Partida Rol por web

Observa como llegan por el puente, afianza bien las riendas de los camellos para que no se escapen y se acerca a ellos justo cuando terminan de cruzar el puente, no dice palabra alguna mientras estudia el estado de ambos, su rostro no muestra expresión alguna cuando tras esto acaba mirando al príncipe a los ojos esperando a que el hable primero.

Llevo a mi hermana en brazos hasta terminar de cruzar el puente. Allí nos espera el mismo caballero que horas antes pretendió engañarme con absurdas mentiras, pero que al fin y al cabo me echó una mano. No estoy seguro de que tenga buenas intenciones, pero tampoco ha demostrado lo contrario. Simplemente me limito a mirarle mientras avanzo hasta los camellos.

Le echo algo más de fuerza y subo a mi hermana a uno de los camellos. Miro al hombre que sostiene las riendas sin decir nada durante unos instantes-¿Debería preocuparme por su presencia aquí?-digo rompiendo la tensión del momento.-Diría que nos está siguiendo, y discúlpeme si mis palabras resultan extrañas o con algún tipo de significado oculto, pero... empieza a no gustarme.

Asiente.
Algo preocupado posiblemente, la única razón por la que has cruzado el puente a salvo, es por que la llevabas en brazos
Responde mientras una mano va al pecho extrayendo una daga y la otra a la cintura desenvainando su espada, mas su porte no se vuelve agresivo.
Pero tengo curiosidad, me gustaría saber el porque de todos estos extraños sucesos que ocurren a vuestro alrededor.
Sonríe amistosamente.
¿Que me decís entonces, una ligera charla antes del combate final?

El asesino sabe que le esta dando demasiadas opciones a un luchado demasiado bueno enfrentándose a el directamente, aun así algo en su interior le dice que este adversario merece la opcion de defenderse.
Aun así la mano que sostiene la daga (la izquierda) esta lista para arrojarla en cualquier momento en el que el príncipe haga amago de atacar.

-La única razón por la que sigues vivo es porque quise darte una oportunidad-Sonrío y saco mi espada. Lamentablemente la daga ya no se encuentra conmigo, pero es un peso que me he quitado de encima.-¿Quieres hablar antes de luchar? ¿qué tipo de persona eres que pretende acabar con la vida de otro ser humano como si de un juego o pasatiempo se tratara?

Doy un par de pasos hacia atrás para dejar cierta distancia entre él y yo. Intento ponerme a la altura de los cuartos traseros de los camello y así hacer que quede un pasillo entre él y yo, usando los camellos como muros*.-¿Por qué debería hablar con usted si está claro que le importa poco lo que me ocurra? ¿Acaso eso cambiaría las cosas? Ni usted ni nadie puede cambiar la historia ya. Si fuera un estudioso, un escriba o un historiador al menos se molestaría en buscar ese conocimiento, sin embargo, solo pretende matarme, ya que no sabe qué he echo o he dejado de hacer en la vida. Eso dice muy poco de usted como persona. Al menos muy poco bueno.

No es un juego ni ningún pasatiempo, es algo muy serio es un trabajo y alguien ha de hacerlo, has sido un problema muy gordo para que solicitaran mi intervención y aun así te he dado la opcion de que te explicaras pues parece que había mucho mas de lo que en principio se veía
Su mirada se clava en la de su adversario.
Si no quereis decir nada mas... se coloca en posición de lucha en guardia

Saghira sube a uno de los camellos, el único que no se encuentra junto el extraño hombre encapuchado.
Ahoga algún que otro quejido pero una vez colocada el dolor se hace soportable, al menos por ahora.

-Te dije que no era de fiar- se limita a decir a su hermano a modo de reprimenda mientras descuelga el arco de su espalda, manteniéndolo firmemente sujeto en su mano por si acaso, pero de momento se limita a observar a ambos hombres.

-Ciertamente hermana, aunque los dos sabemos que siempre has sido la más impulsiva de los dos.-Miro de nuevo a nuestro acosador mientras muevo la espada en la mano.-¿Un trabajo dices? ¿Qué clase de trabajo ese ese en el que tu misión es acabar con la vida de gente inocente? Ni te planteas si está bien o mal, solo te importa el dinero, así que por qué pretendes que te de explicaciones que ciertamente ni te interesan.

Miro de reojo a mi hermana y veo como saca el arco-¿Merece la pena perder la vida sólo por intentar conseguir unas míseras monedas? No sé quién te manda ni por qué, pero está claro que no me quiere muerto a mi, sino a ti. ¿Te has planteado eso?-Sonrío ante la idea de que le hayan tendido una trampa.-Mi nombre es Ardashir Zahed y soy príncipe de Persia. Pretendes atentar contra mi vida incluso en presencia de mi hermana. Te di una oportunidad que ni siquiera te dio ella. Tira las armas ahora mismo y desaparece de estas tierras montado en tu caballo, o lucha y muere bajo el filo de mi espada o atravesado por una flecha.-Clavo los pies en el suelo esperando una reacción hostil y me preparo para cualquier movimiento de mi rival.

Mira a la chica..
Y yo que te creía gravemente herida e inconsciente, un grave error por mi parte.
Mierda, si Louis se enterase la bronca que me caería... eso si salgo de aquí vencedor
Mira seriamente al príncipe.
En cuanto a lo de inocente... poco tiene de inocente alguien cuyo rastro se puede seguir por las muertes, la locura y desapariciones que deja a su paso, esto no es por oro ni gloria, es justicia...
Su mirada según se mueve de uno a otro se detiene mas en ella examinando su estado.

