Partida Rol por web

Desvió la vista para mirar fijamente al portero.

-¿Referirme a usted? Creo que no comprendo lo que dice... No tengo por que referirme a usted con mi Guardián cuando no lo conocemos y no sabemos ni siquiera su nombre...-

Su rostro se mantuvo inexpresivo mientras su tono se mantenía frío con el.

-Arnold...ya lo sabes...-

Su tono sonó mas cálido con aquel hombre mientras aguardaba.

A pero eso lo podemos resolver rápidamente, Robert Bleir para servirle en lo que necesite señorita, hace una pequeña reverencia y un gesto con la mano. Bueno ahora entremos en el auto y esperemos que el Sheriff no se demore..

Le sonrío levemente ahora.

-Un gusto en conocerlo ahora Señor Blair...-

Le hago una leve reverencia tomando la punta del vestido y apenas levantándolo, mientras entro al vehículo. Miro a Arnold de reojo unos momentos.

-Vamos Grandote...se que no te vas a quedar aquí quietito...te conozco...pero mantente cerca mio...-

Le digo de manera tranquila esperando a que entre.

Mientras se dirige al exterior, aprovecha para detenerse junto al cadáver y examina sus bolsillos con poco detenimiento para no hacer esperar al sheriff.

Por cierto... la voz de Volgo emerge del interior de la casa mientras avanza entre las sombras que provienen del interior, intentando ocultar su rostro lo máximo posible...¿qué se supone que vamos a hacer con el regalito de ahí dentro?

Mira de arriba a abajo al grandullón y a la señorita. Ulrich había mencionado que era una sangre azul, lo cual no agradaba demasiado a Volgo, que tenía en poca estima al clan de los viejos patricios.

Su arma está enfundada y oculta en el interior de su abrigo.

Veo que hay más invitados a la fiesta... dice mientras posa sus ojos de nuevo en los dos recién llegados.

Dirijo la mirada lentamente hacia el nuevo hombre. Su complejo de misterio me llama la atención, es una acción infantil y divertida. Me sonrío tranquilamente esta vez. Mientras lo miro apoyando las manos en mi cadera quedándome delante de Arnold.

-Buenas noches...al parecer hay mas compañeros que no conocía...-

Le hablo de manera tranquila y suave posando mis ojos oscuros en el para mirarlo de arriba a abajo y mantener la sonrisa.

La muchacha aparentaba joven, pero la última vez que se topó con un vástago con aspecto de crío, resultó cuadruplicarle la edad, por lo que decidió tratarla con el respeto que merecían las dos personas que parecía les iban a sacar de allí.

Una vez que ya se encontraban cerca, tanto el grandote como la chica pueden fijarse que los rasgos de Volgo delatan su linaje ligado al viejo Absimiliard.

El Nosferatu se detuvo en seco y devuelve la sonrisa a la chica, revelando una hilera de brillantes, pequeños y afilados dientes, de aspecto inusual.

¿Katarina no? no sé si lo he oído bien... hacía décadas que oía ese nombre tan hermoso... las mismas que hace que dejé atras a la Gran Madre. ¿Puedo preguntarle de donde es?, si no es mucha indiscreción.

Ahora el acento ruso de Volgo era mucho más discernible, probablemente a propósito.

Mantiene la sonrisa. Ahora notaba por que se ocultaba. Lo miro fijamente mientras pronuncia mi nombre y habla.

-Así es...Katarina... Hará que me sonroje con sus comentarios...le agradezco su halago señor... - Me acerco a el para mirarlo de cerca. - Tiene un acento interesante, me resulta llamativo...Creo que Rusia es el único lugar que no conocí... ¿De donde es mi procedencia...? Eso fue hace mucho, si no recuerdo mal era en Londres...pero esas cosas se olvidan con el paso del tiempo...-

Vuelvo al vehículo y le toco el brazo a Arnold de manera tranquila.

-Creo que van a necesitarte ahora... Demuestrales de lo que eres capaz mi pequeño Arnold...-

Le digo de manera sonriente mientras aguardo a que vengan.

Una lástima... dice Volgo casi susurrando.

Volveré adentro y echaré una mano a Ulrich. Espérenme aquí. No tardaré mucho.

Volgo se dirige de nuevo adentro del edificio con la intención de encontrar a Ulrich.

- Por supuesto señorita - comenta el gran hombre mientras mira a catarina.

Acercandose al auto sonrie para si mismo, mientras recuerda que debe mantenerse al margen siempre.

Mientras terminas con el cuerpo no has visto a Ulrich durante un tiempo.

Sin embargo la voz de este te llega un poco apagada desde otra habitacion.

- Bueno, probalemente todo salio bien, or laemteable que sea.

Mientras el tiempo corre estan siguen a Arnold hacai el automovil de lujo para su transporte.

Sin embargo, ni Volgo, ni el sheriff han dado señales de vida. Tras una espera de 5 minutos en la casa se enciende una luz del segundo piso.

Volgo se dirige hacia la habitación donde está Ulrich.

Sheriff... ¿qué hacemos ahora?

Una figura medio escondida entre las casaas los mira desde la izqueirda de la fila de propiedades.

Portando una cabellera larga el hombre sabe que lo miran, pero sigue sin cambiar de posicion.

Mientras el nosferatu te lanza una mirada de duda, deja la foto que veia antes de que llegaras, y se encamina a la salida del cuerto.

- Sigue que veamos al principe, o a la primogenitura. Recuerda que su estancia aqui debe de ser presentada por ustedes en persona.

Y sin mirar atras sale del cuarto, toma el cuerpo, lo pone en su hombro, y espera junto a la entrada principal.

Lo miro fijamente desde donde estoy. Pensando si acercarme o no.

-Tenemos mas compañía...-

Le digo a los presentes, decidiéndome y avanzando un poco hacia donde esta aquel hombre.

Volgo sigue a Ulrich hasta la entrada principal. Mientras le comenta.

Pues habrá que ponerse en marcha. Aunque me joda admitirlo creo que hay cosas peores que yo en esta ciudad a pesar de no poder dejar de lado los formalismos.

Cuando sale, ve a Katarina avanzar hacia ninguna parte aparentemente. Volgo se acerca a Robert y pregunta.

¿Qué ocurre?

Si iban a tener compañía, más valía estar preparado.

- Por dios... él no...

Cargando el cuerpo todavia el sheriff desaparece de la vista, cuando se preparaba para correr.

El desconocido avanza por la acera bordeand las cercas que delimitan las porpiedades entre casas; sin dejar de mirarlos el recien llegado camina a paso rapido hacia ustedes mientras su negra gabardina ondea con el viento.

A unos escasos 4 metros del grupo baja la velocidad hasta caminar a paso comodo.