Partida Rol por web

El camino hasta Santurtzi es relativamente corto. No hay transporte público a estas horas, al menos no en forma de autobuses, metro ni tren. Esa es una situación que la comunidad vampírica debería abordar en los próximos tiempos. Pero hay taxis, y miembros de la manada con capital suficiente como para pagar las carreras. O incluso con recursos para convencer a los taxistas de no cobrarlas.

Santurtzi es una localidad practicamente situada donde la ría del Nervión se une con el mar Cantábrico, con un pequeño y bonito puerto pesquero que se está viendo reconvertido en puerto deportivo para embarcaciones de pequeño calado y escaso lujo. Los grandes yates prefieren la márgen derecha de la ría para atracar. El pueblo es sencillo pero moderno, como la mayor parte de lo que habéis podido ver en el Gran Bilbao. Gira en torno a un parque central, a cuyo linde descansan el Ayuntamiento y la Iglesia, y desde ahí parten distintos barrios con calles más estrechas y oscuras a medida que nos alejamos del centro, más aún si lo hacemos en dirección al monte Serantes, cuya ladera pertenece a la localidad.

Un bonito lugar que deberéis conocer bien, pues podría ser vuestro muy pronto. No en vano cazar en el propio puerto podría suponer un problema para vosotros, y es probable que terminéis tomando el pueblo como zona alternativa de caza.

En el puerto no hay excesiva actividad a estas horas. Un vigilante pasa las horas en una garita que controla la entrada, aunque más adelante se ve un puesto de la Guardia Civil, cuerpo de policía estatal que mantiene la competencia de seguridad en los puertos de Euskadi. Entrar y salir del puerto no es tarea sencilla. No es como fugarse de Alcatraz, pero el vigilante controla y registra las entradas y salidas, y si alguien le plantea problemas la dotación de la Guardia Civil le supone un cierto seguro. Sin embargo, estáis ya en su lista de entradas, merced a una llamada telefónica de Luigi. Un responsable del puerto os espera en el interior, con las llaves del almacén de su propiedad. Convencido de que se trata de una intempestiva visita de un empresario que piensa en la mejor manera de rentabilizar su inversión, os deja las llaves en cuanto pone en funcionamiento las luces del pabellón y os explica donde se encuentran las cosas. No es que sea mucho, un pequeño despacho administrativo con equipación anticuada, unos servicios viejos y sucios, y un amplio espacio donde descansan varios contenedores industriales vacíos. Los techos son opacos, pero algo os hace dudar de que el lugar sea lo bastante estanco como para que no se cuelen los rayos del sol durante el día.

Claro que, dentro de los contenedores cerrados...

El camino hasta Santurtzi es relativamente corto. Hunter permanece en silencio, meditabundo, durante todo el trayecto en taxi. La luz de las farolas, levemente atenuada por el txiribiri, arroja luces y sombras sobre el adusto rostro del cazador. Solo el ceño fruncido permite discernir una suave excitación, una morbosa anticipación, antes de la llegada a los dominos de la Cofradia del Corazón Ensangrentado...

"Mis dominios... Mios y de mis hermanos"

Una sonrisa hambrienta se abre paso hasta los labios de Hunter, cuando se percata de los estrechos y oscuros callejones que conforman parte del pueblo...

"Ratoneras..."

La sonrisa de Hunter se desvanece en cuanto llegan al primer puesto de controlde acceso de puerto. Erguido en toda su estatura, se coloca tras Steff, como una sombra intimidante. Los frios ojos del cazador se clavan en la nuca de Luigi, mientras sus fosas nasales se dilatan una y otra vez, captando la miriada de olores que flotan en la noche portuaria...

"Salitre... pescado podrido, abandonado y flotando panza arriba en el mar... pales de madera podrida, ajados por el inclemente tiempo... metal y grasa... Precioso"

El fino oido del antitribu Gangrel capta el sueve rumor de las olas, rompiendo contra el muelle, golpeando infructuosamente los cascos de los pesqueros que se mecen a la brisa y el oleaje. Por primera vez desde que empezo esta noche, Hunter se siente relajado y tranquilo... Un subito impulso de su Bestia. Un estremecimiento en sus tripa, le recuerda su verdadera naturaleza. La paz es efimera... y él lo sabe.

"El calvo sabe lo que hace. Eso esta bien. Un terreno amplio, pero no excesivo. La niña, Danny y yo podemos ocuparnos de las visitas inesperadas... o no deseadas. Ademas, contamos con una fuerza policial de seguridad... En las manos adecuadas, un buen recurso. No es infalible, pero si es una buena baza. Una herramienta mas en nuestro arsenal."

