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Green Arrow

El salón de baile

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14/01/2017, 20:21
Director

Cuando se abre la puerta del Salón de Baile el visitante se encuentra enredado entre gruesas cortinas que cubren la entrada. Dentro estaba oscuro y al no haber ventanales cuesta un poco acostumbrarse a la penumbra. En el techo hay enormes lámparas lujosas desprovistas ya de las velas que en su tiempo le dieron esplendor. Solo es una estancia vacía con otras cortinas cubriendo los huecos, probablemente donde podrían ir los músicos en el pasado. 

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01/02/2017, 16:12
Meghan Alistair

La sala era majestuosa, o lo sería si estuviera mejor iluminada. Supuso que había albergado fiestas en el pasado, aunque ahora las fiestas estaban a años luz de su mente. la casa parecía matarlos, y no pararía si ellos no lo hacían.

-Disculpa que no te siguiera a las catacumbas, no quise dejar a Elisabeth a solas en la cripta, ni llevarme la única vela que iluminaba el lugar. Claro que tú tampoco debiste aventurarte así- dijo con cierto reproche, aunque su voz era dulce al saber que su hijo se encontraba bien y ya no tenía importancia.

-¿A donde llevaban esos pasadizos? ¿Visteis algo? 

Su hijo había demostrado mucha valentía desde que estaban allí, cualquiera diría que era un niño propenso a enfermarse con facilidad. Los que decían que era débil se equivocaban.

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01/02/2017, 21:05
Arthur Octavius Alistair

Que madre se disculpara ante él lo entristeció y lo hizo sentir culpable. Él era quien había sido egoísta y obstinado, lo sabía bien. Y el peligro era bien cierto en aquel lugar. Entonces se le ocurrió la posibilidad de que a ella, a madre, le pudiera ocurrir algo horrible a la noche siguiente, en cualquier momento.

Con un nudo en la garganta se apretó contra la seda de su vestido y se abrazó a sus piernas. Le costaba respirar y tardó demasiado, más que nunca, en aflojar sus manos. Entonces, algo avergonzado dejó que su vista vagara por la habitación e incluso se aventuró a acercarse a los cortinajes polvorientos.

- Es bonito, verdad? - las grandes lámparas de araña apenas tenían una débil luz que reflejar, pero lo hacían una y otra vez, sin descanso, creando un efecto que maravillaba a Arthur. - Un poco triste. Toda la casa lo es - suspiró, melancólico.

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02/02/2017, 23:52
Director

Al descorrer uno de los cortinajes, al frágil Arthur casi le da otro infarto al descubrir una figura. Al escuchar su grito, Meghan comprueba que es un maniquí. Un maniquí vestido con un traje de baile lujoso. 

Descorren el resto de paredes tapadas con cortinajes. Hay otro maniquí, masculino y otro bajito, del tamaño de Arthur, que tiene un pequeño clavicordio al cuello. En los otros cortinajes está la puerta de entrada por la que vinieron y en el último una tapia que deja un estrechísimo corredor entre el muro y la pared. 

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03/02/2017, 00:42
Meghan Alistair

Para Meghan el concepto de bonito era distinto del de su hijo. No iba a decir que bien iluminado y con un buen ambiente ese lujoso salón de baile sería bonito, pero así, vacío y con las cortinas corridas, daba la sensación de estar abandonado. Todo lucía triste, carente de vida. Pero del triste pasó a lo siniestro cuando vieron los maniquíes. Abrazó a su hijo para tranquilizarlo tras el susto que se llevó al creer que eran personas por unos instantes.

-No pasa nada, son maniquíes- dijo mirándoles, y sorprendiéndose al ver que ambas figuras podrían asemejarse a ellos dos.

Se imaginó por unos instantes a sí misma vestida con una ropa tan lujosa y se preguntó a cuanto ascendería la herencia viendo que habían vestidos caros y joyas tirados por todos sitios. Aunque también podían ser trampas de la casa. Siguió descorriendo todas las cortinas y descubrieron un corredor muy estrecho, que le llamó la atención.

