Partida Rol por web

From the Ashes, We will Rise (Morituri Te Salutant)

Capítulo 4: The infame and the notorious

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19/08/2019, 08:41
Cassiopea O'Bhrendel

[Después de la cena, en la Sala Común de Slytherin...]
Levi & Cassia

Cassia: Está todo un poco sombrío (más que de costumbre) en la sala común después de la cena. Wow, ahora de verdad parece una prisión subacuática sabiendo que las salidas a Hogsmeade han sido canceladas. A mí eso me preocupa menos de lo que debería ya, porque tengo otras cosas en la cabeza. Oye, al menos Dariel estaba con Julian y no hay ni rastro de Werd en todo el castillo; puedo relajarme un poco por ese lado. Por otro, tengo que encontrarle utilidad al broche de la serpiente si quiero ser de ayuda...

Nada más entrar le aviso a April que no quiero dormir todavía, que voy a quedarme un rato más antes de ir a la habitación. Me acerco al sillón cercano a la chimenea, pero sólo me agarro al respaldo: ¡que me duele el culo de tantas horas en el tren!

¿Que si estoy vigilando a Julian? Bueno, quizás. Lo chungo es que ni siquiera sé de qué debo protegerle.

[...]

Cassia: — ¡Ese es mi compi valiente! —le aplaudo. — Ahora a dormir, que hay que volver a la rutina —con la mano, le lanzo un par de besitos al aire mientras me alejo. — ¡Besis!

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22/08/2019, 22:28
Mackenzie Poots

[Después de la cena, en la Sala Común de Hufflepuff]

Sigma & Mack

Sigma: Cuando fui a la habitación a dejar los libros que me había dado Dariel, pensé que no me apetecía volver al Gran Comedor, y me tumbé en mi cama para ojearlos por encima. No me llevó mucho tiempo descubrir, por los apuntes y dibujitos, que efectivamente y como sospechaba, los libros pertenecían al pequeño de los Lefay. Qué mono. De una manera extraña, me resultaba muy adorable que quisiera fingir que eran de su hermano, como si no se hubiera notado que entiende del tema.
Intentaré no meterme mucho con él, que se ofusca enseguida.

Cuando escuché la puerta de la habitación abrirse, los escondí rápidamente bajo el colchón, entre las revistas muggles subidas de tono. No sé por qué lo hice, supongo que no quería que me hicieran demasiadas preguntas ahora mismo. Mejor cuando sepa responderlas.

Hoooola, Mack — sonrío a mi compañera de cuarto cuando la veo entrar — Perdona por haberos plantado antes a ti y a Nissa; tenía una cuenta pendiente con Lefay — me disculpo.

Mack: Quedaba mucho aún para la siguiente práctica de Quidditch. No estaba segura ni de qué día era, pero estaba segura de que faltaba mucho más tiempo de la cuenta. Y esto era así siempre que el entrenamiento no fuese en la siguiente media hora. Que tocase dormir hacía mejor las cosas. Dormir era como una máquina del tiempo natural.

Abrí la puerta para encontrarme allí a Sigma. Miré alrededor. Sin Nissa. Quizás esta era la oportunidad...
- ¿Cuenta pendiente con Andariel? -Cerré la puerta tras de mi y sin preguntar, me senté en su cama.- ...¿Qué tipo de cuenta? -Dirigí la mirada al techo, dejando caer que lo que tenía en mente no era nada inocente se mirase por donde se mirase.

[...]

Mack: - Oye pues… -Pero antes de continuar la frase dijo las palabras mágicas. Las otras a parte de Quidditch.
Me levanté como si tuviera un resorte en el culo y me senté en el taburete que tenía en frente del caballete. Con una mano tiré de la sábana vieja que lo cubría y la dejé caer en el suelo.
En el lienzo había varias pinceladas aparentemente aleatorias en diferentes tonalidades donde los azules, los rosas y los lilas predominaban.

Cogí dichos colores y eché un poco de cada uno en la paleta de mezclas. Luego cogí el pincel con la mano izquierda.
- ¿Tú que crees?

Sigma: Le sonrío desde mi posición, con las manos ya tentando el arpa.
Vale, pues vamos allá — suspiro suave y cierro los ojos antes de ponerme a tocar, centrada sólo en eso y en el rasgar del pincel sobre el lienzo. Al fin y al cabo, debería aprender a concentrarme.