Hunter hace resonar los tacones de sus botas mientras camina junto a su Ductus y al resto de sus hermanos. Ante ellos, el almacen de les servira de hogar y refugio. No puede evitar un gruñido de disgusto cuando repentinamente se hace la luz en el almacen, que le obliga a apartar la vista hasta que sus sensibles ojos se adaptan a la iluminación. La verborrea del vigilante es una cacofonia sin sentido en el fondo de su mente.

"Si, si, todo eso esta muy bien. Hay muchas cosas que hacer aqui... y no tenemos demasiado tiempo. Steff y Luigi se ocuparan de lo que consideren oportuno... Pero hay mas cosas que hacer. Ese techo no nos protegera del sol del amanecer... Los contenedores pueden servir, provisionalmente... A menos que el bueno del calvo ya se halla ocupado del asunto. No me apetece que mi dormitorio sea mi ataud... Y tampoco me apetece dormir todos los dias en el fondo del puerto"

Cuando por fin se quedan solos, Hunter camina hasta colocarse mas o menos en el centro del refugio comunal y se arrodilla. Con delicadeza, aparta la mugre y el polvo del cemento que conforma el suelo, deslizando las llemas de sus dedos con una delicadeza inusitada. Por unos minutos, se dedica a comulgar de forma personal con el almacen, cerrando los ojos. Por fin, se decide a hacer caso a sus hermanos y hermanas y se reune con ellos.

"Es un buen lugar, Luigi. Necesita algunos cambios, pero es un buen lugar, sin duda." Hunter se toma su tiempo para continuar, como si no supiese muy bien como expresarse "Lo principal es convertir este lugar en un refugio seguro... Asi pues, ¿os dijo el misterioso amigo del señor Koldolak si el alcantarillado llega hasta aqui?"

Cagalli habia estado casi todo el camino hacia el puerto tarareando una cancioncilla bastante moderna que habia escuchado en la ultima discoteca que habia visitado, no era una cancion buena, ni tampoco le gustaba demasiado, simplemente era una cancion que sonaba bien para bailar bien en las discotecas lugar donde le gustaba ir de caza y de hecho esperaba que hubiera algun lugar asi cerca del puerto, aunque tenia la sensacion de que no iba a ser asi, bueno, al menos alli si estarian tranquilos y sobretodo podria tener un buen espacio para poder entrenar un poco fisicamente puesto que eso es algo que nunca biene mal.

Cuando todos llegaron alli al puerto la vampiresa no pudo reprimir un suspiro, el lugar parecia bastante desolado y con poca o nula vida nocturna y eso a ella demasaido no le gustaba, pero bueno, que iba a hacer, era mejor eso que nada, al menos desde alli podrian empezar a influenciar zonas mejores, zonas mucho mejores en realidad. El grupo hizo una pequeña parada en un puesto donde habia un vigilante, Cagalli se dio cuenta de que le miro un par de veces, o al menos eso era lo que a ella le parecio, sin embargo, preferia no comer mas, habia estado bastante saciada por esa noche, de hecho era mejor por el momento dejar a ese guarida y a los que habia leido eran Guardias Civiles, menudo nombre mas raro, guardias y civiles, pues si que era un pais raro.

Finalmente el grupo llego al almacen de su compañero Luigi, alli parecia que no habia nada, de hecho por no haber  no habia ni higiene, eso realmente no preocupaba demasiado a la vampiresa que se habia metido en sitios peores, sin duda, sitios mucho peores que aquel antro, pero bueno, por el momento esa seria su "guarida", su lugar de descanso. Tras las palabras de Hunter ella se estira un poco y dice:

- Bonito antro, algo sucio y sin toque femenino pero no esta nada mal.

Cagalli se estira un poco y seguidamente dice:

- Creo que voy a ir a darme una pequeña vuelta por el puerto y los alrededores para ver un poco como son y umm que posibilidades tienen claro, ummm ah si - Cagalli se dirige hacia Luigi y tras un   pequeño guiño - Creo que mi numero de movil ya lo teneis pero por si acaso es  695 49 65 00 llamadme si hace falta

Para seguidamente caminar tranquilamente y como siempre contoneandose hacia la puerta en direccion a la salida del almacen mientras "toma aire" profundamente como si estuviese respirando y oliendo profundamente el aroma del puerto y el exterior

Cagalli cuando sale del edificio coloca su movil como siempre le gusta llevarlo, en modo silencioso ya que siempre es un estorbo llevarlo con sonido, es un aparato demasiado indiscreto en realidad, por ello su movil es muy simple, llamadas, mensajes y poco mas, lo imprescindible y sobretodo pequeño, que se pueda poner en modo silencioso y que no se ilumine al recivir llamadas y que el vibrador no suene como pasa con muchos moviles "indiscretos". Cagalli camina con un paso algo mas rapido hacia la puerta, se dirige hacia el guardia y le pregunta con una voz tranquila:

- Perdone señor, podria indicarme como conseguir un taxi? necesito desplazarme a un lugar y no conozco la ciudad, soy nueva aqui.