-¿Quien habrá colocado esa tapia ahí?- dijo, mientras miraba por el pasillo angosto, por si atisbaba algo de interés.

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03/02/2017, 01:00
Director

El hueco entre la tapia y la pared hacen que haya un pequeño corredor muy estrecho, como un doble fondo de pared. Es muy agobiante pero entrando de lado, uno podría avanzar por él... 

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03/02/2017, 01:02
Meghan Alistair

No le hacía gracia que su hijo se adentrara en sitios desconocidos pero desde que estaban allí su hijo correteaba por todos lados, dejándola atrás. El día anterior incluso se adentró en una cripta siniestra. Menos mal que iba acompañado, aunque creyó que ir solo no sería impedimento para Arthur, quien parecía osado y adulto en aquel lugar. Así que no tenía sentido prohibirle nada, era mejor hacerle pensar que era libre. Aunque, por supuesto, esta vez seguiría las reglas de su madre.

-Me pregunto qué habrá en ese falso fondo. Puedes ir conmigo, pero yo voy delante. Y quiero que me obedezcas esta vez. Si veo algún peligro o algo que no me guste, huirás o te pararas en cuanto lo diga, ¿entendido?

Tras darle instrucciones intentó adentrarse en el pasillo. Supuso que su hijo cabría con menos problemas que ella, pero supuso que si camniaba de lado pegada a la pared, tampoco tendría muchos problemas en desplazarse hacia esa pared con doble fondo.

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03/02/2017, 07:54
Arthur Octavius Alistair

Los maniquíes tras las cortinas despertaron a los fantasmas que poblaban la imaginación de Arthur, cada vez más numerosos. Se apretó contra madre de nuevo y fueron recorriendo el salón y apartando las cortinas. El polvo le hizo toser, y casi esperaba que el pequeño maniquí infantil hiciera lo propio reflejando sus actos. Por suerte no lo hizo, pero el escalofrío siniestro le recorrió la espalda de todos modos.

Madre era ahora la que parecía más dispuesta a la aventura y Arthur no  quiso negarse. Cuando uno se ha ganado la fama de audaz aventurero, no siempre es fácil mantenerla. Así que tomó buena nota de los consejos de madre y la siguió dentro del estrecho corredor.

- Entendido, madre. - La voz le salió aguda, cargada de emoción. No pretendía huir, ni quería pensar demasiado en la posibilidad de quedar atascado en aquel lugar angosto...

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04/02/2017, 11:45
Director

La doble pared del salón de baile no solo daba la vuelta a aquella sala, sino que caminando por esa grieta entre muros eran capaces de llegar a la escalera, al hall de entrada, al gran comedor y a la biblioteca. Desde allí podían oír todo lo que dijeran los demás sin ser vistos. Para su asombro, también comprobaron que ellos podían ver el interior de la sala puesto que en cada una había estratégicamente situados agujeritos para los ojos. 

Notas de juego

En el futuro podéis escribir alguna sala y escribir DESDE LA GRIETA que querrá decir que estaréis sin que el resto de personajes lo advierta. 

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14/02/2017, 12:41
Director

Cuando Jeanne entró en el salón de baile se sorprendió al ver allí a la niña Mary Jane. Parecía estar bailando con alguien pero era un maniquí vestido de época. 

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15/02/2017, 00:04
Jeanne Knight

Después de su segunda noche en aquel lugar, después de todos los descubrimientos y revelaciones, Jeanne solo quería un momento para pensar en todo lo que estaba pasando. Y el primer lugar al que decidió ir aquella mañana era lejos de cualquier otra persona de la familia Alistair y Knight.

Todo el servicio estaba en el salón, a buen recaudo gracias a su marido y a los Alistair que se habían ofrecido a ayudarlo. El resto, no sabía por qué razón, pues ni su marido ni su hijo le estaban explicando que había pasado, habían echado un órdago a los subterráneos de la mansión. Había escuchado hablar de laberintos, pasadizos secretos, cocinas que dejaban pasar a personas y que no funcionaban curiosamente a tiempo para que nadie fuera herido. Había escuchado hablar de sueños hipnóticos en el lago y habia visto con sus propios ojos como el antiguo dueño de esa casa se llamaba Harry. Todo bajo la casa y fuera de ella, nadie había hablado de tener el menor interés de subir.

