Partida Rol por web

From the Ashes, We will Rise (Morituri Te Salutant)

Capítulo 4: The infame and the notorious

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02/09/2019, 19:29
Nissa Park-Swann

Sabado 4 de noviembre - Habitación de chicas de Hufflepuff de 7º

Sigma: Estaba empezando a obsesionarme con los libros “de Ashley” que Dariel me había prestado. Dariel, sí, el que seguía desaparecido. Había muchos rumores al respecto por la Escuela y yo sólo podía fijarme en quien era su actual mejor amigo: el buenorro de Crautchin. ¿Nadie se ha fijado en su cara? Yo, que no le conozco especialmente más allá del tiempo compartido durante las clases y de haber fantaseado alguna vez con él, he podido notar algo raro en su comportamiento. Por lo que sé, suele ser un tío bastante majo, amable y eso, y desde que desapareció su colega está…eso, raro, y en mi mente paranoica sólo he podido pensar si es que él tendrá algo que ver. Seguramente no y lo que le pasa es que está preocupado, lo que sería lo normal pero yo qué sé; este nuevo “superpoder” que alguien muy cachondo me ha otorgado me tiene entre nerviosa y excitada. No, no en “ese” sentido. Guarros.

Esta noche pasada era la segunda consecutiva que me la pasaba leyendo y leyendo sin poder parar. Claro que como me pasó ayer, viernes, terminaré cayendo un rato después de comer sin poder remediarlo por puro cansancio ¡pero es que la biografía de Cassandra la Vidente: las Vidas Infinitas de una Profeta me había tenido totalmente eclipsada! Quiero decir, era muy interesante, aunque mi obsesión real estaba en otro de los libros. En él, explicaban varias técnicas a practicar para tratar de invocar visiones, unas más efectivas que otras, y más peligrosas… Y obviamente, yo pensaba apostar pronto desde el principio.

—           A ver, no tiene por qué pasar nada — intento tranquilizar a Mack, con el libro abierto por la página de la técnica que quiero probar ya mismo — Dejaré una mano fuera del agua, sujeta al borde, y si notas que aflojo el agarre, tira de ella y sácame — le sonrío de lado. Sin esperar respuesta, me pongo a revolver el cuarto, apartando baúles, camas y demás para hacer sitio. Después, cojo el cuenco de leche (vacío) que he cogido a la hora del desayuno y lo pongo en medio — A ti se te dan mejor los encantamientos, ¿crees que podrás hacer un Engorgio y agrandar el cuenco lo suficiente como para que yo entre estirada en él? — miro a mi amiga.

 

(...)

 

Sigma: Joder. Esa sensación de ahogo, de que se me va la cabeza por momentos, de no saber muy bien si sigo consciente o no sumado todo al tratamiento que Nissa me hace para dejarme nueva en ¿han sido segundos o una eternidad? No sabría decirlo. Pero aún es confuso. Y yo diciéndole que se fuera si no creía en mí, claro que su respuesta en cuanto consigue estabilizarme, hace que la mire sentada en el suelo al lado del cuenco. “No seas borde, te ha salvado la vida. Dos veces”, me digo antes de hablar.
—    ¿Ves por qué yo confié en ti para contártelo? Sé que puedes ayudarme. Ayudarnos — le digo, alzándome para coger la toalla que tenía preparada y envolverme en ella. Se acabó por hoy — Gracias por confiar en mi — añado, con la mirada aún en Nissa, aunque también miro seguidamente a Mack para que entienda que también va por ella — Suficiente por hoy. Recojamos esto y…os avisaré para volver a intentarlo. Necesito practicar.

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03/09/2019, 19:36
Levi Montblanc

Levi estaba casi acostumbrándose a las apariciones repentinas de Metho. Pero le venía bien tener a mano alguien con quien pudiese conversar y no lo evadiera. O que no le mintiera en la cara. – A mí tampoco. – responde, rotundamente. Y vuelve al tema de Dariel. Levi aprieta los dientes. Se dirigió hacia los pasillos, para darse una vueltecita. Y de paso, abandonar la abarrotada sala común. - ¿No sabes qué es lo que hicimos? – pregunta, para verificar. O sea que Metho no era omnipresente. Era un alivio saberlo. – Creo que pudo haberse enfadado porque lo evité. Solo porque él lo hizo primero. – el decirlo en voz alta le hacía parecer que se había comportado un tanto infantil. Niega con la cabeza. - ¿Tú puedes darme alguna clase de información acerca de a dónde se ha ido? – pregunta algo desesperado. Metho se había convertido en la única alternativa fiable para obtener información.

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10/09/2019, 16:04
Metho

Tío, me gusta mirar, ¡pero no sabía que ibais a hacer nada! De saberlo me habría quedado. Te hacía demasiado modosito, incluso después de comerle la boca al principito irlandés —ríe la equina entidad, trotando tras sus pasos. — A ver, seguramente me habría enterado si durmieras en el mismo cuarto que él, porque claro, yo no es que necesite dormir. Pero vaya, que no es el caso. Pero tendría que haberle visto alguien como yo, que no duerme; ningún vivo desaparece así sin rastro.