La intencion de Cagalli no era otra que la de dirigirse hacia el lugar que le habiaindicado "el frances" en busca de material y quien sabe, tal vez pueda encontrar algo mas, si tal vez ese hombre sepa algo que le interese a ella, aunque puede que teng aque usar otros lugares, pero antes y despues de visitar al tipo que le habia dicho el frances debia de pasar por su habitacion, no podia anochecer con la misma ropa. no, para nada, ademas sentia la necesidad de tomar un look algo mas "inocente"

Llegamos por fin la pequeño almacen, hacía ya varios que no venía en persona tan solo lo utilizaba para almacenar ciertas mercancias antes de que el autentico dueño las viniera a buscar. Iba a tener que hacer unas llamadas para intensificar el negocio en esta ciudad, que el almacen este casi vacio es una clara muestra que tenía abandonado el negocio.

Le falta algo de actividad para mi gusto pero espero poder solucionarlo en breve. Aun no pude ver toda la información con detenimiento lo que si conseguí es que me diera información exclusiva de cada uno dividida si queréis cambiar, eleminar o añadir algo hice un trato con él para que lo haga siempre que no sea demasiado fácil demostrar que es fácil lo pondrá como rumores. Les paso la PDA para que comprueben la información que tienen sobre ellos dejandoles tan solo un momento para ello. Veamos que tiene del puerto y quien más puede estar interesado...

-¡Por fin! Ya me tenían harto de tanta cháchara y tanto politiqueo y tanta mierda. ¿Y aún dicen de la Camarilla? ¡Joder! ¡Pero si aquí los hay peor que ellos!

 El repiqueteo del txiribiri, silencioso contra el cristal mientras vamos un poco embutiodos en el taxi que nos ha constado conseguir y engañar al taxista para que nos llevara. Una maldita buena propina. 

Cagalli escucha lo que dicen Danny y Steff de que le acompañen, esta suspira un poco y antes de salir por la puerta dice:

- ¿Acompañarme? no, mejor voy sola, me retrasaria, como decirlo umm no pensaba dar una vuelta por los sitios mas comunes por los que podrian usar para entrar, como decirlo, quiero mirar un poco sitios alternativos, sitios que solo algunos podemos usar, es decir, lugares algo mas especiales y que es necesario ser mas

Cagalli mira a Danny y le señala y recorre desde lejos su altura con el brazo de forma exagerada y finalmente termina:

- Pequeño, manejable, agil, menos visible, como querais llamarlo, ya sabes gages del oficio y si voy sola sera mejor, digamos que me retrasara menos

 Carraspeo y niego 

O vas con Dany o no sales de este refugio esta noche. La miro con frialdad, se acabo no voy a ir de hermana mayor por estos mundos del sabbat, es mas estoy hasta las narices que intente hacer lo que ella quiera. 

Pequeña, esquiva, pero dudo mucho que puedas hacer algo contra un grupo de pongamos seis, todos vampiros. O unos cazadores o unos lupinos.

Ademas cuatro ojos ven mas que dos

Cagalli sonrie mientras se acerca el dedo inidce a la boca y mueve la cabeza de un lado a otro para decir:

- Vale, pero ese es el problema que cuatro ojos se ven mejor que dos

Seguidamente comienza a andar y dice:

- Vamos grandullon demos un garbeo, por cierto Lu no podras conseguirme un par de uuchillitos verdad?

Cagalli se queda en al puerta apollada esperando

Hunter pone los ojos en blanco, hastiado... "No es posible. Pensaba que con Albret ocupado, podriamos trabajar como una manada... Por lo menos, Steff ha decidido dejarse de tonterias y se ha impuesto a la niñita. Mejor asi. Steff, Luigi y yo podremos mantener una charla tranquila."

