Partida Rol por web

Gran Bilbao Sangriento II: La Serpiente Oculta

5- En nido de culebras

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05/11/2012, 11:23
Narrador

Has conducido toda la noche, sin descansos. No necesitas descansar, ni ninguna otra de las cosas que necesitan los meros mortales. Han sido aproximadamente cuatro horas de camino, sin saltarse en exceso los limites de velocidad. Es uno de los puntos en los que don Carlo demuestra ser meticuloso, ese tipo de detalles. En ocasiones merece la pena ser discreto.

Cuando te adentras en la ciudad, apenas la reconoces. Algunos edificios te suenan, pero otros son totalmente nuevos o estan rodeados de parques y carreteras que antes no habia. La ciudad ha cambiado, tiene un aspecto mucho mejor, mas abierto, mas limpio. Incluso mas hermoso. Hay elementos de diseño artistico diseminados por todas partes, y moverse por las calles alimenta tus sentidos. No porque te guste todo lo que ves, sino porque entre lo que no te gusta hay elementos hermosos escondidos en los que merece la pena fijarse.

Te concentras en tu mision, a duras penas. Debes dirigirte a la calle San Francisco, un lugar que hace años frecuentaba la clase pudiente de Bilbao. Te sorprende comprobar que hoy en noche es todo lo contrario. Es un barrio marginal, cuyas aceras estrechas estan frecuentadas por multitud de inmigrantes, en su mayoria de raza negra o magrebí, que parecen hacer vida en la calle. Apenas se ve gente nacional, y los pocos que detectas son gente mayor que probablemente se niega a abandonar sus hogares de toda la vida a pesar de la situacion de su barrio.

Detienes tu burra frente al portal correcto, el que te han marcado. Es una puerta de madera cerrada, sin timbre ni portero automatico. A un lado de la puerta hay un tipo apoyado en la pared, aparentemente sudamericano, con la cabeza rapada y actitud chulesca. Te mira, pero no dice nada, aunque te das cuenta de que intercambia miradas con otro tipo que esta en la acera de en frente.

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05/11/2012, 12:28
Jules

El viento en mi rostro con mi nena a todo gas es una de las sensaciones que más me gusta experimentar, seguramente tenga que ver con la libertad y la falta de ataduras.

Cuando llego a Bilbao, me quedo sorprendido, está claro que en esta ciudad han estado ocupados mis congéneres de la Camarilla, esos que tanto gustan con el arte de museo y de revista de peluquería, ya que esos estirados han creado una ciudad pulcra con elementos artísticos, nada que se salga de su definición de arte, por supuesto, diseminados por toda la ciudad.

Pero toda ciudad tiene una alfombra donde esconder la suciedad, donde dejar fuera de la vista todo aquello que no se ajusta a sus cánones y donde seguramente se fraguó la conquista de la ciudad.

Detengo mi moto frente al portal y veo que ya están los primeros perros de la zona oliéndome el culo y pensando si les va a hacer falta marcar el territorio. Ahora es cuando hecho de menos el llevar una buena Glock 17 en el cinto como acostumbraba al otro lado del charco.

Pero desconozco la zona y quién dirige el cotarro aquí, ni tan siquiera si son cainitas, ghouls o simples humanos con pretensiones pero sé que si tratara de leer su aura, lo tomaría como una provocación al fijarme en él.

Así que paro el motor y me quito el casco, sujetándolo en la mano, y me dirijo hacia el portal que es mi destino.

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06/11/2012, 10:40
Cristobal

Te acercas al portal. No hay timbre ni portero automático, así que asumes por pura lógica que, tras comprobar que no está abierto, solo te queda golpear la puerta a la antigua usanza.

No hay nadie, brother -te dice el desconocido, con marcado acento cubano. Sus ojos te recorren de arriba a abajo con descaro. También con un insultante exceso de confianza- ¿Qué estás buscando, chico? Igual te puedo ayudar...

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06/11/2012, 14:56
Jules

Le miro de arriba a abajo, con el misma confianza que él me ha dedicado, pero tratando de mantenerme pendiente de la zona periférica de mi visión, sé por experiencia que no es buena idea que te rodeen un par desconocidos contra un portal.

