Partida Rol por web

El militar preguntó horrorizado por la Liga de la Libertad y tras escuchar la respuesta de Jaime se quedó muy aturdido. Sin aquel grupo de metahumanos en la ciudad y con esos enemigos en la ciudad sería mejor que alertaran a toda la banda militar, a la policía y a cualquiera que pudiera serles de ayuda. 

Quizá se me caiga el pelo por esto. Dijo preocupado por lo que iba a hacer. Pero medidas desesperadas requieren actuaciones desesperadas. Dijo sacando una de sus pistolas y entregándosela a Jaime. Recuerda que solo debes usarla en calidad de defensa propia, nada de matar a nadie o tendrás problemas con la justicia de la ciudad. Y yo también los tendré, ese arma tiene mi nombre, si descubren que te la he dado, me meteré en graves problemas. Así que haz el favor de usarla con cuidado. Dijo mientras te pedía que te marcharas pues iba a alertar a todas las unidades de vigilancia y militares para que os ayudaran en la misión.

El Sr. Drumer asintió ante las palabras de Francesca. Está bien. Confío en todo lo que dices. Pero efectivamente tu padre debió de sobrevivir a tu matanza, hay miles de maneras en este mundo de no morir. Te sorprenderías de las cosas que he visto. Afortunadamente aquí no puede entrar, por lo que nuestra base de datos está protegida. Entiendo que la vuestra ha sido atacada y os han metido un virus para que no podais usarla, pero ésta aún está libre de ataques informáticos. Tenéis suficiente información como para buscar lo que necesitais. Tan solo decidnos qué es lo que queréis saber exactamente y os daré dicha información.

Sobre el hecho de que esté reclutando enemigos, me hago una idea de quién puede estar detrás de todo esto. Y efectivamente, puede que sea muy peligroso. 

Entonces sacó una especie de móvil e hizo una llamada que apenas escuchó Francesca. Cuando finalizó le dijo: Sílfide y el Hombre Verde no serán detenidos, les dejaremos libertad para que os ayuden. Nosotros empezaremos a investigar desde aquí y os enviaremos cualquier tipo de información, no lo haremos vía informática, os enviaré a uno de mis hombres. ¿Entendido? 

Entonces el guardia de seguridad que estaba vigilando interrumpió la conversación. Tengo órdenes del Sr. Drumer. Dijo mirando al profesor. Me ha dicho que Sílfide y el Hombre Verde serán libres, y sobre ti, dijo mirando a Fathom, seguirás arrestado pero tendrás libertad para moverte por la ciudad, te mantendremos vigilado en todo momento, y no podrías huir de la ciudad o la alarma se activará e iremos a buscarte. Mantendrás tu libertad siempre y cuando te dediques a ayudarles, y en caso de que veamos que intentas algo malo, dijo colocándole una pulsera, activaremos esta pulsera para que pierdas inmediatamente tus poderes. Así no podrás huir de nosotros. 

Luego habló por su teléfono y dio una orden que no escucharon. Cuando salgáis de aquí tendréis algo más de ayuda, Factor Cuatro al completo estará de vuestro lado. Dijo mirando a los dos adolescentes y a la mujer que les acompañaba. Son ´rodnees de Drumer.

Visiblemente aliviada por la respuesta de Drumer, Francesca se echa sobre el respaldo de la silla.- Muchas gracias, señor, no sabe lo mucho que me alegra su decision.- Tras responder al director, miro a los otros dos metahumanos.- Ya lo habeis oido, nosotros vamos a cumplir con nuestra parte del trato. Espero que vosotros seais igual de honorables.

- Señor, si no le importa me gustaria discutir con el resto de mi equipo que necesitamos exactamente de sus bases de datos, si no le importa.- Fran prefirio omitir de momento la cuestion de ver al aliado de Silfide, preferia tener el respaldo de los demas para que fuese menos sospechoso. Que Drumer estuviera dispuesto a colaborar no era aun carta blanca, se temia.

Se decía eso de "a caballo regalado no le mires el diente" pero esto era como un caballo rabioso. Quizá Sílfide y el pétreo no fueran a ser ofensivos pero los otros dos no eran de demasiada confianza. Aún así, ellos solos no iban a lograr vencer a Xin.

- Seguro que entre todos podemos conseguir más que nosotros sólos.

Tenía que ser positivo y por supuesto no negarse. Aunque fuera a ser difícil, era un recurso más a su alcance y no iba a desperdiciarlo. Lemar miró a Nereida y a Ikari, imaginando que estarían de acuerdo.

Parecía que todo esto no había salido mal. Así pues, asintiendo levemente, dio a entender que también estaba conforme. 

Brevemente se paró a pensar si el guardia de seguridad era de fiar, pero no les quedaba otra que fiarse y salir de allí.

Salgamos pues - dijo.

Parecía que Drumer se fiaba de ellos, tomando medidas por supuesto, y dejaba a Factor Cuatro ayudarles. Tanto Sonic como Ikari daban el asunto por zanjado y se disponían a salir de allí, pero algo retenía a Nereida sentada en la silla. Esa pulsera que le estaban poniendo a Fhatom no le gustó nada.

-Y Francesca. -dijo añadiendo el nombre de la joven asiática a la lista de personas que estarían de su lado.

La joven sentía la garganta seca, si la respuesta fuese negativa no podían hacer nada sin sus poderes, pero al menos ya sabrían a que atenerse con respecto al 'señor anula-poderes'.

Jaime había conseguido un arma. Bien, perfecto. Pero seguía sin saber usarla. Y jamás sabría si tenía el aplomo necesario para empuñarla contra alguien. La sangre le hervía pensando en los prisioneros a traición que se habían quedado en la cárcel. Pero seguía sintiéndose solo, aunque hubiese alertado al ejército.