¿Era un cuento de niños lo que el abuelo les había contado en su segunda carta del testamento nombrándoles a Harry y relacionándolo con las muertes que se iban sucediendo?¿Eso significaba que el fantasma de Harry vagaba por aquellos pasillos durante la noche?¿Eran los culpables de todo aquello el servicio de la casa, como había indicado su marido, y estaban aprovechando aquella carta para intimidar a las dos familias?

Pero estaba muriendo gente. No era ninguna tonteria. ¿Los fantasmas eran capaces de matar? ¿O era el miedo el que lo hacia?

Mientras se hacia todas esas preguntas, subía los escalones, camino de la parte de la casa en la que no esperaba encontrar a nadie, pero en la que interiormente pensaba que podía encontrar algo. El salón de baile.

Abrió la puerta y, la corriente de aire que se formó, hizo que las gruesas cortinas que tapaban la entrada se balancearan pesadamente. Las apartó con cuidado con su mano y pasó al interior. Al cerrarse tras de sí la oscuridad la rodeó, y tuvo que dejar pasar varios segundos hasta que sus ojos se fueron acostumbrando y pudieron ver el interior de la sala. Parpadeó alarmada cuando sus ojos captaron un movimiento a su derecha. ¡¿El fantasma de Harry?!. Forzó más la mirada, y la vio. La melena era inconfundible, la altura confirmaba sus sospechas. Pero fue solo cuando un giro a la izquierda dejó a la pequeña Mary Jane de frente a ella y pudo ver sus facciones. Tan alejada de todo como siempre, tan concentrada en ella misma como el primer día que la vio. Parecía que hacia años de aquello, pero solo habían pasado dos días.

Un gesto de sorpresa se formó en su boca al reconocerla. Pero ¿con quien bailaba? Necesitó que dieran otro medio giro para que el hombre que llevaba a la pequeña mostrara su rostro. Inexpresivo, frio, anodino. Costaba reconocer al principio que no era él quien llevaba a la pequeña, sino que era Mary Jane quien llevaba a... un maniquí. Miró alrededor, buscando otro u otros parecidos en la estancia, pero inicialmente solo vio a aquel con el que la niña bailaba. Posiblemente en alguna de las oscuras esquinas descansarían más como aquel, aunque una pregunta se formó en su cerebro, alertado por la incongruencia de encontrar un maniquí en aquel lugar ¿Por qué había allí un maniquí? ¿Qué sentido tenía un maniquí en un salón de baile?

Respiró hondo. Se estaba dejando llevar por los últimos acontecimientos. Solo era un maniquí. Las razones de que estuviera allí se le escapaban, pero dejó de pensar en cosas extrañas atrapada por el baile de la pequeña Alistair. Dejó que bailaran unos minutos, la niña se defendía bien. Cerró los ojos e intentó imaginarse como hubiera sido aquel lugar en sus mejores tiempos, lleno de gente, de luz, de calor, de música y de risas, de guiños y besos robados, de sutiles roces de manos masculinas en la espalda y del aroma del vino en sus labios.

Abrió los ojos y, con una sonrisa se acercó a la pequeña, interceptando su paso-¿Me permite?-le dijo al maniquí, a la misma vez que le sonreía a Mary Jane y le tendía la mano, esperando que la aceptara para bailar con ella-Me encantaría bailar contigo, señorita Mary Jane-Su mano sujetó al maniquí por detrás, esperando a que la niña lo soltara y que ella pudiera dejarlo en el suelo sin que cayera y se rompiera.

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16/02/2017, 01:42
Mary Jane Alistair

Mary Jane suelta el maniquí masculino que cae en brazos de Jeanne y corre a destapar tras otro cortinaje un maniquí bajito del tamaño de un niño que tiene un clavicordio colgado al cuello. Duda y después descorre otro cortinaje y coge un maniquí femenino vestido con ropas lujosas y entonces lo elige y se pone a bailar por el salón, alrededor de Jeanne y de su pareja inerte. 