Vengo a visitar a una vieja amiga, se suponía que estaría en casa. - respondo con un tono tranquilo, siempre hay tiempo para ponernos juguetones. - Y creo que no haberme equivocado de dirección. - me aparto un par de pasos para comprobar la calle y la dirección, momento que aprovecho para ver la posición de su colega.

¿Sabes dónde está, hermano? - termino preguntándole.

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06/11/2012, 15:17
Cristobal

El extraño no hace gesto alguno que demuestre si te cree o no, pero duda unos instantes. Mira calle arriba y abajo con aire despreocupado y manos en los bolsillos del pantalón.

En esta zona no abundan los viejos amigos ¿sabes, bro? La gente viene más buscado cosas que personas, ya tu sabes. Y se acostumbra a avisar antes de venir, para que los amigos nos esperen. Las sorpresas no son buena cosa, salvo para hacer negocios... ¿Vienes a hacer negocios, brother? ¿A quién buscas? Igual puedo ayudarte...

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06/11/2012, 16:52
Jules

Me aparto el pelo de la cara, echándomelo para atrás, y miro el reloj, no quisiera que me cogiera el amanecer sin tener un sitio donde echarme a dormir.

Mis negocios es algo que solamente ella puede solucionar. - miro al sudamericano de nuevo y sé que voy a terminar perdiendo la paciencia y no quiero terminar abriendo en canal a la primera persona con la que me cruzo en Bilbao.

Aún así, noto bombear las ansias en mi cabeza, pensando en una mezcla de sexo, sangre y violencia sin orden ni control, solamente el tipo y yo, y quizá su compañero. Hago el gesto vacuo de inspirar, concentrandome en la misión que Don Carlo me ha confiado, y sonrío al tipo, sabiendo que no voy a tardar en forzarle mediante la fascinación que pueden provocar los poderes de mi sangre.

Y como todos los negocios, pueden ser beneficiosos para todas las partes. Seguro que sabes a quién me refiero, si estás placidamente apoyado en su portal...

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06/11/2012, 22:48
Cristobal

El desconocido te mira perdiendo la sonrisa. De hecho, parece que esté perdiendo los nervios por momentos. En cierto sentido te recuerda a ti mismo cuando tratas de no perder el control de tus actos en favor de la bestia. Sus puños están cerrados, pero no hace amago alguno de atacarte. Al contrario, termina girándose y lanzándote una mirada despectiva antes de alejarse mientras te suelta una frase.

No puedo ayudarte, bro.

En un primer instante te sientes desconcertado. Estabas convencido de saber como funcionan las cosas, pero una respuesta TAN negativa no la esperabas. El tipo se aleja unos metros, y ves cómo hace gestos con la cabeza al otro tipo de la acera de en frente. A su vez, este parece lanzar miradas a otro tipo, calle abajo, lo que te hace pensar que hay todas una red montada en la zona.

Pero, si esta es la red, ¿donde está la araña?

Te giras de nuevo hacia la puerta, aunque temes que será un callejón sin salida. Levantas la mirada a las ventanas y balcones del bloque, pero están todas cerradas, curiosamente. Mucha seguridad en un auténtico suburbio, te dices.

Eh, brother -Te giras, sobresaltado, y ves que el cubano está regresando a tu lado, con un teléfono móvil en la mano, cerca de su oído- Alguien quiere hablar contigo.

Te tiende el aparato, y al acercártelo a la oreja oyes una voz femenina, sensual, que arrastra las palabras como si fueran caricias.

Creo que está buscándome...

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06/11/2012, 23:48
Jules

Tanta seguridad, tantos tipos metidos en el ajo... por un momento he estado a punto de girarme con la navaja en la mano cuando el sudamericano ha vuelto sobre sus pasos y me ha sorprendido a mi espalda con algo en la mano.

Por supuesto, para mí y para él, ni esto era el puto Bronx y eso se trataba solamente de un teléfono.

Las palabras me lamen el oído como la de una buena puta tratandose de ganarse el jornal en un motelucho de mala muerte a medio camino entre San Francisco y Las Vegas. Claramente está acostumbrada a usar su sensualidad para conseguir lo que quiero.

