Partida Rol por web

-Confiaremos en el buen maestre Teo entonces.- Dije asintiendo en aprobación, aunque en mi interior tome buena nota de tocar este tema con la gente del puerto... la sal corría por las venas de los Manderly y no sería descabellado que eligiera enviar una carta o un paquete por barco, aunque tardara mucho más.

Una batalla... no me veía a mi mismo en una unidad de infantería ni nada por el estilo, así que me pregunte que era lo que yo y Ezio estábamos haciendo aquí pero me guarde de hacer comentarios. Si el Lord tenía una misión para nosotros, tal y como Ezio suponía, la diría al final de la reunión y probablemente con menos personas en la sala.

Por ahora solo tres casas se levantaban en armas, y eso aunque alentador, no era lo ideal. No pude evitar que me llamara la atención el dato. -¿Solo esas tres mi señor? Si me permite una opinión, tal vez deberíamos intentar atraer o coaccionar a más partidarios pronto a levantar las armas lo antes posible.-

-Eso es lo que tenía pensado hacer pero la guerra avanza a un ritmo frenético y no creo que en una semana pueda convencer a nadie que cambie de parecer.- Dijo Lord Owen a Alvar y al resto del consejo.

-El plan de Lord Owen no es una locura, escribí a mi familia en Norcross y ellos me comentaron que Lord Randyl Tarly y Lord Mace Tyrell avanzan con un gran ejército de camino hacia las tierras de las tormentas.- Comento el castellano
-Nuestro trabajo será detenerlo por un tiempo para que no avance, luego con las fuerzas del Dominio podremos aplastar a Robert y tendremos el control de todo el sur y centro del reino para poder afrontar el levantamiento de Jon Arryn y el de Eddard Stark.

A Ragnar una noticia le caía peor que la anterior. Primero, traicionar a su señor, luego de una tradición familiar de lealtades hasta el final. Después, luchar del lado de los Dornienses. Poco después, incomunicar a su esposa. Y luego lo que se esperaba... guerra.

Siendo sinceros, la última era la que menos le preocupaba, ya que era algo que se olía hace mucho tiempo. Las razones para incomunicar a su esposa eran lógicas, pero también confiaba en que ella no los fuera a traicionar. Lo de los Dornienses no había lugar a cuestionamientos: iba a ser algo malo sin duda. Y la primera era la que más le preocupaba, pero también entendía las razones de su padre.

Ahora sólo quedaba opinar del tema.

-Padre, ¿ya le has dado una respuesta a la Casa Baratheon?- preguntó con aparente tranquilidad, pero que era más la del vencido que la del negociador, que otrora habría sido la característica del caballero -¿Cuáles ya dieron el apoyo?-

-No le he respondido a la casa Baratheon.- Contesto secamente Lord Owen. -Se que no es lo que nos conviene pero antes de ser vasallos de los Baratheon somos súbditos de los Targaryen y cuando la guerra termine tendremos nuestra recompensa.- Agregó con seguridad.

-La casa Estermont ya dio su apoyo.- Dijo comenzando a enumerar los aliados de Robert. -No es de extrañarse sus tíos son de esa casa así que responderían en su nombre. También acudió la casa Penrose, la casa Dondarrion y también la casa Swann.- Del resto aun no se sabia nada pero al no haber respondido al pedido de la casa Targaryen seguramente serian tomados como traidores también.
-Convoque este consejo para que me ayuden de cara a esta guerra así que no teman en dar sus opiniones.- Hizo un segundo de silencio y volvió a tomar la palabra.
-Ragnar hijo tu tomaras una división y combatirás al igual que lo haré yo.- Dijo a su hijo, sabia que el muchacho tenia madera de líder y era hora de se luciera.
-Roland te quiero como mi asesor, estarás en el campo de batalla junto a mi ayudándome a planificar el ataque.- No sabia si su hermano prefería también tomar un batallón y liderarlo por lo que espero a que este decidiera. -Pero si te sientes mas cómodo en otro lugar podemos discutirlo.- Lord Owen giro la cabeza y miro a Tregar, el jefe de los guardias. -Tuomas quedara como castellano así que lideraras una división también, seria un desperdicio dejar a un hombre con tu capacidad a cargo de la guardia del castillo.- Por tan solo un segundo deposito la mirada en Álvar y en Ezio pero no emitió palabra alguna para ellos. Su mirada siguió y se poso en su viejo Amigo.
-Tuomas tu eres el castellano, en ti confió mas que en nadie para resguardar mi castillo, a mi esposa y a mi gente.- El hombre no pareció muy contento con lo que le ordenaba su señor e hizo silencio ante la orden dada.
-Si nadie tiene que objetar mi decisión pasaremos a hablar sobre las tropas que nos llevaremos.- Anuncio Lord Owen y guardo silencio.  

