Partida Rol por web

Sonic asintió pensando que el plan estaba concluído y ya sólo faltaba tratar de superar los escollos que les salieran al paso.

- Adelante entonces.

Dijo sintiendo la excitación del próximo combate en el que esperaba que alguno de sus poderes funcionara y por tanto poder combatir junto al resto. La idea de verse indefenso le resultaba espantosa.

ALEX comprobó que ya habían tejido el plan y confiaba en que todo saliera bien. Asintió con la cabeza y empezó a recoger los platos. Perfecto. Id a descansar entonces. Les dijo. Mientras cenabais he preparado una habitación común para que podais dormir tranquilamente. Yo me quedaré de guardia, y si algo extraño sucede, os despertaré o incluso daré la alarma.

Estoy convencido de que el plan saldrá bien, sois mucho más maduros que los pequeños Atom. Confiad en vosotros y todo saldrá bien, ahora tan solo marchad a descansar. Yo os avisaré con cualquier novedad.

-¡Estupendo! Perdón -dijo Ulrich dando una estruendosa palmada, contento de que por fin acabaran de elaborar el plan.

La verdad es que llevaba tanto tiempo dormido, en coma, que no tenía especial necesidad de dormir. Y la perspectiva de un combate tan importante seguramente no le dejase pegar ojo. Pero, en cualquier caso, la idea de estirarse un rato en una cama le parecía muy atractiva.

Con cierta parsimonia el enorme holandés se levantó. De media sacaba cerca de medio metro de altura al resto del equipo. Y probablemente pesaba el doble que la mayoría. Era todo un espectáculo. Pero bastante tímido, la verdad.

-Ummm, pues nada, ¿vamos a dormir, no?

Ikari terminó, como el resto, de cenar. Glub, glub - y con el último trago de agua bien fría se levantó y se dirigió hacia la salida, dirección hacia la habitación que seguro había acomodado perfectamente Alex.

En una de las camas se sentó, se tumbó y no tardó en dormirse dado el cansancio físico, pero sobretodo mental. Deseó las buenas noches a todos. Mente y cuerpo eran uno mismo. Durante el sueño alguien de nuestro equipo perdía la vida, pero no logró ver de quién se trataba. ¿Y si fuese ella?, ¿y si era su visión de los demás estando en el más allá?. Todo se tornó oscuro y no volvió a tener ninguna imagen más.

Jaime terminó de cenar y asintió a las palabras de ALEX.

Muchas gracias, eres de gran ayuda le dijo mientras se levantaba. Esperó a que el resto del grupo hiciera lo propio, y, tras pasar por el baño, entró en la habitación común.

Sin saber muy bien por qué, escogió la habitación más próxima a la puerta, y se tumbó de tal manera que pudiera vigilarla. Sabía que iba a ser una noche larga, pues no tenía sueño y la tensión del futuro le despejaba la mente. Notaba cómo su capacidad, tremendamente poderosa para ciertos casos, iba a ser totalmente inútil esta vez. Maldiciendo, dio la vuelta al almohadón que ya se había calentado antes de conseguir dormirse.

Comió algo más, no dejó limpio el plato pero al menos había alimentado a su cuerpo, y escuchó al androide. Lo de que hubiese una habitación para todos no le acabó de gustar, vale que no debían separarse mucho en las circunstancias en las que se encontraban pero hacer una habitación de chicos y otra de chicas hubiese sido lo ideal, no es que tuviese nada en contra de nadie pero ella era una princesa y todavía le pesaban algunas de las estrictas normas que le habían inculcado desde pequeña. Se mordió el labio inferior mientras veía como nadie ponía ninguna objeción, ella no iba a ser la nota discordante, soltó el aire que estaba conteniendo y siguió a la morena.

Ya en la habitación ocupó la cama contigua a Ikari esperando que Francesca se tumbase al otro lado, al menos su reputación estaría "protegida" por las dos chicas. Hizo como la otra joven, dio las buenas noches y se tumbó totalmente vestida, solo se permitió quitarse el calzado para descansar los doloridos pies. A diferencia de la rusa a Nereida le costó dormir, demasiadas imágenes con posibles desastres pasaban por su mente en cuanto cerraba los ojos, pero al final el cansancio tomó el control de su cuerpo y el olvido la abrazó.

En principio podían tomarse la noche con calma después de tanto sobresalto y extraños ataques. No sabía si sucedería algo pero esa máquina les alertaría. Tampoco sabía bien porqué lo de la habitación común, lo mismo era para optimizar espacio o algo similar.