Miro a mi alrededor, la hija de puta se ha enterado rápidamente que estoy aquí, quizá incluso esté mirándome ahora mismo. Me encuentro sorprendiendome de que el hombre encadenado en el sótano de Madrid fuese capaz de llegar a ella con todo este entremado. Aunque, claro, quizá también todo este entramado de seguridad callejera provenga de esa visita...

Acabo de llegar a la ciudad. - digo a modo de presentación. - Tengo un mensaje para esta dirección, la duda es si eres la destinataria...

Notas de juego

Doy por hecho que no había nombre en el vial, ¿no?

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07/11/2012, 07:29
Narrador

No contesta inmediatamente, aunque te parece percibir una ligera risita y sonidos de movimiento. Miras a tu alrededor pero no descubres nada, ni gente asomada a ventanas y balcones ni nada sospechoso.

¿Un mensaje, cariño? Que adorable... Esto es TAN excitante, tú no me conoces y yo tampoco se quién eres, y sin embargo aquí estamos... ¿Quién envía ese mensaje, amor?

Notas de juego

Efectivamente no hay nombre, y tampoco lo preguntaste :)

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07/11/2012, 08:44
Jules

El problema con las redes es cuando empiezan a enrollarse sobre sí mismo y al final no sabes dónde empiezan, dónde acaban o cómo cojones se sale de ellas. Y aquí nos encontramos, sobre la tela de araña, dos desconocidos tratando de averiguar si el otro es la mosca o la araña.

Digamos... - comienzo a decir lentamente pero con confianza, como quien trata en Central Park de que una ardilla coja una nuez de su mano. - que hace poco tuviste una visita desagradable de una pareja pero la pequeña salvaje tuvo un rápido aunque trágico final.

Me callo unos segundos, dandole la emoción que la mujer parece estar buscando. Tú me dices quienes estaban contigo y tú sabrás quién me envía y yo sabré si realmente es para ti...

Notas de juego

Bitch ;D

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07/11/2012, 11:16
Narrador

El silencio se hace al otro lado del teléfono, alargándose hasta generar una tensión que no esperabas. Dudas si realmente sigue al otro lado, si has metido la pata tocando alguna fibra sensible, o si simplemente está dudando acerca de cómo proceder. Lo que te parece claro es que le has arrebatado las ganas de jugar, aunque el largo silencio hace que te plantees si eso será beneficioso o no.

Devuelva el teléfono, por favor -La voz sigue siendo sexy, pero ahora es mucho más fría y seca, y ha desaparecido de su entonación todo atisbo de sensualidad intencionada.

Le tiendes el aparato al cubano, y éste se lo acerca al oído con su mirada clavada en ti. Sin embargo, algo le dicen desde el otro lado que hace que gire el rostro mirando al suelo, con el ceño fruncido. Vuelve a mirarte, asi de reojo, y se despide con una expresión que te desconcierta.

De acuerdo, mi amol...

¿Mi amor?

Vale, brother, Ella quiere verte, sígueme.

El cubano hace un gesto al tipo de la otra acera, al tiempo que saca unas llaves de su bolsillo y se acerca a la puerta para abrirla. Te das cuenta de que el otro tipo cruza la calle para situarse junto a la puerta, justo en el lugar que el cubano ha dejado libre. Un instante después, cuando se abre la puerta y el cubano te invita a entrar, ves que otro tipo se sitúa en la otra acera en el lugar que ha quedado libre. Mientras te adentras en el portal piensas en cuanta gente puede estar implicada en este embrollo.

En el edificio te recibe la oscuridad, pues el portal no recibe más luz que la que desciende por las escaleras desde los pisos superiores. El cubano cierra la puerta con llave y se adelanta indicándote que le sigas. Ascendéis por las escaleras, de madera, viejas y desvencijadas. Cada paso suena con el crujido de la madera carcomida, impidiendo subir sin ser detectados. Otra medida de seguridad rudimentaria, te dices. En la primera planta hay varios jóvenes malencarados con pinta de pandilleros, fumando porros y jugando a las cartas a medias entre el descansillo y un piso con la puerta abierta. Uno de ellos mantiene sujeto por la correa a un enorme pitbull pardo y negro que ladra nervioso al veros pasar. En la segunda planta las puertas están cerradas, y en la tercera una de ellas está entreabiertas y ves dentro a varias personas y, al menos, un par de armas automáticas. Empiezas a preguntarte donde cojones te has metido.