-De acuerdo padre, haré lo mejor y más, con la venia de los siete- contestó el heredero sabiendo que de ahora en adelante los riesgos que estaban por tomar serían muchos...

A Ragnar no se le pasó la mirada de entendimiento entre su padre y los maestros de los bajos fondos.

Algo se trae entre manos... espero que confíe en mí, porque sino me dejará de nuevo aparte de sus planes.

-¿Hacia dónde nos dirigiremos?- preguntó luego de esperar a que respondieran los demás. Tenía curiosidad por saber qué unidades le querría destinar, esperaba que fuera la Guardia Negra, con la que tenía lazos de sangre derramada que los unían.

Bien, parecía que la cosa sería muy rápida de organizar y preparar porque el poco tiempo con el que contábamos lo exigía de esa manera, pero no pude dejar de sonreír, mitad en complicidad, mitad en impaciencia al gesto de Lord Owen. Ezio y yo deberíamos esperar nuestro turno cuando los "honorables combatientes" se fueran de la reunión.

-Milord, si hemos de quedarnos en Stonecrow unos días aún podría tirar algunos hilos y averiguar la afiliación de algunas de las demás casas nobles para que tenga una mejor idea general del panorama.- Una sonrisa mucho más complaciente se formo en mis labios. -Mis hilos llegan muy lejos en estas tierras y tengo contactos en casi todos los castillos y alrededores.-

-Sabes que la batalla no es mi gran fuerte, hermano- dijo a Owen-. Con gusto seré tu ayudante en esta guerra.

La tensión era enorme. Sabía que lo que Owen decía era cierto: el rey Targaryen recompensaría bien a su casa si aplastaban la rebelión; más la casa Baratheon tenía lazos estrechos con su familia. Y aunque amara a su hermano y a su familia, sabía que la casa prosperaría si luchaba con una mano a la vista y la otra desde la sombra.

"Debo ser tan audaz como cauteloso... o podría ayudar a que la casa se hunda hasta el fin de los tiempos"

-Debemos comenzar sin demora si queremos sacar ventaja de nuestra lealtad al rey.- dijo a su hermano, para agregar a lo que Álvar había dicho: -Y con eso quiero decir que, como bien dice Álvar, debemos comenzar a saber quienes más le son leales para derrotar rápidamente a los rebeldes.

"Hermano... creo que estás apresurándote demasiado..."

Ronlad sabía que lo que Owen decía era cierto: el rey Targaryen recompensaría bien a su casa si aplastaban la rebelión; más la casa Baratheon tenía lazos estrechos con su familia. Y aunque amara a su hermano y a su familia, sabía que la casa prosperaría si luchaba con una mano a la vista y la otra desde la sombra.

"Debo ser tan audaz como cauteloso... o podría ayudar a que la casa se hunda hasta el fin de los tiempos"

Mientras respondía a su hermano, miraba al espía y al asesino.

"Ustedes serán tan útiles al ascenso de nuestra familia como nuestras tropas..."

Luego, miró a su sobrino, quien respondía con lealtad a su padre.

"Espero que tu juventud no te impida elegir lo más sensato..."