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11/09/2019, 19:03
Levi Montblanc

Alguien que no durmiera… ¿Un fantasma? ¿Peeves? – Bueno, no creo que el Barón Sanguinario me sea de mucha ayuda… No habla mucho con los estudiantes. Y el poltergeist vive haciendo bromas. No se toma nada en serio, por lo que queda descartado – murmura pensativo. Pero no estaría mal preguntarle a otros fantasmas del castillo, por si sabían algo.

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30/09/2019, 11:57
Metho

¿Al Barón? ¡Ni hablar! Tendrías que estar loco; ese tipo da griiiiima —Metho tiembla como una gelatina. — Oye, le estás dando muchas vueltas para un tío con el que te lo acabas de montar, ¿no? Es hasta adorable. Pero oye, si es lo que quieres te apoyo totalmente.

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02/10/2019, 19:16
Levi Montblanc

El Barón sí que daba grima, eso debía reconocérselo. – Es mi amigo. – afirmó terminantemente. No lo hacía por el sexo. De hecho seguía convencido de que no lo había hecho del todo bien. Dudaba que Dariel hubiera huido por su culpa, pero sí creía que lo había estado evadiendo antes de desaparecer.

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07/10/2019, 22:16
Ivy Pont-du-lac

Flashback - Jueves día 2 de Noviembre.

[Gran Comedor – Mesa de Slytherin]

Reed no había querido participar en ningún momento en la red de cotilleos que Cassiopea había alentado en la zona de los dos últimos cursos en la mesa de Slytherin, sino que había cenado atento a los movimientos de la gente que sí estaba interesada en moverse y en hacerse las preguntas realmente importantes: las relativas a lo ocurrido en la fiesta de Samhain de los Swann y el incidente de Hogsmeade.

Se había fijado en que Dariel se llevaba a Sigma Ward al pasillo, y que Levi desaparecía fuera del comedor sin haberse terminado bien la cena. También había seguido con la mirada a Ivy, la diosa pelirroja de la casa, se levantaba de su sitio para acercarse al de su primo y de Julian, al otro lado de su lugar en la mesa. Y por alguna razón Cornelia O’Grady, la prefecta, también estaba muy atenta a todo haciendo el mismo caso a los rumores cacareantes de mentes más simples que a una lluvia lejana.

En esa dispersión, la atención del nórdico acaba en una Ivy abandonada a la sombra de un Julian más allá que acá. El capitán del equipo de quidditch no tiene el mejor de los aspectos ni el más social de los humores. Se come una rodaja de la manzana que había cortado a mano y se inclina al frente para llamar su atención. Con el dedo le indica que venga a su lado, vacío ya que la chica de sexto que se había puesto a su lado se había movido a donde se discutía sobre el tamaño del miembro viríl del profesor de Herbología.
No sabía que te interesaban temas tan macabros. No son rincones oscuros para una belleza tan radiante —observa el rubio con un deje divertido en su comentario rayando la caballerosidad machista. Al menos tiene más gracia que su novio Frank al hacerlo, una cierta chispa más amigable. Para lo serio que es, cuando muestra esa faceta el nórdico resulta una agradable compañía.

 

...

 

Ivy: Mantuve la compostura cuando se acercó a mi. Daba gracias que no estuviese intentando intimidarme porque… el chico casi parecía tener algún parentesco con los gigantes. O que quizás yo era pequeñita. Seguramente una mezcla de las dos.
- El asunto es que yo quiera ayudarte. -Contesté finalmente. Le guiñé un ojo y comencé a alejarme.- Y espero que tengas algo interesante que contar la próxima vez. -Alcé algo la voz para que me escuchase sin siquiera girarme a mirarle.

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23/10/2019, 17:42
Director
Sólo para el director
- Tiradas (4)
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24/10/2019, 18:18
Cassiopea O'Bhrendel

[Viernes por la tarde, en la biblioteca...]
Jules y Cassia juntan su media neurona para investigar

Cassia: Como de costumbre, no saco la funda de mis gafas del bolsillo hasta que entramos en la biblioteca. No me gusta, es una manía particular mía de separar mi yo "nerd" y mi yo social. Aunque quien más y quien menos me ha tenido que ver ya usando gafas para leer determinados libros.

Me las coloco y me sacudo el pelo, como para ocultar las patillas aunque eso no signifique nada. Miro alrededor, balanceándome en el sitio. Primera visita seria a la biblioteca en muuuuucho tiempo.

— Vamos a ver qué tipo de libros encontramos en la sección de Encantamientos. A lo mejor algunos títulos te llaman la atención —sugiero en un murmullo. Que Greystorm en plan estricto tenga su punto porno no quiere decir que quiera problemas; a veces echo de menos a Pince.

[...]