Al llegar a la cuarta planta, el cubano abre una de las puertas con otra llave y accedéis a un piso vacío. Recorréis un pasillo y entráis a una habitación donde hay un colchón en la pared. Aparta el colchón y deja al descubierto un agujero enorme en la pared, por el que accedéis al parecer a otro piso del bloque contiguo. Allí hay tres tipos sentados en unas butacas viejas, que se ponen en pie al veros llegar, aunque no dicen nada. Ves que uno de ellos lleva un pequeño revolver metido en el pantalón, y otro tiene un bate de baseball junto a su butaca. El cubano pasa de ellos, sencillamente haciéndoles un gesto con la cabeza, y te guía por el pasillo hasta una puerta cerrada. Golpea dos veces la puerta, espera un instante y golpea tres veces más. Entonces abre la puerta y se aparta, dejándote entrar.

La estancia parece un despacho. Nada elegante, simplemente una habitación con un gran mueble estantería con cajones, una mesa de despacho con dos sillas delante, un mueble-bar y un sofá junto a la ventana. Hay varios espejos en las paredes, algunos de ellos incluso rotos y agrietados. Uno de ellos tiene impactos de bala. Es en su reflejo donde la ves por primera vez, girando la silla que hay delante del escritorio y poniéndose en pie.

Larga y lisa cabellera oscura, mirada penetrante de ojos negros, piel oscura de exótica mulata, un cuerpo lleno de curvas adornadas con ropa ajustada: top negro ajustado con generoso escote adornado por cadenas de plata, a juego con los grandes pendientes de aro, pantalón apretado extremadamente corto, botas brillantes altas por encima de las rodillas, un chaleco de pieles adornándolo todo.

De modo que... -Comienza a hablar, recuperando la sensualidad que perdieran sus últimas palabras por el teléfono- Mensajero de Carlo ¿no es así?

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07/11/2012, 19:12
Jules

Estoy seguro que hace años me habría bajado una enorme gota de sudor frío por la espalda cuando la conversación se interrumpió pero el tono de la mujer cuando volvió a hablar demostró que simplemente le había jodido su jueguecito al no querer entrar en vueltas y más vueltas de dobles sentidos y frase vacías, eso sí, en un tono sugerente.

Lo que no puedo evitar es una pequeña satisfacción cuando el cubano me dice que le acompañe, al igual que una pequeña sorpresa cuando veo cómo empiezan a sucederse un sustituto tras otro de ese círculo sin fin de sudamericanos que parecen conformar los peones de la mujer. Casi parecen patos de feria, saliendo sin parar de detrás del muro.

Entramos. Y si lo de fuera me había parecido una atracción de feria, el interior de la casa me recuerda a esas viejas  recreativas que se pusieron de moda entre los ochenta y los noventa, donde empezabas a subir niveles y cada uno se iba complicando más y más. Pandilleros con perro, armas automáticas, agujero secreto, más armas...

Hasta llegar al jefe final, por supuesto.

Está claro que, sea cual sea su linea de sangre, está acostumbrada a utilizar su sensualidad y su cuerpo para obtener lo que quiere. Tampoco voy a criticarle por ello, unos utilizamos cuero y tinta para dar la imagen que queremos, otros ropa ajustada y carne a la vista.

Y ciertamente sabe utilizarlo. pienso mientras recorro lentamente su figura sin el más mínimo disimulo. Que me gusten ambos lados de la carta no signifique no pueda apreciar un único plato cuando lo tengo delante. Más cuando el plato está tan bien preparado. Y más aún cuando sé que eso le va a gustar, saberse deseada, pensar que puede utilizarlo contra mí.

Don Carlo me envía. - respondo marcan el Don de la frase. Mal empezamos si empieza faltándole al respeto, espero que solo sea un punto para probarme ella a mí.

¿A quién te el gusto - aprovecho para volver a mirarla de arriba a abajo - de traerle un presente? - pregunto mostrándole una de mis sonrisas más atractivas a la par que misteriosas que tan natural me salen cuando quiero.

