Partida Rol por web

Tras pasar por mi casa a dejar unos cuántos cacharros variados me dirijo a la tienda dónde trabaja Sam, aún le quedan unas cuántas horas de turno...
Lo constato mirándome el reloj mientras atravieso la puerta de entrada con una sonrisa que enseguida se borra.
Odio este tipo de grandes superficies, atiborradas de gente enloquecida por hacer sus compras y con pasillos laberínticos. Si al menos pusieran las flechas cómo en el IKEA...

Me encojo de hombros y entro yendo directamente a la sección de siempre: videojuegos y películas. No es que pueda permitirme el lujo de comprar ninguno pero por mirar... Así quizá me tope con Sam aunque suele estar en los lugares más aburridos posibles. Telefonía móvil, informática y rollos por el estilo... Bueno va, moveré el culo pero sin que sirva de precedente.

Me acerco a los teléfonos móviles y los empiezo a curiosear sin cortarme un pelo, aunque tienen tantos botones que la mitad no sé ni para qué sirven. No sé para qué le ponen tanta mierda, llamas y ya está, ¿no? Para hacer mariconadas tienes el ordenador...
-¡Sammy...!- exclamo repentinamente dando una palmada en al espalda de uno de los muchos chavales que trabajan allí, le reconozco por la altura. Pero no, resulta que no es él así que arqueo ambas cejas y me aparto cómo si no hubiera pasado nada.

Un dia de curro como otro cualquiera, bueno no tanto me quedan un par de horas para marcharme a casa, solo espero no tener que volver a comer pizza esta noche, la odio tras una semana de devorarla todas las noches. Respiro hondo mientras me termino de arreglar el traje con cuidado de mostrar mi placa bien, todos señalados y marcados como el ganado en Texas. Hoy estoy en la seccion de tecnologia, intento que uno de los clientes se decida por una television de pantalla plana en detrimento de una de las mas antiguas o al menos eso le digo por que solo se sacan un par de semanas y una es mas cara que otra.

Cuando le estoy tomando los datos veo a mi hermano y niego mientras confunde a Pablo conmigo por la espalda, somos igual de altos. Voy a tener que ponerle gafas por que no me reconoce ni para atras. Termino y me acerco donde esta mirando algunos moviles y carraspeo ¿puedo ayudarle caballero? cuando me mira niego Dean sabes que no termino mi turno hasta dentro de dos horas, espero que hayas comprado algo por que la nevera esta vacia
Creo que me parezco a una maruja en este momento, no es normal desde luego.

-¿Caballero?, ¿dónde?- pregunto mirando alrededor y detrás de mí antes de reírme y dejar el móvil que tenía en las manos en su lugar. Aunque por desgracia se cae de su propio soporte pero para algo está atado a esa especie de cable que me quedo mirando antes de girarme hacia mi hermano dándole unos golpecitos en el hombro.

-Sí mamá, sí... Bueno no, en realidad no he ido a comprar pero si trabajaras en una tienda normal y no en esta que la mitad de cosas no se sabe ni ara que sirven... Venga iremos a cenar a algún sitio elegante. ¿Qué tal un restaurante chino?- pregunto con ambas cejas arqueadas y una sonrisa. La verdad es que me encanta la comida oriental y es lo más "elegante" que podemos permitirnos de momento.
-A qué no adivinas quién me ha pedido tú número de teléfono- le digo sin poder esperar más, dándole un pequeño manotazo en el estómago con expresión algo burlona.

Recojo el movil mientras lo vuelvo a colocar en su sitio y niego mirando a mi hermano a veces creo que yo soy el mayor no el pequeño con estas tonterias. Suspiro llevandole hacia un rincon donde podamos hablar mas tranquilo durante unos minutos al menos.

Bueno, al menos el chino sera una variante a las pizzas, pero deberias...dejalo mañana es mi dia libre y comprare yo algo para rellenar la nevera digo con un deje de tranquilidad extraño mientras miro hacia un lado y comienzo a hacer gestos como si intentara vender algo. Dean no hagas eso digo al notar el golpe en el estomago ¿Quien te ha pedido mi numero de telefono? pregunto, se que no parara hasta que me lo diga pero bueno habra que darle un gusto

-Seguro que lo compraría todo mal, ya sabes lo negado que soy para estas cosas... Pero te acompaño si quieres- nos detenemos en una zona menos solicitada y me apoyo en una de las lavadoras cercanas.
-En realidad nadie, pero ya que te veo tan interesado en preguntar después del restaurante podríamos pasar por un pub o algo así y conocer "gente" nueva, ya me entiendes...- le guiño el ojo exageradamente y no dejo de sonreír. Creo que le conviene tanto cómo a mí conocer alguna chica, o cómo mínimo relajarse un rato y divertirse para variar.