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25/08/2019, 18:17
Lance F. Okazaki

2 de noviembre, Gran Comedor
Lance y Casandra/Lance y Cornelia

Lance: El asunto con Swann le ha amargado, en parte, la vuelta a Hogwarts, pero al menos confía -por la cuenta que le trae- que su compañera de casa no haga nada por alimentar el rumor. Pero ya es hora de cenar y tiene que hacer algo, y es que lleva desde la propia fiesta de los Swann queriendo saber si Mendoza ha ido o no a la fiesta.

No tiene que buscarla mucho; está sentada en uno de los picos de la mesa de Hufflepuff, relativamente sola, y hay sitios libres cerca de ella, así que simplemente se sienta.

 Buenas noches — saluda en general, pero sobre todo a Mendoza, sentada a su izquierda.

 

Casandra: Su capitana saluda a Lance con una buena sonrisa cuando le ve, aunque se le nota el cansancio en el rostro como algunos otros que consideran el viaje en tren una paliza innecesaria. Así que ya le venía bien la tranquilidad de su sitio.

— Buenas noches. ¿Te han tratado bien las vacaciones? —pregunta con interés genuino.

 

[...]

Cornelia: Cornelia exhala fuerte por la nariz. No del todo aliviada, y no del todo preocupada.

— Por lo menos parece que de momento no te ha prestado atención, y conmigo intenta estar de buenas porque sabe que aquí tengo una posición de poder. Vamos a rogarle a los dioses que así siga, y ya está —se pasa la mano por el cuello. — Ten cuidado, ¿vale?

 

Lance: Está claro que la perfecta no se ha quedado tranquila con su respuesta, pero siendo honestos, no podía esperar obtener otra.
 Gracias pora información — aunque realmente no le clarifica nada en absoluto, pero le pone en alerta —. Tendré cuidado, tienes mi parabra — en realidad tiene cuidado en casi todo lo que hace así que no era necesario decirlo —. Yo me vuervo ara mesa — con una inclinación de cabeza se despide, volviendo a sentarse al lado de Mendoza para seguir con la conversación que habían dejado a medias. Y para terminar de cenar también.

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25/08/2019, 19:32
Cronista anónima

Primeras horas del 3 de noviembre, Hogwarts...

De madrugada una fina cortina de lluvia empezó a bañar los terrenos del colegio; tan fina que ni siquiera perturbaba las agua del lago. Los durmientes estudiantes de Slytherin era imposible que se dieran cuenta de nada, y la noche profunda transcurría con una tranquilidad casi sobrenatural en todas las habitaciones.

¿En todas? Oh no... En un cuarto masculino de séptimo curso, alguien tiró de una cremallera con tanto cuidado que apenas irrumpía la respiración pesada de sus dos compañeros de habitación. Se levantó, y dobló un par de veces una hoja de papel que dejó en la mesita al lado de la cama de su mejor amigo. La figura, fundida casi al completo con la oscuridad, echó un último vistazo al dosel que les separaba antes de correr el de su propia cama, tapando su ausencia el mayor tiempo posible. Si
alguno se despertaba para beber agua no iba a sospechar que se había largado. Tras ajustarse un gorro de lana oscura por debajo de las orejas incluso, dejó su último rastro atrás para abandonar incluso la sala común.

Julian Crautchin dormía ajeno a todo esto, todo lo tranquilo que un chaval de diecisiete años con un secreto como el suyo, y que había experimentado una sensación tan parecida a la muerte tan recientemente como él podría dormir. Hacía calor bajo la manta, así que sacó un brazo y se dio media vuelta, justo cuando una mano había atrapado entre los dedos la hoja de papel doblada de su mesita. Pero no estaba despierto, así que la mano acabó por arrugar poco a poco, y el mensaje del prófugo se
perdió para siempre.