Lord Owen escucho con atención lo dicho por su hijo, su hermano y su espía.
-Si crees que puedes obtener esa información entonces tienes mi permiso para averiguar que casas estarán a favor de los Baratheon.- Dijo Aceptando así la idea del espía.
-Roland entonces serás mi asesor en el campo de batalla y también en el planeamiento de la estrategia.- Comento sellando así la participación que tendría su joven hermano en el conflicto.

-El mando de los caballeros te lo confiero a ti Tregar.- Lord Owen sabia que Daeron estaba también capacitado para el puesto pero Tregar tenía mas tiempo en el castillo, sin embargo sabia que tenia un buen capitán para sus caballeros en el caso de que Tregar no pudiera cumplir con su función.
-Yo tomare la otra división de Caballeros junto con mi hermano, La Infantería estará a cargo de Ser Daeron, Debemos asignar un capitán para los arqueros y para los Batidores.- Dijo y luego miro a su hijo
-¿Con que unidad te sientes más cómodo? pregunto mientras extendía la copa de vino para que se la vuelvan a llenar.-
-En el castillo Dejare a la guardia Personal, a una división de arqueros y a la guarnición.- El señor guardo silencio esperando que el resto de su opinión o que sugiera nombras para los puestos vacantes.

-Padre, si me permites propondría otra división de las tropas...- comenzó Ragnar -Yo podría llevarme a los caballeros y a la Guardia Negra como avanzada, mientras que Tregar podría hacerse cargo de los batidores y la Guardia de la Tormenta para que no haya sorpresas en el camino. Tú y Ronald podrían tener una unidad de arqueros, una de infantería, a las tropas de apoyo, a los zapadores y a los ingenieros como grueso del ejército... bueno, eso si vamos a asediar alguna plaza fuerte, si no fuera así estos dos últimos podrían dejarse aquí mismo para la defensa del castillo- hizo una pausa para humedecerse la boca -Además, podrían quedar con Tuomas una unidad de infantería, una de arqueros y la guarnición que, junto a las tres unidades de patrulla, creo que serían más que suficientes para defender todo el territorio de un eventual ataque-

-No comandare a un grupo de arqueros.- Sentencio Lord Owen, yo me llevare a los caballeros, nunca un lord en la casa Nightwing comando otra tropa que no fuera una de caballeros y no seré el primero en hacerlo. Si quieres puedes quedarte con una de Infantería además de la de además de a la guardia negra.- La idea no le gastaba mucho, no quería que su hijo estuviera en el frente de batalla donde se producían la mayoría de las bajas pero no le diría eso en frente al consejo de guerra.

-Por lo demás me parece bien tu idea. Solo quedaría conseguir a alguien que comande a los arqueros... Si estuviera Merida la hubiera mandado a ella, Era buena con el Arco.-

-Discúlpame, padre- se excusó Ragnar, que no pensaba que su padre se lo tomaría de esa forma -Creo que lo mejor es no fraccionar demasiado el ejército... por lo que podría hacerme cargo de la Guardia Negra, para tener fuerza de choque de ser necesario, a la infantería con Daeron a cargo, los arqueros para dar cobertura si fuera necesario y Tregar con los batidores y guerrilleros. Tú podría posicionarte con los caballeros flanqueando la columna o como avanzada... Ronald podría quedarse conmigo para aconsejarme llegado el caso...- y se dirigió a su tío -¿O prefieres estar con mi padre con la caballería?-

Ragnar directamente obvió la mención de su hermanastra, para él, había muerto. Pero un gesto de disgusto apareció en el rostro agraciado del heredero. Mérida le recordaba todas las penurias que habían pasado tanto él como su padre: Constance, su herida y luego su escape, el ataque a Daeron, las justas... ¿cómo podía haber hecho todo mal una muchacha así?

Asentí muy tranquilo y con una sonrisa muy leve asomando de la capucha. -Asi se hará milord.-

Luego, solo me quedo esperar muy tranquilamente. El tema de las tropas y las disposiciones para la batalla ni me incumbían ni me interesaban. Me volví nuevamente hacia Ezio para ver si el se estaba aburriendo tanto como yo o si él había captado algo que yo no.

