Partida Rol por web

EXPERIENCIA OBTENIDA EN ÚLTIMA NOCHE: (Actualizable)

12

EXPERIENCIA TOTAL ALMACENADA: (Actualizable)

24

EXPERIENCIA GASTADA: (Actualizable)

- 10 px: 1º nivel de Ofuscación
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SENDA DE CAÍN

Seguidores: La mayoría de los seguidores de esta Senda son reservados.Suelen hablar con tranquilidad, pero defienden sus ideales con pasión.Los Nodistas no suelen ser competitivos.Buscan la sabiduría en el estudio de la filosofía, la historia y otras muchas áreas del conocimiento. Los antitribus Assamitas son y siempre han sido los mayores fieles de esta senda.

Seguimiento: Normalmente, el personaje deberá ser callado y reservado y pasará mucho tiempo solo.Cuando la violencia sea beneficiosa o necesaria, el personaje deberá actuar rápidamente y con toda la fuerza necesaria.Deberá aceptar el hecho de matar como parte de la maldición de Caín.El personaje deberá estar interesado en la diablere y aprovechar todas las ocasiones para beber la
sangre de un antiguo.Deberá participar en Partidas de sangre:no para competir, sino para obtener la preciosa vitae del antiguo perseguido.El personaje deberá estudiar historia y lenguas antiguas.Siempre deberá estar interesado en obtener información nueva sobre Caín y deberá estar dispuesto a arriesgar su existencia por conseguirla.

Habilidades habituales: todos los Nodistas dominan al menos algunos de los siguientes campos:Arqueología, Cultura(de cualquier tipo),Cultura de la Estirpe, Documentación, Historia (sobre todo la antigua), Investigación, Lingüística (en particular las lenguas antiguas), Ocultismo y Teología.

DISCIPLINAS

Celeridad

Viene de Noche 1.2 - El Puerto

Cuando Cagalli se aleja de su compañero y ve como este sale del puerto espera un tiempo para perderle de vista, entonces suspira mientras piensa:

- Por fin algo de tranquilidad, bueno ire a aquella cita que tengo pendiente

Cagalli sale del puerto camnando tranquilamente en busca de un taxi o algun medio de transporte que le lleve a su destino, el lugar en el que podria encontrar a aquel tipo que le comento el frances, era evidente que esa ciudad era una autentica olla a presion y cuanto menos tardase en estar preparada mejor que mejor, lo primero era hacerse con armas, una red de contactos y tambien algunos trabajillos.

- Si creo que lo mejor sera primero ir a por alguna herramienta, y seguramente podre enterarme de algo interesante del mundillo, seguidamente tendre que buscar un buen sitio donde situarme cerca del puerto y quien sabe a lo mejor me anime a montar o hacer algo mas, si puede ser  interesante y divertido, pero ahora lo primero es lo primero

No tardas en dejar atrás a tu compañero Brujah Antitribu, quien toma el mismo camino que tú pero a un paso mucho más lento. Después de todo, es la salida del puerto, o al menos la única que conocéis de momento. Seguro que hay muchas formas de entrar y salir de éstos, vuestros nuevos dominios. Pero Danny queda atrás, más interesado en observar el lugar de lo que lo estás tú.

En realidad, la mayor parte del trayecto hasta la salida del puerto lo ocupas con una llamada telefónica. Un número y un nombre es todo lo que tienes, pero también es todo lo que necesitas. El hombre que responde antes del tercer tono, atendiendo al nombre de Antxón, parece nervioso, más preocupado por saber quién eres que en hacer negocio. Sin embargo, se muestra mucho más participativo en cuanto nombras al “francés”. Se niega a hablar del material por teléfono, pero te cita en una dirección para hablar de “vuestros asuntos”. Pensar en que la policía pueda tener pinchado el móvil de un traficante de poca monta te resulta ridículo, pero el miedo es libre, y más aún entre el patético ganado.

De modo que, cuando pasas por la salida y el vigilante te pide muy atentamente un taxi por el teléfono de su garita, sabes que te debes dirigir a la calle San Francisco de Bilbao. Es una lástima haber perdido tanto tiempo en viajes, primero desde Bilbao a Santurtzi, para regresar ahora a Bilbao. Podrías haberte acercado antes de venir, en poco tiempo.