Cuando Julian despertó, sobresaltado, horrorizado y sí, con una dureza inusual dentro de su pijama, lo hizo a una habitación tan silenciosa que bien podría seguir soñando. A lo mejor así era, y había metido el cuerpo de Werd bajo la cama. No, no podía despertar a Dariel para contarle algo así... y menos sin saber si Reed estaba profundamente dormido, pues cuando lo hacía roncaba de vez en cuando. Tampoco podía, ya que su cuerpo le empujó fuera de la habitación, buscando un baño apartado. No era la primera pesadilla de su vida ni mucho menos, pero no solían ser tan gráficas ni tan... inhumanas... Él no era así. En absoluto.

Esa misma habitación fue la primera en notar que Dariel no se levantaba, y era porque su cama llevaba horas vacía. Pensaron que, a lo mejor, se había pasado la noche merodeando por el castillo y ya aparecería en el desayuno, o durante la mañana. Aunque sus fanáticos ya comenzaron a hacer ruido antes de comenzar las clases, algunos incluso impidieron al profesor Slughorn levantarse de la mesa de los profesores porque veían de prioridad encontrar a Dariel. ¿Y si había caído en otra trampa de aquellas que quedaban sin descubrir o desactivar? Aunque se les asegurara varias veces que eso se había acabado no se quedaron nada tranquilos y comenzaron a acosar a Julian Crautchin y a Cassiopea O’Bhrendel, encomendando a cada uno que se hiciera responsable de la misteriosa y dramática desaparición de su “Príncipe Oscuro”. Todo muy normal para un regreso a clases. Si le sumamos que a primera hora era el estreno oficial de Lippton como profesor de Herbología, mostrándose el doble de atractivo para las alumnas con problemas de papá y debilidad para los hombres serios… Una locura, un despropósito.

¿Podían empeorar las cosas? ¡Pero por supuesto: es la especialidad de la casa! A media tarde, a la hora de los clubes, los integrantes del Club de Duelo se sorprendieron al ver a Iacomb lista como tutora en lugar de Lefay. Aunque ambos eran tutores oficiales del club, Iacomb actuaba más como una sustituta. Entonces, ¿el profesor Lefay había desaparecido igual que su hermano? ¡Hecatombe! Parece que las rarezas de este castillo nunca se terminan...

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25/08/2019, 19:38
Cronista anónima

Julian, sin embargo, no podía preocuparse de algo que ni siquiera sabía que existía. Sobre todo no cuando tenía otros asuntos más urgentes en su lista de tareas. Había matado a Werd. No es que la hubiera matado a sangre fría; había reaccionado mal, como ocurrió con su padre, pero lo que hizo después...

Ahora lo entendía. Era un monstruo iracundo bajo la máscara de un niño bueno, pero cuando le empujaban demasiado y se le caía recordaba lo mucho que odiaba al mundo por haberle fallado. Que, a pesar de haber priorizado a su madre y a su filosofía de que hay cosas buenas más allá de su cárcel particular, nadie había abierto la puerta de su jaula. Era prisionero de esa rabia. Y esta vez la había pagado con su ex-novia. Primero, sin siquiera pronunciar un hechizo, con la sacudida de la varita abrió un gran corte desde su ombligo hasta el inicio de su cuello. Incluso entre el río de sangre que eso provocó pudo ver cómo la carne se abría; atisbó alguna costilla antes que su cuerpo se desplomara entre espasmos, respirando a bocanadas. Pero respirando.

Y eso no agradó a Julian, pues no le satisfacía esa lenta agonía en la que la había puesto. Se arrodilló a su lado, guardó la varita en el bolsillo e introdujo las manos en el corte. Sintió la cálida humedad de sangre en los dedos como alguna vez había sentido la de su sexo tiempo atrás, y esa extraña relación le excitó. Algunas partes de sus vísceras tenían una textura similar, y Werd solía jadear de una forma parecida; la excitación subió tanto que intentó clavar los dedos en la carne bajo sus últimas costillas. Hasta que lo logró. Al entrar aire en su caja torácica los pulmones de Werd colapsaron, y su pequeño cuerpo apenas tenía fuerza vital ya siquiera para retorcerse, gritar o llorar. Abría y cerraba la boca como pez fuera del agua, con los ojos tan abiertos que Julian consideró darles un último empujón de palanca y sacarlos de sus cuencas. Pudo sentir cómo la sangre corría más deprisa en los últimos intentos del corazón de su ex para reactivar la función pulmonar sin éxito. Y así como la sangre, pudo sentir su vida deslizándose entre sus dedos. Se sintió tan satisfecho con lo que había presenciado, obra maestra suya, que tuvo una erección y ahora se hallaba sopesando la posibilidad de tener sexo duro con su cadáver. Tal como a ella le gustaba, ¿no? Y como él había aprendido a disfrutar. Sonrió, levantando la túnica empapada de sangre de Werd y recogiendo sus piernas.

