Partida Rol por web

Balaquo y Shandi también se levantaron para dejar la sala el Braavosi dijo algo al respecto de probar las espadas Dornienses y la meretriz alcanzo a Constance para tomar ella también un baño.

 En la habitación quedaron solo Bastian y Lady Larra, además de algunos pajes que se encargan de rellenar las copas y ver que todo estuviera bien.

-¿Quiere algo mas para comer? Podemos hacer algo de cordero, aquí el Dorne le ponemos una salsa especial que esta hecha con una pizca de veneno de serpiente, no conocerá salsa mas ardiente y deliciosa en todo el reino, no debe dejar de probarla.- Dijo la anfitriona al hombre del Dominio mientras tomaba asiento nuevamente para oir lo que el muchacho tuviera que decirle

Shandi alcanzo a Constance de camino al baño. –Lady Constance la acompañare.- Dijo –Aquí tienen un baño muy grande con 5 bañaderas, así que tenemos espacio para estar las dos juntas y charlar un poco.- los momentos en los que habían podido estar solas en el viaje habían sido escasos y quería charlar con la muchacha sobre el aprendizaje del arte de los venenos y que mejor forma de charlar que tomando un relajante baño.
-Claro, siempre y cuando no le moleste mi compañía.-

-Claro que no me molesta, Shandi.

De alguna manera, si habìa llegado tan lejos se lo debìa a dos personas y una de esas era precisamente Shandi. En cuando tuvo todo dispuesto, aunque con algo de trabajo pues estaba acostumbrada a que le hicieran todo, se dispuso ir a esos baños enormes con Shandi. Una vez que comenzò a relajarse y a dejar que el agua limpiara su cuerpo de tanta arena del camino, la pelirroja se dirigiò a la rubia.

-¿Crees que Bastian estè interesado en ella?

Por alguna razòn, en ese momento era algo que le preocupaba y mucho.

Bastian se despidió de las mujeres con una sonrisa y una inclinación de cabeza. A Balaquo, en cambio, le dedicó una de aquellas miradas mitad cómplices, mitad punitivas, con las que llevaba meses indicándole a la espada que se portara bien y no diera problemas. Una pelea, especialmente una en la que fuesen culpables o incitadores, es lo que menos les convenía dada las circunstancias.

Una vez a solas con Lady Larra abandonó el subtipo de estado en el que se mantenía inconscientemente cuando estaba Constance delante. Uno en el que pretendía ser un apoyo para ella, ser inspirador, amable, cortés, uno en el que ella encontrase todo lo que pudiese necesitar. De esta manera refleja dejó de ser "su marido en la ficción" para ser solo Sir Bastian Fossoway.

Miró fijamente a la Señora, como siempre hacía con todos aquellos con los que mantenía una conversación seria y formal. Escuchó su invitación y por un instante no supo qué responder. ¿Veneno? Desde que desembarcaran en costas dornienses había visto y experimentado cosas extrañas, pero comer veneno le parecía cuanto menos peligroso. Sin embargo, le convencieron las palabras de Lady Larra. No podía imaginar irse de Dorne sin experimentar todo, o casi todo, lo que aquella exótica tierra podía dar.

-Si fueseis tan amable, Mylady, me sentiría honrado de degustar vuestros manjares -respondió a modo de asentimiento; la observó pacientemente dar las indicaciones oportunas y luego continuó-. Quisiera agradeceros de nuevo vuestra hospitalidad en mi nombre y en el de Lady Nightwing. Yo... soy consciente que ha debido ser una sorpresa y no merecíais el embuste, por eso he querido dejaros claro nuestras identidades desde un principio. Por otra parte puedo aseguraros que no ofenderemos vuestra confianza con actos indecorosos y procuraremos ser los mejores de los huéspedes -dicho ésto, pasó a otras cuestiones, las que le importaban o preocupaban-. Hay, sin embargo, un par de temas que quisiera tratar con vos antes de quedar a vuestra entera disposición para que me pidáis libremente cualquier ayuda que podáis necesitar -pues algo le decía que la necesitaba-. Por una parte, quisiera preguntaros por la cantidad de hombres armados guarnecidos en el castillo. ¿Esperáis acaso algún ataque o tenéis algún temor? -se dio cuenta que aquella pregunta podía ser sospechosa y se apresuró a matizar-. No quisiera parecer descarado ni entrometido, pero me preocupa la seguridad de Lady Nightwing, y si se cierne algún peligro preferiría que ella no se encontrase cerca cuando llegase...

