Seguís las órdenes de Enok y volveis de nuevo a una de las torres cercanas a vuestro objetivo. Desde allí observais la azotea, pero tras un largo y aburrido rato, no sucede nada, absolutamente nada.
- Esto es muy aburrido. - digo. No podemos perder toda la noche esperando.
- Veamos que pasa si uno de nosotros simplemente sobrevuela la azotea. - añado mientras me dispongo a saltar para emprender el vuelo.
Está bien. Prueba, pero escapa si ve que te atacan. No vueles hasta aquí, porque nos delatarás a todos.
- Descuida. - digo a Enok. No me acercaré a este sitio. Volaré en dirección contraria.
-¿Quien quiere que lo disfrace en primer lugar?-Digo al ver que Slink se ofrece como cebo.-¿Enok? ¿Entramos los dos y dejamos a Luthien como cobertura para Slink por si acaso?
Es una buena idea. Si Slink va primero y es una trampa, los distraerá. Así nosotros podremos descender sin ser vistos, o eso espero. Y si Slink está en apuros, Luthien podrá ayudarle. ¿Estáis de acuerdo?
Dadlo por hecho hermanos, yo cuidare su espalda y si la cosa se pone fea partiré unos cuantos cráneos con esta preciosidad, comente sacando mi espada de la vaina.
Está bien entonces. Puck, cámbianos a los dos. Slink, salta y aproxímate a la terraza sin aterrizar. Luthien, permanece alerta.
En cuanto veamos que no ocurre nada, Puck y yo bajaremos a esa terraza
Una vez Enok ha hablado, mis manos conjuran los dos disfraces mágicos con rapidéz. Instantes después comenzamos a tomar la forma de dos de aquellos guardias.
-No duraran eternamente y no son infalibles. Debemos ser rápidos y discretos.
- Venga hermanos. Pongámonos en movimiento. - digo alzando el vuelo. Nos vemos en casa de Elisa.
Slink sobre vuela la azotea durante un largo rato. Sobrevuela y sobrevuela en movimientos circulares pero allí no sale nadie. De acuerdo con vuestro plan, Enok y Puck se dirigen hacia la azotea transformados en guardias.
Pero allí sigue sin suceder nada, parece que no os han visto, o no os han descubierto. La diferencia del caso anterior, es que esta vez, ya sabéis donde está la trampilla para dirigiros al interior del edificio.
Mientras Slink seguía vigilando la azotea y Leinad permanecía alerta desde la otra.
Parece que no nos están esperando. ¿Les hacemos gestos para que vengan y bajemos todos juntos?
-No creo que de resultado.-Respondo.-Nos estarán esperando. ¿Alguna otra idea? ¿Y si Slink baja, aterriza y sirve de cebo? Puede que con un ataque sorpresa, en medio de la confusión podamos infiltrarnos. O siempre podemos romper un cristal y ver a dónde nos lleva..
Cuanto menos ruido hagamos, mejor. Yo creo que no nos están esperando. La anterior vez llegamos e hicimos ruido, demasiado, por eso les alertamos. Los humanos son tontos, hubieran atacado a Slink según le hubieran visto
-Debo discrepar, hermano.-Respondo mientras me coloco a su lado.-Los humanos temen lo que no pueden comprender, odian aquello que temen y no entienden nada que no puedan destruir con sus manos. Recuerda la destrucción del castillo hace mil años. Los humanos son taimados y traicioneros, no se puede prever cómo van a reaccionar ante nada, solo ante el miedo y ante una opción clara. Un cebo.
Puede que tengas razón, sólo hay una manera de saberlo
Me puse a hacer gestos a Slink, gestos para que aterrizara sobre la terraza objetivo
Veo como Enok me hace señas de que aterrice así que sin más preámbulo lo hago junto a la puerta de acceso que tanto nos costó encontrar la última vez que estuvimos en ese tejado.
Slink aterriza en la azotea del edificio y ahí sigue sin pasar nada.
Visto que no pasa nada me acerco a la trampilla y la abro despacio atento a cualquier sonido extraño que venga de dentro.