El paseo hasta Bilbao se te hace más largo en esta ocasión, seguramente por la soledad y la falta de conversación. Bilbao está ahora mucho más apagado que antes, y se hace evidente que no es una ciudad con un ambiente nocturno demasiado agitado. Quizás la llegada del Sabbat pueda alterar esa tendencia, animar las noches y crear ambiente para que el ganado esté más disponible y vuestras actividades pasen más desapercibidas. El aumento de la delincuencia es un paso, tal como se comentó durante el Baño de Sangre, pero no estaría de más la proliferación de locales de alterne, y una política municipal de horarios mucho más flexible.

La calle San Francisco es mucho más de tu agrado. La delincuencia no debe ser un problema por aquí, o al menos eso parece por las pintas de quienes se ven en los alrededores. Hombres y mujeres de diversas nacionalidades y razas, pasando el tiempo en la calle como si esperasen a alguien o vigilasen. Pobreza, inmigración, ilegalidad... Caldos de cultivo donde el Sabbat prolifera. Seguramente varias calles más por la zona se verán influenciadas por todo ésto, a pesar de estar relativamente cerca del centro.

El taxista te deja frente al portal con el número indicado, aunque parece reticente a dejar a una joven de tu edad, al menos aparentemente, en un lugar como éste y a estas horas. Sin embargo, nada puede hacer para impedirlo, y tras cobrar la carrera se aleja a buena velocidad, como si temiera permanecer aquí demasiado tiempo.

No encuentras cerrado el portal, de modo que te adentras en él. Sorprendentemente, aunque la lámpara del portal está apagada, hay luz en la escalera. Esas luces suelen funcionar por tiempo, así que, o bien alguien acaba de subir antes de tu llegada, o alguien está bajando ahora mismo. El portal es oscuro, pero estrecho, y las escaleras son de madera y en bastante malas condiciones. No parece que se vayan a caer, pero seguro que crujen a cada paso. Como lo hacen ahora, cuando dos pares de pisadas resuenan varios pisos más arriba, en dirección al portal. Ese sonido se mezcla con lejanas voces de una discusión, con música que suena demasiado alta en uno de los pisos, y con el llanto de un bebé. No parece un vecindario agradable.

La vampiresa observa el lugar, sin duda era un sitio que no era muy agradable, pero bueno todo depende de muchas cosas, y sobretodo del punto de vista y las circunstancias de cada uno y a ella le daba un poco igual, en sitios peores habia estado, de hecho aquel sitio bien visto hasta podria tener cierto encanto. La vampiresa camina mientras vienen a su mente las palabras del baño de sangre:

- Si, una discoteca o algo asi podria ser un buen negocio, si, o algo que anime el cotarro, me da a mi que esto va a ser una ciudad bastante aburrida, bueno, menos mal que ando yo por aqui para animarla

Cagalli comienza a subir las escaleras con tranquilidad, la tranquilidad del que sabe que va a una cita como las que ha tenido tal vez en cientos de ocasines y de la persona que sabe que si se presenta un imprevisto tiene las cualidades para salir de el, ademas de que estaba rodeada de comida, quien sabe, a lo mejor tenia tiempo incluso de pasarse por ese piso donde la musica estaba alta todo dependia del traficante

Comienzas a ascender escaleras arriba con decisión. No hay nada que una inmortal deba temer en un mundo de mortales, menos aún si se trata de una verdadera Sabbat en el territorio de la secta. Cada escalón te convence más de que los distintos pisos por los que vas a pasar no son más que pasillos de un gran supermercado en el que saciar tu hambre.

Al alcanzar el rellano del primer piso, se esclarece el origen de las pisadas que habías escuchado. Te cruzas directamente con dos hombres que, silenciosos, bajan juntos las escaleras. Responden a un mismo patrón: jóvenes, pero no demasiado; atléticos, pero no fornidos; de cuidado aspecto, pero con un look casual -tejanos rotos, camisetas tribales, pulseras de cuero, un afeitado escaso...-; bien parecidos... Curiosamente, uno de ellos tamborilea continuamente con una llaves de coche, nervioso. El otro, en cambio, muestra una mirada mucho más fría y controlada. Notas un bulto en su cadera, bajo la camiseta. Sabes que es un arma.

Los dos hombres se apartan a tu paso, alejándose de la barandilla central de la escalera y pegándose a la pared. Ambos te observan, descarados, como si quisieran grabar tu rostro en sus mentes. Pero no dicen una sola palabra, y continúan bajando.