El tono fue completamente sincero. Con mucha dificultad Bastian podía hablar de otro modo, y sus intenciones normalmente se reflejaban en su rostro y sus palabras. Si era perspicaz, Lady Blackmont podría identificar las señales de los sentimientos por Constance enterrados bajo el cansancio del viaje y la añoranza del hogar.

-No lo creo.- Dijo Shandi muy convencida -Lady Larra es una mujer con muchos encantos pero estoy seguro de que el caballero solo te quiere a ti.- La mujer sumergió la cabeza en la tina para mojar su larga cabellera antes de seguir hablando.

-Recorrió un largo camino para que llegaras bien hasta aquí, no creo que le interese otra mujer.- Llego a decir antes de que las puertas se abrieran otra vez.

Una bellísima mujer de cabello negro ingreso también al lugar con intenciones de tomar un baño.
-Discúlpenme, no sabia que había alguien más aquí.- Dijo mientras se acercaba a una de las bañaderas.
-Si les molesta volveré en otro momento.-

Traiganle al señor la comida que pidio.- Ordeno con amabilidad lady Larra y uno de los pajes salio de la habitación en busca de cordero con salsa.
-Tendra el honor de ser servido por el futuro Lord Qorgyl.- Dijo mientras el muchacho se perdia detras de la puerta.
-Es un buen muchacho, muy educado pero le falta picardia, espero poder enseñarle algo por que sino no veo futuro a su casa.- comento antes de seguir con la conversación.
-No ha de temer mi buen amigo la gente que vio son solo una guardia especial que lleva mi otra invitada, no se quedara mucho por aqui pero mientras este tenemos que aguantar a sus hombres que se pasean por mi castillo.- Tomo un sorbo de su vino y volvio a llenar se copa ante de seguir.
-No me malinterprete la chica es un encanto, espero que los siete me bendigan algun dia con una hija como ella pero tantas espadas rondando por mi castillo me exasperan una casi no puede tener intimidad.- Lady Blackmont ofrecio la jara a Bastian para que este se sirviera tambien un poco de vino.
-Pero no tienen que temer, en mi castillo estaran a salvo siempre y cuando no revelen a lord Nigthwing que tengo a su hija de huesped, no quiero tener problemas con uno de los señores mas poderosos de la tierra de las tormentas.

La pelirroja se quedó un largo rato pensando en las palabras de Shandi, podría ser que tuviera razón pero a ella le costaba mucho trabajo aceptar nada, además, qué le importaba nada si el hombre que amaba nunca iba a ser suyo.

-Tal vez tengas razón... No sé, la verdad es que los hombres me confunden cada vez mas...

Iba a seguir hablando cuando una joven y hermosa mujer llegó. Realmente a Constance no le molestaba que estuviera allí.

-No, no, adelante... No nos.molesta en absoluto. ¿Vos sois?

Quería saber si podía o debía darle su verdadero nombre.

Bastian agradeció con una sonrisa el ofrecimiento de la dama y escuchó con atención cuanto le explicó. Así que un futuro Lord, ciertamente se sintió honrado. Aunque ante el comentario de Blackmont no pudo sino sonreír. ¿Qué entendería ella por "picardía"? Él mismo podría pecar de eso mismo a ojos de algunos y algunas. Muchas veces la honestidad con los demás y con uno mismo era la mayor de las virtudes y la mejor de las armaduras, al menos para el alma y la conciencia... Pensó el Fossoway que sería un adelanto entablar también relaciones con el muchacho más adelante. Sin duda, o eso pretendía el caballero heredero, aquel viaje le serviría para conocer tanto tierras y gentes lejanas, como aquellas que eran vecinas no tan alejadas...

El joven sonrió ante el hastío de su anfitriona. Realmente parecía una buena mujer, respetuosa, prudente, inteligente... por un momento se preguntó quién sería su esposo o, más bien, si estaría casada... pues no había visto "representación masculina" alguna. Tomando la jarra y rellenándose la copa tras un cortés <<Gracias, Mylady>>, siguió escuchando. Asintió ante sus últimas palabras. Sin duda no les convenía... ni a ella, ni a ellos...

-Descuidad, Lady Blackmont. No creo que Constance tenga pensado escribir a su padre... al menos no revelándole su paradero. No es que apruebe su huida -dijo con la sinceridad que le caracterizaba-, pero no la podía dejar marchar sola. Lo lamento por su padre, y me encantaría poder escribirle para que sepa que se encuentra sana y salva... Intentaré convencer a Constance para que le mande un mensaje, aunque no mencionemos nuestro paradero... -bebió un sorbo generoso, haciendo un punto y seguido en su discurso-. Ello me recuerda la segunda petición que tenia para vos, Mylady. Si no fuese molestia, me gustaría enviar un cuervo a La Sidra. Desde que partiese del torneo en Harrenhal no he podido comunicarme con ellos. Al menos allí pude informarles que no volvería a casa en un tiempo. Pero ahora que hemos llegado me gustaría librar a mis padres de la angustia de no saber nada de su hijo primogénito...