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07/11/2012, 19:50
Esmeralda

Hahahaha... -la vampiresa comienza a reir mientras se deja caer de nuevo en su asiento, una comoda butaca giratoria en la que comienza a dejarse mecer a derecha e izquierda mientras te taladra con una sensual mirada- Asi que sigue haciendo que le hagan llamar don... Querido, yo dejé de llamarle asi antes de que terminara la noche en que nos conocimos. Claro que nos llamamos de muy diversas e imaginativas maneras, esa noche y muchas de las que la siguieron... -se inclina hacia delante, realzando su escote mientras cruza sus manos con los codos en la mesa y apoya su rostro en ellas- Pero mi nombre es Esmeralda.

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07/11/2012, 21:05
Jules

Te está provocando, Jules, te está provocando. - mi mente me recuerda que esto es una continua lucha de poderes para casi todos los jugadores, de una forma u otra. Y parece ser que a la muñequita le gusta provocar y cuando su cuerpo no funciona como quiere, trata de hacerlo con las palabras.

Espero que no te importe. - digo mientras saco un arrugado paquete de Camel de mi bolsillo y con un movimiento ya automático saco un pitillo de él.

Me dirijo con paso seguro a una de las sillas que hay frente a la mesa y me siento sin esperar invitación, abriendo ligeramente las piernas y encendiendo el cigarro con el mechero sin llama.

Esmeralda. - repito su nombre mientras veo como sigue provocándome. Por supuesto, no soy un mojigato que aparte la mirada, al contrario, me deleito tranquilamente en sus pechos mientras doy unas caladas. - Yo soy Jules. ¿Sabes qué es lo que te manda Don Carlo?

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07/11/2012, 22:03
Esmeralda

Por supuesto que no me importa, querido -dice mientras sacas el tabaco, al tiempo que se pone en pie y camina contoneándose hasta el mueble bar- De hecho, sería una pésima anfitriona si no te ofreciera algo -abre el mueble y muestra distintas botellas decorativas en diferentes formas, llenas de líquidos de distintos colores y texturas. Una de ellas contiene un líquido espeso y rojizo, y no necesitas quitar el tapón y sentir su fragancia para saber de qué se trata- Tengo sangre con alto nivel de alcohol. No puedo decirte qué alcohol exactamente, pero da lo mismo porque una vez filtrado a la sangre no se nota la diferencia. También tengo licores de verdad, si es que puedes aguantarlo. -Se gira y te mira con una sonrisa pícara- Yo lo hago de vez en cuando, disfrutar del sabor, del calor que provoca en la garganta y desciende por el pecho -deja que una mano acaricie su cuello, descendiendo después poco a poco por su escote antes de mirarte de nuevo, con un vaso en la mano, acercándose a la mesa para dejarlo ante ti, vacío- Por supuesto, no puedo mantenerlo dentro demasiado tiempo... Ah, si quieres algo más fuerte puedo ofrecerte drogas, también... -Regresa al mueble bar y se llena lentamente un vaso con un licor de un color muy similar al Whisky, hablando de espaldas- Sea lo que sea que te haya encargado traerme, me lo vas a dar tarde o temprano, así que... -Se gira con el vaso en la mano, dándole un suave sorbo- ...te lo cambio por lo que quieras tomar. Tú solo pide ¿qué puedo ofrecerte a cambio de tu servicio?

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08/11/2012, 02:20
Jules

La sigo con la mirada mientras se mueve, más recostado que sentado en mi silla, mientras doy lentas caladas al pitillo y mi mirada recorre las curvas de su cuerpo de la misma forma que yo lo hago con las carreteras cuando conduzco mi Harley.

De hecho, empiezo a pensar que me encantaría llevarle de paquete una noche de estas aunque no sé por qué me da que terminaría queriendo conducir ella y llevarme a mi de paquete. Podría ser interesante tener las manos libres... pero solo yo conduzco mi nena salvo emergencias.

¿Sangre filtrada con alcohol?

Arrugo el rostro ante su proposición, me suele gustar tomarla fresca y calentita, recién salida de la yugular. Salvo que sea en ritual con mis hermanos.

Dejo el casco sobre la mesa y agarro el vaso vacio con la mano izquierda, moviendolo lentamente, mientras sigo deleitándome en ella, convencido de que ella está disfrutando más del ser observada de lo que yo puedo hacerlo.

Un par de caladas más y por fin hablo.