Sigues subiendo hacia el penúltimo piso del edificio, tu destino. Cuanto más te acercas, más convencida estás de que la música que oyes procede precisamente del lugar al que vas. En estos momentos, una canción bastante marchosa con un toque muy español y rumbero, a dos voces y con mucha guitarra de fondo. Alcanzas el rellano frente a la puerta que buscas, y te detienes en seco.

Está entreabierta, con la cerradura reventada.

Cagalli observa la escena, sin duda esos tipos con los que se ha encontrado vienen de alli, la vampiresa supira algo mosqueada meintras piensa:

- Como hayan hecho lo que creo que han hecho me voy a enfadar muchisimo

Rapidamente Cagalli abre la puerta dispuesta a ver lo que habia alli, no sabia porque pero su experiencia le decia ue encontraria algo bastante desordenado y que incluso podria encontrar al tipo de su cita muerto, eso sin duda seria algo bastante malo para ella puesto que no podria conseguir lo que queria, o quien sabe, a lo mejor podeia ser hasta favorable pues simplemente tendria que coger lo que queria a ella le daba realmente igual.

Cagalli decide entrar con cierta precaucion, por ello mueve con cuidado la puerta para entrar lo mas sigilosamente posible en el lugar

Empujas la puerta entreabierta con sumo cuidado, aunque temes ser más que consciente de lo que vas a encontrar al otro lado. En efecto, lo primero en que te fijas es en una amplia mancha de sangre recubriendo una vieja alfombra que cubre el largo y estrecho pasillo de la casa. Ésta apenas cuenta con muebles ni decoración, y la suciedad de que hace gala parece delatarle como un piso abandonado, un “piso patera”, o algo similar. La mancha termina varios metros más adelante, donde en la penumbra del lugar ves un cuerpo inerte yaciendo cruzado en el pasillo. Te acercas y ves varios agujeros de bala perforando el pecho de un hombre maduro, horondo y descuidado, con barba y melena descuidadas y grasientas. Hay una navaja en su mano, con sangre en su hoja.

Junto al cuerpo hay un par de puertas abiertas. A pesar de no contar siquiera con luces, puedes ver por medio de la luminosidad que se filtra por las ventanas que se trata de dos habitaciones vacías de mobiliario salvo por algunos colchones tirados en el suelo. Una de ellas está completamente vacía, mientras que en la otra descansa practicamente inconsciente un hombre de origen árabe, con una jeringuilla clavada aún en su brazo. Hay algo de polvo blanco sobre un espejo en el suelo, una cucharilla quemada y un mechero, así como varias jeringuillas más.

Al fondo del pasillo, una puerta cerrada muestra un hilillo de luz por su parte inferior. Pareces percibir un leve movimiento al otro lado, y escuchas algo de ruido, un gorgojeo ininteligible y un golpe. Parece que hay más gente en el lugar.

Cagalli suspira al ver la escena, realmente era lo que se imaginaba, pero lo peor era que se veia cogiendo a ese drogadicto para intentar sacarle algo de informacion, tal vez por ello cge la navaja para tener algo con lo que asustarle, pero es entonces cuando se percata de algo. En una habitacion con la puerta cerrada y de la que puede verse un poco de luz se escuchan ruidos, al parecer hay movimiet en el lugar.

Sigilosamente y con la navaja en la mano Cagalli se acerca para tratar de escuchar lo que dicen tras la puerta para tratar de ver que es lo que sucede mientras piensa:

- Parece que al final el viajecito va a ser mucho mas entretenido de lo que me imaginaba en un principio, a ver que es lo que hacen ahi atras

Te acercas sigilosamente al cadáver, inclinándote para coger el arma blanca que porta. El cuerpo aún está caliente, y los dedos se abren con facilidad, soltando la navaja. Su muerte es reciente. Al sujetar la empuñadura entre tus finos dedos, sientes un cierto alivio. Es extraño cómo las herramientas de trabajo aportan confianza, y el modo en que te has habituado a ellas en estos años.

Pasas sobre el cuerpo y recorres el pasillo, sin perder ojo a la puerta. El gorgojeo continúa, pero sigues sin poder identificarlo. Parece que no hay más movimiento, a juzgar por la escasa luz que se filtra por los bordes de la puerta. Tampoco hay más ruidos que te ayuden a componer la escena. Llegas junto a la puerta casi segura de que no has emitido ruido alguno que te delate, a pesar de ser consciente de que no has puesto demasiado de tu parte para ser indetectable: no has invocado el poder de la sangre para ocultarte. Error o exceso de confianza, igual da ya. El caso es que te basta con tener algo de cuidado para caminar por esta alfombra sin hacer apenas ruido.

