Partida Rol por web

Bien, los personajes disponibles son:

Thrud Bjorndatter, trampera, que ejerce en la resistencia de combatiente
Lars Hansen, marinero fluvial, que ejerce en la resistencia de espía a los nazis
Kristian Fiske, técnico en reparaciones, que ejerce en la resistencia de ladrón
Fredrik Asleson, profesor de física, que ejerce en la resistencia de asesor

El primero que llega, elije. :) Luego si queréis ya negociáis.

Pues, si nadie tiene especial interés en manejar a una mujer, a mi me da igual. Y me llama la atención lo de ser trampera. Thrud Bjorndatter

Si otra persona quiere a la mujer, pues me quedo a Lars.

Me pido a Lars!

Pobre Frederik xD

Fijáos el cacho de brazaco que tiene Thrud!

Los demás mariquitas al lado suya XD

Jajajaja

INTRODUCCIÓN PARA LA RESISTENCIA

Meseta de Hardangervidda, sur de Noruega, cerca del pueblo de Rjukan [pronunciado Riukan] y la estación de esquí de Gaustablikk, 19 de noviembre de 1942, 21:45 horas, noche cerrada sin luna.

Os encontráis en un valle limpio y llano del área de Kalhovd, frente al lago del mismo nombre y el río Mär, ambos helados. Estáis allí a las órdenes de Edvin Olsen, el padre de Hilda, como equipo de recogida y guía de un grupo de treinta comandos ingleses del S.O.E. que en breve saltarán en paracaidas. Vuestra misión es recogerlos y llevarlos hasta una zona resguardada y poco vigilada para que acampen hasta el momento de realizar la misión conjunta que se os ha encomendado. Miráis al cielo constantemente mientras canturreáis o silbáis distraidamente el himno nacional de Noruega o algún otro tema patriótico.

-Bien- dice Envid reuniéndoos a su alrededor y sacando de su mochila un puñado de bengalas de señales. -aquí tenéis bengalas. Repartid el trabajo como creáis conveniente, pero los británicos llegarán pronto, así que hay que tener una zona circular de aterrizaje bien señalada lo antes posible, de unos veinte metros de radio. Poneos a ello.-

Dicho esto, espera a que os distribuyáis el trabajo y se dedica a observar el cielo, más bien, a escucharlo.

Recojo temblorosa un par de bengalas que me entrega mi valeroso padre.

Estoy nerviosa, lo confieso, me digo a mi misma...

Por momentos, pienso que está misión me viene grande, me supera... la sensación de extasis, aventura y el subidón de adrenalina que recorria mi cuerpo en los instantes previos a abandonar, en mitad de esta oscurisima noche, el calor y amparo de mi hogar, ha desaparecido casi por completo, dando paso a un estado de temor, temor por ver aparecer en cualquier momento a una patrulla de esos malnacidos de la SS, temor por ser descubiertos y por ende ser ejecutados, temor por no poder servir mas a la causa. Cada vez que pienso en las calaveras que llevan por insignias, un desagradable escalofrio recorre todo mi cuerpo...

No! He de ser fuerte, cualquier duda o debilidad podria dar al traste con todo el operativo, y es un momento clave para la resistencia, puede que se necesite mis servicios... vuelvo decirme...

Antes de alejarme levemente del grupo para colocar las bengalas que delimitaran la zona de aterrizaje, me acerco a mi padre, y agarradonle de su firme brazo, observo su perfil, su temple y valentía, lo cual me tranquiliza sobremanera, y le susurro suavemente...

- Padre... estoy nerviosa. ¿Es segura la zona, padre? ¿Estamos seguros de...? le pregunto mirando de soslayo a mis compañeros... pero rapidamente corto dicha insinuación, mirandole a los ojos. Su expresión serena, y su media sonrisa me reconforta...

Estoy mas tranquila...

Acto seguido, me separo de mi padre, y comienzo a andar al primero punto donde coloco la primer bengala... Seguidamente, recorro unos cuantos metros mas, y situo la segunda bengala....

Observo el cielo, a la espera de esos atrevidos paracaidistas...

Kristian habia estado toda la tarde evitando fumar; no era una persona demasiado compulsiva y le habia resultado facil amen de que no queria que un humo incipiente pudiese delatarlos en aquella ubicacion a la espera de los paracaidistas.

