar, dificultad 4.

¿Cuál es el próximo paso?

Cargando editor
19/10/2021, 17:28
Vivian Sinclair

Viv trató de hacerse con una de las fotos, tratando de extraer una al juntarlas todas y devolverlas, pero el intentó se notó quizá demasiado…

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues no ha habido suerte :(

Cargando editor
19/10/2021, 20:05
Director

Lenz observó el gesto descuidado de Viv para quedarse con la fotografía y la miró con expresión cansada esperando a que ella misma se diera cuenta de lo inútil de su intento. Extendió la mano para que le devolviera la foto que Vivian pretendía llevarse y luego la guardó junto al resto. Al menos tuvo la delicadeza de no comentar nada al respecto y hacer como si el incidente no hubiera ocurrido.

Más tarde, cuando salieron del área de la morgue, Lenz se despidió de ella brevemente y se quedó junto a la puerta del pasillo por el que acababan de llegar hablando con uno de los médicos, aunque a Vivian le dio la impresión de que el forense de la policía estaba en realidad controlando que la periodista realmente se fuera de allí.

Cargando editor
25/10/2021, 23:57
Vivian Sinclair

Con un suspiro resignado abandonó el lugar. No había conseguido aquella foto, pero al menos ahora sabia que esa muerte no la produjo algo humano, y quizá, algo que muchos humanos no conocerían.

 

Una vez fuera del Bellevue se tomó una pausa para echarse un cigarrillo. El siguiente paso…

 

Hizo un calculo de cuanto tardaría en llegar a las inmediaciones de Fulton Street, en el centro de Brooklyn, y buscó la manera de llegar allí siempre que las horas diurnas lo permitieran. La idea era encontrar el taller funcionando, claro.

Notas de juego

Pues a investigar las cosas del taller!

Cargando editor
26/10/2021, 11:35
Director

A unas manzanas al norte de Fulton, la principal calle comercial del centro de Brooklyn, se encontraba el taller de reparaciones de Fuller donde trabajaba George Preston hasta el momento de su desaparición. Vivian cogió un taxi en el hospital y se dirigió al lugar mientras en su cabeza se iban formando teorías de lo más descabelladas sobre la posible muerte de Myron Fink. El cadáver que había visto en el depósito tenía un aspecto horrible, y Vivian solo había obtenido en claro que algo tremendamente desagradable y horrible le había ocurrido a aquel pobre hombre y estaba convencida de que no había podido ser nada humano.

El negocio de Howard Fuller ocupaba un almacén de ladrillo de dos plantas con el nombre del dueño escrito en letras grandes sobre la puerta. Junto a la puerta del taller había un nutrido grupo de hombres esperando, formando una considerable fila y charlando entre ellos y fumando. El cartel que había junto a la ventana de la entrada, en el que se decía que se buscaba electricista, explicaba su presencia. El trabajo de electricista escaseaba y cada vez aparecían menos ofertas a medida que empeoraba la Depresión. En un taller como el de Fuller, uno tendría el sustento asegurado y una buena paga por un tiempo. Desde que se había extendido el rumor de que uno de los empleados de Fuller había desaparecido, docenas de hombres se acercaban al taller a merodear con la esperanza de llamar la atención del jefe cuando saliera.

Vivian despertó miradas entre los pretendientes al puesto de trabajo, incluso escuchó algún silbido insinuante y un par de ellos se atrevieron a lanzarle piropos halagando sus largas piernas. Vivian hizo caso omiso y entró directa al taller. El interior del lugar evidenciaba el pasado del edificio como almacén. La planta principal la ocupaba una sala con un techo muy alto en la que doce empleados trabajaban en mesas individuales con diversos aparatos pequeños: radios, máquinas de coser, planchas, y algunos de ellos se encargaban de electrodomésticos de mayor tamaño como neveras, aspiradoras o lavadoras. La mayoría de los empleados no levantaban la vista de su trabajo, pero un par de ellos sí que echaron un vistazo en dirección a Viv antes de volver a centrarse en su labor. Sobre un cuarto de suministros situado en la parte de atrás, había un pequeño despacho en un entrepiso al que se accedía mediante una escalera y una pasarela de hierro. Viv supuso que aquel sería el despacho de Fuller. Junto a la entrada, había un escritorio pulcramente ordenado del que nadie se hacia cargo.