Sin embargo, desde donde estás no puedes averiguar nada más. Los ruidos de la habitación contigua no bastan, necesitarás ver lo que hay con tus propios ojos. Y eso supone abrir la puerta.

Y exponerte a lo que haya al otro lado.

Cagalli esta junot a la puerta, era sin duda insuficiente, tendria que abrir la puerta y seguramente entrar, eso era muy peligroso pero al mismo tiempo era excitante, Cagalli se cocnentra unos segunodos. La vampiresa siente como el poder de su sangre recorre sus venas, el poder que su maestro le dio lo siente en su cuerpo sabe que su sangre es poderosa y sabe que puede hacer muchas cosas con ella. La vampiresa usa entonces uno de los poderes otorgado por su maestro, el silencio de la muerte, poder muy util.

Cagalli lo usa para invocar una zona de silencio para asi abrir la puerta si peligro de ser oida y mirar, desde donde esta Cagalli observa si hay posibilidades de escabullirse dentro de la habitacion en algun lugar discreto

Concentras el poder de tu sangre en tus propios oídos, forzando a la realidad a plegarse ante tus designios. Tal es el poder de la vitae, tal es el poder de esta condición superior, que desafía a las leyes físicas de la naturaleza. Por eso sois más que humanos, sois dioses que caminan entre los hombres y se alimentan de ellos. Sientes crepitar tu pelo un instante, cuando los límites de tu fuerza se ven expandidos hasta crear la esfera invisible de mortal silencio. ¿Cuantos habrán sucumbido en su interior, ahogados en él sus gritos inaudibles? ¿Cuantos, desde que tu Clan lo ideara como el más sencillo y efectivo método de discreta ejecución?

Abres la puerta, girando el pomo lentamente con las dos manos, aún a sabiendas de ningún chirrido delatará tu presencia. Pero el sigilo es seña de identidad entre los Ángeles de Caín, incuso cuando se debiera considerar innecesario. La luz te baña el rostro, dilatando tus pupilas a medida que se habitúan a la luminosidad de la sala que se abre ante ti...

No es seguramente lo que esperabas, aunque no tenías tampoco demasiado claro qué esperar. Hay dos personas en el centro de la habitación. De rodillas ves a un hombre de aspecto duro, con rastas, tatuajes y pearcings. Tiene barba de varios días, descuidada como su aspecto general, y viste con un pantalón de chándal y una camiseta de tirantes que muestra sus hombros tatuados. Sin embargo, ha perdido toda su aparente dureza frente a la otra persona. Se trata de una mujer, de aspecto joven y desenfadado. Tiene la piel caoba, propia del mestizaje mulato, y una larga cabellera negra y lisa que le cuelga sobre los hombros. Viste de manera sencilla pero sexy, con una camiseta gris de tirantes y unos tejanos oscuros muy apretados, aderezado con algunos complementos que le dan cierto estilo, como colgantes, pulseras y anillos. Un atuendo que tú misma podrías haber firmado, de no ser por la pistola que descansa en una funda del cinturón, con mira láser y silenciador. Ella está de pies, frente a él, ligeramente inclinada hacia delante, y de su boca surge un extenso apéndice similar a una lengua que cuelga como una serpiente hasta clavarse en el cuello del hombre, penetrando su piel y su carne y haciendo gotear un pequeño reguero de sangre. Cada poco tiempo parece sacudirse, como su la propia lengua fuera una garganta que traga saliva sin parar. Sangre, más bien. La mujer tiene la mano izquierda bajo la barbilla del hombre, obligándole con malévola diversión a mirarla a los ojos totalmente aterrorizado y entre espasmos de abandonado placer, mientras se alimenta de él.

La situacion era curiosa, o mejor dicho, era tan clasica que resultaba hasta aburrida, Cagalli observa la situacion durante unos segundos, la vampiresa entonces piensa algo que podria ser factible, aunque realmente no estaba segura de que aquella mujer era un vampiro, pero si no lo era seria algo parecido y si era algo parecido podria funcionar lo que tenia pensado y con suerte poder no solo obtener respuestas, sino algun que otro premio. Asi pues Cagalli no lo duda y busca alguna herramienta de madera afilada y si es necesario envuelta en su aura de silencio rompera algo de madera para poder conseguirlo.

