Partida Rol por web

¿Finne se ha ido sola a algún sitio? Después de lo de Miura me costaba no pensar en que un compañero solo por ahí pudiera estar en peligro. Medito unos segundos Creo recordar que dijo que iría al gremio de sacerdotes. Si tardaba mucho más en llegar iría a buscarla, empezaba a estar un poco nerviosa por si le pasaba algo.

Tengamos paciencia, aún puede tardar una hora más y seguiría llegando al tiempo acordado.

Pese a que muchos tratasen de ocultarlo el nerviosismo y la intranquilidad se respiraban en el ambiente. Lo cual me causaba un cierto grado de incomodidad que trato de solventar.

Bueno... esto... Contadme como os ha ido la mañana. ¿Donde habéis tenido que ir para ver lo de la casa y la comida?

Me alegraba poder cambiar de tema y disipar ese ambiente tenso, miré agradecida a Rashîd -Pues primero miramos el tablón...- digo señalando hacia donde están los anuncios en el Salón de Gremios -...y vimos varias opciones, cada una a su manera tenía su parte buena, pero eran demasiado caras. Pero encontramos una casita casi a las afueras. Se supone que aquí el precio es así, cuanto más cerca del centro más caro. Así que tuvimos que alejarnos bastante, pero la casa es preciosa y la señora que la regenta es encantadora ¿verdad Akram?- Sonrío mirando a Akram, sabía que era de pocas palabras pero me gustaba que se sintiese partícipe.

-Después fuimos hasta el mercado, un poquito más alejado de la casa pero bueno, nada exagerado. También os encantará, es una lugar limpio, con mucha gente y lleno de puestos de todo tipo de comidas, Akram sabe lo que necesitamos para comer, y yo...bueno regatee un poquito y compra lista!-. De repente me acordé de que Akram estaba interesado en un gremio.

-Oye Akram, no creo que sea necesario que estemos todos aquí esperando a Finne, y ya que estamos aquí puedes aprovechar para ir a ver el Gremio que te interesaba, tu ya sabes donde vivimos, puedes venir cuando termines. Yo también quiero investigar un poco los gremios pero como no sé si los de aquí me convencen...Iré por la tarde a merodear un poco por el pueblo.-

Asentí a lo que decía Ainam y agregé -nos dejará instalarnos y pagar luego.

Cuando mencionó la comida alcé las bolsas con el almuerzo, cena y nos quedarían sobras de desayuno. No sabía nada de ese mundo, pero la comida estaba relativamente barata. Ainam debía ser muy buena regateando. Ya sabía quién iría conmigo en la mañana a comprar víveres nuevamente. 

-Ok - asiento y le dejo las bolsas a Akil, para ir a ver como era el asunto en el gremio de los cazadores. Podría encontrarmelos en la casa cuando terminara y así ya no tendría que volver a salir. Podría usar todo ese tiempo para poner todo en orden. Era un buen plan.

Me despido de mí hermano con una palmada en la espalda y alzo la mano a todos finalmente. 

Tras una extensa meditación sobre el dilema que tengo aferrado a mi consciencia, decido retirar esos pensamientos aunque sea por unos segundos, y me percato del incómodo silencio y de la inquietud que se nota en el ambiente, de los cuales me siento responsable.

Eh...h... Balbuceo pensando en un tema de conversación. Pues... Pero es inútil. ... No desaparece de mi cabeza. No hasta que lo confiese. No hasta que desvele lo que hice. No hasta que confíe en ellos.

Quizá este sea el mejor momento. Sin Akram, Finne, y descartando a Miura... solo somos cuatro.