Vine buscando ayuda y un entrenamiento para defenderme. Un arma sola no me dará protección, y sí seguramente una muerte más próxima. Quédate con tu arma, no quiero ocasionarte problemas. Volveré a la mansión de la Liga por si encuentro algo que me ayude, pues salimos de allí corriendo por temor a otro ataque. Si tenéis agentes dentro de las organizaciones ilegales, quizá sepan algo. Estamos convencidos de Xin ha contactado con ellos y, muy probablemente, todos colaboren. 

Le tendió la mano al militar Ha sido un placer encontrar a alguien como tú lo decía con la verdad en sus palabras. Pocas personas no se habían asustado por la capacidad de su mente.

Tras los comentarios dados a los miembros del equipo y con la aparición pendiente del resto de Factor Cuatro, Francesca y el resto se habían reunido de nuevo para planear el siguiente paso a dar. 

Sobre Jaime, nadie sabía nada. Se había marchado de la cárcel, huyendo de lo que estaba pasando, quizá para no volver...

Jaime llegó a varios metros de la Academia Claremont para descubrir que algo estaba sucediendo en el lugar. Todo estaba apagado y oscuro. Era como si un halo de maldad rodease a la escuela. Quizá solo fuera una percepción del mentalista, pero aquello no pintaba nada bien. Todo estaba demasiado muerto, y es que seguramente, el ataque informático que había recibido el lugar, había resquebrajado las defensas y probablemente se habría hecho con el control de la Sala de los Desastres. Una sala capaz de materializar cualquier cosa. Servía como entrenamiento, pero en malas manos podría convertir a la Academia en un arma, y tras la intrusión informática, aquello tenía mala pinta.

Quizá fuese demasiado arriesgado acercarse demasiado. Quizá la Academia podría detectarle, y atacarle.

Una vez reunidos de nuevo podía ver que Franchesca se encontraba bien. Se aproximó a ella.

- ¿Cómo estás? ¿Te trataron bien? No querría tener que derribar todo este sitio.

Sonrió transmitiendo que bromeaba, como no podía ser de otro modo. No sabía si entendía porqué Fathom y Sílfide estaban ahora con ellos, así que esperó a ver su reacción.

- Curioso desenlace de todo esto.

De momento prefirió no decir nada más. Estaba de todos modos satisfecho pues las cosas no habían acabado mal del todo. Tendrían nuevos aliados si es que sabían manejarlos.

Fran sonrio un poco al ver a sus amigos, al menos a casi todos, en seguida se percato de que Jaime no estaba.- Todo fue bien, me hicieron preguntas pero nada mas, han sido muy civilizados.- Contesta con una breve reverencia a Sonic, agradeciendo su interes.- Nos van a ayudar, y tambien permiten que ellos nos ayuden.- Termina señalando a Silfide y el Hombre Verde.

- Y vosotros? que ha pasado mientras estaba aislada?

Jaime se quedó a una distancia más que prudencial de la casa. El aura maligno se desprendía por todos sus poros, y no se atrevió a dar un paso más. Era bastante probable que la casa estuviera ahora bajo su control, incluso que estuvieran allí, que fuera su centro base de operaciones.

Una rabia inundó su cuerpo y casi le hizo perder la templanza que le caracterizaba. Pero rápidamente recuperó el control de su estado de ánimo y negó con la cabeza. No, no podía hacer nada más allí, aunque no había sido su primero intención.

¿Y ahora, qué podía hacer? Esas palabras resonaban en su mente mientras se alejaba con algo de pesadumbre. Había dejado a sus compañeros en la prisión porque su moral le había impedido entrar dejando allí apresados a los dos perseguidos por la ley.

Jaime se rascó la calva. ¿Dónde podía ir? No había acordado ningún punto de encuentro con los demás. Así que decidió que el mejor lugar para esperar era el puerto, donde habían cogido el barco para ir a la prisión.

Era una alegría que Fran estuviera bien. Parecía que las cosas se ponían un poco a su favor. Tampoco era muy positivo que factor 4 estuviera otra vez reunido porque tratarían de liarla pero sólo esperaba mantenerlos con ellos el tiempo necesario.

- ¡Genial que estés bien! Nosotros estuvimos intentando sonsacar a Fathom y hubo algo de éxito pero no nos llegó a decir dónde ir así que seguimos igual. Solo que si ahora viene Gamma tendremos más opciones de ganarle.

Mostró que estaba algo más animado.

Nereida sonrió con la llegada de Fran, desde que le había salvado la vida sentía que tenía una deuda muy difícil de saldar -Igual que con Montoya- sintió un pinchazo en el pecho al recordar a la agente y su desaparición, estaban perdiendo un tiempo que posiblemente no tenían. Asintió a la explicación de Sonic y se puso en movimiento.

-Tenemos que encontrar alguna pista para desbaratar los planes de Xin y dar con los secuestrados. -si iban a colaborar mejor que supiesen algo más de información -Profesor, ¿algún lugar al que dirigirnos para ello?

Antes de salir se acercó a uno de los guardias.

-¿Podría decirle al señor Drumer si me puede dar un par de esas pulseras inhibidoras? Serían de gran ayuda si nos topamos con gente "problemática" o poco colaboradora... 

Una sonrisa radiante acompañaba a sus palabras.

Jaime aún era del grupo y seguíamos sin saber nada en absoluto de él. ¿Qué habría ocurrido?. La tranquilidad que solía tener Ikari, estaba en un punto algo inestable.

El tener a Francesca de nuevo le daba cierto alivio, pero algo le decía que estarían excesivamente vigilados.

Por otro lado, las pulsera que hizo mención su compañera, les serían bastante útiles. Otra cosa es que se las dieran.