El siguiente movimiento de Cagalli es similar a lo que esta bastante acostumbrada, sin embargo en esta ocasion es algo diferente, la vampiresa se encamina hacia la que sera su victima, la vampiresa (o al menos eso es lo que ella cree que es) para empalarla utilizando aquel trozo de madera con el que se ha hecho

Penetras en la habitación sin precisar esfuerzo alguno para mantener un discreto silencio. El poder de la sangre irradia de tu propio cuerpo, como un aura invisible que engulle todo atisbo sonoro y sume tu alrededor en el más absoluto silencio. Podrías gritar, pero tu garganta no expulsaría voz alguna.

Te acercas pegada a la pared a la espalda de un sofá cercano, tras el que logras esconder tu cuerpo. No es tan complicado, porque no eres realmente muy grande, algo que en situaciones así es toda una ventaja. Recuerdas el empeño de Danny por acompañarte, y sonríes al pensar en el gigantón tratando de esconderse tras algo tan poco voluminoso como un sofá. Impensable.

Buscas madera. No hay sillas ni mesas susceptibles de obtener la materia prima necesaria para una estaca, el arma que has seleccionado en este caso. El propio sofá podría aportarte algo de madera de su estructura interior. Parece barato y sencillo, seguro que al menos sus patas y la estructura básica está hecha de tablones que aporten resistencia al conjunto. Rasgas el tejido y la materia acolchada con tu recién adquirida navaja, y en efecto ves que hay tablas de madera en su interior. El grosor es adecuado, solo hay que extraerlas y darles la forma adecuada afilándolas.

Pero ¿tendrás tiempo suficiente?

Levantas la mirada por encima del sofá, y te sorprende el cambio que detectas en la situación. La mujer ya no observa a su víctima con lasciva mirada de sensualidad, mientras se alimenta de él. En lugar de ello, sus ojos sorprendidos están clavados en la puerta que has dejado abierta. Evidentemente, es un detalle en el que debieras haber reparado: a pesar de que tus movimientos estén encubiertos por el silencio, cualquier cambio que produzcas a tu paso puede ser detectado. La mujer comienza entonces a desplazar su mirada por la habitación, buscando aquello que ella no conoce pero que sabe que está en algún lugar. A ti. La enorme lengua suelta a su presa, desvelando una punta bífida terminada en dos afiladas puntas que se sacuden en un siseo constante, y comienza a retraerse hasta penetrar de nuevo en la boca de la que partía. El hombre cae al suelo, consciente pero debilitado por la falta de sangre, sus ojos clavados en el techo carentes de voluntad para luchar. La mujer da un par de pasos hacia atrás, alejándose de la puerta y de tu posición, mientras la lengua entra y sale de su boca con velocidad endiablada. Finalmente, la desconocida se detiene y extrae su pistola de la funda, empuñándola con la mano derecha en dirección al suelo, mientras mira en tu dirección.

Ya puedes salir de ahí, cielo, seas quien seas...

Exactamente en tu dirección.

Cagalli suspira enfadad consigo misma pensando en el fallo de novata que ha tenido, sin duda no tenia la cabeza en ese sitio, guardando sus ds "armas" en su espalda aguantadas con su propia ropa se pone en pie tras dejar de concentrarse en el uso de sus poderes para decir:

- Hey, parece que me has pillado

Cagalli mira entonces a la mujer para examinarla un poco y decir:

-Ahora me preguntaras quien soy y que hago aqui supongo y demas, asi que para abreviar, en teoria aqui debia de haber un tio que trafica con armas y dudo mucho que seas tu verdad?

Joder, ¿quién coño es esta niña? Su cara me suena, la he visto antes. Su manera de comportarse no es la de una niñata mortal. Demasiado serena, demasiado fría. Ha visto mi lengua de áspid, y ni pestañea al verse sorprendida. Si no fuera por mi sensibilidad a las vibraciones, no la habría descubierto.

Es una vampiresa, al menos eso creo tenerlo claro.

• Supongo que te refieres a él, guapa.