 

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16/02/2017, 09:48
Jeanne Knight

Jeanne se quedó sujetando el maniquí en mitad del salón, sorprendida por la reacción de la niña.

Observó quieta, en silencio, como la pequeña corría hacia las cortinas y buscaba otro maniquí con el que bailar. En aquella ocasión, el de una mujer. Durante unos instantes no supo que hacer, allí parada, en mitad del salón oscuro, agarrando un maniquí y viendo como la niña bailaba de nuevo con otro. Aquella niña le producía sentimientos encontrados. Pena por un lado, porque entendía que su mente no estaba muy lúcida, pero por otro lado tenía algo de… no sabía cómo llamarlo… no sabría decir, pero la ponía nerviosa, le producía inquietud. Pero tenía claro que era la única que no tenía miedo y que parecía vivir lo que allí estaba pasando con normalidad. Quizás ni siquiera era consciente de todo lo que había sucedido.

Pero había venido a relajarse. Y era mucho más probable que la pequeña solamente viviera en su mundo, así que se decantó por seguirle el juego, al fin y al cabo, era solo una niña y, muy probablemente, asustada en el fondo. ¿Y qué mejor para relajarse que un baile? Miró de arriba abajo a el maniquí que sostenía y se encogió de hombros.

A falta de un hombre de verdad que hoy quiera bailar conmigo y conquistarme…servirás, señor maniquí

-De acuerdo, Mary. Bailaré primero un poco con el caballero pero, después tendrás que bailar conmigo, si no me enfadaré mucho-agarró el maniquí como si fuera un hombre de carne y hueso, salvo por que ella tenía que soportar el peso adicional del maniquí, y comenzó a bailar alrededor de la niña-¿Sabes una cosa? Aquí hace falta música…¿te apetece?-y comenzó a entonar una canción, la que más le gustaba y mejor sabía, siguiendo el ritmo con sus pasos y sus giros, bailando alrededor de la pequeña Alistair.

Casi podía llegar a imaginar que estaba en aquel salón muchos años atrás, o varios hacia adelante, daba lo mismo. En una verdadera fiesta. Su imaginación volaba con cada paso y con cada nota. Sería magnífico ver el salón de nuevo con vida y poder cantar en él, delante de un público verdadero y entregado. Quizás, quizás… ¡sí! Sería el lugar perfecto para casar a su hijo. ¿Con Rhona? ¿Con esa muchacha Alistair? Arrugó la nariz un poco. Le parecía buena muchacha, recatada y el punto de tímida que sabía atraía a su hijo, pero le hubiera gustado alguien con más alcurnia para él, alguien de alguna familia rica como la suya, pero lejos de cualquier maldición o casa encantada. Aquel pensamiento la trajo de nuevo a la realidad. Buscó con su mirada a la niña, que seguía bailando a su lado. Dejó de cantar, aunque siguió bailando.

-Mary Jane, ¿me quieres contar que pasó en el lago ayer? ¿Te caíste al agua?-le preguntó. Había escuchado algo, pero no había escuchado todo lo que había pasado. Y si la niña se hubiera caído al lago, lo normal es que se resfriara. ¿Tendrían allí remedios contra el resfriado? Ahora que el servicio estaba retenido no sabía que podían o no podían tener o que se les pasaría por la cabeza hacer. Si la niña se resfriaba, podía llegar a ser grave con el mal tiempo que tenían fuera.

Pero, ¿por qué se preocupaba tanto por la niña? No era su hija…. Siguió tatareando la canción, más bajito, esperando la respuesta de la niña mientras que bailaba llevando tras de sí a su inesperado caballero. Le puso un rostro, una cartera repleta de billetes, un cuerpo magnifico, una historia perfecta de amor y lujo, de un calor y un sentimiento que no encontraba en Piers. Y siguió bailando, esperando que Mary Jane quisiera contarle algo, aunque lo dudaba después de como se había alejado de ella en busca del segundo maniquí.