-Mi nombre es Lyanna Stark.- Dijo sin muchos rodeos la chica mientras elegía una de las tinas cercana a la de las chicas para poder conversar.
-Esta maldita arena se mete por todos lados.- Comento restándole importancia a su nombre mientras se desvestía. -Es un alivio poder darse un baño, yo no se como lo puede tolerar Lady Larra.- La muchacha era por demás agradable, parecía emanar una simpatía y una alegría muy poco usual en la gente.
-¿Ustedes como se llaman?- pregunto mientras se metía dentro de la bañera.

-Se que han tenido un viaje muy largo y se han alejado de sus familias por lo que mis cuervos están disponibles para ustedes.- Dijo Lady Larra en un tono amable mientras traían la comida que había solicitado.
-Pero debo sugerir que no tarden en enviar las cartas, tal vez no este enterado pero el Dominio comenzó a mover sus tropas contra la tierra de las tormentas y es probable que su padre este próximo a abandonar su castillo si es que no lo hizo ya.- Agrego en un tono mas serio, no había forma de ser agradable cuando uno hablaba de un tema tal como la guerra.
-Se que la casa Nigthwing y otras mas le quieren cortar el avance a los infieles hasta que las fuerzas del Dominio lleguen, tienen pensado acabar la guerra de una sola vez por lo que sus familias se verán envueltas en la batalla principal.- Pese a que habían servido los platos  Lady Larra había apenas tocado el suyo, se la notaba preocupada por la situación. -Espero que la guerra no llegue a Dorne, soy la señora de la casa y por ende debo presentarme si nos toca la guerra.- Tomo un largo sorbo de vino y siguió. -Se que las mujeres de Dorne somos duras pero no se nada de guerra, temo por mi futuro y por el futuro de la casa Blackmont en este conflicto que se avecina.-

Constance se quedó con el nombre de la mujer pero no dijo nada.

-Dai es mi nombre y ella es Shandi... Pues si, la arena molesta bastante. Nosotros hemos llegado hace nada y decidimos quitarnos la arena del camino.

La Nightwing no supo qué más decir, no sabia si podía confiarle quién era realmente.

-Hace mucho que estáis por aquí?

-Que bonitos nombres.- Dijo Lyanna a las chicas -Yo estoy aquí hace un par de días pero no creo quedarme mucho mas, este no es mi destino final por lo que estoy de paso.- Comento la chica mientras comenzaba a enjabonarse.
-Pero la idea de afrontar kilómetros de arena no me gusta en lo mas mínimo por eso prolongo mi estadía aquí lo mas que puedo.- A veces el calor de Dorne era muy duro para hacer largos viajes como ya habían experimentado Lady Constance y su grupo.
-¿Ustedes se quedaran mucho tiempo aquí?

Constance se quedó maravillada y al mismo tiempo agradecida y ahora más relajada.

-Es verdad, la arena y el calor son un incordio importante.

Pero entonces la rubia se quedó pensando en lo que la mujer preguntó. Realmente no tenía una respuesta.

-Realmente no lo sé..., mi esposo y yo aún no lo decidimos.

Después de todo no podía olvidar lo que habían acordado con Bastian.

-Pero ojalá nos veamos el tiempo que vos estéis por aquí, mi señora.

La información sobrecogió brevemente al joven Bastian. No era un hombre que se dejara impresionar, pero aún así las referencias a la guerra y a la concurrencia de Casas nobiliarias le habían pillado por sorpresa y le habían comenzado a preocupar. Sin embargo, nada quiso mostrar a ojos de Lady Larra, quien quizá sí que notara el sobresalto inicial. Se la quedó mirando fijamente unos instantes en silencio, sin probar tampoco bocado de cuanto habían traído, hasta que finalmente respondió:

-No, no tenía noticia, Lady Blackmont... -bebió un trago y continuó-. Lamento no poder estar junto a mi padre en estos momentos difíciles... -en realidad sabía que su lugar era aquel, con Lord Brandon en La Sidra, pero no pensaba dejar a Constance sola ni a su suerte, y menos ahora que su familia iría también a la guerra; allí también le necesitaban-. No tardaré en enviarlo, será lo primero que haga. Muchas gracias, Lady Blackmont -agradeció finalmente con una sonrisa.