Con una afligida mirada cuento la verdad. Fui a... Obvia los detalles irrelevantes. Me... pusieron a prueba. Ni siquiera... Ni siquiera fue necesario... Levanto mi capucha dejando al descubierto mi cabeza, y mi cuello. Me quito las dos medallas adicionales y las arrojo al suelo. Me robaron la oportunidad de entrar al gremio de ladrones... y... los asesiné. Pero lo peor de todo... es que lo hice en nombre del gremio de asesinos sin saberlo... Me consideraron alguien tan despiadado como ellos. ¿Y si lo soy realmente? Pauso unos instantes conteniendo las lágrimas. Pensé que era otra demostración. Pero cuando estuve a punto de morir... comprendí que no era ningún juego. De verdad quería que los matase. Dos jóvenes de mi edad, tan desesperados que recurrieron a robar unos intentos para ingresar al gremio de ladrones...

Caigo de rodillas al suelo y lágrimas escapan de mis ojos. ¿Qué hice...?

Abro mucho los ojos al escuchar a Yami, trago con dificultad y trato de imaginar lo que ta tenido que hacer. Sacudo la cabeza y me arrodillo a su lado, precavida, pongo mi mano en su espalda -Tranquilo Yami - digo con voz suave, tratando de calmarlo -Este lugar es duro, lo que ha ocurrido no ha sido realmente una decisión tuya, todos debemos pasar por cosas horribles, pero estamos juntos en esto y juntos lograremos sobrevivir, ayudando y apoyándonos. Siento mucho lo que has tenido que pasar...- Despues cojo las dos medallas y tras mirarlas un segundo, me muevo de rodillas a enfrente de Yami, se las devuelvo y le miro a los ojos -Yo confío en ti, veo lo que realmente eres, un buen chico. Pase lo que pase no dudes de lo contrario-.

En ese momento ven por encima del hombro y esta llegando con una sonrisa tranquila al recinto Finne, vestida con una larga túnica blanca y azul, un cinturón marrón y un aire apacible que no tenia antes.

Esta claramente buscándolos... hasta que su mirada da con estas escaleras y se acerca...

Hola chicos... que tal? ya soy parte del Gremio de sacerdotes a ustedes como les ha ido?

Entre los balbuceos y palabras de Yami no termino de comprenderlo del todo. Me acerco a él y con dos dedos le doy un par de toques en el pecho, justo en el corazón.

No importa lo que hagas mientras que aquí dentro estés en paz. No importan las ideas de bien o mal. Lo que importa es que te sientas bien para con tus acciones.

Si lo que has hecho te desequilibra aquí dentro.

Doy otro par de golpecitos.

Busca la manera de reencontrar tu centro, de redimirte. Llorar nunca arregla nada.

Lo miro a los ojos durante unos segundos, asiento con la cabeza esperando que mi mensaje hubiese llegado a su destino.

Finne llega y yo embrazo la oportunidad para cambiar de tema.

Hola. Estábamos esperándote para comer y ver donde vamos a dormir. ¿Has dicho sacerdotisa? ¿Y a qué o quien se supone que mandas tus plegarias?

Me quedo extrañado ante la crisis emocional de Yami, me parecía muy súbita y inesperada. Apenas se va mi hermano, cuando aflora la debilidad de su corazón y romper a llorar en frente nuestro. Sin saber mucho, que decirle o como aliviar su dolor.

-Tal es la forma del mundo. No se puede cambiar, ni resucitar aquel hombre-Al menos que sea un zombi,¡Espera! ¿No lo habrá quemado ? Mejor no dijo nada de eso, dudo que comprenda bien la anomalía de los no-muertos-Te queda ahora levantarte de nuevo, ahora esta es nuestra vida. Y ahora debemos enfrentarla....¡ah! ¡Finne!, oportuna llegada vuestra.-La mira a ella y su nuevo traje, dice que es del gremio de sacerdotes. Su deber seria calmar los corazones de los heridos-¿No tenéis alguna oración para calmar un corazón herido ?

Me limpio las lágrimas de la cara con ambas manos y me levanto lentamente. Muchas gracias... Realmente esas palabras significan mucho para mí...

Justo en el momento de mi desmoronamiento, Finne llega al punto de encuentro, por lo que le saludo alzando escasamente el brazo.