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18/02/2017, 18:03
Mary Jane Alistair

Mary Jane no hacía caso de ninguna de las preguntas de Jeanne. Se limitaba a sonreír y bailar y a veces hacerlo al compás de ella, cada una con su acompañante,  pero sin que nada le distrajera de su fantasía particular de estar en un baile de gala de una época antigua. 

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18/02/2017, 18:06
Director

Entonces Jeanne se dio cuenta de una cosa: El suelo de baile sobre el que llevaban bailando durante horas... Era un mosaico de mármol blanco y mármol negro... 64 cuadrados en total... ¿Dónde había visto eso antes? 

¡El ajedrez! Estaban en una especie de ajedrez gigante. 

¿Qué podía significar eso? Estaba segura de que no era una casualidad. Que en ese salón de baile había algún acertijo que resolver, una escenografía que representar... Como una de esas obras de teatro en las que ella participaba en París. 

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18/02/2017, 23:32
Director

Notas de juego

LLEGÓ LA HORA DE LA CENA 

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02/03/2017, 03:09
Director

Cuando se abre la puerta del Salón de Baile el visitante se encuentra enredado entre gruesas cortinas que cubren la entrada. Dentro estaba oscuro y al no haber ventanales cuesta un poco acostumbrarse a la penumbra. En el techo hay enormes lámparas lujosas desprovistas ya de las velas que en su tiempo le dieron esplendor. Solo es una estancia vacía con otras cortinas cubriendo los huecos, probablemente donde podrían ir los músicos en el pasado. 

El suelo, efectivamente, es un mosaico de mármoles blancos y negros, sesenta y cuatro casillas en total, aunque no han podido memorizar ninguna jugada de ajedrez porque en el ajedrez de la biblioteca solo quedan los reyes de cada bando y falta el resto de piezas. 

Hay tres maniquíes, uno de ellos ahora desnudo después de que Mary Jane le quitara su traje. Los otros dos pertenecen a un elegante noble y a un músico bajito con un clavicordio de juguete al cuello. 

Examinan la sala y no es fácil porque hay muchos cortinajes que escondían los maniquíes y el estrecho doble fondo que rodea la sala de baile y llega a otras dependencias, del cual les habló Meghan y su hijo. 

Los cuatro se desperdigan por la sala intentando verla como un tablero de ajedrez pero aparte de encontrar tras otra cortina un montón de instrumentos y utensilios amontonados, y ver en una pared, junto a uno de los recuadros del suelo, un pequeño agujero de unos diez centímetros de diámetro, no ven nada más... 

- Uf, esto va a ser más complicado de lo que pensaba- dice Arthur- pero estoy seguro que aquí hay un acertijo... 

- Yo también lo pensé, querido- dice Jeanne que le tiene verdadera simpatía al niño. 

Mientras tanto Elizabeth sentía una profunda pena de pensar en Robert. No podía permitírselo ahora pero no podía evitar acordarse de su amor ajedrecista. 

Meghan suspiró. Al menos parecía que los que habían dejado en la biblioteca estaban recopilando información valiosa sobre la historia escocesa de Green Arrow*

Notas de juego

Hala, a currároslo... Disculpad el retraso. 

* Como algo estuvisteis en la biblioteca os anuncio que sí, que van recopilando datos en ese sentido. 

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02/03/2017, 22:02
Jeanne Knight

-Un hombre y una mujer bailando. Quizás agarrados. No, casi segura que agarrados. No tiene sentido de otra forma. Y el músico tocando el clavicordio-dijo, pensativa, y después se volvió a mirar a Arthur que no se había separado de ella en toda la búsqueda por el Salón. Miró también a Elisabeth y a Meghan-Estoy pensando en una representación teatral, o algo parecido, un fin para esos maniquíes. Y ese clavicordio, una sola pareja y un Salón de Baile, me hacen pensar eso. Ahora bien, ¿qué tiene eso que ver con un tablero de ajedrez?-se mordió el labio pensativa.