- Está bien, buenas noches a todos. Mañana esperemos tener un gran día y cambiar las tornas.

Si se aplicaban y la suerte acompañaba, seguro que lograrían avances.

Finalmente y con el plan trazado, el grupo de metahumanos había decidido irse a dormir. Ahora todo quedaba en manos de Sïlfide, que realmente estuviera dispuesta a buscar al que actualmente era sus enemigos y convencerles para que se dirigieran hacia la trampa.

Y así fue, lo había logrado.

La voz de ALEX sonó por algún tipo de altavoz que había en la habitación. ¡No hay tiempo de despertarse! ¡Hay tres! ¡Han caído tres en la trampa! Gamma, el filibustero y la Urraca. ¡Daos prisa! ¡No sé si podré retenerles mucho tiempo pero es el momento para que entréis ahí y hagáis lo que sea oportuno! ¡Vamos!

Lemar saltó como un resorte.

- Sí que ha sido rápido. Picaron el anzuelo y ahora hay que tirar del sedal.

Más bien había que hincharse a tortas.

- Vamos allá, es nuestra oportunidad de cambiar las tornas.

Decidido cogió a cualquiera de ellos y salió volando.

- Protejamos a Jaime entre todos.

Esperó que el mentalista pudiera controlar a alguno de esos tres. El héroe de Lincoln consciente de que iba a ser una batalla dura se concienció de que tenía que aguantar hasta el final. Miró también esperando que Factor 4 se hubiera puesto igualmente en marcha. De hecho no los iba a perder de vista.

Fue un sueño profundo, verdaderamente nada placentero, en el cual seguía viendo oscuridad cuando...

¡Diossss!, ¡qué voces! - gritó incorporándose de la cama con los pelos en mitad de su rostro.

Vio a Sonic levantándose y ella hizo lo mismo, le siguió, sonriendo, como deseando verse envuelta en su mismo sueño.

¿Qué me ocurre? - se decía. A mí no me gusta la violencia. ¡Relájate y todo irá mejor!

Al fin llegaba la hora. Era en lo que era bueno Ulrich y tenía muchas ganas de demostrarlo. Es decir, no es que tuviera una gran carrera de superheroicidades a sus (amplias) espaldas, pero era evidente que no era precisamente el cerebro del grupo...

Cuando Alex dio la alarma el joven holandés casi se levantó de un salto. No tenía pijama y no se había ni molestado en intentar cambiarse de ropa o desvestirse, tan ansioso como estaba de entrar en acción. Aún con cuidado de no herir a nadie con su avance (es algo con lo que alguien de su tamaño aprende a convivir, el tratar de no hacer daño a nadie por un simple descuido) sus zancadas eran espectaculares. Bajó las escaleras a toda prisa, generando una buena cantidad de ruido con sus pesadas pisadas. Iba a ser el primero en llegar, vaya que sí...

Nereida despertó con la voz de ALEX resonando en sus tímpanos, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que el sueño venció a sus miedos pero no podía perder ni un minuto en preguntas banales. Se incorporó mientras oía a sus compañeros hacer lo propio y se calzó, tenían a tres enemigos y seguro que eran duros de pelar.

-Vamos allá.

La rubia adoptó su forma acuática y se deslizó junto al resto intentando no llamar la atención, si conseguía acercarse lo suficiente a uno de ellos sin ser reconocida quizás tendría ventaja al cogerlo por sorpresa.

El sueño de Jaime estaba siendo muy ligero. A cualquier mínimo movimiento, sus ojos se abrían, como si esperaran encontrarse con alguien dispuesto a acabar con su vida. Tuvo sueños breves y muy inquietantes, y el hecho de que ALEX pudiese haber sido hackeado era uno de los más recurrentes.

Justo cuando el robot humanoide comenzaba a hablar, Jaime acababa de despertarse, como si hubiese notado la presencia de alguien. Su cuerpo tardó en incorporarse, asimilando lo que iba a ocurrir y su nula ayuda en ese combate. Respiró hondo mientras escuchaba de fondo a los demás hablar e incorporarse. Ya no había vuelta atrás. Se levantó y salió corriendo tras los demás.

ALEX les condujo hasta la sala donde había sido preparado el señuelo. Sílfide había ido con ellos y había sabido hacia donde dirigir a sus enemigos, provocando que cayeran en la trampa y haciendo que el combate empezara a estar de su lado.