Cassia: Leo por encima de su hombro, y descubro con moderada alegría que todavía soy más rápida que él leyendo. Lo sé, es estúpido. Pero ahora nos viene muy bien porque podemos quedarnos con la información a la vez.
— Bueno, es bastante explicativo, ¿no? Un elemento que sirva para que la magia no se vaya por otros lados; sé que las maldiciones y eso son un tipo de magia que incluso una varita tiene problemas dirigiendo y conteniéndolas. Debe referirse a eso, para que no se "pierda" o se vuelva menos eficaz. O más, sin querer —deduzco, dándole vueltas a lo que he leído y lo que sé sobre maldiciones. Cogiendo mi lado del libro, vuelvo al índice para encontrar la parte de Invocaciones.

Al pasar al capítulo de invocaciones de plagas la primera impresión de la lectura es... está en inglés o eso nos parece. El texto es sesudo, denso y lleno de palabras que no alcanzamos a entender, no de verdad. Habla de conceptos y cosas que no sabemos qué son y hace referencia a varias obras que no nos suenan de nada. Tras releerlo ambos varias veces y hablarlo entre nosotros concluimos que hay un nombre que nos llama la atención: Myrddin Wyllt. Pero a saber...

Además, entre que resulta que somos un par de zopencos entre los dos cerebros y que es muchísima información de golpe que tenemos que desbrozar como nos dice el instinto (sólo Jules sabe exactamente qué busca, y no parece que lo tenga siquiera claro) se nos hace bastante tarde y tenemos que dejar la investigación por hoy. No tengo ni idea de si ha servido de nada, pero al menos hemos cogido un hilo del que tirar por el momento. Mi cerebro me pide azúcar.

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29/10/2019, 11:57
Cronista anónima

VIERNES 3 DE NOVIEMBRE

 

 

Con la llegada del anochecer, temprano como corresponde en otoño, un sopor comenzó a apoderarse de Julian. Aunque era normal, ¿cuál había sido la última vez que había pasado tantas horas seguidas en la Biblioteca sin distraerse? Como un empollón más, y encima sin entender mucho de lo que le preocupaba. Cassia se separó de él en la Sala Común, diciendo que necesitaba meter la cabeza bajo un chorro de agua helada antes de siquiera plantearse la idea de comer algo. La mayoría estaba en eso, haciéndose a la idea de dejar los deberes para después (o incluso para el resto del fin de semana) y cenar algo, moviéndose como brisas frescas variadas en ese lugar glacial. Pero Julian sentía calor por dentro.

El rumor se transformó en gritos, y los Slytherin dejaron de migrar hacia la salida para rodearle. A él y a Levi Montblanc. El extranjero estaba tumbado sobre la piedra, inconsciente y con un chorro de sangre brotándole profusamente de la nariz. La misma tenía una posición clara de rotura; una muy dolorosa que menos mal que Levi tuvo que sufrir en el mundo de los sueños.

Los compañeros que no estaban intentando reanimar a Levi miraban a su prefecto con miedo, como si temieran ser los siguientes en recibir. ¿Recibir qué? Toda aquella escena pintaba a que Julian había propinado un buen viaje a su nuevo amigo, pero ¿cómo? Él no era capaz de recordar nada más que sentarse en un sillón a esperar que Cassia se refrescara las ideas: no recordaba haberse levantado, ni haber vuelto a hablar con Levi desde que le comunicase anteriormente sus preocupaciones sobre Dariel. Y ahora le había noqueado.

Alguien reanimó al rubio con un Enervate, pero de todos modos le acompañaron a la Enfermería para que le arreglaran la nariz. ¿Acababa de perder el control de sus acciones? ¿Se estaba volviendo loco?

Mientras Sherry renegaba por tener que retrasar su cena para poder atender a un alumno idiota, que había conseguido que le rompieran la nariz en una pelea (o eso le había parecido entender, eran varios alumnos hablando a la vez y siendo viernes por la noche, las neuronas no daban para más), el resto del alumnado y el profesorado al completo se dirigieron como verdaderos inferi hacia el Gran Comedor para cenar. El retorno a la actividad normal escolar, aunque había sido relativamente suave, no dejaba de ser duro. Algún que otro profesor/a (y alumno/a de último curso) aún “disfrutaba” de la resaca del Año Nuevo Mágico y contaba los minutos para poder irse a la cama a morirse temporalmente debajo de las mantas calentitas…

Las mesas de los Hufflepuff, los Ravenclaw y los Gryffindor, a pesar de los asesinatos y de la muerte de un compañero, estaban más o menos animadas. Parecían haber recuperado algo de su espíritu alegre.

No se podía decir lo mismo de la mesa de los infames Slytherin. Aunque no habían sufrido ninguna baja permanente, sí que habían recibido algunos mazazos últimamente y encima, tenían que aguantar las miraditas suspicaces de sus compañeros de las otras Casas. ¿Acaso había empezado la nueva Era del Gafismo para la Casa de la Serpiente? ¿Es que nunca se iban a librar de esa “maldición”? Así que lo que para los unos era una deliciosa y entretenida cena, para otros la comida sabía a ceniza en sus bocas.