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25/08/2019, 23:21
Julian Crautchin

VIERNES POR LA TARDE — SALA COMÚN DE SLYTHERIN

 

“¿Dónde está Dariel?”

 

Esa es la frase del día, la que más he escuchado a mi alrededor y en mi cabeza. Eso siempre y cuando las imágenes de mi pesadilla no me jodían la vida. Pero no podía parar de pensar en ello, y se repetían una y otra vez en mi mente: la expresión de Werd, la sensación caliente de sus vísceras en mis dedos, el final... Me tenía totalmente ido, y las ojeras tampoco ayudaban a mi aspecto, pero después de eso ya no pude dormir. Llegué casi a rastras al baño más cercano, saliendo incluso de la Sala Común, por no despertar a mis compañeros aunque no supe hasta después que seguramente Dariel ya no estuviera en la habitación cuando eso ocurrió. Vomité hasta deshidratarme, porque necesitaba tirarlo todo; hasta vomitar sangre del esfuerzo por “limpiarme”. Pero no sirvió. Nada serviría para deshacerme de esa sensación de haberme excitado matando a mi ex novia así. 

 

“¿Y si es verdad? ¿Y si detrás de todo soy “eso”? ¿Y si matar a mi padre sólo lo desató?”

 

No, no podía parar de darle vueltas a todo aquello. Ni al hecho de que Dariel, el único al que yo podría contarle tan atroz pesadilla, había desaparecido junto a su hermano. ¿Qué habrá pasado? Dijo que hablaría con él pero no que fuera a irse. ¿Dónde se habrá ido? ¿Por qué se ha ido así sabiendo que me dejaba...sólo? 

Sólo. 

Aunque no puedo temer al tiempo por si le ha pasado algo. 

 

Como era viernes, la gente buscaba planes así que por suerte la sala común no estaba muy concurrida pero los nervios no me dejaban jugar tranquilo con mi snitch para tratar de entretenerme. Necesito concentrarme en algo para que mis pensamientos dejen de atormentarme e inevitablemente no dejó de pensar en Cassia. A menudo, ella suele saber cómo hacerme sentir mejor. Al menos antes era así; antes de que me enamorara de ella. Pero no quiero contarle...algo así. No puedo. ¿Y si le cuento algo como a Dariel y ella también se larga?

 

Tengo que buscar otra cosa, debería... Debería tratar de investigar por mi cuenta lo que hablé con mi mejor amigo, quizás podría...leer sobre ¿maldiciones? Debería empezar por ahí y ver dónde me lleva: maldiciones, profecías, referencias al velo... 

A la mierda. Me guardo la snitch y salgo de la Sala Común de Slytherin directo a la biblioteca.

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28/08/2019, 18:15
Julian Crautchin

VIERNES POR LA TARDE - LEVI Y JULIAN EN LA SALA COMÚN DE SLYTHERIN

Levi atribuyó el despertarse de madrugada con un nudo en su estómago (y no poder volverse a dormir) como un mal presagio, que se confirmó cuando fue a (no) desayunar y enterarse que Dariel había desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra. Se pasó prácticamente toda la mañana encerrado en su habitación hecho un manojo de nervios esperando novedades de Metho, a quien había enviado a investigar o con la oreja atenta por si se escuchaba un alboroto proveniente de la Sala Común, anunciando la llegada del chico. La espera lo angustiaba mucho. Joder, mierda, nunca en su vida había sido tan inseguro de sí mismo, pero en ese momento solo podía pensar que la desaparición podía haber sido por culpa suya.
Tuvo que forzarse a almorzar algo y a volver a su infructuosa vigilia en su dormitorio. Ni bien ingresó, pilló a Julian a punto de salir. - ¿Has sabido algo? – preguntó sin poder disimular su preocupación, dando por obvio que el Capitán sabría a quién se refería. En algún rincón en su interior, esperaba que esto fuese solo otra de las bromas sin gracia de Dariel, y que ingresaría en la Sala común en cualquier momento.