Lo de salvar vidas y cazar monstruos está bien, pero por desgracia no te haces famoso ni ganas dinero por ello así que nos merecemos un descanso de vez en cuando.

No hace falta que me lo diga, ni con lista es capaz de hacerlo. Suspiro al ver que como siempre he caido en su trampa y solo puedo asentir antes de que el supervisor se acerque hacia nosotros.

Vale, de acuerdo, esperame fuera, tomate algo si quieres. Tardare un par de horas ya lo sabes y por ahi viene mi jefe, asi que mejor que no se crea que hacemos lo que estamos haciendo niego mientras sonrio

Espero que le haya gustado, y que venga pronto a comprar una para su casa. hago una inclinacion de cabeza y me marcho de alli para volver a mi seccion con rapidez, no sea que encima me diga algo que no me guste y acabe haciendo, bueno diciendo mas bien Dean....

-Ese es mi chico- digo animadamente, dando una palmada sonora y señalándole acusadoramente antes de que haga hincapié en su jefe, con lo cuál me pongo más recto, cómo si así tuviera un aspecto más serio.
-Ah sí... una secadora muy interesante, se lo comentaré a mi señora- doy unas palmadas que resuenan metálicamente y le guiño el ojo exageradamente por detrás del jefe, marchándome tan tranquilo sin percatarme de que en realidad se trataba de una lavadora por lo que el encargado dirige una mirada a Sam y un carraspeo, pero ni siquiera llega a amonestarle ya que suele ser muy concienzudo y responsable con su trabajo.

NIego mientras termino de marcharme a mi lugar de trabajo. El resto del turno termina bien, mejor de lo que esperaba, menos por esa ancianita que no la entraba en la cabeza que un dvd no era para hacer tostadas, al menos la convencí de ello al final.

Me cambio poniendome la camiseta negra con los vaqueros y me peino con las manos un poco el pelo, cojo la mochila tras mirar cuando dinero me queda en la cartera. Cuando salgo mas o menos se donde queda el restaurante. Entro y le busco con la mirada, en una mesa con una cerveza, camino hacia alli sentandome a su lado.

Has tenido suerte un segundo mas y me despiden. Sabes que no podemos permitirnoslo. ¿Has pedido la cena?

Levanto la mano exageradamente cuando veo entrar a mi hermano pequeño en el restaurante. Pequeño pero ya es más alto que yo, ¿no podía seguir el orden natural de las cosas cómo todo el mundo?
-Venga ya, qué exagerado eres. Si te despiden por hablar cinco minutos con tu hermano un solo día tendré que ir y reventarles el culo a patadas o con algo más- le guiño el ojo y doy otro trago de la cerveza, directamente de la botella, cómo siempre.

-He pedido los rollitos y tallarines, no quería arriesgarme a algo más para que empieces con tus quejas sobre lo poco saludable de la salsa agridulce- le tiendo una de las cartas y yo miro la mía arqueando la ceja. No tengo ningún tipo de manía con la comida, pediría un poco de cada su pudiera.
-Me han dicho que han abierto un buffet en las afueras, tendremos que comprobarlo algún día, ¿no?- dejo enseguida la carta a un lado y me inclino sobre la mesa.
-¿Te has decidido ya con lo que te propuse? Tu propio juguete, vamos que ya eres mayorcito Sam...- sé que no le hacen anda de gracia las armas de fuego pero me sentiría más tranquilo si aprendiera a usar una.

Me gustaria verlo con el guardia de seguridad que hay en algunas de las secciones digo mientras me siento dejando la mochila a un lado y mirandote a los ojos Mas que poco saludable, deberias comer algo mas que no fuera solo carne o pizza o hamburguesas y... bueno creo que me has entendido miro la carta y levanto la manao para pedir que me traigan otra cerveza, al menos apagare la sed. Su propuesta de nuevo de un arma, la verdad es que no me hace ninguna gracia eso.