Cargando editor
26/10/2021, 12:04
Petunia Adams

Al verla plantada en la entrada, esperando a que alguien la atendiera, una joven de unos veinticinco años, ataviada con un sobrio vestido de algodón estampado, se apresuró a ir a su encuentro. La joven llevaba el pelo perfectamente recogido en un moño y tenía una cara fina y una barbilla ligeramente alargada, y se dirigió a Vivian con una actitud profesional.

—Buenos días, señorita. Me llamo Petunia Adams, soy la secretaria del señor Fuller, ¿en qué puedo ayudarla?

Cargando editor
09/11/2021, 10:42
Vivian Sinclair

Viv entró en aquel lugar con la cabeza bien alta, con el tiempo había aprendido a no dedicar una mirada a nadie que se atreviera a decirle algo, especialmente de sus piernas, los hombres, y más mientras trabajaban, tenían ese habito. Al presentarse Petunia Viv devolvió el saludo, con una sonrisa afable.- Vivian, del Herald Tribune, ¿se encuentra el señor Fuller aquí?, me gustaría que me recibiera, será una entrevista breve, quizá para concretar con él una más en profundidad.- Vivian desvió la mirada al lugar para luego volver a reparar en Petunia; tenía un nombre bonito y le hacía honor a este, sin duda, siendo bastante atractiva y posiblemente la razón por la cual estuviera aquí atendiendo a la gente.

Cargando editor
10/11/2021, 12:10
Petunia Adams

—Oh, una periodista, que interesante. Claro, el señor Fuller está en su despacho, allí subiendo aquellas escaleras —dijo señalando el entrepiso que Vivian había visto.

Viv pudo ver la silueta de un hombre con los brazos en jarra en la cristalera de aquel entrepiso en el que se encontraba el despacho. A Fuller, al parecer, le gustaba controlar su taller, y sin duda aquel despacho era una buena atalaya desde la que ver todo lo que ocurría en el piso de abajo.

—¿Es por algún asunto en particular? —quiso saber Petunia, quien ya empezaba a comprobar su moño por si tras Vivian aparecía algún fotógrafo.

Cargando editor
16/11/2021, 17:51
Vivian Sinclair

Vivian se detuvo antes de subir aquellas escaleras, mirando de nuevo a la recepcionista. En cierto modo le recordaba un poco a ella hace unos años, antes de conocer a Stella.

 

-No encanto, solo una visita formal del periódico a un taller para rellenar una columna sobre empresas que pelean contracorriente. No viene ningún fotógrafo detrás de mí, puedes estar tranquila por eso, pero si yo fuera quien llevase la cámara te haría brillar entre todos los trabajadores de este taller.-Vivian se permitió aquel comentario antes de continuar subiendo; había que ser sutil en este mundo, pero aprovechó aquel gesto coqueto de Petunia para dejar caer algo que quizá más tarde se pudiera convertir en algo…

 

Fuller, lo imaginaba un tipo rudo de brazos anchos, alguien que se había labrado su posición trabajando…

Cargando editor
22/11/2021, 15:47
Howard Fuller

Petunia quedó algo descolocada con el comentario de Vivian, y la miró extrañada como si se preguntara si lo que había entendido era realmente lo que Vivian quería decir. Ella solo pretendía salir guapa en la foto del periódico, y Vivian había actuado como uno de los hombres del taller cuando trataban de coquetear con ella. Aún así no dijo nada y sonrió incómoda mientras Vivian tomaba las escaleras que subían al despacho de Fuller. 

Howard Fuller era más o menos como Vivian se lo estaba imaginando. Un tipo de anchos hombros sobre los que sostenía una empresa de éxito que perseguía el sueño americano. La idealización de los valores de aquella época en persona. Y Fuller lo había logrado. Aunque no había conseguido convertirse en un inventor de éxito como podían serlo el inventor del frigorífico o la maquinilla de afeitar eléctrica, sí había logrado tener un negocio exitoso donde solo trabajaban los mejores, de ahí la concurrencia para hacerse con el puesto de trabajo que Preston había dejado vacante, además de la grave situación económica.