El Fossoway probó entonces aquel plato exótico tan característico de tierras dornienses. Para su sorpresa ¡le encantó! Había desarrollado un gusto por el picante durante aquel viaje, y ese toque especial que hacía que se le encogiera el fondo de su boca y se le estimularan las papilas finales de su lengua le encantaba. Esperaba que al final de todo aquello le quedase un hogar al que llevarlo.

-Milady, no debéis temer -comenzó a decir, intentando tranquilizarla, tras beber un poco para calmar el ardor-. ¿Cuántas veces han podido los enemigos cruzar las Montañas Rojas? Dorne es una tierra exótica e indómita -y de lo segundo había podido comprobar mucho en aquellos meses-, y nunca se verá doblegada. "Nunca doblegado, nunca roto", ¿no es lo que dicen? -añadió con una sonrisa el lema de los Martell-. En cualquier caso, mi Señora, podéis contar conmigo y con mi espada el tiempo que esté aquí... Sé que no soy nadie para ofrecerme a portar vuestro estandarte, pero permitidme que con mi mano presta os pueda devolver la hospitalidad y la ayuda que nos habéis brindado a Lady Nightwing y a mí...

Hubiese sido difícil de describir cómo había ocurrido, pero en un acto solemne, como todos los que solía realizar Bastian en situaciones como aquella, el joven había abandonado su posición inicial para acabar con una rodilla hincada en el suelo, ofreciéndose a ayudar y defender a su anfitriona. Aún así, esperando la respuesta, y aunque no la planteó, no pudo evitar hacerse una pregunta: "¿por qué una mujer como Lady Larra no está casada con un hombre que pueda luchar en su nombre y pueda darle herederos que lo sigan haciendo después de él?".

-Seguramente nos veamos.- Dijo la chica -El castillo no es tan grande y me gusta pasear por el lugar así que mas de una vez se encontraran conmigo.- Dijo sonriendo la chica.

 Shandi escuchaba la conversación hacer comentarios, mientras las chicas hablaban ella se encargaba de enjabonar su cabello y sacarse la arena de tan largo viaje.

-Tal vez mañana debamos ir al mercado mi señora Dai, hay ciertas cosas que necesito conseguir allí.- Dijo interrumpiendo la conversación.
 -Tal vez estés interesada en acompañarnos al paseo.- Dijo en un tono demasiado melosos como para ser verdaderamente amable.

-Pocas son las veces en nuestra historia que han intentado doblegarnos por la fuerza.- Contesto Lady Blackmont -Pero el miedo de una mujer siempre existe, nosotras solemos temer mas que ustedes por eso tal vez seamos más precavidas.-

-Agradezco de todo corazón la ayuda que la Sidra le da a Blackmont, espero que este sea el inicio de la amistad entre estas dos casas y de paso el fin de la enemistad del Dominio y Dorne.- Lady Larra tomo un sorbo de su copa como brindando por ello y continuo hablando de un asunto que no le era nada grato.

-Lo mantendré informado sobre lo que ocurra, se que su viaje a sido largo y uno se entera de poco mientras viaja, solo espero que este asunto se zanje de una sola vez y podamos disfrutar de la paz del rey.-

Constance se sintiò mucho màs relajada luego de unos instantes, ya no tenìa arena en el cuerpo y su cabellera roja estaba limpia.

-Mañana serìa genial, ya estaremos descansadas. Quizà Lady Lyanna quiera venir con nosotras...

Constance estaba limpia ahora, se levantò y se cubriò con una manta para secarse, querìa ropas de allì, quizà le sentaran bien.

-Estoy lista para ir a mis aposentos. Lyanna, si lo deseàis, nos dirèis durante la cena. ¿Shandi, estàis lista?

Bastian comió un poco más, llevado un poco por la gula más que por el hambre. Estaba rica aquella "carne con veneno de víbora". Escuchaba a Lady Blackmont y le sonrió cuando terminó de exponer sus preocupaciones.

-No temáis, Mylady -intentó conseguir tranquilizarla-. No tardará en llegar esa ansiada paz, los Siete mediante... -hizo una nueva pausa, bebiendo un poco para tragar el bocado y luego se levantó-. Os agradezco que así hagáis, quisiera saber la suerte de las tropas de mi Casa. Ahora, si me disculpáis, iré a ver a vuestro Maestre para enviar de inmediato el cuervo a La Sidra. Luego iré a ver a Lady Nightwing a indicarle que puede hacer lo mismo. Muchas gracias por todo de nuevo, Lady Blackmont... -dijo acercándose a ella, tomándole la mano y besándosela cortésmente.

Luego saldría del salón para hacer eso mismo que se proponía...