Partida Rol por web

Edvin asiente; él también está de acuerdo en intentar ganarles la mano a los nazis por velocidad. Dais media vuelta, encaráis en dirección sur y procuráis avanzar tan rápido como las fuerzas os lo permitan hacia el punto de encuentro.

Avanzo rapidamente, en medio de la fallida expedición, que encabeza mi padre y finaliza mi amiga....

- ¡Venga, Hilda, señor Olsen, denle fuerte! El último cena con la Gestapo en Oslo.

Con Edvin y Hilda llevando un buen ritmo, vuestra velocidad es buena. Sería mejor de no estar Thurd pendiente de las huellas que dejáis; su obsesión por ellas y algún intento de borrarlas os retrasa un poco, aunque no demasiado. Pronto se da cuenta de que borrarlas sin dejar unas marcas aún más evidentes es imposible. fortunadamente, el viento se ha recrudecido y si mantenéis un buen paso será él el que se encargue de borrar vuestro paso o al menos hacerle la tarea más difícil a los austro-alemanes.

Llegáis hasta el margen del río helado que cruza vuestro camino hacia el punto de reunión y allí veis varias figuras que empiezan a moverse, como si se marchasen. Vaya, juraríais que aún queda bastante para que sea la hora límite de espera. ¿Por qué se irán sin vosotros?

Observo la expresión seria pero de extrañeza de mi padre....

- Padre... que ocurre? que hacemos? No es la hora.. aun no... algo va mal...

Rapidamente saco nuevamente mis prismaticos y observo...

No me gustaria confundir al enemigo con el amigo....

- Han visto a los alemanes y se están largando. Venga, apretemos el paso.

Los tres seguís avanzando y veis cómo el grupo que se marchaba parece detenerse y vlver a su posición.. para desaparecer. Deben haber ido hacia atrás en la loma. -Ahí hay mucho sitio para esconderse.- dice Edvin.

Continuáis hasta llegar media hora después a los pies de esa elevación elegida por Edvin como punto de reunión cuando un hombre sale de entre los montículos de nieve y rocas de allí arriba y empieza a haceros gestos, con el rifle al hombro. ¡Es Fiske! Tras él, aparecen más personas, tanto el resto de vuestros compañeros como los cuatro soldados británicos.

- Bueno, menuda visión para unos ojos cansados!- Thrud le da la mano a Friske.- ¡Amigos, bienvenidos a Noruega! Pronto les llevaremos a un refugio.