Julian: Miro a Levi, frunciendo el cejo por lo directo de su pregunta, y por un momento me cabreo y mastico una respuesta sarcástica. Pero termino por tragármela. Es obvio que está agobiado y, aunque yo también lo estoy, no quiero volcar mi estado de ánimo en él. 
— No — niego con la cabeza — Pero estará bien, siempre lo está — murmuro. 

Levi: Imitando a Julian, frunce a su vez el cejo. ¿Por qué estaría tan tranquilo? - Oye, si sabes algo que yo no, te pido que me lo digas. - replica, alzando levemente el tono de voz.

Julian: — Eh, baja el tono, rubito — le advierto, alzando la mano con el índice levantado. 

Levi: - Vale, lo siento. - murmura, tomándose el puente de la nariz y forzándose a tranquilizarse. Obviamente, a nadie le gustaba que lo atacasen de repente. - Solo me preguntaba si tú sabías algo, dado que duermes en su mismo dormitorio y eres uno de sus mejores amigos. - añade, volviendo a su tono de voz habitual. Tenía que controlar sus nervios.

Julian: — Bien, buen chico — suelto el aire por la nariz — No sé nada de él desde ayer — eso no es mentira, pero tampoco puedo contarle teorías, que las tengo — Se ha llevado cosas así que ha sido premeditado — le digo, porque su baúl estaba revuelto (más de lo habitual) y su típica mochila no estaba en la silla de siempre — Volverá. 

Levi: Frunce los labios. No está muy seguro de si debería creerle, pero ese ya era problema suyo. - Él... creo que me hubiera mencionado algo. - dice en tono inseguro, cuando se le ocurre una aterradora posibilidad: Tal vez todo había sido un juego para Dariel. La conversación que había tenido con Cassiopea le había hecho creer que había una posibilidad de penetrar la coraza sarcástica que tenía el chico para con casi todo el mundo. Podía ser que el chico simplemente se hubiese marchado como una travesura y por eso era que Julian estaba tan traquilo. Él debía de saberlo y solamente estaba cubriéndole. - Aunque seguramente tienes razón. Es solo Dariel haciendo el payaso, como siempre. - dice, mirando hacia abajo.

Julian: — Yo no he dicho eso — le miro extrañado, ¿en qué momento he dicho que fuera una payasada? Este chico me despista.

Levi: - Es algo que puedo deducir a simple vista. De no ser así, tú estarías más preocupado. - responde algo altanero. Estaba comenzando a enfadarse aunque no sabía bien con quién.

Julian: — ¿Qué pasa; tengo que mostrar histerismo para estar preocupado? — alzo una ceja — ¿Hay alguna norma que dicta cómo se demuestra la preocupación y no me he enterado? — mascullo ahora con algo de cinismo.

Levi: - Entonces ¿cómo es que estás tan seguro de que volverá? - contraataca el rubio.

Julian: — Porque sea lo que sea, sabe apañárselas — respondo — Porque le he visto salir indemne muchas veces en diferentes ocasiones peligrosas. Porque se ha ido con su hermano, y cuidarán uno del otro sea lo que sea — enumero, a pesar de tener mis dudas respecto a Ashley pero no quiero darle vueltas a eso — Y porque es un tío leal, y no se iría así como así para siempre y en silencio — le miro, serio. 
”Volverá porque no me dejaría así tras la conversación de anoche”, añado para mi, aunque no lo vocalizo.

Levi: No sabía que también Ashley se había marchado. Le había parecido que Dariel no se llevaba tan bien con su hermano, pero el discurso de Julian le había demostrado a Levi que él casi no lo conocía. - Espero que sea como tú dices. - responde, aunque sin demasiada confianza. De todos modos, la actitud de Julian había ayudado a que se tranquilizase un poco. - Prométeme que si sabes algo me lo dirás. - añade a regañadientes, suplicante, con un nudo en la garganta. Pero es que le parecía más probable que Dariel se comunicaría con Jules o con Cassia antes que con él si necesitaba algo.