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29/10/2019, 12:02
Cronista anónima

SÁBADO 4 DE NOVIEMBRE

El fin de semana empezó algo revuelto. La bajada al desayuno se vio envuelta en un cuchicheo incesante. La rumorología había poseído a gran parte del cuerpo estudiantil e incluso estaba alcanzando a un reducto del profesorado.

Primero la desaparición (porque sí, el club de fans seguía sosteniendo y alimentando esa teoría e incluso estaban empezando a hablar de un posible secuestro) del profesor más sexy de DCAO desde Lockhart, Ashley y de su hermano, Dariel. Aunque la dirección de la escuela insistiera en que era una “ausencia”, eso no había quien se lo tragara, vamos.

Segundo, el asalto del día anterior por parte del escultural y cándido Capitán del equipo Sly de quidditch, Julian Crautchin, a uno de sus acólitos, el foráneo Levi Montblanc. Una parte muy amplia del público (mayormente femenino) aseguraba que fue una respuesta válida a una ofensa del canadiense (porque no podía ser de otro modo, todo el mundo sabe que el joven y apuesto Prefecto de Slytherin no es un violento ni un acosador de pasillos. Eso se sabe), pero como en todas partes, siempre hay detractores que aseguran haber sido testigos de primera fila del incidente y afirmaban que no hubo ninguna incorrección por parte del chico Montblanc. Ah, quí sap? Quí sap?*

Y ya para rematar la mañana llegaron las ediciones pre-dominicales de varios periódicos, sobretodo el Profeta y el recién salido la Hoz y la Varita. Empezaban a aparecer algunos lectores del periódico de “brujas anarquistas”. Una de esas ediciones cayó sobre la cabeza de Ivy, a falta de encontrar a su verdadero destinatario, su primo. La lechuza soltó su carga con algo de mala leche, estaba confusa y algo indignada con aquella entrega porque no podía dársela a quien tocaba. Así que lo pagó un poco con la preciosa pelirroja que vio como caían en sus manos, una edición de cada periódico.

 

Esos tres factores fueron el caldo de cultivo para el surgimiento de varias discusiones entre distintos grupos de opinión y sobretodo, dio fruto entre las/os teóricos/as de la conspiración, que de esos algunos hay en Hogwarts. Lo dicho, un sábado algo revuelto, casi se podría decir que interesante…

 

 

La noche del sábado se cernió sobre las calles inglesas. Esa misma tarde había empezado a llover de nuevo. Un fin de semana igual de pasado por agua que la noche de Halloween y su mañana posterior. A lo lejos se empezó a oír el sonido de unas pisadas fuertes, acelerando. Dos figuras envueltas en ropas oscuras y el rostro cubierto por capuchas cruzaron a toda velocidad el callejón Knockturn, en el corazón de Londres. Una de ellas se giró para mirar hacia atrás.

 

 

-¡Todavía nos siguen!

-En cuanto alcancemos…- respondió la otra figura antes de que un rayo rojizo les alcanzara. La sangre salpicó el pavimento mojado y encharcado bajo sus pies, mientras la lluvia ahogaba sus gritos de dolor. Tres figuras siniestras se recortaron en el hueco de la calle, en el cruce con Diagon Alley. Un rayo dramático cayó a sus espaldas iluminando por unos segundos el sitio. Sus varitas estaban alzadas, dispuestos a finalizar la misión…

-Es una pena, de verdad que sí…- dijo uno de ellos antes de lanzar su ataque final.

Notas de juego

*TdA: ¿quien sabe? ¿Quien sabe?

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29/10/2019, 12:05
Cronista anónima

DOMINGO 5 DE NOVIEMBRE

A la mañana siguiente, Connor Smith había tenido que pegarse un señor madrugón para coger la línea regular Londres-Hogsmeade desde King's Cross. Al hallarse el pueblo todavía en lockdown eran muchos los magos que, para visitar a conocidos y familiares ese fin de semana, tuvieron que hacer lo mismo que el chico y dormir un par de horas menos para poder coger el tren a las ocho de la mañana. Con la diferencia de que nadie iba acompañado de una auror y su terapeuta squib.

La auror no le hacía mucho caso, lo que era una ventaja, pero estaba obligada a acompañar al joven licántropo hasta que le dejase en Hogwarts. Su psicóloga estaba ahí más por soporte moral que otra cosa, después de dos años ayudándole a aceptar su nueva condición no iba a permitir que una auror borde como esa deshiciera todo ese titánico trabajo de autoconfianza. Ya en Hogwarts se las tendría que arreglar solito.

