Partida Rol por web

Llevo el Kar en guardia, no olvido que queda un tercer hombre entre los árboles. A mi lado siento un ruido y apunto, el tercer prisionero se había dado media vuelta y estaba volviendo tras sus pasos. Corría esquivando los árboles y en su cara se veía el terror luego de ver a sus compañeros caer fulminados bajo el fuego Ario. Por el rabillo del ojo veo al cobarde de Fritz asomar la cabeza, seguro de que ya no hay peligros. - Una vergüenza para la raza Aria... - Sin darle importancia en este momento, apunto mi Kar al prisionero, contengo la respiración un par de segundos y aprieto el gatillo. El hombre cayó pesadamente al piso y no volvió a moverse, sonreí satisfecho y me acerqué a comprobar que estaba muerto.

De momento parecia que todos los objetivos habian sido abatidos, era el momento de continuar hacia el bosque.

-Vamos compañeros, tenemos una mision que cumplir- Digo mientras avanzo hacia el bosque en busca de movimiento.

Nunca habia luchado en un bosque ya que por su unidad era raro que se encontrara en tales sitios, con tanto arbol para esconderse debere estar atento por si esos prisioneros se les ocurre emboscarme, quizas tengan gente competente entre ellos.

Contengo mi disparo ya que Werner se me adelanta, me quedan 4 cartuchos... Oteo los alrededores localizando a mis compañeros, lástima, uno se acobardado si las cosas se ponen mal no sé cómo saldremos vivos...

Tal y como están las cosas, la única posibilidad es que nos ataquen en grupo o emboscándonos. A distancia es casi imposible...

Con los signos gestuales pertinentes (y puestos en secuencia en "notas") llamo la atención de mis compañeros y les indico de movernos despacio hacia otra posición en la que podamos estar mejor situados. Y ya que la única ventaja que tienen ellos son las zonas con maleza y árboles lo mejor sería evitarlas, de hecho, me parece descubrir un claro (sin árboles y con poca maleza) lo suficientemente extenso como para poder verles venir...

Aún así me mantengo alerta...

Respecto a mis aspectos de veterano de guerra y experto en el uso de armas, ¿éstos sumarían algún factor en cuanto a las tiradas de disparo? o simplemente sería que al fallar tirada tendría que invorcarlos para realizar algo ¿?...

Y los puntos FATE se regeneran o sólo se gastan y hasta un nuevo apartado de la historia no se recuperan ¿?

Efectivamente, el prisionero que intentaba escapar es alcanzado por la bala de Werner, y cae pesadamente al suelo.

Ahora reina la tranquilidad. Karl aún no había disparado ni una sola vez, y estaba agazapado entre la maleza del bosque...

Ve a Wolff gesticulando. -Eso qué es, un molino? Está señalando el claro?? Ni idea de lo que es el factor sorpresa por lo que veo. Ni loco voy a ese sitio. 

-Eh, compañeros, Dice Fritz sin mucha convicción, le temblaba algo la voz y estaba serio, ejem..  qué tal si esperamos en la maleza escondidos delante del claro? Esto.. se re-coloca las gafas, que se estaban resbalando por el sudor. Igual que los vemos nosotros a ellos, ellos nos verán a nosotros y no habrá factor sorpresa. De la otra forma po, podemos emboscarlos. Tartamudea un poco. Luego los mira uno a uno.

Avanzamos por el bosque, hibamos uno junto al otro para cubrir mayor terreno. De vez en cuando miraba sobre los árboles, por si alguno nos atacara de sorpresa. Wolff nos indicó avanzar hacia un claro, cosa peligrosa si se juega al gato y al ratón. Nos delataríamos, aunque sin armas de fuego no podrían atacarnos por sorpresa... Fritz me sacó de mis pensamientos, con su voz tartamuda y su acento infantil nos aconsejó quedarnos entre los árboles para aprovechar el factor sorpresa. Lo que no tenía de valiente lo tenía de estratégico; el hombre se veía frágil pero era Ario, por algo estaba luchando junto a mi y por eso lo respetaría... Recordé aquellos años de infancia cuando era mirado en menos por no ser judío en la Hacienda en la que trabajaba mi madre, no hiba a repetir lo que la basura semita había hecho con todos los alemanes mientras intentaban reponerse de la grán guerra...

