Partida Rol por web

Las sirenas te miran con suriosidad y ves que entre su plumaje hay un rostro clasico que te mira con curiosidad.

-Yo de ti tendria cuidado chico guapo... A ello no le gustan las visitas.- Oyes como la rama cruje.- Quizás nosotras podríamos ayudarte... Si prometes hacernos compañia.

Del estanque asoma una lengua bífida al oir a la arpía. Ktimatías sonrie.

-Un puquito más chumacho.

Jackie sigue sofriendo las cebollas, cogiéndole el truco poco a poco. Por suerte para ella, es una chica que aprende bastante rápido y poco a poco se va haciendo con la temperatura adecuada del aceite y con el punto adecuado de las cebollas (después de que se le quemen unas cuantas).

Ve al dormido Holden y no puede evitar sonreír. Por qué será que no me sorprende...

Mira a Ipophema algo recelosa ya que por su culpa estaba en la cocina en vez de... bueno, en vez de hacer lo que quiera que estuvieran haciendo los otros. Seguro que era mucho mejor que estar ahí cocinando.

-Lo llevo.-contesta de forma seca mientras se encoge de hombros.

Te muestras repentinamente interesado por la oferta de la sirena (la cual es un bombon por así decirlo.).

Ante de que te de tiempo a pensar aceptas la oferta.

-¿Compañia? Claro... No me cuesta nada, -Abres los ojos como platos- si es por fuera de la reja.- Añades repentinamente.

La sirena sonrie feliz. Cn un suave movimiento salta de la rama y coje el cubo donde guardas la carne con su pata trasera, vertiendo el contenido en el lago.

Del lago surge una cabeza enorme de una inmensa tortuga que agarra unos trozos al vuelo y vuelve a sumergirse.

-Bueo... Una cosa meno.- Dice Ktimatías con una sonrisa.- No ti olviedes del trato, oh. Que nu nos gustan los qui rompen priomesas.

La mujer aparta con suavidad a Holden y lo deja sentado en una silla. Coje el pelapatatas y empieza a pelar a gran velocidad guardando las patatas peladas y mascando de vez en cuando la piel de alguna.

-Y dime cielo, ¿Cual de los jovencitos es el papa de la criatura?- Oyes como lo dice de pasada, como si no fuera importante.

Jackie se sobresalta y casi deja caer la espátula con la que está salteando las cebollas. La mira con los ojos abiertos, muy sorprendida. ¿Cómo lo sabía? Se supone que es humana... ¿no?

La chica carraspea, recobrando la compostura y sin dejar de saltear las cebollas, las cuales hacen que le lloren aún más los ojos. Por si acaso, prefiere disimular y hacer como si no supiera de qué está hablando.

-¿Qué? Ah, ¿el gato?-dice sin mirarla, fijando sus ojos en la tarea. Se encoge de hombros con indiferencia-Lo encontramos un chico del grupo y yo, pero Holden lo cuida más y mejor, por lo que se podría decir que es como su papá...

No solía mentir, pero a veces se veía obligada a ello. Aún así, no pensaba que colase.

-Filetes de unicornio no... están sosos... - Digo totalmente dormido y después abro mucho la boca como si estuviese mordiendo algo, pero la dejo abierta hasta que coloco el brazo y lo muerdo como si de un buen pedazo de carne se tratase.

Un hilillo de babas comienza a caer por la comisura de mis labios.

La mujer sonrie amablemente y con un gesto cariñoso quita el brazo de Holden de su boca y lo reemplaza por un rodillo de cocina.

-El gato es adorable, y me alegra que tengais buen corazón para cuidarlo, pero yo me referia a tu bebé. -La mujer te guiña un ojo divertida- Una ninfa sabe este tipo de cosas.

Jackie suspira y mira a todas partes, asegurándose de que no había nadie más que ellas dos y el pequeño Holden sumido en un profundo sueño del que esperaba que no despertase hasta dentro de un buen rato, no quería que los chicos se enterasen de lo que le pasaba. Aunque tarde o temprano lo notarían.

Una vez se asegura de que no hay nadie, redirige su mirada a Ipophema. Dichosas ninfas...-piensa resentida. No había hablado de ese tema con nadie, aparte de con Eneas y... bueno, Chachito.

-Eneas.-responde a la pregunta de la ninfa de forma seca.-El chico rubio...-piensa que Lukas también es rubio y añade para aclarar:-... el de los ojos azules. El más...atractivo.-añade al final. Era cierto, físicamente era el más atractivo, es lo que tiene ser hijo de Afrodita.

La mujer rie de forma musical.

-¿Hijo de Afrodita eh? ¡Lo tenias dificil desde el principio! ¿Desde hace mucho? ¿Sabes que el periodo de gestación para un mestizo es de seis meses no? 

La ninfa te mira mientras acaricia la cabeza de Holden.

Esta vez, a Jackie sí que se le cae la espátula de madera de las manos, chocando contra el suelo. ¿Seis meses? Eso era mucho menos tiempo del que Jackie esperaba,muchísimo menos. La mestiza deja ver una expresión de sorpresa, impresionada por esa nueva información, intenta disimularla en vano.

-¿Seis... seis meses?-pregunta atónita. Se pasa las manos por el pelo, con una gran sensación de agobio sobre ella. En poco tiempo comenzaría a crecerle el vientre y ya no podría engañar a nadie. Sin mencionar la cara que pondría Eneas al enterarse del poco tiempo que tenían.