El viaje no fue fácil o cómodo. Muchos estaban comentando la noticia de portada de El Profeta: los Hijos de la Revolución, tan confiados desde el escándalo de la fiesta de los Swann, habían intentado ir a por la sede del periódico. Según decían, casi les habían atrapado. Las opiniones al respecto en el vagón eran de lo más variadas. Por otro lado, algún curioso se había acercado a la auror que acompañaba a Connor para preguntarle cosas como cuánto más estarían los accesos mágicos cortados a Hogsmeade, o por qué había un alumno de Hogwarts yendo al castillo a esas alturas. Ella, ni corta ni perezosa, le soltó que estaba asegurándose de que llegaba a salvo con todo lo que estaba ocurriendo. "Menudo morro", se aseguró de comentar la terapeuta de Connor.

El chico llegó al castillo por la tarde, entre tren y carruaje pasando por un bastante incómodo registro por parte de los compañeros de su niñera auror. Connor ya se había dado cuenta de que, administrativamente, su humanidad había sido prácticamente arrancada de sus manos. Pero su terapeuta había insistido en que era mejor colaborar para llevar una vida pacífica. Fue después recibido por el prefecto de su casa y compañero, Daniel Sullivan, al que no veía desde hacía años. Por ello, se llevó un estrecho abrazo sentido de bienvenida. Por supuesto, la Directora le había puesto al tanto de su situación para ayudarle en todo lo posible, sabiendo que Daniel era un chico muy comprensivo y abierto de mente.

 

Para el resto de alumnos, era casi un domingo cualquiera. Algunos alumnos aprovecharon el cierre temporal al exterior de la escuela para ir a practicar el deporte rey de los magos, el quidditch. Hubo algunas discusiones por quien había reservado qué o cuales eran las preferencias, pero al final las disputas se saldaron sin sangre derramada (especialmente porque aún estaba en la mente de todo el mundo la leche que le había propinado Crautchin a uno de los suyos, así que prácticamente “ganó” de inicio la lid por el campo de quidditch. Si hacía eso a un compañero de su Casa, que no haría con el de otra… pensó más de uno). Como era un día de pereza y nubarrones y lluvias que iban y venían, poca gente se atrevió a ver los entrenamientos, aunque los más forofos no se dejaron amedrentar por el mal tiempo. Hacía una eternidad que no había partidos y aquello era lo más parecido a un retorno a la normalidad desde los toques de queda y la limpieza de drogas y alcohol de la escuela.

Tras el quidditch algo pasado por agua, las duchas calientes, alguna que otra siesta y las carreras de última hora para terminar los deberes para las clases del día siguiente, la jornada dominical simplemente terminó. Y al final, todos concluyeron que no fue tan mal día después de todo.

La cena transcurrió sin pena ni gloria, más o menos similar a la de la noche anterior, aunque los entrenamientos de quidditch parecía que habían diluido parte de la tensión acumulada por los días anteriores. Aun así, Slytherin seguía pareciendo la mesa de los parcialmente muertos por dentro, pero ya no tanto. Algunos incluso celebraron privadamente el retorno del badassdismo a la Casa, como antaño con el reinado (fracasado) de Draco Malfoy.

 

Tras terminar la cena, los alumnos empezaron a salir del Gran Comedor con calma. Sin venir a cuento empezaron a agolparse ligeramente en las puertas y en la entrada del edificio. Algunos se echaron las manos a la boca, otros se rieron por lo bajo y otros pusieron cara de resignación. No podía ser de otro modo, suponían muchos de ellos.

-Por supuesto, faltaba el espectáculo después de la cena- bromea cínicamente Bash, mientras apoya una mano en su cadera y sonríe burlonamente.

Renqueando, sucios y manchando las alfombras de barro y sangre, los dos hermanos desaparecidos habían aparecido en la entrada del edificio principal de la escuela. Ashley, despeinado, aunque sin perder esa belleza de estatua de mármol, ayuda a su hermano pequeño a mantenerse en pie y caminar, como si fuera una muleta muy estilosa. Dariel, a pesar de llevar un torniquete más o menos bien hecho alrededor de su pierna izquierda, está más pálido de lo normal y va dejando un reguero de sangre a su paso. Parece que debe haber perdido bastante de ella en su camino de retorno a “casa”, por su estado algo demacrado. Ambos presentan heridas leves, cortes mayormente, en varios puntos a la vista de su cuerpo, incluido sus rostros. Tienen ojeras bajo los ojos y parece que se hayan rebozado en un lodazal.

-¿Hemos vuelto?- dice Dariel algo susurrante y esbozando una sonrisilla maliciosa, a lo que su hermano mayor responde con otra risa por lo bajo. Parece que compartan algún tipo de broma que nadie más pueda entender. Acto seguido, tras tomarse un escaso descanso, ambos hermanos se encaminan como pueden hacia la enfermería en busca de Sherry. Ninguno de los dos parece estar muy cuerdo, ni en su mejor momento de energías, pero al menos parece que se tienen el uno al otro, solo en el extraño modo en que lo están los hermanos unidos.

 

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29/10/2019, 20:18
Peeves

[FLASHBACK: Viernes 3 de noviembre, por la noche]
Levi necesita saber dónde se encuentra su amado Dariel y recurre a medidas desesperadas...