Viv comprendió enseguida porque aquel hombre tenía su despacho elevado de tal modo, ya que desde ahí podía ver todo lo que sucedía en el piso de abajo. Junto a la ventana había un panel con grandes interruptores, debajo de cada uno figuraba un apellido escrito en cinta. Viv pudo deducir que los interruptores eran para controlar la corriente que iba hasta la mesa de cada electricista, por si ocurría una electrocución. Fuller, además, tenía en su mesa un micrófono con un interruptor para dirigirse a los empleados. 

Cuando Viv entró en la habitación, se encontró a Fuller vigilando sus dominios fumando en pipa sentado y con los pies encima de la mesa. Al ver a Viv entrando a su despacho, debido dar por sentado que acudía allí por algún problema con un aparato o a consultar si el taller podía hacerse cargo de alguna reparación. Sin dar tiempo a la periodista a decir nada, comenzó a alardear de la calidad del trabajo que hacía sus hombres. 

Buenos días señora, bienvenida al taller de Fuller, no se preocupe por el problema que tenga, nosotros nos encargaremos a un módico precio. Aquí solo trabajan los mejores de los mejores. Le aseguro de que tanto si es grande como si es pequeño, tendrá su aparato reparado en una semana o le devolveremos el dinero. Fuller le ofrece una calidad sin competencia, ¡recomiéndenos a una amiga y tendrá un quince por ciento de descuento en su siguiente reparación!

Cargando editor
24/11/2021, 17:27
Vivian Sinclair

Viv sonrió, quedándose unos segundos con esa expresión congelada en el rostro, antes de bajar la cabeza y volver a alzar con una expresión algo más seria.- Tendré en cuenta el descuento, señor Fuller. En realidad, vengo de parte del periódico, si me permite algunas preguntas.-Desvió la mirada al taller que controlaba el hombre desde allí arriba. El hecho de poder cortar la corriente era un gran detalle por parte del empresario. Al devolver la mirada al hombre se adentró algo más en el despacho, con confianza.

 

-Soy la señorita Vivian del Herald Tribune; he visto que su empresa está en alza pese a los tiempos que corren, seguro que recoger algunas de sus palabras y reflexiones para el periódico ayudan a otros hombres de negocios a perseverar en estos tiempos…Aunque no se me ha escapado el hecho de que hay una cola de gente para un puesto de trabajo, ¿Cuál es? ¿Es un puesto nuevo?.-Vivian lo dejó caer, no iba a preguntarle directamente por un empleado que podía ser un asesino, claro, el hombre era… un asesino a ojos del resto de la sociedad y eso daría mala publicidad a Fuller. No, había que dejar que el hombre sacara el oro a relucir el solo.

Cargando editor
25/11/2021, 12:46
Howard Fuller

—Ah, periodista —Fuller carraspeó incómodo por la confusión y se repuso envarándose e irguiendo la mirada—. Debe saber, señorita Vivian, que respeto profundamente el poder de la prensa. 

Fuller asintió, como intentando darle más empaque a aquellas palabras, y después señaló un asiento que había frente a su escritorio para que la periodista se sentara. El escritorio de Fuller estaba cubierto de cartas, recibos, facturas y periódicos. Se notaba cierto orden en algunas zonas, producto seguramente de los inútiles esfuerzos de su secretaria Petunia Adams por mantener aquello ordenado, pero Fuller apilaba lo último que le iba llegando sobre lo que había debajo. 

—En efecto, como ha podido ver, estamos seleccionando gente para un puesto que ha quedado vacante. No, no es un puesto nuevo, es de un empleado que ha... bueno, desaparecido. Ahora mismo estamos haciendo pruebas a los interesados, que demuestren sus aptitudes. Como le he dicho —añadió colocándose la boquilla de la pipa en la boca—, solo contratamos a lo mejor de lo mejor. La calidad en los Talleres Fuller es primordial, puede que cualquiera de estos hombres que esperan a la entrada trabaje a un nivel de calidad aceptable para otros, pero no para Howard Fuller. Espero que cite eso en su artículo. Por cierto, no me ha dicho de qué trata.