Ahora, con plena confianza en mis compañeros, les comento otro dato. Tengo que comentaros otra noticia importante. Tuve éxito en las pruebas para acceder al gremio de ladrones. Por lo que esta noche, tras cenar, saldré para recibir mi equipamiento entre otras cosas.

Hago una pausa, y continúo con inquietud. Ahora el único cabo suelto que me preocupa es el gremio de asesinos... Parecían muy peligrosos...

Miro a Finne y le enseño las bolsas -Tenemos casa y comida- digo con una gran sonrisa. Después miro a Yami, -No te preocupes por eso, si en algún momento hay problemas ya los solucionaremos juntos.

Al ver que ya estábamos todos les hago una señal con la mano Venga, vamos. Tengo ganas de que veais la casa. Además después me gustaría poder también hacerme parte de un gremio, que al final me quedo la última- Digo mientras me dirijo a la salida para guiarlos hasta nuestro nuevo hogar.

Acompaño a Ainam sin añadir nada más. Bastante me pesaba ya el cuerpo al pensar que aún no habíamos empezado y ya éramos uno menos, añadir la falta de compostura de Yami no ayudaba. El tiempo iba en nuestra contra, el dinero que teníamos no duraría para siempre y el trabajo iba a ser peligroso. Mucho tenía que cambiar si deseamos seguir adelante.

Vale conozcamos esa casa entonces que hemos de llamar hogar... dicho aquello seguí a Ainam a donde se dirija.

Se dirigen todos a la nueva residencia, caminan tranquilamente durante unos 10 minutos... hasta que llegan finalmente a un puente.

Frente a la puerta principal de la casa que esta al otro lado del puente ven a una anciana barriendo la entrada.

El viaje es rápido y llegamos en tan solo unos minutos. No estaban muy lejos del centro de la población como le habían hecho pensar en un principio. Espero a que Ainam indique cual es la casa antes de hacer o decir nada.

- Ahí está - Digo señalando la casa con una gran sonrisa. Veo a María y la saludo agitando la mano - Esa es la señora de la casa, se llama María -.

Es bonita la casa. Y grande, pense que seria mas pequeña-Dijo asombrado por no ser una casa de clase baja, se ve que tienen buen gusto para escoger moradas. Y tomando la iniciativa, voy hacia la puerta y lo abro-Yo limpiare si esta sucio.

Se me iluminan los ojos al contemplar el tamaño y la belleza de la casa. Es lo que siempre había deseado... Pero... ¿Qué es lo que anhelo ahora?

Es increíble, pero, ¿no es demasiado grande para ser tan económica? Comento a mis compañeros con un atisbo de asombro.

Observo la casa y las reacciones de mis compañeros, me acerco a la señora y me presento.

Buenas, voy a ser uno de los inquilinos. Espero que nos podamos llevar bien en un futuro, mi nombre es Rashîd.

Dirijo mi atención hacia Ainam que llevaba las bolsas con la comida.

Vamos a comer, yo estoy hambriento y cuanto antes terminemos antes te podrás dedicar a buscar una profesión. ¿Hay algo que pique tu curiosidad?

- María estos son mis compañeros - Le digo a la señora. Después me dirijo a mis compañeros -Esta amable mujer nos ha limpiado la casa y nos ha dado la facilidad a la hora del pago, pero ahora mismo... -mi cara se ensombrece un poco- ...creo que dadas las circunstancias de Miura podemos pagarle ya ahora este mes y así ya nos lo sacamos de encima, nos queda dinero suficiente para hacer la compra de comida del resto del mes, tengo yo la bolsa de monedas de Miura .- Cojo mi bolsa y le entrego a María 4 monedas de plata.

Cuando Rashid me pregunta por mis expectativas siento un hormigueo de nervios en el estómago. Pues la verdad no lo tengo muy claro, pero creo que en cuanto busque un poco de información podré asegurarme realmente de lo que quiero- Después miro las bolsas y añado En cuanto a la comida, parecía que Akram se le daba realmente bien el tema de la cocina, yo esperaría a su regreso, fue él el que hizo la lista de la compra, yo lo único que hice fue el regateo en los puestos.