Con el movimiento que no paro de hacer con la boca finalmente el rodillo cae y rueda por el suelo.

-Chimenea... servilletas azules - Digo dormido al tiempo que me meto el dedo índice en la boca y lo muerdo, no con fuerza, pero la suficiente como para mantenerlo ahí y que no escape.

La mujer te mira con la cabeza ladeada.

-¿Ocurre algo? El padre lo sabrá ¿No?-Comenta, para luego bajar a mirada al durmiente Holden-. Lo que me extraña es que un grupo de chavales con una joven embarazada y un niño pequeño vengan a ver combates entre mithos... No suele ser muy habitual veros por aqui.

-Vamoh, que aun quieda trabajo, charranes.-Dice el dueño mientras os hace salir del recinto.

Os lleva tras una larga caminata a una zona donde hay Jirafas. Estas pastan tranquilamente en una zona vallada pero con menos seguridad (aparentemente). Luego os señala a una jaula que hay conectada a la cerca y separada por una pequeña portezuela. Es una jaula enorme de tamaño apto para un par o dos de rinocerontes. Dentro esta dormitando un gigantesco león. 

-Es su hora de cumer. Abrid la puerta, oh.

Jackie recoge la espátula mientras sigue moviendo la sartén para que la cebolla no se queme. Tras hacerlo un par de veces, las aparta del fuego y suspira.

-No, no lo sabe... Es decir, sabe que estoy...-la palabra se le atranca y carraspea nerviosa antes de continuar-... así. Pero no sabe que la gestación son sólo... seis meses. Ni yo misma lo sabía. Y bueno, el resto del grupo no lo sabe, ni quiero que lo sepan...-se apoya en la encimera y mira al vacío con aire pensativo... Dándose cuenta de que estaba hablando demasiado de demasiadas cosas personales con una completa desconocida y eso no le gustaba nada. Tal vez fuese la falta de una consejera adulta, o simplemente un modelo a seguir femenino: una madre, lo que hacía que la mestiza tuviese más facilidad para hablar con ella.

Recobra su seriedad de antes, manteniéndose distante.

-Pasábamos por aquí.-contestó a su última pregunta. Después se quedó pensativa... no se fiaba de ella, pero necesitaba tener algo que la guiase con todo lo que estaba pasando, así que termino preguntando:-¿Tú... eres madre?

La mujer asiente con mirada tierna.

-Aunque me conservo bien tengo mas de 2000 años, alguna vez tenía que ser madre ¿No crees?-Rie risueña. Al sonreir se le forman dos graciosos hoyuelos en la comisura de los labios.- Es una experiencia maravillosa, siempre que estes con la persona adecuada. Aun hay veces en las que recuerdo el momento en el que te enterabas.

La mujer mira al reloj y suspira poniendose un delantal.

-Mirame, hablando como una chiquilla con el fuego encendido...-Te guiña un ojo picaramente-. Estais de paso pero le habeis dicho a mi marido que veniais por la pelea... Que mentirosillos.-Ella vuelve a reir- A mi me da igual el por que de vuestra visita, pero no molesteis a mi marido. El ultimo que lo hizo... -Se encoje de hombros- Ahora mismo debe estar en la tripa del Leon de Nemea. Le encanta la carne de abogado.

Se dirije directa al horno y empieza a introducir bandejas con la carne de cebra y las patatas enteras.

-Pasame las cebollas, si tienes la bondad.

El momento en el que me enteré... Ah, sí, en el baño de un hotel y estampé el puto predictor contra la pared... Sí, muy bonito todo.-piensa poniendo los ojos en blanco.

Sin embargo se queda con las primera palabras... Una experiencia preciosa siempre que estés con la persona adecuada... ¿Sería Eneas la adecuada? Sacudió la cabeza, no era momento para darle vueltas a esas cosas.

-No dije que estuviéramos de paso.-aclara mientras le pasa las cebollas, deseando interiormente que estuvieran buenas. No quería llevarse mal con su marido por la cuenta que les traía.-Dije que pasábamos por aquí y nos llamó la atención y ya que estamos...-se encoge de hombros con indiferencia.

La mujer coje las cebollas y tras un vistazo las introduce en las lozas de barro que harán las veces de plato.

-Muy bien, todo zanjado y solucionado. Y en tiempo record. Me habeis sido de mucha ayuda. Bueno... mas o menos -Dice acariciandole el pelo a Holden.- ¿Os apetece tomar algo mientras esperamos que el resto vuelva? ¿Cerveza, te, limonada, nectar?

Jackie sonríe a la ninfa y le revuelve el pelo a Holden manteniendo esa sonrisa en su cara.

Con todo por lo que estaba pasando le apetecía una buena cerveza fría. El problema era que tenía alcohol y eso no iba nada bien para el embarazo... Casi se podía imaginar a Eneas diciéndole: "Jackie, no puedes hacer eso, piensa en el bebé." Suspira y se encoge de hombros.

-Si tienes cerveza sin alcohol... Y si no, limonada, por favor.-le pide. Mira a Holden y piensa en despertarlo o llevarlo a un sitio donde pudiera dormir más cómodamente... aunque parecía que el dormía igual donde fuese.

De pronto doy un saltito golpeando con mi cabeza la mano más cercana.

-¡no!... eso... eso no.... e.... eso... canuletas no...