Habían descubierto un agujero en el suelo. De 10 centímetros. ¿Tendría algo que ver? Dio un giro de ciento ochenta grados, intentando capturar en su retina todo lo que sabían de esa habitación.

-Arthur, ¿te importa investigar una cosa?-le pregunto al chaval-¿Puedes intentar tocar ese clavicordio y ver si todas las teclas hacen ruido? O alguna se bloquea, como si tuviera un papelito debajo de la tecla., como lo que hizo Elisabeth en el piano de abajo o hubiera cualquier otra cosa que impidiera tocar alguna o todas las teclas. Pero ten cuidado, trátalo con cariño. Tiene muchos años y se puede romper.

Miró a las dos mujeres-¿Me ayudáis a revisar los maniquíes? No se si hay alguna forma de que se sujeten entre si o de que puedan ser sujetados por algo como una cuerda... para hacerlos marionetas, no sé si me explico...

Se centró en el de la mujer, que ya no tenía puesto el vestido que tan bien le quedaba a Mary Jane, buscando algo que no tuviera por qué estar en un maniquí normal y corriente. Una agarradera, algún agujero, restos de alguna sustancia o de alguna manipulación de la estructura no original.

Notas de juego

¿Tiro algo?

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03/03/2017, 18:01
Elizabeth Knight

Elizabeth se encontraba inspeccionando un pequeño agujero en una de las paredes. En estos días había aprendido que pocas cosas en esa casa estaban por azar y su curiosidad le había hecho fijarse en aquella curiosa muesca. ¿Cómo se habría hecho?... Puede que no fuera nada, pero prefirió acercarse a inspeccionarlo de cerca, mientras decía – Habría que revisar también esos objetos- señalando aquel montó tras la cortina.

Estaba revisando de cerca aquel agujero y acariciándolo con sus dedos cuando escuchó a su prima Jeanne pedir ayuda con los maniquíes. – Enseguida voy Jeanne. Quiero asegurarme de que este pequeño agujero es sólo eso… un simple agujero-

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05/03/2017, 09:33
Arthur Octavius Alistair

Acompañado de madre y las dos damas, Arthur se sintió cual pequeño caballero que debía cuidar de todas ellas. Subió la escalera caminando con la espalda muy erguida y el débiil soplo que escapaba de su pecho a cada paso apenas se notó. Porque estaban siguiendo una pista, y esta era de las buenas.

Su nuevo héroe literario, Sherlock Holmes, no es que fuera muy cortés con las damas, pero hubiera sacado algo en claro de todo aquel lío del ajedrez, los maniquíes y los instrumentos musicales. Y él también podría hacerlo, porque no hay nada que la inteligencia de un hombre no pueda explicar. Aunque desde que llegara a la casa había abandonado casi por completo la lectura, saltando entre aventuras y sobresaltos, recordaba bien las palabras del investigador a su colega el doctor Watson.

Y esta vez, entre todos revisaron el salón a conciencia. El hueco en la pared les había pasado desapercibido antes, y Elizabeth lo examinó. Pero ante tantos rincones e ideas, todavía algo mareado, Arthur no supo por dónde empezar.

- Uf, esto va a ser más complicado de lo que pensaba- dijo Arthur- pero estoy seguro que aquí hay un acertijo...

"Es un error teorizar antes de tener datos" de nuevo comprendió cuanta razón había en las palabras de Sherlock, así que juntando las manos tras su espalda, se dedicó por unos minutos a observarlo todo con el ceño fruncido y cara de interés. En el fondo, agradeció que Jeanne le sugiriese buscar en el instrumento y le devolvió una gran sonrisa. Aquella mujer lo había tratado realmente bien así que ni siquiera se molestó cuando le advirtió que tuviera cuidado, como si fuera un niño descuidado.

Despacio, pulsó una a una las teclas del clavicordio. Primero tocó una al azar, que chirrió desafinada, luego otra en el extremo superior de la escala, una pequeña tecla negra. Y finalmente optó por una revisión metódica y rigurosa, así que comenzó desde la parte inferior y subiendo, comprobó las teclas una por una.