Levi: La conversación con Metho lo había dejado pensando. Finalmente decidió ir en busca de algún fantasma que pudiera decirle algo. Decidió saltarse la cena, ya que en ese momento tenía prácticamente asegurada la intimidad en la totalidad del castillo para poder hablar con tranquilidad. No tenía muchas esperanzas en que su plan funcionase, pero en ese momento no tenía nada más y, francamente, estaba comenzando a ponerse nervioso. Maldito Dariel. Lo despellejaría vivo cuando apareciera de una puñetera vez. Eso, claro, si no se había marchado por su culpa.

[...]

Peeves: — ¿Y no son esos los peores? —Peeves rompe a reír de nuevo. Esta vez sale escopeteado hacia el techo, atravesándolo y sin regresar abajo. ¿Pero al final sabía algo o no? No lo ha dejado muy claro: le ha llenado la cabeza de serrín y le ha abandonado. Bueno, como haría Dariel. Debe ser por eso que se llevan bien, supuestamente.

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30/10/2019, 23:02
April Glackstone

[FLASHBACK DEL JUEVES 2]

Dormitorio de las chicas

Ivy: Cuando Reed y yo dimos por finalizada la conversación busqué con la mirada a la barriobajera. Ya no estaba por allí, así que quizás me la encontrase en el dormitorio. Perfecto. Salí en su busca. Al abrir la puerta del dormitorio, allí estaba.
- -cerré la puerta tras de mi- ¿por qué no has vuelto con mi primo?

April: Cierro con un golpe seco el libro de pociones avanzado llamado "Venenos y otras pociones potencialmente peligrosas", que leo tumbada bocarriba en la cama, y miro a la última persona de la que esperaba escuchar algo así.
— ¿En serio me estás preguntando eso? —no puedo evitar sonreír por la ironía del destino. Dejo el libro a mi lado y entrelazo los dedos de mis manos, apoyándolas sobre mi vientre. — ¿Ahora apruebas nuestra relación? Qué pena. Porque ya no hay nada a lo que "volver".

[*** Un par de tijeretazo después ***]

Ivy: Vuelvo a guardar el panfleto en el armario y me siento de nuevo. Miro con una sonrisa cómica en el rostro cómo se tapa con el libro de Pociones. Si no fuera April pensaría que le da vergüenza ir abriéndose de piernas por ahí…
- Supongo que de donde no hay no se puede sacar. -Me cruzo de brazos y suspiro.- Si te aburres siempre podrías unirte a investigar con el nórdico y conmigo… -No es una tregua. Puedo seguir calificándola como lo que es aún si investigamos algo juntas. Pero puede ser útil para sacar información también. Su conocimiento barriobajero seguramente abra puertas que yo prefiera ni intentar abrir.
 
April: Me pellizco el puente de la nariz con dos dedos. No es que esté pensando en ayudarla ni en llevarme bien con ella, ¿vale? Pero supongo que no hará daño que intente averiguar qué está pasando antes de que me lleve más sorpresas desagradables.
— ¡Vale, tú ganas! Meteré las narices conscientemente en el peligro y te diré todo lo que averigüe, haciendo el trabajo de nuestro competente —Por favor, decidme que se nota el rintintín en mi voz— equipo de Aurores, a pesar de ser sólo una alumna. Total, si Potter pudo ganar al Señor Oscuro con un Expelliarmus, yo puedo investigar quién va por ahí matando gente y que no me pase nada, ¿no?

Notas de juego

♫ He vuelto~~~ ♫

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31/10/2019, 12:29
Ian Green

[Domingo 5 de Noviembre]

En el momento en que los hermanos LeFay hacen su acto de aparición, yo no estoy presente, ¡así que no puedo sentirme celoso de que hayan hecho un combate en el barro sin decirme nada! ¡No es como que me gusten los combates, claro! Al fin y al cabo, soy pacifista, pero joder... ¿ver a los hermanos LeFay peleando en el barro en gayumbos? ¿Dónde firmo?

Por desgracia, como decía, yo no estoy ahí. ¿Por qué? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Hacia dónde vamos? ¿A qué huelen las nubes? Pues no lo sé, no tengo todas las respuestas y Metho parece estar resentido conmigo, ya no me llama y no me mira a los ojos cuando hacemos el amor. Eh.......... no........ olvidemos eso. Nunca he tenido sexo con un ente imaginario, aunque molaría.

Estoy triste. Depresivo. Lo veo todo negro. No hay futuro. No hay presente.

- ¿Por qué? ¿Por qué te has ido, Profesora Sprout? -me lamento, mirando el cielo estrellado desde los Jardines con lágrimas en los ojos que finalmente se desbordan y se deslizan lentamente mejilla abajo. Doy una calada al porro. No preguntéis cómo he hecho para entrar contrabando, pero lo he hecho. Estaba siendo muy duro permanecer abstemio a pesar de las pociones de Julian. Y el golpe bajo de la excedencia de Sprout ha sido "demasié".