Cuando llegaron al lugar preparado por ALEX, había una especie de androide atrapado en el ultraimán que había generado la sala. Un enemigo menos. Quedaban dos.

Gamma era el ser radiactivo y demente contra el que ya se habían enfrentado y el que había destrozado a la familia Atom. De la Urraca sabían menos, así que era más probable que Jaime pudiera encargarse de ella con sus poderes telepáticos, mientras que el resto intentaban frenar a Gamma con los planes que habían desarrollado.

Factor Cuatro no tardó en llegar. Ellos también estaban preparados para la batalla.

Una vez estando todos dentro, ALEX bloqueó la puerta para que nadie pudiera salir de allí. Estaban encerrados.

-Vale, si alguien puede atacarle sin ponerse en combate cuerpo a cuerpo, es el momento. Si viene a por uno de vosotros y estáis cerca, yo le atrapo -dijo el enorme muchachote, voluntarioso.

La verdad fuera dicha, con semejante amasijo de músculos, el joven holandés era probablemente el más preparado para aguantar los ataques de cualquiera de los allí presentes. Y esconderse detrás de él no iba a ser complicado...

El plan les estaba dando una oportunidad. Habían atrapado a la máquina, al que Jaime no podía hacer frente. Al menos, se había quedado atrapado y estaría peleándose un buen rato. Hasta que decidiera que volar el imán era lo más fácil para salir de allí. Vio también al hombre radiactivo, y sintió pesar por no poder controlarle a él. Pero la presencia de un nuevo enemigo le animó. Esa podía ser su oportunidad para resultar útil.

Así que no perdió tiempo. Alzó la mano y señaló a la Urraca, cerró los ojos y se concentró en penetrar en su mente.

¡Uno menos! - se dijo. Al menos, durante un poco.

¡Que alguien se ocupe de Gamma!

Suponía que Jaime iría a por Urraca, así que ella procuró potenciar las habilidades de su compañero. Se concentró, sin necesidad de apretar los puños. Su gesto era imperturbable, nada ni nadie perturbaría su violencia interna que no querría nunca desatar.

Mirada puesta en Jaime, la pelea acababa de comenzar.

Ya había empezado la acción y todo el grupo de los héroes y sus extraños aliados corría hacia los miembros de la liga del crimen. Entonces pudo ver a esos tres supervillanos en los que el duro parecía ser Gamma. Sonic hizo un gesto hacia Factor 4.

- Adelante, ¡ataquemos!

Les dijo a los criminales que se habían puesto de su lado. Lemar concentró la energía sónica, la cual vibró alrededor de sus puños y la lanzó en forma de ondas de gran energía, reverberando, buscando golpear al hombre radiactivo.

Gracias a las ideas del grupo, uno de los tres contrincantes estaba momentáneamente neutralizado por lo que Nereida siguió deslizándose hacia Gamma, esperaba que con la entrada de todos no se fijase en 'el agua que se movía'. Cuando estuvo lo bastante cerca del ser radiactivo, adoptó de nuevo su forma corpórea dispuesta a asestar un buen golpe que lo dejase noqueado, luego intentaría mezclarse con el agua de la sala para no ser un blanco fácil.

¡¡ Tú, dijo mirando a Nereida, juntos podremos bajar la temperatura de ese ser!! Su cuerpo es radiactivo, luego sus moléculas estarán a una temperatura muy peligrosa. Si nos unimos podremos encargarnos. Vosotros, dijo mirando a Ulrich y a Granito, vosotros tres agarradles, tú, dijo dando la orden directa a Ulrich, si te ves capaz de soportar el dolor, entre los tres podréis sujetarle, Granito y Pyra no sentirán el calor, pero tú es probable que te quemes. 

Sílfide, adéntrate en sus pulmones, o en lo que queden de él y haz que se pierda el conocimiento, dijo señalando al mutante que estaba dentro del androide atrapado en el ultraimán. 

Tú, dijo ahora mirando a Sonic, buen trabajo, esas ondas sonoras le distraerán. ¡Vamos, chica! Dijo convirtiendo su cuerpo en una especie de cascada y confiando en que Nereida le siguiera para enfriar el cuerpo de Gamma y así debilitarle. Era lo mejor que podían hacer para reducir el ataque al máximo. 

Estaba claro que Fathom no dio ninguna orden sobre Urraca, pues entre Jaime y la ayuda de Ikari, habían logrado reducir a la Urraca. Parece que pronto resolverían el conflicto. Era lo bueno de tener una sala como aquélla y de haber podido trazar un plan y que por una vez saliera con éxito.