Señalo la inmundicia mortal que decora el suelo de la sala frente a mí. La niña ha venido a comprar. ¿Una clienta o una proveedora? Poco importa. Este gilipollas no va a traficar en mi ciudad, si no es para mí, y ya se ha negado a hacerlo. Así que no traficará y punto. Ni respirará. Su sangre ya calienta mi garganta, ya me ha otorgado uno de los placeres de esta noche. El primero de los muchos que me ofrecerá Bilbao. Tengo los recursos, el apoyo y la determinación para crear mi propio imperio, y esta vez no permitiré que nadie me arrebate lo que es mío. La fe, especialmente. Ya me hicieron perder mi camino una vez, no sucederá de nuevo.

• “Traficaba”, más bien. Hay nuevas reglas en la ciudad, y él no quería entenderlas. -Me encojo de hombros- Por eso está ahí desangrándose. Una pena, porque no era feo del todo. Podíamos haberlo pasado muy bien, pero al final solo yo he disfrutado. Las nuevas normas son sencillas: en esta ciudad solo trafica Esmeralda Castro. O mueves mercancía para ella, o no la mueves. Y ahora, corazón, si quieres hacer negocios, deberías presentarte...

Cagalli observa al tipo ese tirado en el suelo para hacer un gesto de "que mas da" para seguidamente decir:

- Pues soy Cagalli y me da igual tratar con ese tipo o contigo, mientras pueda conseguir lo que necesito me da igual

Cagalli sale de donde se encuentra acercandose un poco a la vampiresa y con una inocente sonrisa dice:

- Y bien, ¿podemos hacer negocios?

Cagalli mientras tanto pensaba para si misma en que de hecho puede ser hasta mejor hacer negocios con ella, sus metodos eran buenos, de hecho ella misma habia pensado en hacer algo parecido con ese traficante, tal vez no matarle pero si hacerle suyo para tener el control, aunque tal vez esa vampiresa podria ser mas interesante, mas interesante incluso que la manada, todo era cuestion de estar bien informada

Demasiado fría para ser una simple mortal. Hasta que se demuestre lo contrario -para desgracia de ella- asumo que se trata de una hermana Sabbat. Tiene que ser una vampiresa, y no hay Camarillas tan estúpidos y locos como para permanecer en Bilbao a estas alturas. Por eso me sonará su cara, seguro que estaba en el Baño de Sangre.

Tengo que recordar el momento en que la vi, con quién estaba...

Camino serpenteante por la habitación, haciendo sonar los crujidos de la madera bajo mis pies mientras contoneo mi exuberante cadera a un lado y a otro. La niña no me resulta molesta, incluso sus maneras hacen que me vea reflejada en ella por momentos. Pero hace mucho que no confío en nadie.

Por culpa de esos hijos de p...

• Siempre se puede hacer negocios, cariño... Y tú pareces un encanto, seguro que no nos costará ponernos de acuerdo... ¿Qué es lo que quieres de mí, cielito?

Me asomo a la ventana, distante. La calle San Francisco y sus alrededores van a ser una jungla en que que la gran serpiente cace sin piedad, se esconda de sus enemigos y disponga sus trampas. Esta noche es el comienzo del gran imperio que pienso crear...

Cagalli observa a la vampiresa descaradamente, era atractiva, eso era cierto y no estaria mal jugar un poco con ella, quien sabe, a lo mejor mas tarde, pero ahora tenia un poco de prisa, en realidad le daba igual llegar tarde, pero por el momento era mejor no hacerse demasiado la remolona con el grupo tenia que analizarlos un poco mas.

Tras suspirar de forma algo exagerada Cagalli dice:

- Bueno....(Cagalli se pone un dedo en la boca en plan inocente)pues yo lo que quiero...umm..muchas cosas la verdad...(mira de arriba abajo a la vampiresa) por el momento lo que mas me interesa es encontrar herramientas....

La vampiresa saca lentamente la navaja para dejarla caer al suelo con asco mientras dice:

- Eso es asqueroso y bueno alguien como yo necesita herramientas mas adecuadas a ella, herramientas silenciosas pero eficaces.

Cagalli mueve la cabeza para mirar hacia arriba y despues hacia abajo y mirar de nuevo a la vampiresa:

- Es simple, por la cantidad adecuada mato a quien sea o a lo que sea, acabo de llegar a este pais y necesito herramientas y como te he dicho un tipo que traficaba supongo que esa bolsa de zumo podia proporcionarmelas, cosa que supongo podras hacer ahora tu.