Mientras Olsen habia dispuesto las ordenes Krsitian se habia mantenido un tanto alejado, apoyado en un lateral de la pared observando los alrededores hasta que le fueron entregadas las bengalas. Mirandolas con resignacion finalmente Kristian se habia decidido, fusil a la espalda, a dirigirse a marcar el perimetro con rapidez pues no deseaba encontrarse con nazis que pudiesen interrumpires la tarea sin que la hubiesen finalizado y en mitad de la llanura.

Tenia claro que debia ser un trabajo rapido y conciso y despues mantendria una posicion bien defendible fuera de la vista de posibles francotiradores...

- Movamonos, asi esos ingleses no tendran excusa para no venir a la fiesta.

Algo alejada de los demás, comienzo a clavar las bengalas que tengo, pensativa.

Espero que esos ingleses no caigan en el lago...si el hielo se parte...adiós al tipo, y a su equipo. Que no sé que es más importante...

Otra bengala.

Y como los nazis sepan de alguna manera que vienen...metidos en este valle lo vamos a tener muy dificil para escapar...quizá yo pudiese irme por la montaña pero...no puedo dejarlos...no puedo dejar a Hilda.

Esperemos que todo vaya bien...

Mi voz es más para mi que otra cosa, pensando en voz alta.

Lars, un hombre pracmatico sobre todas las cosas procuraba vencer un obstaculo a la vez. Era cierto que la mision representaba gran riesgo personal, pero ahora no era momento de pensar en ese tipo de cosas.

- Es hora... - Murmuro entre dientes.

Con mesura acepto las bengalas que Evin le tendia y esquio hacia el lugar acorrdado. Debia colocar cada bengala en el lugar exacto o de lo contrario todo podia salir mal, muy mal.

el viaje hasta aqui ha sido dificultoso para todos, pero mas para mi que no suelo hacer deporte ni salir demasiado de mi despacho en la universidad. llego cansado y algo hambriento. por suerte tengo un trozo de carne seca que voy masticando en silencio.

durante el viaje no he podido evitar mirar mas de una vez a thrud. el pasado pesa demasiado.

-aquí tenéis bengalas. Repartid el trabajo como creáis conveniente, pero los británicos llegarán pronto, así que hay que tener una zona circular de aterrizaje bien señalada lo antes posible, de unos veinte metros de radio. Poneos a ello.-oigo que dice su padre. este hombre siempre me ha parecido lo que yo nunca podre ser. i le envidio.

cojo las vengalas que tengo que poner i me dirijo con los esquis a la ultima zona que hay que marcar. al cabo de unos minutos vuelvo i veo como kristian se esconde detras de unas dunas de hielo. parece un buen sitio i como yo parezco un reno en medio de una biblioteca, decido hacer lo mismo i buscar un sitio donde esconderme mientras escucho con atencion alguna señal de que llegan los aviones.

Kristian habia terminado su tarea cuando examino desde lejos al resto de sus compañeros que colocaban aun las bengalas. Resignado porque no dependiera solo de el este trabajo se tumbo en el frio suelo con una buena cobertura y su fusil preparado por si tenian problemas "inesperados".

La noche no era nada calurosa y el hielo y la nieve no ayudaban pues la humedad se filtraba entre la ropa con facilidad...

La brisa nocturna revuelve mi extensa melena caoba... Vaya, me la tenia que haber recogido... sonrio dandome cuenta de la tonteria que acabo de pensar... en menudas cosas en las que piensas en estos momentos Hilda....

El frio es helador, incluso noto como se va escarchando mi pelo... Con lo a gusto que estaría al calor de la chimenea de padre... Hilda, no pienses en eso... debes cumplir con tu misión...

Observo el cielo... no se ve nada, pero hoy está realmente bello, pudiendose distinguir multitud de constelaciones, aunque la luna ha decidido no deleitarnos con su presencia... Eso es bueno Hilda, me digo a mi misma, cuanta menos luz halla mejor para los ingleses...

Mirando a mis compañeros de la resistencia, me alegro de haber sido criada como he sido criada. Este frío no es gran cosa con el que puedes llegar a sentir en lo más alto de la monaña...de alguna manera eso lo hace más soportable. Eso y el llevar las ropas adecuadas.

No  me gusta estar al descubierto...vamos ingleses...

sigo masticando en silencio mi trozo de carne para recuperar fuerzas mientras me tumbo en el suelo detras de unas rocas cubiertas de nieve.

el frio me congela los huesos. mañana no podre ni moverme, pienso para mi mismo. sigo mirando al cielo en busca de alguna señal, aunque no dejo de mirar a nuestro alrededor. no querria terminar encontrando a un oso hambriento, o algo peor.