Es decir, no es que esté en contra del buenorro de treinta centímetros de rabo negro que la está sustituyendo, pero después de siete años con mamá Sprout, alguien que ha sido más madre que mi madre, y saber que no la voy a volver a ver... es muy deprimente. Aunque se me acaba de ocurrir... ¿Y si no me gradúo? Así, si vuelve el año que viene, podré estar de nuevo bajo su ala.

- No... no puedes hacer eso... -me susurro a mí mismo.

He aprendido algo en estos últimos meses. Si quiero seguir disfrutando de una vida hedonista, debo aprender a darle a la gente clave lo que quiere. Incluso si eso significa fingir y ganar algo de Mal Karma. Puedo compensarlo plantando árboles durante las vacaciones.

Necesito hablar con alguien. Metho ya no me quiere, así que supongo que buscaré a Sigma o a Dariel.

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01/11/2019, 19:54
Ivy Pont-du-lac

[Domingo 5 de Noviembre]

Durante la cena, y como ya había terminado todos los ejercicios pendientes para la próxima semana, me dediqué a darle vueltas al asunto de Los Hijos de la Revolución. Aún me costaba creer que, habiéndolos pillado con las manos en la masa, como decían los de El Profeta, no hayan dado nombres. Vamos, que lo del ataque quizás fuese cierto, pero no creía que realmente hubiesen atrapado a nadie.

Ayudo a bajar el último mordisco de mi cena con un poco de zumo de calabaza y cuando la doy por finalizada me levanto para ir a mi dormitorio. Dejo escapar un bufido ante el entaponamiento momentáneo que se forma, creyendo que detrás de él está algún motivo tirando a estúpido. Pero oh, cuan equivocada estaba.

- Mon dieu. -Miro a mis primos de arriba a abajo sin dar crédito a lo que veía. Sinceramente ayer, cuando la lechuza dejó caer con bastante mala baba los periódicos sobre mi cabeza porque Dariel no estaba presente, di por hecho que se había ido a alguna escapada de las suyas (de las "inocentes"). Escapadas que casi siempre prefería evitar contarme para, seguramente, protegerme. Lo que no sé es si de él o de la gente de la que se rodearía.

Cuando comienzan a andar, y más les vale que sea en dirección a la enfermería, les sigo. Lo que más ganas tenía de hacer era preguntarles que de dónde narices venían así. Pero viendo sus caras sería mejor esperar.

- ¿Necesitáis algo? -Murmuro, más porque sepan que voy detrás de ellos que por otra cosa. Porque ya me se la respuesta.

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01/11/2019, 20:10
Mackenzie Poots

[Domingo 5 de Noviembre]

- ¡¿PERO POR QUÉEEEEEEEEEEE?! -Miro al techo, tenedor en mano y puños en alto, quejandome de manera bastante visible y, claramente, audible.
Muerdo un cacho de salchicha con saña y dirijo mi mirada a la mesa de Slytherin con cara de pocos amigos.- ¡¿Sólo porque don musculitos noqueó a un compañero de casa tenemos que cederle el entrenamiento?!

Mastico con fuerza, molesta, por si no había quedado aún claro lo molesta que estaba. Necesitaba ese entrenamiento, hacía tiempo que no tocaba la escoba y realmente necesitaba desestresar. Y contaba con ello. Daba por hecho que íbamos a entrenar, aunque fuese compartiendo campo. Pero no, todo el mundo con el rabo entre las piernas porque el Capitán de Los Verdes le dio un guantazo a otro. Pues ole su pito, se lo merecería. Yo también le daba uno. Al Capitán, no al otro. El otro ni siquiera sabía quien era.

- ¡AAAAAAARG!

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03/11/2019, 12:36
Julian Crautchin

Oía los cuchicheos a mi alrededor, aún, y un ligero respeto por parte de un sector de alumnos con los que siempre había mantenido relaciones cordiales. En parte no les culpo, claro, con la fama que siempre he tenido, ¿por qué iba a pegar sin más a un compañero de casa, a un amigo? Pues id a preguntarle a otro porque yo, desde luego, no sé responderos a esa pregunta. Suena a locura, ¿no? Una locura transitoria de esa que alegan a veces los asesinos para justificarse, pero yo no era un asesino. Ni siquiera recordaba haberle pegado. Era imposible. Yo sólo estaba esperando a Cassia, y después me vi allí, en el centro de las miradas con Montblanc tirado en el suelo y sangrando por la nariz. ¿Qué había sucedido en ese lapsus de tiempo? Sé lo que había sucedido, según la escena; lo que no sé es qué había sucedido dentro de mi. No soy consciente, y eso es lo que más miedo me da.

Ese había sido el motivo por el que no me había mezclado demasiado con los demás durante el resto del fin de semana. Tenía miedo. Miedo de mi. Miedo de pestañear y al abrir los ojos haber pegado de nuevo a alguien, o algo peor porque al fin y al cabo, Levi estaba bien. Y aunque aún no me había disculpado con él, sabía que debía hacerlo tarde o temprano...aún sin saber cómo iba a justificarme yo.