Dean, sabes que no me gustan ese tipo de juguetes, prefiero algo mas tecnologico me callo cuando viene la camarera y cojo la cerveza mientras terminamos de esperar la cena. Tengo que pensarlo, se que puedes tener razon pero no me veo comodo con ella a todas partes, si la encuentran en el trabajo me podria encontrar con un serio problema. Y en cuanto a lo del buffet me gusta la idea tal vez un domingo

-Tsk, lees demasiado hermanito, ¿si me quitas las pizzas y la carne qué me queda? Ensaladas y verduras, puagh. Aunque no le haría ascos a un plato de macarrones...- comento riendo por lo bajo. Supongo que cómo como un animal pero mis gustos son cómo los de un crío. Bueno, ¿y qué tiene eso de malo?
-Además creo que ya hago suficiente ejercicio para quemarlo todo, entre el curro y la caza...- dejo la frase en el aire para sonreírle ampliamente a la muchacha que nos trae la cerveza de Sam y los rollitos. Me devuelve la sonrisa algo cohibida y se marcha apresuradamente.

-Me encantan los orientales, siempre tan amables y eso...- me meto casi la mitad del rollito en la boca y mastico exageradamente mientras mi hermano me mira con ésa cara tan única de circunstancias. Cómo si alguien nos prestara atención, bah. Una vez he tragado parte de la comida prosigo.
-No seas idiota, no hace falta que la lleves todo el día contigo, además seguro que en el curro es el sitio con menos posibilidades de que te pillen... Me sentiría bastante más aliviado si aceptaras practicar tiro conmigo en el Monte del Pardo algún día. Quizá hasta encontramos setas- arqueo ambas cejas un par de veces y dejo que decida mientras acabo mi parte.

Doy un sorbo a la cerveza ya mas que convencido que no voy a sacar nada en claro, a veces creo que yo soy el mayor en la familia y no el. Miro los rollitos de primavera y termino por coger uno para comerlo con tranquilidad.

No vas a parar hasta que te diga que si, te conozco demasiado Dean.. de acuerdo te acompañare al monte a practicar pero no te prometo nada de llevar algo asi encima. Podrian confundirnos con un grupo de etarras o de activistas islamistas

-Activistas islamitas, y no te gusta exagerar ni nada...- comento sin perder mi buen humor mientras nuevamente viene un camarero a servir más platos. Creo que he espantado a la chinita de antes aunque no era para nada mi intención, suelen ser algo tímidas.
-Me conformo con que las aprendas a usar pro si algún día tenemos una urgencia, yo me encargo de llevarles encima con mi maravillosa licencia... Que lo suyo me costó la maldita- empiezo a comer con los palillos los tallarines que acaban de traerme, comiendo y absorbiendo a pesar de que están casi hirviendo. Eso ya no me afecta, bah.

-Iremos este fin de semana, al final te acabará gustando, ya verás- comento convencido mientras acabamos de cenar con mayor tranquilidad, explicándonos las tonterías y trivialidades varias del curro antes de pagar y marcharnos de allí.
-¿Preparado para tu gran noche?- le pregunto animadamente, dando una palmada sonora, una manía desagradable cómo muchas otras de las mías mientras nos dirigimos a la zona de Pubs.

Suspiro mientras salimos del local como siempre Dean terminara saliendose con la suya aunque a mi no me guste. Caminamos hasta el metro y cogemos la linea tres en direccion a Argüelles, todos mis compañeros dicen que esta bien, pero a mi la verdad pasar tiempo en un local encerrado con desconocidos escuchando musica no es mi pensamiento de pasar una buena noche.

Tardamos una media hora en llegar y al salir todavia hay que andar un rato subimos la calle hacia los Bajos, adolescentes que parecen mujeres de 20 años por su aspecto, chicos que ya estan con sus minis en la calle bebiendo como cosacos, algunos vomitando. Bajamos unas escaleras y nos adentramos en una discoteca del ultimo piso, bueno del sotano por que si fuera un edificio eso seria, la musica heavy inunda el ambiente, nos acercamos a la barra y pedimos algo de beber yo una cola pero al ver el gesto de mi hermano pido que le añadan ron y para el lo mismo. Gran noche va a ser mi pesadilla.