Fritz terminó de hablar y lo miré, luego miré a mis compañeros y con un gesto de mano les indiqué que se detuvieran. - Fritz tiene razón, a pesar de que no pueden dispararnos, entrar al claro nos delataría. - Pensé unos segundos y continué - Podriamos hacer una trampa, atraemos a los prisioneros al claro de alguna forma y nosotros los esperamos en los árboles listos para disparar -

-Sorpresa! El tío de rostro compungido y severo piensa y reconoce! Tal vez no me vaya a ir tan mal como creía si juego bien mis cartas. Veo el leve atisbo de la colaboración. Veremos que hacen los demás. 

Karl baja la carabina y con cara de tonto se sube las gafas de nuevo, que resbalaban por su nariz. Mira a Lagas, asiente con la cabeza y luego mira a los demás compañeros. 

Luego mientras los demás hablan, comienza a andar intentando pasar desapercibido y se acerca a uno de los cadáveres. Se agacha, coge el cuchillo que el cadáver portaba en vida, se incorpora y se lo mete en el cinturón. 

El Capitán va a vuestra búsqueda con otros dos soldados que lo guardan.- Bien, veamos cuántas balas habéis gastado.- Uno de los soldados comienza a mirar el cargador de cada uno de los presentes.- Muy buen trabajo, soldado.- Felicita a Werner al darle el número de balas gastadas. De repente se para en Karl.- ¡Ni siquiera has disparado una bala!.- Dice, y acto seguido le dice al soldado.- Traed a un prisionero.- Al cabo de un rato viene empujando a un prisionero totalmente indefenso y encadenado. Él suplica.- No me mates por favor.- El general le dice.- Dispara contra el enemigo.- Señalando al prisionero.

Antes de que Bruch y Wolff dijeran su opinión, se acercó Von Buttemrett con dos soldados de guardia. Rápidamente me cuadré y levanté mi mano derecha con la mirada en alto. Von Buttemrett revisó nuestros cartuchos y me felicitó por mis dos disparos y dos aciertos, volví a cuadrarme y mantuve mi expresión severa a pesar del orgullo y felicidad que estaba sintiendo.

Miré a mis compañeros orgulloso, menos a Karl que estaba siendo retado por Von Buttemrett a matar a un prisionero que uno de los soldados acababa de traer. Miré sus ropas y pude ver la estrella de david bordada en el costado izquierdo. - Dispara contra el enemigo - Dijo Von Buttemrett con tono severo.

Miré duramente a Fritz esperando que acabara luego con el prisionero para que nos demostrara que era Ario y merecía estar en el glorioso ejército Alemán.

-Oh, no, mierda! Éstas cosas no se encasquillan?  Un torrente de pensamientos cruzaba la mente de Fritz, al igual que cruzaban su frente varias gotas de sudor frío. Miró a sus compañeros uno a uno sin mover la cabeza. Vío la severa y dura mirada de Werner y se aferró al poco reconocimiento que obtuvo de él antes, ya que no suele ser muy reconocido en su vida diaria. -Parecia que tenía un compañero, un atisbo de respeto. No quiero perder eso. Mierda de guerra. 

-Ya lo tengo, ya lo tengo, puede que gane tiempo... Volvió a mirar al oficial, se cuadró y dijo no con mucho convencimiento: -Mis compañeros se me adelantaron, son muy efectivos. Miró ahora los aterrorizados ojos del judío. Tragó saliva -Gracias por traerlo hasta aquí, Herr Kommandant. Así te, tendré la, la oportunidad...