Julian: — No puedo prometerte nada — niego, fijándome en cómo me mira casi suplicante — No me gusta prometer cosas que no sé si podré cumplir, Montblanc; todos tenemos secretos.

Levi: - Me basta con saber que está bien. - retruca, recuperando su tono habitual. Se preguntaba si podía conseguir algún investigador o detective privado que pudiese brindarle alguna información.

Julian: — Bueno, entonces te prometo que si tengo noticias de él, diciendo que está bien, lo sabrás. Si te hace sentir mejor — encojo los hombros.

Levi: Asiente. Es lo máximo que puede aspirar de momento. - Gracias. - responde con sinceridad. No es su costumbre agradecer, pero sabe que Julian está haciéndole un favor. Decide también revisar su agenda, a ver si puede encontrar un buen detective privado que le dé una mano.

Julian: — De nada — le doy un par de golpecitos en el hombro, de manera amigable — Me voy, tío. Nos vemos después — me despido de él antes de girarme para seguir mi camino hacia la biblioteca. 
 

 

 

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28/08/2019, 18:34
Julian Crautchin

VIERNES POR LA TARDE - JULIAN Y CASSIA JUSTO DESPUÉS DE LA ESCENA DE JULIAN Y LEVI.

Cassia: ¡Qué estrés! Tengo que escurrirme casi corriendo  en la Sala Común, huyendo de un grupito de cuatro Ravenclaw que insistían que ahora sí, ¿no? Ahora necesitaríamos a Dariel si queríamos correr a reservar el campo y entrenar. Pero no, yo ya sabía que Julian no iba a estar para capitanear nada, con Dar desaparecido y barriendo los pasillos con esas ojeras.
Bufo, medio aliviada pero todavía con los nervios alterados. Así desde la mañana, joder. El puto Dariel, que siempre la lía incluso no estando. Como vuelva entero le corto una oreja a pellizcos. ¡Uh, Julian!
— ¡Jules! —le llamo al verle, antes de que desaparezca. En clase no hemos podido hablar nada, ha sido todo muy "¡se han acabado las vacaciones!".
 

[...]
 

Julian: Asiento con la cabeza. 
— Vamos — me giro para poner rumbo, al menos ahora acompañado. 
 

 

Notas de juego

Ya sabéis dónde tenéis que ir si queréis leerla completa.

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28/08/2019, 19:02
Nissa Park-Swann
Sólo para el director

Tiro para Pesadillas

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28/08/2019, 19:33
Mackenzie Poots
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Engorgio pa la jarra/jacuzzi.

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29/08/2019, 20:17
Sigma Ward
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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29/08/2019, 20:34
Sigma Ward
Sólo para el director
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29/08/2019, 22:48
Nissa Park-Swann
Sólo para el director

*Corre a lo Baywatch pero sin tetas*

- Tiradas (1)

Notas de juego

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30/08/2019, 18:15
Cassiopea O'Bhrendel
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

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30/08/2019, 18:49
Sigma Ward
Sólo para el director
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30/08/2019, 19:38
Nissa Park-Swann
Sólo para el director

Shit, here we go again

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31/08/2019, 01:05
Julian Crautchin
Sólo para el director
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31/08/2019, 15:04
Metho

Metho había observado toda la conversación de Levi con Julian desde una distancia prudencial, porque Levi llevaba un rato con un humor de perros por la falta de Dariel en su vida. Que sí, muy homo-adorable, pero le había tenido en modo perrito guardián por la mañana en busca de señales de vida de Lefay y al unicornio le gustan sus mañanas tranquilas.

Cuando el prefecto se va, aunque le intercepta deprisa Cassiopea, Metho vuelve con Levi y se le coloca en el hombro como un paño.
¿Te ha convencido? Porque a mí no. ¡Si duermen prácticamente juntos! —resopla. — Oye, ¿qué le hiciste a Dariel? Al final no me lo contaste, joder. Así que no sé si habrá huido de ti, ¿tú qué crees? Es la clase de tío que haría algo así, para evitar una charla. No sé, yo sé que aquí hay gato encerrado. O gato liberado, como quieras —se ríe escandalosamente de su propio chiste.

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31/08/2019, 17:43
Julian Crautchin
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
31/08/2019, 17:43
Cassiopea O'Bhrendel
Sólo para el director
- Tiradas (1)