Por fin algo de alcohol decente, lo malo es el precio... Pero emborracharse a base de cerveza me llevaría demasiado tiempo aunque claro no es necesariamente es ami intención pero creo que a Sam le conviene un pequeño empuje "achispado" para que se abra un poco... Así que le convenzo para que deje los refrescos de niño para mañana y disfruto de la música del local y la bebida. Por desgracia cuando le miro a él parece una roca en medio de una plaza. Sin moverse y sin pintar nada ahí en medio.

Deambulamos varias horas por los locales de la zona, y creo que al final mi hermanito está más mareado que una sopa así que aunque consigo hablar con alguna chica que me parece "interesante" no le veo capaz de salir de allí con ellas y al final desisto en mi empeño. No es cuestión de joderle la noche, sé que estas cosas no son su fuerte.

Al final volvemos a casa los dos solos, cómo siempre, pero yo he pasado un buen rato por lo menos.
-La próxima vez intenta relajarte un poco más, las chicas no muerden... Bueno a veces sí, pero eso ya depende de cada una y...- carraspeo y dejo la frase dónde estaba.
-Pasado mañana excursión "campestre", seguro que eso te gusta más... Cómo cuando éramos críos- sonrío ante esa idea y tras quitarme la ropa y poco más me dejo caer en la cama cómo un muerto.

La bebida se me calienta en las manos mientras algunas chicas se acercan pero con el ruido no las oigo bien, tras un rato una me llama la atencion pero no me acerco y si se lo digo a Dean se que hara, mejor no ademas con mi "problema" no creo que le gustara demasiado salir conmigo. Cuando salimos es tarde, no hay metro asi que cogemos un par de buhos hasta que nos dejan en casa, Dean cae como un plomo en la cama y yo me siento delante del portatil para navegar un poco antes de irme a la cama. Llevo unos dias con un extraño presentimiento y no se por que, creo que la excursion campestre no sera tan bonita como las de crios

El siguiente día pasa tan tranquilo y rutinario cómo cualquier otro, por no decir mortalmente aburrido...

Por fin llega el día de la excursión, me despierto animado cómo pocas veces, cómo un niño la mañana de Navidad, así que mi sonrisa es bastante constante aunque no lo digo en voz alta porque no quiero parecer un maldito cursi por ir al campo con mi hermano... Bueno disimular no es mi fuerte, supongo.
Cogemos algunos bocadillos y otras "chucherías" y nos dirigimos al coche de segunda mano español que tenemos para movernos por Madrid.
Lo odio, no tiene ni punto de comparación con el Impala de papá pero conservo la esperanza de volver a Estados Unidos dentro de unos años y recuperarlo.

-¿Estás listo? - pregunto mientras bajamos del vehículo, dejándolo aparcado en un pequeño claro junto a la carretera que conduce al monte. Abro el maletero y le tiendo la mochila con la comida, yo cojo la que tiene las armas y la munición asegurándome de que mi certificado sigue en la chaqueta... y sip.
-Andando, vayamos un poco a lo hondo para que no nos oigan- empiezo a andar animadamente sacando mi bolsa tamaño XL de M&M. Algunas cosas nunca cambian

Lo dicho mi hermano esta loco y suspiro para mi mientras le sigo caminando cabizbajo. Disparar en el monte del Pardo, si nos oiran seguro, el Seprona aparecera y aqui eso de defenderse uno mismo no esta bien visto acabaremos en la carcel como poco o acusados de atentado o algo peor.

Con la mochila al hombro sigo mientras come M&M es demasiado para mi gusto a este paso le roba las nueces a las ardillas en el caso de que las haya, me rio ante este pensamiento.

Le tiendo la bolsa a Sam para que coja unos cuántos, pero para variar rehuye las golosinas, seguro que a él no el secuestrarían de pequeño con caramelos.
-Eres un aguafiestas, ¿lo sabías?- digo por enésima vez en mi vida mientras continuamos avanzando por senderos cada vez más tortuosos, cuánto más intrincados y entrados en el bosque mejor. Empiezo a tararear y silbar distraidamente, observando el paisaje que nos rodea y abriendo camino, qué pena que no tenga ni idea de setas aunque tampoco es que haya muchas.

-Eh, mira, ¿son venenosas?- pregunto a Sam señalándole la base de un robusto árbol donde todavía sobreviven unas cuántas. Seguro que mi enciclopedia parlante favorita sabrá la respuesta, mientras las examina me quito la mochila y tras mirar alrededor varias veces saco la pistola de la mochila y después de la tiendo.