Creo que, una vez que veas lo que traigo, - meto la mano bajo mi chaleco y tomo el vial, sin llegar a sacarlo todavía - te vas a olvidar fácilmente de mí. - Hago un mohín antes de terminar sacando el vial y moviéndolo de lado a lado, ligeramente, mientras se lo enseño. - Saludos de Don Carlo.

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08/11/2012, 08:42
Esmeralda

Cuando sacas el vial, puedes contemplar claramente la transformacion de la vampiresa. Su actitud juguetona, sus maneras sensuales, todo ello desaparece y es reemplazado por una intensa melancolia en su hermosa mirada. Se acerca lentamente y coge el vial de tus manos con delicadeza, acariciando tus dedos casualmente en el proceso. Puedes ver sus ojos vidriosos, cubiertos de una fina pelicula rosada, incapaces de apartarse de esa sangre.

¿Le has visto -Es todo lo que acerta a decir cuando vuelve a tomar asiento frente a ti, al otro lado de la mesa.

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08/11/2012, 21:07
Jules

Sonrío cuando la veo cambiar la expresión de su rostro, habiendo predecido en mi interior lo que iba a ocurrir, pero arrugo levemente el rostro cuando veo la nota de melancolía en su rostro.

¿Amor? ¿Una traición?

Dos dos caladas más al cigarro y lo apago en la suela de mi bota negra.

Lo que iba quedando de él. - digo sin ningún tono de regodeo. - ¿Quién era? ¿Por qué te traicionó? - me aventuro.

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09/11/2012, 07:14
Esmeralda

La vampiresa abre un cajon de la mesa, sacando una caja de puros de madera y situandola sobre la mesa frente a si- ¿Alguna vez has sentido lo que es amar a alguien TAN fuerte que hasta dolia? ¿Has amado tanto que hubieras dado tu sangre por esa persona, porque tu sangre era suya, y la suya tuya? -Esmeralda abre la caja y compruebas que no son cigarros puros lo que contiene, sino viales como el que le has entregado. No te molestas en contarlos, aunque habra facilmente mas de diez- ¿Y has sentido despues que una barrera invisible te separaba del ser amado, que eso tan fuerte que sientes no es correspondido, que aquel a quien amas con tal intensidad no comprende tu forma de vida y la desprecia? -La vampiresa mantiene la mirada perdida en el vial, como si creyera poder obtener una respuesta en la misma sangre, como si el liquido rojo y espeso ocultara algo en su interior. Finalmente lo deposita con los otros, centrando en ti una mirada melancolica- Pues ahora multiplicalo por cinco, cada miembro de aquella manada. El dia que me di cuenta de ello, cuando cayo la venda de mis ojos, renuncie al Sacerdocio. Lo siguiente nunca lo entendi. Me acusaron de traicion por renunciar al cargo y decretaron que me cazarian. Hamza el asesino, la brutal Brujah, el fanatico Dominic... la pequeña salvaje no me sorprendio, siempre nos habiamos llevado mal, pero los otros...

Esmeralda se pone en pie pesadamente, con gesto cansado, y camina hasta la ventana, abriendola para dejar entrar el frescor de la noche.

¿Y que hay de ti, vaquero? ¿Cual es la historia que te ha traido hasta aqui?

Cargando editor
09/11/2012, 09:49
Jules

¿Mi historia? - repito la pregunta encogiéndome de hombros. - Seguramente saldría una película más aburrida que la tuya...

Aunque no he podido evitar seguir a la mujer con la mirada, un buen culo en movimiento siempre será un buen culo en movimiento, mis ojos vuelven a posarse sobre la caja de puros.

Saco otro pitillo y me lo enciendo. Un mal hábito cuando estoy nervioso u ocioso, alguien diría que algún día me acabará matanado. Me he movido con varias manadas pero nunca han sido a largo plazo. He sido más... - muevo la mano con el cigarro, tratando de encontrar la mejor definición - más un agente libre. Estuve en los Estados durante varios años, comprobando la situación allí.

Pero no. - respondo a la pregunta implícita - Nunca he sentido nada parecido por un hermano de la Secta más allá de mi mentor y creo que no es comparable con lo que me quieres explicar.

Aunque... - esa puta caja de puros consigue ponerme nervioso - Aunque diría que tienes ahí el souvenir de más de un hermano. ¿Te ha pasado antes?