Cargando editor
28/11/2021, 23:59
Vivian Sinclair

-Es un artículo sobre empresas que llevan tiempo funcionando y sus métodos, aunque el Herald quiere más un poco de sensacionalismo para empujar a los demás empresarios a verse como hombres de utilidad y valor. Ya sabe, será una entrevista sencilla, simplemente recoger algunas frases que queden reflejadas en el periódico y que otros puedan leer como inspiración o motivación para salvar un bache.-Hizo un gesto con la mano para restarle importancia al asunto, para luego señalar una silla para sentarse en frente del escritorio.- ¿Puedo?, serán unas preguntas nada más, por supuesto puede extenderse cuanto quiera.- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, tratando de parecer una periodista en busca de un artículo más de relleno.

Cargando editor
29/11/2021, 21:01
Howard Fuller

—Suena interesante —mintió descaradamente, aquellos artículos de sociedad le importaban un pimiento, pero Howard Fuller sabía reconocer una oportunidad de publicidad gratuita cuando se le presentaba delante. Extendió la mano para invitar a Vivian a sentarse —. Por favor. 

Dio unas caladas a su pipa mientras esperaba a que la periodista se acomodara en la silla y empezara con las preguntas. El humo surgía de su boca formando una gran nube gris que se mezclaba con las volutas delgadas y retorcidas que emanaban de la boquilla de la pipa. 

—¿Quiere tomar algo? Aquí solo tengo alcohol pero puedo decirle a mi secretaria que le traiga un te —se ofreció. Viv estaba segura de que si fuera hombre le hubiera ofrecido una copa de whisky en lugar de una taza de te sin dudarlo. 

Cargando editor
16/12/2021, 02:37
Vivian Sinclair

-Estaría bien.- Respondió a la invitación para tomar algo tras tomar asiento y cruzar las piernas de manera elegante.

 

-No me gustaría que importunase a la joven Petunia, pero un té estaría bien.- Dijo, claramente aceptar una bebida de un hombre era un paso demasiado atrevido para cualquier mujer.

 

-Bueno…Empecemos con la primera si le parece bien.- Dijo tras abrir el cuaderno de notas que llevaba consigo.- ¿Cuánto tiempo lleva en el mundo de los negocios?.- Viv tenía en realidad prisa por empezar a meter preguntas un poco más delicadas, pero claro no las podía meter de buenas a primera, asi que Fuller debería contestar algunas preguntas más básicas antes de que Viv lanzase los dardos de verdad, los que querían dar en la diana.

 

-…De expectativas a futuro, ¿hay alguna novedad planeada que pueda revolucionar el mundo de la…-La mujer dirigió una mirada al taller, recordándose a si misma donde estaba y que estaba haciendo exactamente.- electricidad, algún adelanto que su empresa pretenda sacar adelante y que quizá haga falta de algún inversor o diletante dispuesto a apostar por usted?

Cargando editor
16/12/2021, 13:37
Howard Fuller

Fuller aseguró que para su secretaria no sería molestia alguna, se incorporó en su silla y marcó uno de los botones del interfono para decirle a Petunia que trajera una taza de te para la señorita Vivian y después volvió a reclinarse en el asiento y colocó los zapatos sobre la mesa, sintiéndose bastante cómodo con la entrevista. Era obvio que algo de publicidad gratis le venía de perlas. 

—Verá, señorita Vivian, he sido un emprendedor desde bien joven. Apenas tenía diecisiete años cuando... —Vivian tuvo que aguantarse la historia de la vida de aquel hombre. Nada extraordinaria, salvo por que había logrado crear de la nada un prestigioso taller que hacia que las cosas le fueran bastante bien. Fuller le contó que él siempre había querido ser un inventor de éxito, pero no había conseguido diseñar nada que mereciera la pena. La creatividad siempre le había resultado esquiva. Sin embargo, había logrado crear un taller exitoso y estaba orgulloso de ese logro. 

—Quién sabe, señorita Vivian —respondió a la pregunta sobre las novedades con una enigmática sonrisilla—, el mundo de hoy está lleno de increíbles avances. Especialmente en la electricidad y la electrónica. Mire lo rápido que ha cambiado el mundo si lo comparamos con hace diez o veinte años, cómo ha evolucionado la tecnología en estos días. El mundo cada día nos sorprende con algo nuevo. Aquí en Talleres Fuller no somos menos, por supuesto. Muchos de mis empleados trabajan en proyectos propios al acabar su jornada y, —tosió y carraspeó la garganta— yo mismo también lo hago. Pero no puedo adelantarle nada hasta que no haya algo definitivo. Ya sabe, las patentes y todo eso.