Dió algunos pasos hacia atrás. Levantó el Kar sin prisa, le temblaba entre las manos, apoyó su cara en el arma apuntando a la cabeza del judío, hasta verla dentro de la mira con sus gafas empañadas. Disparó. Pero justo antes de hacerlo, levantó ligeramente el fusil, simulando el retroceso del disparo, para que la bala se fuera por encima del prisionero.

Miro al soldado con cara de asombro... de asombro negativo, claro... ¿Cómo se había confiado en este manazas?. Cojo al prisionero y lo arrastro hasta él. Apoyo su fusil en su cabeza.- Dispara de nuevo, soldado patoso, esperemos que des en el blanco.- Esbozando una sonrisa. Los soldados se ríen, es normal... entre la cara de despistado del soldado y su mala puntería era lo mínimo que podía suceder. El hombre que está de rodillas comienza a temblar aún más, y a lloriquear. 

-Mierda, no tengo escapatoria. Podría negarme? De qué sería capaz éste tipo si me niego? Ésto es una guerra y estoy en un bando. Ahora por lo menos parezco sólo un cobarde y un mindundi, pero ser un traidor o lo que a ésta gente se le ocurra... No me lo puedo permitir. Y éste judío va a morir de todos modos.

Karl temblaba ligeramente, todos lo miraban, unos con interés, otros con sorna y otros con severidad. No le gustaba ser el centro de atención. Sólo podía acabar de una manera. Con el prisionero pegado a su arma, sólo había dos posibilidades reales y una un poco fantasiosa: que se encasquillara el Kar. Lo cual tampoco serviría de mucho, sólo para alargar ésta agonía.

Un sudor frío recorría su frente y empañaba sus gafas. Miraba al prisionero a los ojos y éste le devolvía la mirada diciendo "no lo hagas" con los ojos. -Lo siento, amigo. Mejor que sea yo. 

-A sus órdenes, herr kommandant...

Cerró los ojos fuertemente haciendo una mueca con la boca y apretó el gatillo. 

Oyó el disparo retumbando entre los árboles. Abrió los ojos. El comandante, los soldados y sus compañeros, todos salpicados de sangre y sesos. La cabeza del judío con un agujero en la frente, una mueca de horror en el rostro y un gran boquete desgarrado, en la nuca, goteando sangre.  

Asintiendo con la cabeza doy un empujón con el pie al cadáver para que caiga al suelo. Un gesto con la cabeza es suficiente como para que los otros dos soldados prendan fuego al cuerpo. Mientras el cuerpo arde me pronuncio.- Recuerda tu posición soldado, tú eres el águila, ellos son las ratas.- Digo enciendiendo un cigarro y ofreciendo uno a todos los soldados. Acto seguido le hago un gesto a Werner para que me siga, un poco más alejado de los demás.

Estando en privado le digo a Werner.- Has demostrado mayor mano diestra que tus compañeros, así que serás el capitán del grupo. Asegúrate de que cuando completéis la misión Karl no de problemas.- Dice haciendo un gesto de degollamiento. 

Cuando Fritz le voló la cabeza al judío respiré hondo. No había nada que odiara más que ver cobardía en un Ario y menos si era tan fácil el enfrentamiento. Me sacudí algunos pedazos de craneo de mis botas y luego acepté el cigarro que Von Buttemrett me ofrecía, lo prendí y calé una fumada hondo. El comandante me hiso un gesto para que lo siguiera y me alejé del grupo.

Lo que me acababa de decir el comandante me llenó el corazón de orgullo. Me cuadré rápidamente y levante mi mano derecha - Sieg Heil!, con mucho orgullo lideraré este grupo señor!. - Baje el brazo y proseguí-  Y sobre Fritz no se preocupe señor, yo mismo me encargaré de que derrote su cobardía... sino... no creo que merezca llevar el uniforme alemán, es una vergüenza para el Führer - Pegué otra calada al cigarro y miré a mis compañeros que estaban detrás de mí, claramente Fritz era el único que podría generar un problema... no había nada mas peligroso que un soldado cobarde.