Cagalli mira el cuerpo en el suelo desangrandose para seguidamente mirar a la vampiresa y decir:

- Y claro si es necesario ofrecerte mis servicios puesto que no se porque pero me da en la nariz que tienes grandes planes para esta ciudad

De modo que una asesina ¿eh? Interesante... Creía que todos los asesinos de vocación en esta ciudad estaban en esta Cofradía a la que me he unido, ahora veo que incluso a ellos les crece la competencia. Bueno, no es que esa competencia esté demasiado crecidita, pero es competencia al fin y al cabo.

• ¿Me ofreces tus servicios como... asesina? -Dejo escapar un bufido a modo de sarcástica risa- Ofreces neveras en el polo, cielito, yo no necesito pagar por asesinatos. Yo ya soy mi propia asesina, y de no ser así tengo a los más efectivos, silenciosos y letales asesinos de esta ciudad como hermanos. De hecho -mi mirada se vuelve provocativamente maliciosa- estoy segura de que estarían muy agradecidos de que les eliminara la competencia... -Me encojo de hombros. Una pequeña provocación no sobra, de vez en cuando, pero no deseo pelear sin necesidad. Además ¿quién dice que esta pequeña es ni remotamente competencia de los mejores asesinos del lugar?- Pero yo soy una mujer de negocios, y no elimino a mis clientes si antes no se lo buscan.

Guardo mi pistola en su funda, pero no suelto mi otro juguete, bien oculto tras mi cuerpo como un seguro. Suspiro, aunque es solo la forma de camuflar el estar husmeando en busca del aroma de la purificación. Mis hombres ya deberían haber comenzado la purga de esta zona. Mortales, solo eso, pero bastante efectivos. Necesitaré más ghouls como ellos.

• Hablaremos del pago más adelante, tranquila. Por ahora, entremos en materia. Hablas de herramientas, pero no se exactamente lo que andas buscando. Puedo conseguir fácilmente armas blancas bien templadas y equilibradas. Tengo un contacto que me las suministra desde diferentes puntos de oriente. Date cuenta de que no hablo de esas mierdas de imitación que venden en las tiendas de caza y pesca, son armas de verdad, fabricadas para el combate. Incluso podría conseguir alguna de esas mierdas Assamitta tan raras, aunque me llevaría algo de tiempo. También puedo conseguir armas de proyectiles, como arcos, ballestas o cerbatanas, aunque a mi me resultan muy poco prácticas. Cada cual sus gustos. Pero si lo que de verdad buscas son armas de fuego... Tengo silenciadores para múltiples modelos, aunque la munición disponible dependerá del calibre que andes buscando. ¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres comprar?

El caso es que no puedo sacarme de la cabeza la idea de que la conozco, que la he visto antes ¿Con quién? ¿A qué Cofradía pertenece?

Cagalli escucha a esa vampiresa, una asesina, vale, con un pequeño dato sobre ella ha descubierto bastante de esa vampiresa, al parecer es una recienllegada y pertenece a la cofradia que le habia dicho el frances aquel, interesante, por lo que sin duda debia andarse con cuidado con ella, puede que le consiguiese lo que queria pero tambien era evidente que tarde o temprano tendria problemas con ella y su cofradia.

Mientras habla Cagalli observa los gestos de la vampiresa, guarda su arma, pero ella sabe muy bien que eso no es una señal de que no este preparada, de hecho ella en mas de una ocasion ella ha usado trucos similares, es un viejo truco bastante sencillo y eficaz cuando el objetivo se relaja.

- Asi que pertenece a esa cofradia de asesinos y ella misma es asesina, pues evidentemente le hare creer que soy una novata, mas torpe de lo que realmente soy, ya me lo dijo mi Sire una de las mejores armas que tienes es el engaño y el subterurgio

Cagalli se coloca en posicion algo mas relajada aunque realmente sigue alerta, para dar la sensacion de que el ver como guarda el arma le relaja un poco, cuando la vampiresa termina de hablar dice:

- Ummm parece interesante la mercancia que tienes, por el momento creo que algun buen cuchillo puede ser umm interesante, ya sabes como son los mortales son algo exagerados cuando te ven un arma de fuego

Cagalli esperaba que con ese comentario tambien diese la sensacion de que era mas inexperta de lo que realmente era, entonces se pone el dedo en la cara e inclina hacia un lado inocentemente la cabeza mientras pregunta:

- Entonces hablamos de un precio de...