Con un gesto de sorpresa, el cazador sale de su ensimismamiento, acercandose con paso tranquilo a Albanese. Apenas si hace un gesto se despedida a sus compañeros. Esboza una sonrisa laconica cuando llega a la altura del estirado vampiro, mientras busca un sitio donde acomdarse. Una vez encontrado, cruza las manos al pecho en un gesto de paciencia infinita y comienza a hablar. La voz seca de Hunter, asi como su acento y el lenguaje corporal que exhibe son indicativos del esfuerzo que supone para el antitribu Gangrel expresarse asi.

"Gracias por tu ayuda hermano" Hunter se esfuerza visiblemente en evitar cualquier insinuación erronea en esta afirmación. "Es un buen lugar para establecer un refugio comunal y una Parroquia. Sin duda, Steff y el señor Koldolak apreciaran, tanto el enclave como la discrección del lugar." Incomodo, el vampiro se toma un respiro antes de continuar. "Hay varias preguntas que quiero haceros a ambos... y me gustaria obtener respuestas. Respuestas sinceras, a ser posible" Controlando sus impulsos, Hunter extiende la mano, esperando a que Luigi le haga entrega de la PDA.

"Maldito Albret... Ha conseguido ponerme nervioso... Joder"

"¿Debemos prepararnos?" Hunter  escupe su enigmática  pregunta, mascullando cada silaba entre los dientes, provocando un curioso acento. "Ambos sabéis  que el insulto para con Gogaine y sus hermanos no se borrara con la sangre de Albret." El cazador esboza una mueca, dejando a la vista uno de sus colmillos... anticipando el resultado de su lucha contra el Lasombra. Presa de un súbito  impulso, empieza a caminar lentamente, alrededor de sus camaradas. "He observado que tenéis  conocidos en la ciudad. Puede que alguno decida ayudarnos. Tampoco me importa..." Llegado a este punto, el vampiro se detiene en seco, girando la cabeza hacia sus compañeros. "Los Lasombra  de Cogaine  pueden ser peligrosos... También  los Pastores de Hombres, con Isabella  a la cabeza. Pero siento interés  por cierta vampira, de tez aceitunada y negra cabellera. Una mulata. Me pareció entender que tenia alguna relación contigo, Luigi... o con tu clan."

Hunter  clava una mirada depredadora en el Serpiente de la Luz... "¿Quien es, Luigi?" Mientras aguarda, el cazador observa atentamente a su hermano... "Frío  como el hielo... Controlado. Acostumbrado al poder... Si él y Steff  congenian, tendremos un liderazgo fuerte..." El hilo de ese pensamiento le lleva a volverse hacia la bella vampiresa, que permanece impasible, inalcanzable... "Parece que has conseguido imponerte" La mirada del antitribu  salta hacia su Ductus, al igual que su conversación  "Diría  que hasta Cagalli  te respeta un poco..." De nuevo, esa sonrisa ladeada, mitad mueca, mitad rictus... "Y, por respeto, dejare de dar rodeos. ¿Que acuerdos se han alcanzado en nombre de esta Cafradia? ¿Con quien? ¿Por que y a cambio de que? No soy un negociador. No soy un asesino. Simplemente, cazo. He jurado lealtad a vosotros y os he llamado hermanos. Los hermanos tienen secretos, es cierto. Y respeto vuestro derecho  a tenerlos... así como vuestro derecho a tener servidores entre el ganado, si así  lo decidís..."

Hunter hace un alto en su interrogatorio, para posar la vista en algún punto indeterminado del techo. Se mueve lentamente, girando en círculos sobre si mismo, mientras eleva la cara, olfateando... Tras unos minutos, vuelve la mirada al frente, sonriendo a los dos vampiros... "Puede que dentro de tres noches, mis preguntas y sus respuestas ya no tengan importancia..." Lentamente, camina hacia la mesa que amuebla la espartana oficina y se sienta en una esquina, apoyando las manos en los bordes del mueble. "Pretendo matar a Albret. Y necesito saber porque a escogido el museo mas importante de Bilbao para jugarse la vida. Se que hay espejos. Luces. Sombras. Que no hay tierra, ni callejones ni cubos de basura. Nunca lo he visitado. No se cual es su disposición ni los lugares que podria servirme para emboscar a ese lunático. ¿Que sabéis de él? No ha destacado en el combate... aunque se ha librado sin apenas sudar sangre."

El antitribu Gangrel permanece en esa postura, mientras medita sobre Las respuestas que recibe... y la ausencia de estas... "Mi ultima pregunta es, creo, la mas delicada. Necesita saber que opinión os merecemos los demás."
 

 Si me dejaran la daria una azotaina que no la ha dado nadie de su familia cuando era humana y menos aun cuando era  vampira su propio sire.