Ronald quedó atónito. Era una decisión difícil: su sobrino, o su hermano. Amaba a su sobrino, lo veía capaz de cuidarse a sí mismo en muchas situaciones, y sabía que era un combatiente talentoso; pero esto era la guerra. Y él era muy joven aún. Y por otro lado, su hermano... no, su Señor lo había convocado a ser su asistente en su campaña. Ya había dado su palabra, y romperla sería deshonrarse a sí mismo, a su hermano y a su Señor. 

Debía ser cuidadoso con lo que decía. Especialmente porque sabía que el nombre de Mérida ponía muy susceptibles a su sobrino y a su hermano. Y aunque él también se veía afectado por la partida de Mérida, prefería guardárselo para sí.

-He aceptado un compromiso con tu padre, Ragnar. Compromiso que asumo con orgullo. Solo mi Señor, quien me ha ofrecido el privilegio de asistirlo, puede liberarme de mi compromiso para con él. -dijo, mientras miraba a su hermano, dándole a entender que disponía de lo que él decidiera- Después de todo, es tu señor y el mío.

Lo que Owen decidiera hacer con él, se haría. 

Lord Owen asintió ante lo dicho por su hermano, contaba con el en el campo de batalla y no quería tener que cederlo, ni siquiera a su hijo.
-Entonces sera así, Ser Daeron encabezaras el ataque con mi infantería, en el flanco derecho tendré a Tregar con los batidores y guerrilleros y tu Ragnar en el flanco Izquierdo.- Dijo el Lord a su consejo.
-Solo debemos encargarnos de quien lidere a la arquería, esa tarea te la encargo a ti Hijo. Ya podemos terminar la reunión, pueden retirarse.-
La mirada de Lord Owen se poso en Álvar y en Ezio dándoles a entender de que la orden de abandonar el lugar no era para ellos.

Ragnar asintió con la cabeza, satisfecho de haber podido negociar con su padre... pero al ver que se quería quedar solo, con Álvar y Ezio, Ragnar buscó la mirada de su padre.

-¿Quieres que salga también yo?- le preguntó sabiendo que se arriesgaba, pero que también él le había dicho que lo pondría más al tanto de todo.

Por fin, el tedio de las tácticas militares terminaba y comenzaba el juego de las sombras... el único que sabía jugar. Pero no, el joven caballero quería quedarse y escuchar las órdenes que el Lord tendría para los dos hombres más especiales a su servicio. "¿En serio quieres escuchar lo que nos incumbe a nosotros Ragnar? Hay cosas que es mejor ignorarlas."

¿Qué decidiría el padre?..

Ronald se retiró de la sala, pensando en el gran asunto en el que estaba implicado.

"Si somos vencidos, la casa desaparecerá para siempre. La familia estará devastada y nustro poder se extinguirá. Si vencemos, el rey podría favorecernos lo suficiente como para tener tanto o más poder que cualquier otra casa de todo Poniente."

Entonces, a la cabeza de Ronald, vino una imágen de los libros que había leido en su juventud, sobre los salvajes dothrakis. Ellos avanzaban a caballo a gran velocidad para decapitar a sus enemigos. En el suelo, cuando por razones inusuales los dothraki no estaban montados, utilizaban dos espadas, las arakhs, con tanta destreza como si estuvieran blandiendo sólo una.

"Tendré que batir dos espadas si quiero que la casa sobreviva. No dejaré caer a nuestra familia en la ruina por una desición mal tomada por mi hermano."

-Necesito que trabajes junto con Tuomas para encontrar a alguien que se ponga al mando de la division de arqueros.- Contesto el Lord a su hijo.

 -Si te quedo algo en el tintero entonces lo podremos hablar mas tarde ahora necesito estudiar unos mapas.- Necesitaba que la reunion que tenia con Álvar y Ezio sea presenciada solo por estos y el Lord de la casa.