La muchacha parece muy decidida y no aparta los ojos del encapuchado, sin embargo tampoco se mueve de cómo se ha quedado sentada en la montura así que cabe deducirse que el mal está en alguna de sus piernas, por eso el Príncipe la debía transportar en brazos pero por el momento es lo suficientemente fuerte para soportar el dolor. O quizá no sea tanto después de todo...

-¿Qué sabrás tu de justicia si eres un asesino? Dudo mucho que tu fin sea loable y desinteresado. Yo al menos tuve que tomar una decisión muy difícil. Sacrificar todo cuanto tengo para poder salvar a mi pueblo. Es cierto que han muerto algunos inocentes, pero cuando se tiene la responsabilidad de todo un pueblo hay que tomar decisiones, y no siempre hay una opción buena. Hay que elegir la menos mala.-Veo como mira a mi hermana y me pregunto por qué ese interés.

-¿Te quitarás la vida si consigues matarme? Para hacer justicia. O tu eres tu único juez. Estoy seguro de que tu dios te juzgará llegado el momento y entonces serás tu quien pague por sus pecados.-Sigo en la misma posición a la espera de alguna reacción por su parte.-Suelta las armas antes de que sea demasiado tarde. Te estoy dando una gran oportunidad de seguir vivo y aún así me lo estás poniendo difícil.

Ja ríe cínico la excusa mas antigua, "lo hago por mi pueblo", pero nada de lo que habéis venido a hacer les influye a ellos y vos sabéis que si esto fuera por vuestro pueblo no habríais huido de el como un vulgar ladrón, ¡No! lo que os ha triado aquí y por lo que habéis acabado con tantas vidas, solo os atañe a vos, ha sido vuestro propio egoísmo.
Antes de terminar las palabras se mueve en carga hacia la chica con la espada en ristre lanzando un tajo al arco de esta, intentando romperlo o arrebatárselo de las manos.

No querría haceros daño asi que ¿que tal si os quedáis sin arco?
Su voz contiene un ligero tono triste mientras su espada realiza el tajo hacia el arco de la joven.

-Está claro que mis responsabilidades te vienen grande y nunca entederás lo que es dirigir un país. Tampoco entiendes la responsabilidad, el sacrificio y la entrega que eso supone. Y no querrás entender que a veces, para salvar a muchos, hay que matar a algunos. No espero que lo entiendas, pero eso ya lo sabía antes de comenzar a hablar.

Veo como ataca a mi hermana intentando romperle el arco o algo peor y entonces ya no puedo aguantar más tanta insolencia. Si me quiere matar a mí siendo tan "noble" como quiere hacer creer, debería dejar al margen a mi hermana, pero esto ya no lo puedo tolerar. Mis pies, anclados fuertemente al suelo me sirven de impulso para lanzarme contra mi enemigo. Espada en alto y en silencio lanzo mi estocada al costado de mi rival. Su posición le impide defenderse pues está con el brazo en alto intentando arrancar el arco de las manos de mi hermana, así que tengo un blanco fácil ante mí.

Es hora de no fallar.

El arco está desenfundado, y se dispone a hacer lo mismo con una de las flechas de su carcaj en la espalda, pero antes de poder extraerla Alfonse se avalanza sobre ella sin que pueda hacer mucho por esquivarle a causa de su posición y su pierna.
La mitad del arco cae al suelo, partido en dos e inservible. El rostro de Saghira se frunce puesto que era su arma más preciada y querida, pero no dice nada puesto que su hermano, impulsado por la ira, ya se ha acercado y corta sin piedad el costado de su enemigo.

El combate ha dado comienzo y los animales se remueven aún más inquietos intentando apartarse de la acción.

La espada de mi enemigo consigue cortar y partir en dos el arco de mi hermana. Montada en el camello, con la pierna gravemente herida y desarmada es un blanco fácil. No debo permitir que vuelva a intentar nada contra ella.

Mi estocada, aprovechando que se encontraba en una posición poco ventajosa ha desgarrado tela, piel y carne. Más que como aviso, ha sido un buen inicio de un combate, que ahora estoy seguro, acabará con uno de los dos tumbado sobre la arena. Para siempre.

Tras la estocada me repongo en mi posición y vuelvo a estar preparado para la acción. Uno o quizás dos segundos y ya estoy listo para avalanzarme sobre él otra vez con furia y sangre fría. Mis pies me impulsan, mis sentidos alerta y mi mano agarrando fuertemente la espada. Me lanzo contra él.

Saghira se quedo mirando su arco, su querido arco con tanta pena, habia sido un compañero fiel que la habia sacado de muchos problemas y ahora verlo roto era como perder a un amigo, grandes lagrimas empezaron a caer por su semblante cuando su hermano empezo la pelea con aquella maldita persona,

-Te tenia que haber perseguido y matado cuando tuve la oportunidad en el granero, Saghira se echa un poco hacia atras con el camello haciendole recular de donde estaban peleandose, la pierna le dolia demasiado como para hacer algo de utilidad en favor de su hermano y no entorpecerle, aunque si podia intentar ayudarle, con una habil movimiento de sus manos desabrocho su capa del cuello dejandola libre de ataduras colgada en su espalda. Con el brazo libre, ya que el otro esta desabrochando la capa y sigue en el broche para que no se le legue a caer la capa, recoge las riendas y coloca el camello en el punto ciego de aquel asesino