 

Mi ansiedad había aumentado, y había vuelto a los malos sueños (aunque ninguno como aquel de Werd). Me costaba dormir y me despertaba envuelto en sudor, nervioso. No era capaz de concentrarme en nada. Y toda esa mezcla se reflejaba en mi expresión un poco derrotada. Incluso ahora, durante la cena, había intentado sentarme alejado en la larga mesa de Slytherin de cualquier presencia. Si estaba sólo, aislado, quizás podría evitar hacerle daño a nadie más.

 

Por todo esto y más, cuando les veo entrar, malheridos pero sonrientes (puros Lefay), no puedo estarme de levantarme inmediatamente. Mi amigo nunca sabrá (si acaso una pincelada) de lo mucho que le he echado de menos y de lo desamparado que me sentí cuando me desperté y vi que no estaba, que había desaparecido. Avanzo enseguida hacia ellos, como veo que hace su prima, y aunque ella se mantiene a una distancia prudencial mientras avanzan, yo tengo que ponerme delante de mi colega y cogerle la cara.

 

- ¡Dariel, por fin! - exclamo. No quiero, ni puedo, decirle todo lo que me gustaría pero que haya vuelto ya es para mi una bocanada de aire fresco. Sé que tienen que ser tratados en la enfermería pero no puedo contenerme (y esto lo hago conscientemente) de abrazar a mi amigo y poner la boca en su oreja (nada sexual, no os vengáis arriba) - Justo a tiempo, Dar, se me está yendo el caldero - susurro y vuelvo a separarme para mirarle a los ojos. Me muero porque me cuente dónde ha estado y qué han hecho él y su hermano para volver el tales condiciones, y por contarle yo lo ocurrido - Os acompaño a la Enfermería - me ofrezco.

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05/11/2019, 16:48
Levi Montblanc

Había pasado un fin de semana horrible. Sumado a que había averiguado más bien poco de lo que le había pasado a Dariel, el imbécil de Julian le había roto la nariz vaya a saber por qué. Se la habían reparado enseguida, pero había pasado gran parte del día sábado mirándose a un espejo para asegurarse de que no se la habían dejado torcida. Se había hecho llevar la comida por sus hermanos y, preocupado, no podía dejar de preguntarse qué cojones pasaba en aquel país con todo el embrollo político en que estaban metidos. Tampoco ayudaba mucho que Eve y Const hubieran decidido montar guardia en su habitación como si Julian quisiera volver para rematarlo. En realidad, estaba más preocupado por Dariel, pero lo disimulaba.

 

El domingo fue bastante parecido al sábado, con la diferencia de que había decidido a salir a cenar, bastante harto ya de su habitación y escoltado por sus hermanos hasta el Gran Salón. Fue por los murmullos de excitación que decidió acercarse a la multitud que se había formado cerca de la entrada. Y lo vio. No sabía si quería abrazarlo o estrangularlo ni por qué mierda se le humedecen los ojos cuando comprueba que parece ileso, aunque muy sucio. - Putain de bâtard... – susurra, mientras empuja al cerco humano que se había formado para poder acercársele. Julian logra llegar antes, así que se queda algo apartado. Lo último que quería era acercarse a él. – Yo puedo acompañarte, Dariel. No querrás arriesgarte a que te rompan la nariz. – añade sardónico, examinando al chico de arriba abajo en busca de alguna herida de importancia. Ya lo interrogaría mejor cuando hubiese menos gente alrededor. Nota, molesto, que muchos señalan a él y a Julian alternativamente. Incluso que muchos le echan a él la culpa por el puñetazo, pero en ese momento no le importa demasiado.

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05/11/2019, 17:38
Nissa Park-Swann

Después de lograr mantener a Sigma sana y salva unas cuantas veces aquel día, mi ego estaba por las nubes, pero también mi estrés. Decidí calmarme un poco fumando hierba y riéndome del rumor que circulaba esos días en el colegio. Ese niño un tanto afeminado (Montblack o algo así) había retado a duelo al Adonis musculoso porque quería declarársele a Cassia. O la irlandesa le había metido los cuernos a ese tal Jules, algo así. En fin, que ahí se aburría el que quería.
 

El domingo, todos los Huffies estaban con cara de culo porque Adonis tenía privilegios para utilizar el campo de Quidditch. No había entendido bien la relación con la pelea con Montblack, pero la había. En fin, que les den a los deportistas menos a mi linda Mack, que pasé el día intentando componer una canción y comiendo hamburguesas que había obligado a los elfos a cocinar para mí.

 

Ya era de noche, durante la cena, cuando apareció ese sinvergüenza de Dariel. No me abalancé como sí hizo las tres cuartas partes del alumnado, sino que me limité a seguir cenando. Ya hablaría con él cuando se calmaran las aguas. - ¿Hay algún truco para no ahogarse? – le pregunto a Sigma con una sonrisa burlona, señalando el libraco que estaba leyendo en la mesa.